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Críticas ordenadas por utilidad
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8
13 de noviembre de 2015
13 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento en el que la televisión está dando pasos de gigante en la competición con su hermano mayor, Netflix surge para dar un impulso más. No son pocas las producciones con las que a día de hoy cuenta, pero lo que es más importante, no es poca la calidad de estas. Con "Narcos" llega un nuevo ejemplo de esta realidad. 10 episodios, sin esperas absurdas, que te absorben desde el primer momento.
La serie nos contará el contrapunto entre la ascensión de Pablo Escobar y la persecución por parte de las fuerzas de la ley. Pedro Pascal une fuerzas con Boyd Holbrook para acabar con el capo de la droga colombiano, creando así una pareja detectivesca que muchos otros productos envidiarían. Pero a pesar de que no se centren en un solo bando hay que decir que no estamos ante una nueva "The Wire", aquí los malos son malos de verdad, no hay dobles caras. Además de que la crítica a aquellos que están en el poder (poder americano) no es el plato principal, es decir, existe pero no se remarca.
Uno de los rasgos diferenciales con otras series similares es ese aspecto realista con el que juega. Porque si bien está en clave de ficción, los hechos que cuentan pasaron de verdad (a pesar de sus acentos brasileños), estando acompañada constantemente de imágenes de archivo para remarcar la crudeza de la historia. Porque ya no es cuestión de héroes o villanos, es ver como personas sufren una realidad fuera de lo común. Un realismo mágico.
Desde el arranque del primer episodio hasta el último, pasan tres años. La verdad es que es complicado conseguir en diez capítulos contar tanto sin que quede inconexo. Pero aquí lo bordan, consiguiendo a la perfección que el espectador empatice con los personajes a lo largo del tiempo, viendo su evolución. Porque el agente de la DEA que entra en Colombia no es el mismo que el que acaba esta primera temporada.
Una tanda de episodios a la altura de lo demandado. No hay arcoiris en el narcotráfico. El crimen se come poco a poco la sociedad poniendo al límite a los gobiernos, llegando a evaluar cuál es el mal menor. Veremos como llevan la segunda temporada, porque a pesar de abrir nuevos caminos, la historia principal no tiene mucho más camino que recorrer. Aunque sin duda el universo de la droga es lo suficientemente grande como para que durante un tiempo nos sigan haciendo elegir. Porque qué preferís, ¿plata o plomo?
www.cenitalynadir.es
La serie nos contará el contrapunto entre la ascensión de Pablo Escobar y la persecución por parte de las fuerzas de la ley. Pedro Pascal une fuerzas con Boyd Holbrook para acabar con el capo de la droga colombiano, creando así una pareja detectivesca que muchos otros productos envidiarían. Pero a pesar de que no se centren en un solo bando hay que decir que no estamos ante una nueva "The Wire", aquí los malos son malos de verdad, no hay dobles caras. Además de que la crítica a aquellos que están en el poder (poder americano) no es el plato principal, es decir, existe pero no se remarca.
Uno de los rasgos diferenciales con otras series similares es ese aspecto realista con el que juega. Porque si bien está en clave de ficción, los hechos que cuentan pasaron de verdad (a pesar de sus acentos brasileños), estando acompañada constantemente de imágenes de archivo para remarcar la crudeza de la historia. Porque ya no es cuestión de héroes o villanos, es ver como personas sufren una realidad fuera de lo común. Un realismo mágico.
Desde el arranque del primer episodio hasta el último, pasan tres años. La verdad es que es complicado conseguir en diez capítulos contar tanto sin que quede inconexo. Pero aquí lo bordan, consiguiendo a la perfección que el espectador empatice con los personajes a lo largo del tiempo, viendo su evolución. Porque el agente de la DEA que entra en Colombia no es el mismo que el que acaba esta primera temporada.
Una tanda de episodios a la altura de lo demandado. No hay arcoiris en el narcotráfico. El crimen se come poco a poco la sociedad poniendo al límite a los gobiernos, llegando a evaluar cuál es el mal menor. Veremos como llevan la segunda temporada, porque a pesar de abrir nuevos caminos, la historia principal no tiene mucho más camino que recorrer. Aunque sin duda el universo de la droga es lo suficientemente grande como para que durante un tiempo nos sigan haciendo elegir. Porque qué preferís, ¿plata o plomo?
