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7
13 de mayo de 2023
13 de mayo de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué es el Pop, lo Pop? El conjunto de referencias culturales comunes (hoy, universales), a un tiempo modelos de conducta y objeto de fascinación. En otras palabras, la mitología moderna. Y, hasta para los que no somos aficionados al baloncesto, Jordan es Hércules.
"AIR" narra la apuesta de Nike por Michael Jordan (cuando éste aún no había debutado en la NBA), y su agónica odisea para arrebatárselo a Converse y a Adidas, en clave de thriller empresarial (por lo veloz, que no por lo violento) adornado con los sutiles matices de épica que tiene toda producción de Hollywood que se precie. Sonny Vaccaro, "gurú del básket" de Nike encarnado por Matt Damon (fantástico una vez más, uno de los tres mejores actores de su generación), es el que más fuerte apuesta por el 'rookie' de dieciocho años de Carolina del Norte que habría de coronarse como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos y que convertiría a Nike en el equivalente deportivo de la Coca-Cola.
Habrá quien diga que la historia que cuenta la película es demasiado prosaica, y tal vez con razón. Pero para el que suscribe ahí reside su atractivo, en transformar esa materia prima en un más que digno producto de entretenimiento. De hecho, la cinta únicamente amaga con tambalearse en los (muy) escasos momentos en que parece querer ponerse algo trascendente. Dicho sea de paso, prefiero que las películas (y en general casi todo) pequen de prosaicas que de patético-enfáticas. Quizá por ello me gusta más Ben Affleck que Paul Thomas Anderson, o "AIR" que "Magnolia" (disculpen la herejía).
¿Es "AIR" un spot de Nike de casi dos horas? Es posible, pues tras los títulos de crédito siento impulsos (aunque reprimibles) de adquirir alguna prenda que luzca el eslogan "Just do it", pero también es una película agradable que a cada escena te hace preguntarte "¿y qué pasa después?". En definitiva, es un ejemplo más de la fascinante levedad del Pop.
"AIR" narra la apuesta de Nike por Michael Jordan (cuando éste aún no había debutado en la NBA), y su agónica odisea para arrebatárselo a Converse y a Adidas, en clave de thriller empresarial (por lo veloz, que no por lo violento) adornado con los sutiles matices de épica que tiene toda producción de Hollywood que se precie. Sonny Vaccaro, "gurú del básket" de Nike encarnado por Matt Damon (fantástico una vez más, uno de los tres mejores actores de su generación), es el que más fuerte apuesta por el 'rookie' de dieciocho años de Carolina del Norte que habría de coronarse como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos y que convertiría a Nike en el equivalente deportivo de la Coca-Cola.
Habrá quien diga que la historia que cuenta la película es demasiado prosaica, y tal vez con razón. Pero para el que suscribe ahí reside su atractivo, en transformar esa materia prima en un más que digno producto de entretenimiento. De hecho, la cinta únicamente amaga con tambalearse en los (muy) escasos momentos en que parece querer ponerse algo trascendente. Dicho sea de paso, prefiero que las películas (y en general casi todo) pequen de prosaicas que de patético-enfáticas. Quizá por ello me gusta más Ben Affleck que Paul Thomas Anderson, o "AIR" que "Magnolia" (disculpen la herejía).
¿Es "AIR" un spot de Nike de casi dos horas? Es posible, pues tras los títulos de crédito siento impulsos (aunque reprimibles) de adquirir alguna prenda que luzca el eslogan "Just do it", pero también es una película agradable que a cada escena te hace preguntarte "¿y qué pasa después?". En definitiva, es un ejemplo más de la fascinante levedad del Pop.

