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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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29 de junio de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todo niño es un lucero
que no muñeco de cartón...
No quiero que los recorten en cueros,
les vistan por un patrón (...)

Carne y hueso, eso es
Seso y sexo, como usted."

Esta extraordinaria canción de las poetisas Vainica Doble es la mejor forma que encuentro para interpretar este film, con la amargura destilada de la nostálgica calidez en esos viejos y coloridos fotogramas parisinos, y con toda la reivindicación de dos principios humanos universales que nos han sido pisoteados desde nuestra infancia:

1. la virtud de la inocencia
2. la virtud de la diferencia

El individuo incorrupto, aquel humano libre y feliz, se verá amenazado siempre por los otros "individuos" grises, cortados por el mismo patrón: un patrón moldeado por las tijeras de la ignorancia, del rechazo, del odio, del miedo, que cercena la verdadera esencia del hombre, despojándolo del ángel de la guarda. No es culpa de ellos esos tonos grisáceos del humo apestando en sus chaquetas y la sarna repicando en sus corazones. Al fin y al cabo, los han cortado así.

Un globo, tan dimensionado como un ser humano... y tan frágil. ¿Qué nos puede representar este globo, que levita, inocente y rojo, como una provocación al ruidoso orden de los semáforos y los autobuses? Pues no encarna más que el seso y el sexo: la inteligencia del individuo y su poderosa fantasía, es decir, todo lo que le eleva como ser: el conocimiento (lo que toma del mundo) y la creatividad (lo que deja para el mundo).

Este pizpireto niño y su globo se encontrarán que espacios como un colegio o una iglesia pueden ser sus más crueles antagonistas. ¿Por qué enclaustrar las ideas del que piensa por sí mismo, entendidas como una inteligencia incontaminada? ¿Y por qué negar a un niño la sexualidad latente como un capullo de rosa, entendida como inocencia y creatividad? Pues porque son principios tan naturales y tan poderosos que le son mutilados desde estos estamentos: no se amoldan al patrón gris y desangelado que requiere una sociedad "civilizada".

Y otra cuestión ¿Por qué de ese colegio salen otros niños como perros de caza ansiosos por raptar el globo? Porque ya es demasiado tarde, han sido entrenados para perpetuar el mismo sistema ruin y mediocre a través de la cólera inconsciente y masificadora hacia el que no la acata.

Mi conclusión:

La alegría del diferente es insultante para las masas y una provocación para el que las domina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El hermoso y colorido final siempre quedará grabado en mi retina. Felicidades a Albert Lamorisse, que ha creado una obra inmortal e imperecedera: aunque su poético y esperanzador mensaje final no parezca adecuarse a la realidad, confío en que la rosa, al final, se abra camino sobre "la mala hierba".

Por cierto, el título de la canción es "Que no", del disco "Contracorriente" del mencionado grupo. Recomendada escucha tras el visionado de la película.
25 de abril de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo sigo el Ministerio del Tiempo. Es una serie que no le falta de nada: sólida producción para los espectadores más exigentes, un guión interesante, simpático y de cierto valor histórico (recordemos que es una ficción, no un documental) y unas interpretaciones bien encuadradas en unos personajes definidos, extravagantes y cercanos.

Sin embargo, no sé a qué se refiere la gente cuando manifiesta su regocijo por el nivel de una serie nacional. Supongo que el baremo de la ficción norteamericana ha creado cierto complejo de inferioridad como espectadores españoles. Tampoco ayuda que en la España de 2015 la televisión haya tocado sus bajos fondos de dignidad.

En España hay de todo y para todos. ¡Claro que no es la HBO! ¡Ni falta que hace! ¿Que ojalá se importara ese maravilloso modelo de producción? ¡Pues claro! ¿Que ojalá se empiecen a tener en cuenta los cerebros jóvenes y bien educados audiovisualmente? ¡Ya te digo! Pero no nos obsesionemos: una serie es buena en cuanto aúne la mayor complejidad y profundidad de su argumento y personajes con la capacidad de entretener. Punto. Da igual que la produzca la HBO o que la produzcan cuatro freaks para el Youtube. Da igual que se lo curren digitalmente (sabéis que los mejores capítulos de los Simpson no necesitaban tanta floritura digital) o que se usen super-complejos planos secuencia. Esos son puntos extra, pero hay que conquistar primero el olfato.