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7,0
68.387
8
24 de octubre de 2015
24 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del monumental fracaso que supuso "Exodus" el año pasado, Ridley Scott vuelve a la ciencia ficción con "The Martian", contándonos la historia de un astronauta de la NASA que queda atrapado en el planeta rojo tras sufrir un accidente. Y digo ciencia ficción cuando se acerca más a la primera palabra que a la segunda, porque como ya pasó con "Interstellar", aquí no veremos coches patrulla de la policía por el cielo de Los Ángeles o sangre en forma de ácido, no, y es aquí donde reside el primer y principal punto a favor de la película, ese realismo que nos traslada directamente al desolado planeta para compartir la realidad de nuestro protagonista.
Ahora bien, sabiendo esto es necesario remarcar que no estamos ante un drama espacial como al que nos enfrentamos con "Gravity". Es una historia de supervivencia liderada por un Matt Damon en estado de gracia. Ante la soledad a la que se expone, toma la decisión de seguir hacia delante. Un "sol" detrás de otro. Al igual que el protagonista, el espectador no caerá en la monotonía que podría suponer el argumento. Todo lo contrario, es constantemente dinámico haciéndonos sacar una carcajada bien ganada en numerosas ocasiones. Dos horas y media que pasan sin ningún esfuerzo.
Por otra parte tenemos la trama politiquera en la Tierra. Los altos cargos se enfrentan a la difícil situación mediática que supone haber abandonado a un compañero en otro planeta. Un punto de partida que nos podía encaminar a una crítica social con mucho que decir. Lástima que simplemente lo acaricien, algo superficial que no debería haberse quedado ahí. Hay buenos y menos buenos, decisiones acertadas o erróneas, pero juegan con el tema sin profundizar, quedándose a medias y dejando la miel en los labios. Había más historia que contar.
Habrá ocasiones en las que encontremos lo que parece ser una simple aplicación de una fórmula a repetir. Situaciones y giros que hemos visto miles de veces aplicarse de la misma manera. Pero esto pierde importancia en cuanto al mensaje y la forma de transmitirlo. Por no hablar de la dirección, de la cual hay poco que decir acerca de este ya hace tiempo consagrado director.
Es una historia de supervivencia, de mostrar como el espíritu lo puede todo. Porque sí, habrá ocasiones de desmoronamiento, donde todo se vea negro (o rojo en este caso), pero es cuestión de "resolver problemas". No consiste en contemplar la angustia de la soledad del protagonista, es el triunfo del optimismo que nos transmiten a la perfección con cada frase y situación.
www.cenitalynadir.es
Ahora bien, sabiendo esto es necesario remarcar que no estamos ante un drama espacial como al que nos enfrentamos con "Gravity". Es una historia de supervivencia liderada por un Matt Damon en estado de gracia. Ante la soledad a la que se expone, toma la decisión de seguir hacia delante. Un "sol" detrás de otro. Al igual que el protagonista, el espectador no caerá en la monotonía que podría suponer el argumento. Todo lo contrario, es constantemente dinámico haciéndonos sacar una carcajada bien ganada en numerosas ocasiones. Dos horas y media que pasan sin ningún esfuerzo.
Por otra parte tenemos la trama politiquera en la Tierra. Los altos cargos se enfrentan a la difícil situación mediática que supone haber abandonado a un compañero en otro planeta. Un punto de partida que nos podía encaminar a una crítica social con mucho que decir. Lástima que simplemente lo acaricien, algo superficial que no debería haberse quedado ahí. Hay buenos y menos buenos, decisiones acertadas o erróneas, pero juegan con el tema sin profundizar, quedándose a medias y dejando la miel en los labios. Había más historia que contar.
Habrá ocasiones en las que encontremos lo que parece ser una simple aplicación de una fórmula a repetir. Situaciones y giros que hemos visto miles de veces aplicarse de la misma manera. Pero esto pierde importancia en cuanto al mensaje y la forma de transmitirlo. Por no hablar de la dirección, de la cual hay poco que decir acerca de este ya hace tiempo consagrado director.
Es una historia de supervivencia, de mostrar como el espíritu lo puede todo. Porque sí, habrá ocasiones de desmoronamiento, donde todo se vea negro (o rojo en este caso), pero es cuestión de "resolver problemas". No consiste en contemplar la angustia de la soledad del protagonista, es el triunfo del optimismo que nos transmiten a la perfección con cada frase y situación.