6,5
5.690
7
27 de febrero de 2023
27 de febrero de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Uno de nosotros" apunta a melodrama en sus primeros compases y paulatinamente va derivando en un thriller que en fases de la cinta incluso pasaría por una película de terror, todo ello con estética y ambientación de western. Tal vez la presentación de personajes sea algo acelerada o superficial (en cualquier caso, preferible a la costumbre de los realizadores contemporáneos de filmar primeros actos de tres cuartos de hora), pero el film gana a medida que avanza el metraje. Todas las interpretaciones son más que correctas, con Kevin Costner aportando la sobriedad que su papel exige y Diane Lane en estado de gracia.
En definitiva, se trata de un producto de entretenimiento bien filmado, que a cuya trama adhiere puntuales reflexiones sobre la vejez, el arraigo y el desarraigo, la familia y el sentido del deber, todo ello sin siquiera rozar la pedantería. No es una obra maestra. Sí es una buena película, ni más ni menos. Y eso no es poco en los tiempos que corren.
En definitiva, se trata de un producto de entretenimiento bien filmado, que a cuya trama adhiere puntuales reflexiones sobre la vejez, el arraigo y el desarraigo, la familia y el sentido del deber, todo ello sin siquiera rozar la pedantería. No es una obra maestra. Sí es una buena película, ni más ni menos. Y eso no es poco en los tiempos que corren.

6,6
17.686
6
1 de agosto de 2023
1 de agosto de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso es el filme de Edgar Wright, una simbiosis de la nostalgia de lo no vivido de una dulce niña provinciana y de una orgía de sangre que salpica el cuello de una rubia explosiva que sueña con poner a sus pies el 'swinging London' sesentero. Tan complejo como innecesario resulta explicar en una crítica cómo casan esas dos facetas que presenta una cinta tan original como irregular.
En su haber está la primera mitad de la película, una suerte de comedia romántica musical deliciosamente filmada, que transporta al espectador al seductor Londres de los sesenta (que aún conserva cierto sabor cincuentero, pues aún no parecen notarse demasiado los efectos de la "revolución Beatle") a través de las ensoñaciones de la protagonista, Ellie, desubicada en la era de los smartphones y la homogeneización.
En su debe figura la metamorfosis en "slasher" fantástico que experimenta la película a mitad de metraje, perdiendo pegada y con un final cogido con pinzas.
El as en la manga de Wright es una imponente Anya Taylor-Joy, que amortiza el coste de la entrada con su simple deambular por el Soho de los sesenta.
En definitiva, "Última noche en el Soho" es la hija (bastarda) de "Midnight in Paris" y "Suspiria", sobrina de "Carrie" y "Ha nacido una estrella".
En su haber está la primera mitad de la película, una suerte de comedia romántica musical deliciosamente filmada, que transporta al espectador al seductor Londres de los sesenta (que aún conserva cierto sabor cincuentero, pues aún no parecen notarse demasiado los efectos de la "revolución Beatle") a través de las ensoñaciones de la protagonista, Ellie, desubicada en la era de los smartphones y la homogeneización.
En su debe figura la metamorfosis en "slasher" fantástico que experimenta la película a mitad de metraje, perdiendo pegada y con un final cogido con pinzas.
El as en la manga de Wright es una imponente Anya Taylor-Joy, que amortiza el coste de la entrada con su simple deambular por el Soho de los sesenta.
En definitiva, "Última noche en el Soho" es la hija (bastarda) de "Midnight in Paris" y "Suspiria", sobrina de "Carrie" y "Ha nacido una estrella".

6,7
14.092
7
4 de septiembre de 2023
4 de septiembre de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que la infancia es la patria del hombre, y a juzgar por la frecuencia con que los cineastas vuelven a ella bien podría ser cierto ("Dolor y gloria", "Los Fabelman", "Los cuatrocientos golpes" o la propia cinta de Tornatore). "Belfast" es una interesante visita a la ciudad natal de Branagh, antes de que éste y su familia se vieran forzados a emigrar.