Particularmente, puedo dormirme con series de sobresaliente calidad técnica como "Isabel" (de hecho, sólo aguanté dos episodios) y mantenerme despierto con el capítulo más basura de "Aída". Menos mal que "Aquí no hay quien viva", "Cuéntame" o "7 vidas" mantuvieron, en muchas temporadas, cierta dignidad sin renunciar al entretenimiento.

Sin embargo, si a verdadera calidad "patria" -técnica, artística, literaria y recreativa- nos referimos, tenemos todas esas magníficas producciones de TVE, que rendían culto, en muchas ocasiones, a clásicos de la literatura española y que no necesitaban importar ningún modelo de producción extranjero y mucho menos justificar su indiscutible calidad. No quería ponerme "español", pero, son productos dignos de exportar.

Espero que dure "El ministerio del tiempo". Ellos se lo curran, y seguro que mejorará temporada tras temporada. Recuerden una cosa: hay universitarios cuya formación está coincidiendo con la mejor generación en cuanto a series televisivas, los 90 marcaron el camino, los 2000 nos revolucionaron. 2015 no podría empezar con una oferta tan variopinta como excelente.

2020: prepárate para los futuros cerebros.
26 de junio de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
PREJUICIO NUMERO 1: ¿PERO ESTO NO ERA UNA COMEDIA?
¿Te imaginas entrar al cine para ver al bueno de Ben Stiller con la imagen mental de una comedieta de humor chusco y descerebrado, y lo que empieza a parecer una mala, pero simpática comedia, se torna en un drama horroroso, de ambiente creppy y de macabras consecuencias?

El argumento que yo (felizmente) imaginaba: José Mota tiene un accidente del que sale milagrosamente ileso y se convierte en una estrella de televisión, desde la hiperbólica mirada de Álex de la Iglesia: sabemos que habrá sangre, pero de buen rollo, ¿verdad? Lo cierto es que la sorpresa me ha revuelto el estómago, pero me ha dejado un buen sabor de boca. Es cierto que tiene sus fallos, pero es lo menos.

PREJUICIO NUMERO 2: JOSÉ MOTA y SALMA HAYEK, ¡MENUDOS ENCHUFADOS DE LOS GOYA!
Lo cierto es que Salma hace una dignísima interpretación que bien le pudo haber merecido un premio (de no ser porque Elena Anaya "lo petó" demasiado) y José Mota borda ese papel de pazguato, a lo Buster Keaton pasando la peor de las experiencias: un rostro de palo, imperturbable y anodino, que a la vez irradia mucha humanidad. Mil disculpas a los dos.

PREJUICIO NUMERO 3: LA MORALINA SOBRE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ESTÁ MUY TRILLADA
Sí, no dice nada nuevo, y no comulgo demasiado con la crítica al sensacionalismo de la telebasura. No obstante, la reflexión está bien argumentada a través de los distintos personajes que aparecen, definiendo muy bien las posiciones ante una situación tan límite como si de un icosaedro se tratara. Por otro lado, no me ha quedado claro si la presencia de los medios cubriendo el accidente era el leitmotiv de la película o al final no pasa de un simple mcguffin. Lo bueno de todo esto es que, como en la vida, las cosas tienen la importancia que cada sesera les otorgue. Por lo tanto, donde unos cacarearán "fiasco", yo lo gluglutearé como un pavo que estamos ante un pequeño logro.


Conclusiones:

1. La película no está exenta de fallos. De todos modos, no olvidemos que el cuerpo de su exagerado y (en ocasiones) forzado guión está moldeado en torno a un disparatado esperpento de fondo negro, negrísimo. Tan negro como la sangre de esos portales de barrio que aparecen en el telediario. Podría quedar bien como obra de teatro.

2. El tema de qué es lo verdaderamente importante en la vida queda al desnudo a lo largo de la película. El drama familiar que se vive lo podrían haber contado Isabel Coixet a través de su cine intimista o Fernando León a través del drama social. Álex de la Iglesia lo cuenta como mejor sabe: desde el esperpento valleinclanesco. Asímismo, la eterna metáfora del hombre absurdo encarnada en José Mota ya se ha reflejado de otras formas: "La cabina", de Antonio Mercero, dicta más o menos el mismo mensaje: de hecho, el personaje de José Mota se ve atrapado accidentalmente por culpa de esa concepción del materialismo más ciego que reina en el mundo moderno. Por último, la película se relaciona, desde el tópico de la fragilidad de la vida frente a la importancia de los bienes, con los "Retratos de nuestras postrimerías" que representó Juan de Valdés Leal en la pintura barroca española de una forma no menos impactante en cuanto a macabrismo, acidez como y universalidad.