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12 de mayo de 2015
12 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 2012 Marvel culminaba su primera fase lo hizo por todo lo alto, juntando a sus superhéroes en la película para el estreno más taquillero de la historia. Ahora, tres años después, cierra la fase dos tras una serie de películas claramente superiores a las anteriores (solo hay que comparar "El primer vengador" con "El soldado de invierno").
La verdad es que a esta secuela no le ha faltado polémica, desde las discusiones de Joss Whedon con los directivos de la casa hasta su abandono de las redes sociales debido a los insultos de los ¿fans? Y es que las expectativas eran demasiado altas. Después de meses acribillándonos a teasers, trailers y demás medios de propaganda, uno de los más grandes villanos de Marvel llegaba a la gran pantalla dividiendo a un público que peca de exigente. Porque no hay que olvidar que el objetivo de esta franquicia es la de entretener y, a ser posible, la de aumentar la venta de palomitas y refrescos de la sala.
Las comparaciones con la primera parte son inevitables, pero más allá de las diversas explosiones que vamos viendo, hay que reconocer que en cuanto al desarrollo de sus personajes la secuela se alza con el trono. Porque a esos dos protagonistas que nadie tiene en cuenta (ni siquiera el estudio a la hora de darles filmes propios) se les presta por fin la atención que merecen. Tanto Viuda Negra como Ojo de Halcón cobran interés y podemos ver que tienen o han tenido vida más allá de lo que implica acompañar al resto del grupo. Las nuevas incorporaciones sí que se quedan cojas, priorizando esto en Mercurio, alguien con mucho que aportar pero que se queda en tres carreras y cuatro comentarios graciosos. Pero bueno, siempre nos quedará la memorable escena de Evan Peters en "X-Men: Days of future past". Por último el villano, otro de los puntos de rotura en la valoración de los seguidores, que si no es como nos lo habían pintado en los infinitos avances, la verdad es que da mucho juego durante todo el largometraje. Porque al igual que Locki en su momento, Ultrón tiene ese carisma que me enamora desde el minuto uno.
Ciertas tramas cierto es que se me hacen repetitivas, porque ver a un Hulk reprimido constantemente o a los propios Vengadores pelear entre ellos hasta que Furia pone orden es algo que ya había visto y que no, tampoco me acabó de gustar la primera vez que lo hice. Pero en conjunto se puede ver que el mismo material (puñetazos con ingeniosos gags) está mucho más trabajado que en 2012 y nos preparan para lo que está por llegar. Sin embargo aún les queda mucho para superar los bailes de Starlord.
Lo que está claro es que pagas para ver lo que quieres ver. Aquí no hay engaños. Si te metes en la sala es porque tu objetivo es entretenerte y dejar tu cerebro desconectado un par de horas. Porque Marvel no falla, la acción es constante, bien conseguida y acompañada de unos efectos especiales brutales. Superando a su predecesora, Marvel cierra la segunda fase para entrar en territorio desconocido que aventura ser el más épico de la franquicia.
La verdad es que a esta secuela no le ha faltado polémica, desde las discusiones de Joss Whedon con los directivos de la casa hasta su abandono de las redes sociales debido a los insultos de los ¿fans? Y es que las expectativas eran demasiado altas. Después de meses acribillándonos a teasers, trailers y demás medios de propaganda, uno de los más grandes villanos de Marvel llegaba a la gran pantalla dividiendo a un público que peca de exigente. Porque no hay que olvidar que el objetivo de esta franquicia es la de entretener y, a ser posible, la de aumentar la venta de palomitas y refrescos de la sala.
Las comparaciones con la primera parte son inevitables, pero más allá de las diversas explosiones que vamos viendo, hay que reconocer que en cuanto al desarrollo de sus personajes la secuela se alza con el trono. Porque a esos dos protagonistas que nadie tiene en cuenta (ni siquiera el estudio a la hora de darles filmes propios) se les presta por fin la atención que merecen. Tanto Viuda Negra como Ojo de Halcón cobran interés y podemos ver que tienen o han tenido vida más allá de lo que implica acompañar al resto del grupo. Las nuevas incorporaciones sí que se quedan cojas, priorizando esto en Mercurio, alguien con mucho que aportar pero que se queda en tres carreras y cuatro comentarios graciosos. Pero bueno, siempre nos quedará la memorable escena de Evan Peters en "X-Men: Days of future past". Por último el villano, otro de los puntos de rotura en la valoración de los seguidores, que si no es como nos lo habían pintado en los infinitos avances, la verdad es que da mucho juego durante todo el largometraje. Porque al igual que Locki en su momento, Ultrón tiene ese carisma que me enamora desde el minuto uno.