En mi opinión, tanto los aciertos como los errores de la película son muy fácilmente identificables, y son tanto de índole narrativa como técnica. Branagh acierta apostando por el blanco y negro, concentrando casi toda la acción en una sola calle y no explayándose en exceso. Mención especial merece el elenco del que se ha servido para encarnar a su familia y a su yo de nueve años: Jude Hill borda a su inocente Buddy, Caitriona Balfe construye una espectacular madre coraje y Judi Dench y Ciarán Hinds son unos abuelos enternecedores que parecen sacados de Innisfree.
Dos son las principales pegas que le pongo a la cinta. La primera es la forma en la que se inserta el conflicto entre protestantes y católicos en la película. Tal vez influya en ello el hecho de que está rodada desde la perspectiva de un niño de nueve años, pero la plasmación de dicho conflicto se me antoja algo vacua y mal trabada en el conjunto de la narración. El otro gran fallo está en la elección de los planos. Branagh peca de preciosista, pretendiendo que se note su manejo de la cámara en cada fotograma (Hawks se pondría de los nervios), cuando una película de esta naturaleza, sincera, agradable, sin aparentes pretensiones, pide otro tipo de encuadres. Una puesta en escena más ortodoxa y funcional, y menos artística, habría redundado en una película más ágil y, en definitiva, mejor.
Pese a todo, "Belfast" es una película interesante, capaz de combinar momentos divertidos y emotivos y, todo sea dicho, alguno que otro tedioso. Merece la pena dedicarle hora y media a conocer la infancia de Buddy/Kenneth, su primer amor, la relación con su familia, su natural incomprensión de parte de lo que acontece a su alrededor, su fascinación por el cine y su apego hacia lo malo conocido representado por la ciudad de Belfast.
En mi opinión, tanto los aciertos como los errores de la película son muy fácilmente identificables, y son tanto de índole narrativa como técnica. Branagh acierta apostando por el blanco y negro, concentrando casi toda la acción en una sola calle y no explayándose en exceso. Mención especial merece el elenco del que se ha servido para encarnar a su familia y a su yo de nueve años: Jude Hill borda a su inocente Buddy, Caitriona Balfe construye una espectacular madre coraje y Judi Dench y Ciarán Hinds son unos abuelos enternecedores que parecen sacados de Innisfree.
Dos son las principales pegas que le pongo a la cinta. La primera es la forma en la que se inserta el conflicto entre protestantes y católicos en la película. Tal vez influya en ello el hecho de que está rodada desde la perspectiva de un niño de nueve años, pero la plasmación de dicho conflicto se me antoja algo vacua y mal trabada en el conjunto de la narración. El otro gran fallo está en la elección de los planos. Branagh peca de preciosista, pretendiendo que se note su manejo de la cámara en cada fotograma (Hawks se pondría de los nervios), cuando una película de esta naturaleza, sincera, agradable, sin aparentes pretensiones, pide otro tipo de encuadres. Una puesta en escena más ortodoxa y funcional, y menos artística, habría redundado en una película más ágil y, en definitiva, mejor.
Pese a todo, "Belfast" es una película interesante, capaz de combinar momentos divertidos y emotivos y, todo sea dicho, alguno que otro tedioso. Merece la pena dedicarle hora y media a conocer la infancia de Buddy/Kenneth, su primer amor, la relación con su familia, su natural incomprensión de parte de lo que acontece a su alrededor, su fascinación por el cine y su apego hacia lo malo conocido representado por la ciudad de Belfast.

5,7
18.801
7
25 de noviembre de 2023
25 de noviembre de 2023
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre estas dos pasiones (Francia y el ejército hacen una) pivota el "Napoleón" de Ridley Scott: sobre el líder en el campo de batalla y sobre el marido en la alcoba. El primero asombra, el segundo no tanto. Y es que Scott termina por restarle algo de atractivo al héroe en pro de humanizar (que no ridiculizar, no seamos malpensados) al hombre que la leyenda esconde.
