Como toda historia de este tipo, cada personaje realiza un rol predeterminado, pero en este caso está tan bien realizado que hace que el espectador llegue a preocuparse en algunos momentos por el devenir de sus personajes.
Un Sebastian Koch excepcional, que nunca dejará de sorprendernos acompañado de un magnífico Ulrich Mühe unidos al papel complementario y "de engranaje", pero no por ello menos importante de Martina Gedeck, hacen de esta película una joya con un valor incalculable.
Sin duda son los actores, la dirección y el guión lo que da fuerza a una historia ya conocida y vista por todos, pero enfocada de una forma genial.

Mittler zwischen Hirn und Hand muss das Herz sein. Idea central o tema principal alrededor del cual gira toda la película, así como la imagen de María que una vez más, y no será la última, refleja la esperanza.
Fabulosa la división de la película en actos, no sólo por el hecho de la división sino por cuándo dichas divisiones están hechas.
Una película "de película".

Una reflexión final épica (30 segundos) que me hicieron subirle del 7 al 8. Gánatelos con el final Allen como bien aconsejan en "El ladrón de orquídeas", y así lo hacen.
Un comienzo también sobresaliente, sin duda sabe satisfacer al espectador.