3. Por último... y sobre la televisión:

Esta reflexión que hace el director sobre la prensa del cotilleo queda un poco anticuada. Actualmente (2015), y, por mucho que nos pese, Lidia Lozano no es el mal. Jorge Javier Vázquez no es el mal. Karmele Marchante no es el mal. En todo caso, son sólo cuatro yonkis con más o menos escrúpulos que exponen la vida de gente que, a su vez, quiere ser expuesta. Adentrémonos en cómo los medios "serios" de la televisión y la prensa tratan de forma tan frívola, tan retorcida y tan manipulada, asuntos delicados y de vital trascendencia. Ahí es donde vemos lo podrido de todo el asunto, tal y como magistralmente ya narró Billy Wilder en "El gran carnaval". En resumen: la tiranía de la comunicación (va por usted, Ramonet).
27 de marzo de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aspectos por los que se debe reinterpretar esta obra cinematográfica:

1. Desde su perspectiva de género:

Me toca mucho la moral que esta película se muestre de ejemplo de perpetuación de los estereotipos negativos de género, cayendo en argumentos de lo más ingenuos y simplistas. Cierto que Aurora se corresponde con su arquetipo (nada que ver con el cuento original) de sexualidad femenina pasiva y resignada. Incluso puedo pasar por alto el que Maléfica pueda representar lo peor de las cualidades femeninas que el cine de Hollywood se ha encargado de meternos hasta en la sopa. Pero ¡atención! Esto es sinónimo de caer en el simplismo a la hora de englobar todo el producto: ¿Qué me dicen de las verdaderas protagonistas del film, las tres hadas buenas?

Sí, vale... Lo típico. Representan los "Valores maternales" (como si eso fuera algo negativo, vamos). Pues resulta que ahí no acaba la cosa: Flora, Fauna y Primavera revolucionan todo rol de género si lo analizamos desde el prisma de la época.

En primer lugar, son las que cargan con todo el peso narrativo. Sargentas y titiriteras de la historia, no es el príncipe quien rescata a Aurora, son ellas quienes rescatan al príncipe. No es el príncipe quien mata al dragón, son ellas las que dirigen la espada (ese símbolo fálico de poder) cuando el príncipe está indefenso. Representan la valentía, la determinación y la generosidad maternal (¿es esto un estereotipo negativo?). Prescinden de un hombre o de una varita mágica para criar y ocultar, en mitad de un bosque, a nada menos que la heredera del trono a la corona. Para colmo, resultan ser unas amas de casa desastrosas y torpes: no saben ni cocinar, ni limpiar, ni coser un vestidito. Se pelean por el rosa o el azul (somos conscientes de qué representan estos colores). Además, lucen con orgullo su humor naïf, no esconden sus emociones y hacen acopio de su valentía (y más). Podrían ser nuestras madres, tías o abuelas. Son, en su esencia, tres ejemplos feministas que han quedado injustamente relegados a un segundo plano, cuando son el verdadero motor del relato. Para que vean cómo, incluso en la crítica feminista, se obvian estos detalles.

Tanto el príncipe como la princesa son un pretexto en toda la película desde el punto de vista argumental. Ambos son igual de anodinos y narrativamente pasivos. Se enamoran, protagonizan una preciosa escena de amor y ambos despiertan a la sexualidad con ese primer beso que deshace el encantamiento. Pero ¡ojo! todo es propiciado por las hadas.

Por último, Maléfica es el Yang de la historia. Inteligente, poderosa y sabia. Irracional como ninguna. No le mueve la vanidad o la codicia de las madrastras de otros cuentos filmados. No le mueve un abrigo de piel o la disputa por el reino del mar o demás trivialidades "femeninas" (nótese ironía). Simplemente, le mueve la maldad. Su propia naturaleza. Una naturaleza que duerme escondida en todo el ser humano y que, en este caso, se retrata de una forma escalofriante. Resulta divertido oír aquello de "Por vez primera en 16 años esta noche dormiré tranquila". ¿¿¿??? 16 años de rencor por no haberte invitado a un bautizo. Esta representación irracional llega a ser divertida y absurda. Maléfica es el diablo. No es un estereotipo de mujer, es una fuerza suprema y fatalista. Una de las mejores formas de representar al Diablo que ha habido en la tradición occidental, independientemente de los géneros (1, spoiler). Creo que en la versión de Angelina Jolie lo único que se hace es SEXUALIZAR al personaje, es decir, polarizarlo y justificarlo (humanizarlo), y. por lo tanto, otorgándole género a un personaje, que, en realidad, ni lo posee ni lo necesita.