Las virtudes de la cinta de Scott están en la épica que es capaz de construir como pocos, en la belleza de la ambientación y de sus grandes planos generales, y, especialmente, en la espectacularidad de sus escenas bélicas: el Austerlitz de Scott aún se comentará dentro de diez años. Juega a su favor lo canónico de su narración y el no ser un ejercicio de estilo. Por su parte, Phoenix saca un notable y construye un Napoleón más que digno.
Flaquea, dicho está, en el Napoleón doméstico, en el excesivo peso que se le da en el metraje a su relación con Josephine (muy solventemente interpretada por esa reencarnación de Shirley MacLaine llamada Vanessa Kirby), en la tentativa de convertir en personaje freudiano a un héroe de cantar de gesta. Cuestión de gustos.
Al grano, ¿qué es y qué no es "Napoleón"? Pues es una buena película de aventuras, que no aburre, que tampoco es que sea pretenciosa, con secuencias para degustar en pantalla grande y que justifica el esfuerzo de ir al cine. No es, sin embargo, la obra maestra que algunos esperábamos, dado el talento de Scott y, sobre todo, la magnitud del personaje histórico. Es cierto que abandonas la sala con ganas de más. Pienso que la clave para disfrutar este "Napoleón" está en sortear las expectativas y en asimilar que se va a ver una película de Raoul Walsh y no de Kubrick (tampoco es mala cosa). Quizás hubiera materia prima para elaborar un "Gladiator", un "Espartaco" o un "Lawrence de Arabia", es decir, una cinta que pasara a la historia del cine, un hito...pero no es el caso.
Sea como fuere, no sean tan exigentes, vayan a verla y juzguen después. Si no lo quieren hacer por Napoleón, al menos háganlo por la teniente Ripley, por Rick Deckard o por Máximo Décimo Meridio.
Pd: Es incomprensible la ausencia absoluta de España en la película, que supongo que se corregirá en la versión extendida que saldrá en plataformas. Pero bueno, tampoco es un libro de historia, no hay que tomárselo tan a pecho.
Las virtudes de la cinta de Scott están en la épica que es capaz de construir como pocos, en la belleza de la ambientación y de sus grandes planos generales, y, especialmente, en la espectacularidad de sus escenas bélicas: el Austerlitz de Scott aún se comentará dentro de diez años. Juega a su favor lo canónico de su narración y el no ser un ejercicio de estilo. Por su parte, Phoenix saca un notable y construye un Napoleón más que digno.
Flaquea, dicho está, en el Napoleón doméstico, en el excesivo peso que se le da en el metraje a su relación con Josephine (muy solventemente interpretada por esa reencarnación de Shirley MacLaine llamada Vanessa Kirby), en la tentativa de convertir en personaje freudiano a un héroe de cantar de gesta. Cuestión de gustos.
Al grano, ¿qué es y qué no es "Napoleón"? Pues es una buena película de aventuras, que no aburre, que tampoco es que sea pretenciosa, con secuencias para degustar en pantalla grande y que justifica el esfuerzo de ir al cine. No es, sin embargo, la obra maestra que algunos esperábamos, dado el talento de Scott y, sobre todo, la magnitud del personaje histórico. Es cierto que abandonas la sala con ganas de más. Pienso que la clave para disfrutar este "Napoleón" está en sortear las expectativas y en asimilar que se va a ver una película de Raoul Walsh y no de Kubrick (tampoco es mala cosa). Quizás hubiera materia prima para elaborar un "Gladiator", un "Espartaco" o un "Lawrence de Arabia", es decir, una cinta que pasara a la historia del cine, un hito...pero no es el caso.
Sea como fuere, no sean tan exigentes, vayan a verla y juzguen después. Si no lo quieren hacer por Napoleón, al menos háganlo por la teniente Ripley, por Rick Deckard o por Máximo Décimo Meridio.
Pd: Es incomprensible la ausencia absoluta de España en la película, que supongo que se corregirá en la versión extendida que saldrá en plataformas. Pero bueno, tampoco es un libro de historia, no hay que tomárselo tan a pecho.
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