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6,4
19.746
7
14 de marzo de 2024
14 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que parecen más un ejercicio de estilo que una narración audiovisual. En esta peli pasan pocas cosas. Lo que atrapa nuestra atención no es tanto un hilo de acontecimientos, sino el escenario en que transcurren. Me ha recordado un poco a "La cinta blanca", de Haneke. Hay un horror implícito en la cotidianidad del enemigo atroz, en su indiferencia a la aniquilación de los principios humanos más básicos.
Personalmente no comulgo con el pensamiento tantas veces visto en el cine de que todos los nazis, indistintamente, eran malos y no tenían escrúpulos. Sospecho que la realidad debió ser más compleja y cruel. Que muchos alemanes que ingresaron en las filas nacionalsocialistas se darían cuenta de la barbarie a la que se había llegado (y que no se sospechaba al iniciarse la guerra), que un buen número de ellos desertaría al no querer formar parte de ese delito masivo y descabellado. Que el olor a cadáver quemado, que la tortura, que el odio terminaría por tener efectos devastadores en muchos soldados.
En el apartado técnico, la película es un recital de fotografía, sonido (por el que se ha llevado un Oscar) y montaje
Personalmente no comulgo con el pensamiento tantas veces visto en el cine de que todos los nazis, indistintamente, eran malos y no tenían escrúpulos. Sospecho que la realidad debió ser más compleja y cruel. Que muchos alemanes que ingresaron en las filas nacionalsocialistas se darían cuenta de la barbarie a la que se había llegado (y que no se sospechaba al iniciarse la guerra), que un buen número de ellos desertaría al no querer formar parte de ese delito masivo y descabellado. Que el olor a cadáver quemado, que la tortura, que el odio terminaría por tener efectos devastadores en muchos soldados.
En el apartado técnico, la película es un recital de fotografía, sonido (por el que se ha llevado un Oscar) y montaje

5,5
16.280
2
11 de diciembre de 2010
11 de diciembre de 2010
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
... sobreactuada (como es de rigor en nuestro excelso cine patrio) y, lo que es peor, aburrida. Porque de un truñete así espera uno al menos pasar el rato.
Desde que se ha puesto de moda el revival, a falta de sesos que den ideas interesantes, la zafiedad impera campante y sonriente con el vulgar pretexto del homenaje y del guiño a los grandes del pasado. "Que no, coño, que es un homenaje!" Si quereis hacer homenajes, Álex, os juntais tú, Tarantino y sendas pandillas de ambos y os lo montais en casa con marionetas, en lugar de gastaros la pasta en algo tan innecesario e inmaduro.
Y digo yo, que ahora que De la Iglesia ha decidido unirse a la campaña contra las descargas que perpetra la malvada sociedad desde sus casas, y que a buen seguro hará desaparecer el cine, la música y la literatura, y que aumentará el hambre en el tercer mundo a un plazo vertiginoso, la próxima la podía hacer de piratas que asaltasen sin pudor barcos repletos de emepetreses. Eso sí, que no falten las tetas, las palabrotas y los picoletos, JUA JUA JUA, que estamos en España, cojones!
Vaya cagada olímpica, amigo. Y con esto siguen teniendo la poca vergüenza de abanderar la supuesta calidad del cine español...
Desde que se ha puesto de moda el revival, a falta de sesos que den ideas interesantes, la zafiedad impera campante y sonriente con el vulgar pretexto del homenaje y del guiño a los grandes del pasado. "Que no, coño, que es un homenaje!" Si quereis hacer homenajes, Álex, os juntais tú, Tarantino y sendas pandillas de ambos y os lo montais en casa con marionetas, en lugar de gastaros la pasta en algo tan innecesario e inmaduro.
Y digo yo, que ahora que De la Iglesia ha decidido unirse a la campaña contra las descargas que perpetra la malvada sociedad desde sus casas, y que a buen seguro hará desaparecer el cine, la música y la literatura, y que aumentará el hambre en el tercer mundo a un plazo vertiginoso, la próxima la podía hacer de piratas que asaltasen sin pudor barcos repletos de emepetreses. Eso sí, que no falten las tetas, las palabrotas y los picoletos, JUA JUA JUA, que estamos en España, cojones!
Vaya cagada olímpica, amigo. Y con esto siguen teniendo la poca vergüenza de abanderar la supuesta calidad del cine español...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
PD: Y no, señores, Sancho Gracia no hace un buen papel, hace de sí mismo, que es por lo que se aplaude también a Penélope Cruz cuando hace de barriobajera.
