Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
You must be a loged user to know your affinity with Rothgo
Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
American Pop
Estados Unidos1981
7,4
856
Animación
7
19 de abril de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Hubo un tiempo en que uno era (muy) joven y devoraba un comic -entonces llamados 'los tebeos'- tras otro. Sobre todo, revistas como 'Cimoc' o el 'Creepy'. Por aquel entonces, buscar en las pantallas de cine algo equivalente en términos de animación era misión imposible; todo pasaba por el imaginario de la Disney, con sus animalitos y canciones.
Sin embargo, de vez en cuando irrumpían películas como 'Heavy metal', 'Los amos del tiempo' o... algún film de Ralph Bakshi, incombustible e infatigable realizador que siempre buscó llevar la animación a terrenos más adultos y complejos.
En el 81 se estrenó esta 'American pop', uno de sus films más redondos. Es cierto que se intuyen en él claras limitaciones de presupuesto, pues opta por usar en algunos momentos imágenes de archivo en lugar de dibujos animados, algo que resiente a la película de forma especial en su inicio. Pero aún así logra emocionarte y conectarte a los personajes, una familia de músicos a lo largo de diferentes generaciones, a través de cuyos ojos asistiremos a muchos de los disparates del siglo xx; todo mediante una acertada fusión de canciones e imágenes, con las que se repasa la influencia y el estilo de la música popular a lo largo de cada momento.
Excelente el desenlace, reivindicando el pasado y el legado de quienes nos precedieron, para entender quiénes somos. Y por el camino, algún que otro gran momento, como la muerte del pianista.
Un film a reivindicar, y más si eres de los que saben que hay vida más allá de 'La sirenita'.
8 de diciembre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Parada en el Infierno es un esfuerzo por hacer revivir (al menos durante hora y media) el género del spaghetti western: con su modestia de medios, su violencia nada disimulada, sus personajes taciturnos y sucios y, por supuesto, con sus celtibéricos parajes; desde Colmenar Viejo hasta el desierto de Tabernas, inmortalizados en tantas y tantas horas de tiroteos y cabalgadas y que tuvo su edad de oro entre los años 60 y hasta bien mediados los 70.

Esta es una de esas películas que deseaba que me hubiera gustado mucho mas de lo que realmente alcanza a ofrecer; esperaba encontrar, pues eso, algo de la esencia de aquellos westerns -siempre mas ingeniosos que espectaculares- y me encontré con algo así como un film de terror bizarro; de la épica brutal y sin gloria de aquellas queridas películas de sesión continua, mas bien poco.

Parada en el infierno fue una locura de proyecto que por desgracia se quedó a las puertas de lo molón. Hay en ella amor y conocimiento por lo que se quiere plasmar en pantalla. Desgraciadamente, también hay torpeza a la hora de narrar el asunto (esos momentos de cámara lenta, algunos temas musicales que te sacan a empujones de la película) y una dispersión de ideas que no la favorecen en nada y que terminan por aburrir.

La película gravita casi exclusivamente alrededor del personaje del Coronel (al que da vida con convicción Pablo Scola), un sádico y brutal personaje. El tipo ya te cae como el pellizco de un alicate desde el primer momento que aparece. No sabemos nada de él a lo largo del metraje, solo cosillas que se intuyen, pero nada mas: ni porqué se carga a la gente con el ¿anzuelo? ese, ni nada. Por otro lado, aparecen montones de personajes que parecen puestos ahí solo para servir como víctimas de su brutalidad. En este sentido, el film funciona mejor como una desagradable y tensa experiencia de suspense (salpicada por momentos realmente terroríficos y grotescos) que como una nostálgica revisitación de los westerns made in Spain.

Y es una pena, porque Parada en el Infierno es un auténtico festival de referencias, homenajes y guiños del género: por los reconocibles y evocadores parajes donde se filmó, pero también por su original casting: desde el incombustible Antonio Mayans hasta el mítico director de cine de pipas Enzo G. Castellari (Keoma, Fuga del Bronx, Aquel maldito tren blindado...), pasando por otros rostros de secundarios disfrutables como Andrea Bronston o Ramón Langa.

No es una película que pueda recomendar, a mi se me hizo aburrida y algo torpe, pero tampoco diría que la dejes de ver si te gustan los spaghetti western: solo por lo atrevido de la propuesta ya vale la pena darle una oportunidad, los actores y actrices están bien y bueno, tiene su tiroteo final y algún momento de tensión pasable. Sus escenas de brutalidad y tortura (servidas con efectos especiales del ínclito Colin Arthur) y su atmósfera malsana conectan por momentos a Parada en el infierno con el subgénero del weird western; y si te gusta ese cóctel de atmósferas, quizás te interese detenerte por hora y media en esta parada de postas para diligencias.
13 de octubre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Hay películas que te dejan con el culo torcido. Otras te dejan con el culo torcido y las orejas del revés. Ésta es una de esas películas.