2. Su género cinematográfico. En filmaffinity es clasificada con los siguientes géneros.

Animación. Fantástico. Romance. Infantil | Fantasía medieval. Cuentos

¿¿¿¿ ????? Primero, obvian la magnifica parte musical de la historia. Los números al son de Tchaikovsky son de todo menos convencionales. Exceptuando la escena principal de amor (un jolgorio cromático al más puro estilo de la casa), el resto de números son cantados a través de un coro extradiegético para empañar cada fotograma como si se tratara de un onírico poema medieval. Por otro, obvian que es un cuento de terror. Ya hemos descrito la fuerza irracional del mal sobre el destino del hombre: el tratamiento de los elemento plásticos y sonoros lo pone de manifiesto a la hora de generar mal rollo. Su punto de comedia no sólo lo concentran los sketches de las hadas (muy slapstick), sino que, destiñen sabor a srewball comedy respecto a la trama amorosa con el malentendido que surge en torno al romance y la identidad de los príncipes. Además, se nos olvida que la intriga se mantiene desde el primer minuto, y los puntos de trama son más que suficientes para justificar que se trata de un thriller muy bien llevado, en el que, aún combinándolo con los demás elementos mencionados, logra mantener en vilo al espectador. Así que mi sugerencia para filmaffinity sería:

Animación. Thriller. Musical. Romance. Aventuras. Terror. Edad Media. Comedia.

Continúo en el Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
3. TRASFONDO FILOSÓFICO

Me atrevo a decir que ésta es una de las pocas películas de la Disney que llega a profundizar más en su argumento. "Fantasía", "El rey león", "Merlín" o "Alicia" son las únicas que se me ocurren (entre otras cosas, porque no las he visto todas con detenimiento). Las ambigüedades que se presentan entre realidad/sueño son cuanto menos, calderonianas, jugando entre el plano del sueño y la realidad, entre lo oculto y lo simulado. El juego de las identidades Aurora/Rosa, Príncipe/Campesino se articulan en torno a los binomios Romanticismo/Sexualidad (spoiler 2) y Predestinación/Voluntad. Si a esto le añadimos la fuerza fatal que obstaculiza tanto la voluntad como la predestinación, tanto el romance como su consumación, podemos preguntarnos si Maléfica no es más que la representación de una fuerza que opera en todo ser humano para alejarle de la felicidad y abocarlo a la tragedia. Quién sabe. Quizá Maléfica no sea más que esa parte esencial del hombre llamada Ego llevada a sus últimas consecuencias.

"La Bella Durmiente" es una película ambiciosa, muy entretenida y muy compleja. No se trata de un relato convencional. Y aunque, respecto al género, puedo compartir en parte la crítica (más que nada, por el personaje de la Reina... ya que es de los pocos títulos de la casa en los que la madre no está o aparece muerta: aunque, por desgracia, no pinte nada en el cuento), hay que reconocer que no es ni la mitad de sexista que cualquier otro título de la época. Así que piensen un poco ¿no puede ser su sutil fuerza femenina la causa por la que ha sido tan infravalorada desde siempre y por la que obtenga una puntuación tan baja en esta web? ¿No está la sociedad, hombres y mujeres, masculinizándose demasiado como para haber castrado ese eterno femenino que forma parte de todos y con el que podríamos comprender este gran título de la cinematografía?


ANEXO (spoiler):

1. El terror que llega a generar Maléfica en la película no sólo se limita a la rueca (máximo clímax de tensión). También llega a secuestrar al príncipe, torturarlo psicológicamente, generar un mortal bosque de espinas y convertirse en un dragón terrorífico. La escena de las escaleras es enfermizamente genial, desde su aparición en la chimenea con esos ojos amarillos. El tratamiento de la luz (tonos verde oscuro en penumbra), la música hipnótica, el sufrimiento e impotencia de las hadas, y la planificación del espacio, donde el castillo llega a ser un personaje más, son elementos que la convierten en una escena magistral.