Ciertas tramas cierto es que se me hacen repetitivas, porque ver a un Hulk reprimido constantemente o a los propios Vengadores pelear entre ellos hasta que Furia pone orden es algo que ya había visto y que no, tampoco me acabó de gustar la primera vez que lo hice. Pero en conjunto se puede ver que el mismo material (puñetazos con ingeniosos gags) está mucho más trabajado que en 2012 y nos preparan para lo que está por llegar. Sin embargo aún les queda mucho para superar los bailes de Starlord.
Lo que está claro es que pagas para ver lo que quieres ver. Aquí no hay engaños. Si te metes en la sala es porque tu objetivo es entretenerte y dejar tu cerebro desconectado un par de horas. Porque Marvel no falla, la acción es constante, bien conseguida y acompañada de unos efectos especiales brutales. Superando a su predecesora, Marvel cierra la segunda fase para entrar en territorio desconocido que aventura ser el más épico de la franquicia.
5
8 de octubre de 2015
8 de octubre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace seis años comenzaba una revolución en la televisión, los zombis llegaban para comerse el cerebro de cada espectador. Ahora bien, lo que nadie se esperaba es que los propios espectadores se convertirían en muertos vivientes a causa de la decadencia de la serie. Este verano había una nueva oportunidad para volver a los orígenes que trajeron una audiencia millonaria a la AMC con un "spin-off": "Fear the walking dead".
La propuesta en esencia es atractiva, observar como el mundo se va quebrando con personajes totalmente inexplorados no es un mal plan. Sobre todo sabiendo que eran solo 6 episodios, lo que equivale a la supresión de historias innecesarias en busca de alargar lucrativamente el producto. Ahora bien, eso es en esencia.
El primer golpe que nos llevaremos es el hecho que hizo menguar la calidad de su hermana mayor, los caminantes no tienen el mayor peso de la historia, no son el verdadero riesgo. Si bien es cierto que el concepto requiere calma y paciencia en un principio, no es de recibo que tarde tanto en arrancar (en concreto toda la temporada). Volvemos a lo mismo, relaciones personales en un mundo distópico. Aunque para acción por la acción tenemos "Z nation" (mala y feliz de serlo), no podemos evitar echar de menos situaciones que nos hagan segregar un mínimo de adrenalina. Porque no estamos viendo una serie dramática de calidad como podría ser "Treme", no, estamos viendo el apocalipsis y queremos un poco más de vísceras. Que sí, sin abusar, pero SON ZOMBIS, queremos sangre.
Por otro lado el transcurso de la historia es, cuanto menos, inverosímil. ¿De verdad me estas diciendo que esta es la causa del fin del mundo? Algo que me chirría desde la primera temporada de la original es la poca movilidad de los muertos. Dejarlos así te priva de situaciones de estrés que podemos ver en otros productos como "28 días después" o la olvidada "Dead Set". Porque no puedo creerme que por muchos infectados que haya, el ejército de EE.UU no pueda combatir a unos tíos andando como si estuvieran volviendo a casa de fiesta. Partiendo de este sinsentido, los guionistas tratan de dar un argumento de peso a los acontecimientos, algo que se queda en una incongruencia aún mayor. Pintan a los militares como malos y punto. Es que es imposible pasar por ahí, no puede ser que el fin del mundo sea por culpa de una familia con miedo y unos militares fascistas. Llamadme loco, pero espero más de nuestra sociedad. Simplemente no lo compro.
Tenía pocas esperanzas en esta nueva apuesta que fue anunciada el año pasado e hice bien. Porque no he querido morirme durante estas seis horas que han compuesto la primera tanda de episodios, pero eso no lo hace una buena serie. No lo es. Personajes insustanciales enfrentándose de manera aún más insustancial a una situación que no debería serlo. El desarrollo de los mismos es tan previsible como deficiente. Y como ya nos han malacostumbrado anteriormente, nada pasa de verdad hasta la "season finale". Pero lo peor de todo es que el verano de 2016 llegará y sin aprender de mis errores veré la segunda temporada.
www.cenitalynadir.es
La propuesta en esencia es atractiva, observar como el mundo se va quebrando con personajes totalmente inexplorados no es un mal plan. Sobre todo sabiendo que eran solo 6 episodios, lo que equivale a la supresión de historias innecesarias en busca de alargar lucrativamente el producto. Ahora bien, eso es en esencia.