Me esperaba una típica cinta de yakuzas, tiros, puñetazos, katanas y chicas asiáticas guapas. Algo de esto hay, mas que nada porque es exactamente lo que los de la productora nipona Nikkatsu querían que les entregara el señor Suzuki. En vez de eso, Branded to kill terminó convirtiéndose en una experiencia subversiva e inclasificable. Quizás Suzuki quería romper con el estudio nipón o simplemente estaba harto de hacer siempre lo mismo y de la misma forma. El caso es que se las apañó para montar uno de los films de acción mas osados, oníricos y en general, raro de narices que recuerdo haber visto.

Y si, hay tiros a cascoporro. Hay escenas de acción muy bien filmadas, de ritmo conciso y minucioso y donde ni se adorna ni se camufla la violencia. Si aprecias el cine de acción bien filmado, con gusto por una planificación metódica y una puesta en escena áspera y brutal, disfrutarás la magistral mano de Seijun Suzuki para conseguir escenas imaginativas, intensas y muy bien resueltas.

Pero si también esperas que eso esté al servicio de una narrativa mas o menos ordenada, con un trasfondo o unos personajes que puedas interpretar con facilidad... lo mismo te acabas acordando de la familia al completo del sr. Suzuki.

Branded to kill es una experiencia tan única como inconexa, una película con la que te adentras en una realidad paralela cercana a un ensueño: A partir de una idea un tanto pueril -una organización criminal encargada de asesinar por encargo- , Suzuki juega con todos los elementos formales y narrativos para crear una experiencia inmersiva con sus propias reglas irracionales, absurdas y fascinantes.

La película que condenó al ostracismo de los estudios nipones a Seijun Suzuki es un ejercicio de cine hiperbólico, donde cada plano pugna con el siguiente para atrapar y patear tu culo de cinéfilo acomodado. Aquí vale todo. Hay un protagonista mofletudo y fetichista, una organización de asesinos liderada por una leyenda viviente al que nadie conoce, una chica de elegante belleza obsesionada por la muerte, frágiles mariposas que marcan con fatalidad el destino de un hombre y montones de yakuzas asesinos de estrictas y retorcidas reglas.

Un film diferente, único y transgresor con todo lo mejor del cine de pipas y, al mismo tiempo, en las antípodas del mismo.
8 de diciembre de 2023 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un amigo cinéfilo me comentó en cierta ocasión cual era, para un conocido suyo, una de sus películas favoritas: Anaconda (1997, dirigida por Luis LLosa). Motivo: porque es una película que tiene de todo. Tiene aventura, acción, terror, romance... de todo!

Aplicando esta argumentación irrebatible, Las pirañas asesinas (también conocida como Voracidad) debería ser algo así como una obra maestra del estilo cinematográfico del tiene de todo; hay explosiones a cascoporro, un tornado, pirañas, atracadores y todo ello con exteriores filmados en el privilegiado escenario natural de Angra dos reis.

La películas arrastra no pocos problemas: el menor de ellos, un argumento inverosímil; algo perfectamente disculpable si luego el resultado fuera mas intenso y divertido.

A esto hay que sumarle una notable falta de medios. Pero lo peor (y lo que en algún momento hace caer el film en el ridículo involuntario) es que esas carencias visuales eran perfectamente evitables. Hay como un empeño por poner en pantalla un montón de cosas tan complicadas como caras: explosiones, un tornado que destruye una presa, una avioneta que se estrella... todo innecesario.

Aquí lo realmente necesario no era mas presupuesto, era un guion mas divertido, mas gamberro, con mas punch. Ya que hablamos de peces carnívoros, con mas chicha.

Las interpretaciones tampoco hacen por disimular el soso guion. Tenemos a Lee Majors -por aquel entonces muy popular entre el público por la serie El hombre de los seis millones de dólares-, con su masculina apostura, entrecerrando los ojos cuando quiere hacerse el interesante y arqueando su ceja izquierda cuando algo le sorprende; y a Karen Black haciendo lo que puede, la única que parece tomarse algo en serio el asunto y por momentos logra parecer aterrada ante la perspectiva de ser devorada por unos peces letales. El resto parecen estar ahí para cobrar el cheque y pasar unos días al sol de Brasil.

Por cierto que la localidad donde se filmaron los exteriores (Angra dos reis) es una zona costera. Así que se produce una confusión notable por momentos, porque no hay sensación que la acción transcurra en un lago, sino mas bien a la orilla del mar. Algunas tomas aéreas del lugar tampoco ayudan a disimular el lío, precisamente.

Pirañas asesinas pudo haber sido un divertido disparate y en su lugar se queda en un mero catálogo setentero de lo mas supuestamente molón del momento: el repertorio de estilo y moda que luce el film es, en este sentido, lo mas genial del mismo. Me encantaron los peinados (patillas y laca a granel), las inevitables gafas de sol de aviador, los pantalones acampanados de ellas y las camisas abiertas de machotes de ellos. Hasta James Franciscus aparece jugando al backgammon en un par de ocasiones, que hay mas seventies que eso?

De fondo musical suena cada dos por tres un tema disco interpretado por Amii Stewart compuesto para la película, lo que contribuye aún mas al festival setentero.

Quizás en su día y frente a un público poco exigente, la película tendría cierta capacidad para entretener. Hoy no puedo recomendarla, aunque...tiene de todo!
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para