2. El beso que devuelve la vida a la princesa Aurora podría interpretarse como el despertar sexual de ambos jóvenes después del enamoramiento. El color y rasgos que adquiere el personaje evidencian la pérdida de la inocencia, el verdadero despertar a la vida, a la sexualidad y a la propia identidad. La Rosa se abre al dar paso a la Aurora. (No es que se trate de una mojigata, es que se trata de una niña).


En el título resalto esa (aparentemente irrelevante) frase de Fauna mientras cocina el pastel y el cómo "chapurra" dos huevos enteros... Me parece gracioso y anecdótico para ilustrar la percepción que tengo de esta película.
17 de junio de 2015 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Soderbergh, cual cirujano en quirófano (con bisturí o sierra en mano), nos abre en canal la sociedad de nuestro tiempo para extirpar los oscuros tumores psicosociales que provocan tanta infelicidad y angustia innecesaria, que hacen de los psiquiatras elementos de primera necesidad para las clases burguesas. Y todo a partir de cuatro estereotipos que danzan al son de la incomprensión, la incomunicación, y, en definitiva, la inconsciencia. Por tanto, estas enfermedades, en el fondo, no son tanto de carácter sexual sino más bien de autoconocimiento y comunicación con los demás. Y los candidatos a enfermos mentales son:

1. LA FRÍGIDA: Interpretada por una exuberante Andie MacDowell, un ama de casa abnegada y maniática al borde de la locura y experta en reprimir sus instintos primarios, que parecen a punto de estallar a medida que avanza la cinta (cual tía Tula). Su personalidad asertiva se verá seriamente perturbada por la llegada de Graham (aka EL PERVERTIDO), dinamitando sus elevados castillos morales y dejándola al desnudo frente a su único problema real, no exento de solución: es una frígida y no es culpa suya.
DIAGNÓSTICO: Enferma mental muy reprimida. Humana, al fin y al cabo.

2. EL PERVERTIDO: Encarnado por un melancólico y misterioso James Spader. Resulta increíble cómo su impotencia y su vouyerismo puedan ser tratados con tanto respeto, incluso admiración por parte del director... cuando normalmente, en una cinta random americana, sería lo peor de lo peor, un residuo putrefacto de la sociedad, un indeseable (¿Se acuerdan de Robin Williams revelando fotografías ajenas?). Por supuesto: tiene un problema y éste verá la cegadora luz tras la caverna al conocer a Anna (LA FRÍGIDA). El vals de este cuarteto de cámara va tomando cuerpo, como un buen vino de Jumilla, en cada punto de trama, por lo que no decaerá usted en el aburrimiento. Su problema no será tanto su vouyerismo sino el miedo a uno mismo.
DIAGNÓSTICO: Enfermo mental muy atormentado. Humano, al fin y al cabo.


3. LA FRESCA: Nadie como Laura San Giacomo para deleitar al público con estos papeles. Singularmente, la más sana sexualmente, la más humana y la más inocente de todos. No por tanto, menos siniestra al acostarse con su cuñado sobre la cama de su hermana. Su enfermedad, en todo caso, es un cierto complejo de inferioridad hacia su hermana que la llevará a ser una "fresca" y un continuo volcán en erupción, que como antítesis de Ann resulta la mar de interesante. Su único problema es la mentira y una cierta envidia, no por eso menos dañino hacia sus seres queridos. ¿Se resolverá felizmente su dilema?
DIAGNÓSTICO: Enferma mental con un leve síndrome de caín. Humana, al fin y al cabo.

4. EL REPUGNANTE: Peter Gallagher interpreta a John, un abogado de éxito, un triunfador. El sueño americano encarnado en un marido ejemplar. Un cerdo de la peor calaña, vamos. Su absoluta falta de escrúpulos y su egoísmo ciego lo llevan a justificarse mentira tras mentira, disfrazado en su apariencia intachable, su posición social y el absurdo hecho de que es un hombre. En circunstancias normales (o sea, en un vecindario corriente), él sería la víctima de una cuñada calentorra y una esposa frígida. Soderbergh desmonta este alpiste falócrata que hemos aceptado por bueno para retratar a un tipo de personaje universal, que es el verdadero enfermo mental del siglo XX y XXI: un individualismo hipócrita y retorcido.
DIAGNÓSTICO: Despojo terminal, vomitivo, e incurable. Humano, al fin y al cabo.
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