El primer golpe que nos llevaremos es el hecho que hizo menguar la calidad de su hermana mayor, los caminantes no tienen el mayor peso de la historia, no son el verdadero riesgo. Si bien es cierto que el concepto requiere calma y paciencia en un principio, no es de recibo que tarde tanto en arrancar (en concreto toda la temporada). Volvemos a lo mismo, relaciones personales en un mundo distópico. Aunque para acción por la acción tenemos "Z nation" (mala y feliz de serlo), no podemos evitar echar de menos situaciones que nos hagan segregar un mínimo de adrenalina. Porque no estamos viendo una serie dramática de calidad como podría ser "Treme", no, estamos viendo el apocalipsis y queremos un poco más de vísceras. Que sí, sin abusar, pero SON ZOMBIS, queremos sangre.
Por otro lado el transcurso de la historia es, cuanto menos, inverosímil. ¿De verdad me estas diciendo que esta es la causa del fin del mundo? Algo que me chirría desde la primera temporada de la original es la poca movilidad de los muertos. Dejarlos así te priva de situaciones de estrés que podemos ver en otros productos como "28 días después" o la olvidada "Dead Set". Porque no puedo creerme que por muchos infectados que haya, el ejército de EE.UU no pueda combatir a unos tíos andando como si estuvieran volviendo a casa de fiesta. Partiendo de este sinsentido, los guionistas tratan de dar un argumento de peso a los acontecimientos, algo que se queda en una incongruencia aún mayor. Pintan a los militares como malos y punto. Es que es imposible pasar por ahí, no puede ser que el fin del mundo sea por culpa de una familia con miedo y unos militares fascistas. Llamadme loco, pero espero más de nuestra sociedad. Simplemente no lo compro.
Tenía pocas esperanzas en esta nueva apuesta que fue anunciada el año pasado e hice bien. Porque no he querido morirme durante estas seis horas que han compuesto la primera tanda de episodios, pero eso no lo hace una buena serie. No lo es. Personajes insustanciales enfrentándose de manera aún más insustancial a una situación que no debería serlo. El desarrollo de los mismos es tan previsible como deficiente. Y como ya nos han malacostumbrado anteriormente, nada pasa de verdad hasta la "season finale". Pero lo peor de todo es que el verano de 2016 llegará y sin aprender de mis errores veré la segunda temporada.
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9
5 de octubre de 2015
5 de octubre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay que ver muchas series para darse cuenta de que la HBO es otro mundo en la televisión. Se apuesta por producciones de calidad gracias a su condición de cadena por cable, algo que en la pública es realmente complicado. Ahora bien, dentro de ese mundo creado por la misma, si hay una figura digna de ser destacada es la de David Simon. El mismo que nos regaló una de las mejores (si no la mejor) series de la historia con "The wire", se propuso en 2010 llevarnos al barrio de Tremé con 36 episodios de sobra absorbentes.
Nueva Orleans, 2005, tres meses después del huracán Katrina. El huracán que prácticamente borró la ciudad estadounidense del mapa. Así comienzan los primeros pasos de esta serie. Como ya nos demostró con su obra maestra, Simon es capaz como nadie de llevarnos a un realismo en sus guiones. Historias de personas reales en una situación fuera de lo común. Porque partimos de una base dada por el mismo creador en varias ocasiones: "que se joda el espectador medio". No encontraremos historias de amor donde todos son pajaritos, héroes luchando contra el mal o policías resolviendo crímenes a diario. No, aquí estamos viendo a gente con sus problemas reales tales como los que podríamos tener cualquiera de nosotros. Por lo que no todo el mundo estará dispuesto a dejarse llevar por esta odisea, pero no por ello se ha cambiado el diseño previsto para realizarla como estaba prevista, porque esta es una de las razones de que sea tan grande como es.
Una ciudad con mucha cultura que ofrecer. Ese es el mensaje clave. No importa que un huracán les devastase a causa de una corrupción que les tenía desprotegidos, que el crimen aceche en cada esquina, que el gobierno no apoye la situación para los más desfavorecidos, que los seguros busquen cualquier alcantarilla para esconderse ante tantas casas destrozadas; nada de esto importa si los habitantes están convencidos de sí mismos. Cada nota tocada en cada instrumento es el verdadero ladrillo que construye la ciudad, cada bar demuestra la pasión por la que debían prevalecer. Episodio a episodio van transmitiéndonos esa realidad. Desde el carnaval de Mardi Gras hasta sus marchas funerarias. La música es el pan de cada día del que nadie se cansaría. Una tradición que te traslada a sus calles y te hacen desear haber nacido allí a pesar de todo.
Simon repite en su crítica social como ya había hecho antes. Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, el bien y el mal está en todas las clases de la sociedad. Tenemos desde el principio una visión pesimista en cuanto a los altos cargos se refiere, pasando por los diques mal construidos que provocaron la catástrofe en la primera temporada y llegando a los encubrimientos policiales ante los actos de abuso cuatro años después en la última. No importa el tiempo que pase, lo negativo (al igual que lo positivo) va a prevalecer por mucho que se luche por erradicarlo.
Treme es una de esas series que se merece ser recordada sin importar el paso de los años. "It's not TV, it's HBO" ese es el lema con el que se han fundamentado desde "Oz", pero con este magistral equipo subimos un escalón más. Porque si hay algo que saben conseguir magistralmente es hacer que cualquier producto televisivo a su lado parezca, cuanto menos, superficial. Habrá gente que diga que es aburrida y lenta, pero también hay gente que lo dice de "Los Soprano". Cualquiera que no la haya visto debería ponerse a su servicio, porque si menos es más, aquí el "más" nos lleva de nuevo a rozar la perfección.
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Nueva Orleans, 2005, tres meses después del huracán Katrina. El huracán que prácticamente borró la ciudad estadounidense del mapa. Así comienzan los primeros pasos de esta serie. Como ya nos demostró con su obra maestra, Simon es capaz como nadie de llevarnos a un realismo en sus guiones. Historias de personas reales en una situación fuera de lo común. Porque partimos de una base dada por el mismo creador en varias ocasiones: "que se joda el espectador medio". No encontraremos historias de amor donde todos son pajaritos, héroes luchando contra el mal o policías resolviendo crímenes a diario. No, aquí estamos viendo a gente con sus problemas reales tales como los que podríamos tener cualquiera de nosotros. Por lo que no todo el mundo estará dispuesto a dejarse llevar por esta odisea, pero no por ello se ha cambiado el diseño previsto para realizarla como estaba prevista, porque esta es una de las razones de que sea tan grande como es.
Una ciudad con mucha cultura que ofrecer. Ese es el mensaje clave. No importa que un huracán les devastase a causa de una corrupción que les tenía desprotegidos, que el crimen aceche en cada esquina, que el gobierno no apoye la situación para los más desfavorecidos, que los seguros busquen cualquier alcantarilla para esconderse ante tantas casas destrozadas; nada de esto importa si los habitantes están convencidos de sí mismos. Cada nota tocada en cada instrumento es el verdadero ladrillo que construye la ciudad, cada bar demuestra la pasión por la que debían prevalecer. Episodio a episodio van transmitiéndonos esa realidad. Desde el carnaval de Mardi Gras hasta sus marchas funerarias. La música es el pan de cada día del que nadie se cansaría. Una tradición que te traslada a sus calles y te hacen desear haber nacido allí a pesar de todo.
Simon repite en su crítica social como ya había hecho antes. Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, el bien y el mal está en todas las clases de la sociedad. Tenemos desde el principio una visión pesimista en cuanto a los altos cargos se refiere, pasando por los diques mal construidos que provocaron la catástrofe en la primera temporada y llegando a los encubrimientos policiales ante los actos de abuso cuatro años después en la última. No importa el tiempo que pase, lo negativo (al igual que lo positivo) va a prevalecer por mucho que se luche por erradicarlo.
Treme es una de esas series que se merece ser recordada sin importar el paso de los años. "It's not TV, it's HBO" ese es el lema con el que se han fundamentado desde "Oz", pero con este magistral equipo subimos un escalón más. Porque si hay algo que saben conseguir magistralmente es hacer que cualquier producto televisivo a su lado parezca, cuanto menos, superficial. Habrá gente que diga que es aburrida y lenta, pero también hay gente que lo dice de "Los Soprano". Cualquiera que no la haya visto debería ponerse a su servicio, porque si menos es más, aquí el "más" nos lleva de nuevo a rozar la perfección.
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