2
8 de marzo de 2011
8 de marzo de 2011
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Warning: Spoiler desde ya)
Rodrigo Cortés ha conseguido lo inaudito: convertir una de las peores torturas imaginables en un subproducto bobo, repleto de situaciones artificiales, inverosímiles y dignas de la firma de un retardado mental. Después, los aplausos del impresionable público que, a base de tolerarlo todo, sólo contribuye a que la caída en picado del cine (especialmente del español) sea cada vez más pronunciada. Rodrígo, hijo mío (hijo pródigo, según algunos iluminados), ahora, después de haber vomitado esta mierda, sé valiente y contéstame a unas preguntillas:
¿Por qué discute tanto por teléfono el sujeto en cuestión, en lugar de explicar su situación sin ambages, más aún cuando la batería del móvil va anunciando durante toda la película que más vale ser cauto e ir al grano?
¿Desde cuándo los ataúdes tienen ese diámetro? ¿Desde que los españoles decidieron rodar la historia de un tipo enterrado vivo y se percataron de que necesitaban espacio para meter cámara e iluminación?
¿Por qué la mayoría de la gente con la que habla por teléfono tiene el tono de un contestador automático? Lo que superó mi entendimiento fueron esos diálogos tipo “No, no, espere, es que alguien me ha enterrado en una caja”, y la respuesta “Conteste sí o no, por favor”. Pero qué subnormalidad. No, no, no, espera, qué hay algo todavía mejor: le despiden del curro por teléfono!!!! Jajajajajajaja. Si la peli fuera de echarse unas risas con amiguetes, todavía, pero ni reirme puedo, visto el pegajoso tono de “Mirad con qué obra maestra vengo a obsequiar al mundo” con que está salpicada toda la cinta.
¿Llama a casa de su mujer, se pone su madre, y le pide a ésta que le pase con aquélla en lugar de explicarle apresuradamente su situación? Y ahí no termina la historia. La cosa deriva en una discusión en tono de trifulca doméstica hasta que le cuelga el teléfono. ¿Qué es esto, Rodrigo, hijo pródigo? ¿Un episodio de los Serrano? Pero qué subnormalidad.
¿Cómo coño es que sale una serpiente del pantalón del tipo? ¿Cuándo se ha metido? ¿Mientras dormía? Jajajaja. No, no, no. Por ahí no me la cuelas, Rodrigo, hijo pródigo. Dormir, lo que se dice dormir, es un verbo antitético con un entierro en vida.
¿Se deshace de la serpiente encendiendo fuego? Sí, ese elemento de la naturaleza que consume oxígeno a toda mecha, que produce humo (con posibilidad de asfixia en recintos cerrados, especial mención al interior de un ataúd) y que destruye y reduce a cenizas casi todo cuanto se pone en su camino, especialmente la madera.
¿Por qué no trata de escapar? Repito: ¿Por qué, sabiendo que está enterrado a poca profundidad y habiéndosele sido revelada una grieta (por donde escapa la serpiente), no trata de escapar?
Rodrigo Cortés ha conseguido lo inaudito: convertir una de las peores torturas imaginables en un subproducto bobo, repleto de situaciones artificiales, inverosímiles y dignas de la firma de un retardado mental. Después, los aplausos del impresionable público que, a base de tolerarlo todo, sólo contribuye a que la caída en picado del cine (especialmente del español) sea cada vez más pronunciada. Rodrígo, hijo mío (hijo pródigo, según algunos iluminados), ahora, después de haber vomitado esta mierda, sé valiente y contéstame a unas preguntillas:
¿Por qué discute tanto por teléfono el sujeto en cuestión, en lugar de explicar su situación sin ambages, más aún cuando la batería del móvil va anunciando durante toda la película que más vale ser cauto e ir al grano?
¿Desde cuándo los ataúdes tienen ese diámetro? ¿Desde que los españoles decidieron rodar la historia de un tipo enterrado vivo y se percataron de que necesitaban espacio para meter cámara e iluminación?
¿Por qué la mayoría de la gente con la que habla por teléfono tiene el tono de un contestador automático? Lo que superó mi entendimiento fueron esos diálogos tipo “No, no, espere, es que alguien me ha enterrado en una caja”, y la respuesta “Conteste sí o no, por favor”. Pero qué subnormalidad. No, no, no, espera, qué hay algo todavía mejor: le despiden del curro por teléfono!!!! Jajajajajajaja. Si la peli fuera de echarse unas risas con amiguetes, todavía, pero ni reirme puedo, visto el pegajoso tono de “Mirad con qué obra maestra vengo a obsequiar al mundo” con que está salpicada toda la cinta.
¿Llama a casa de su mujer, se pone su madre, y le pide a ésta que le pase con aquélla en lugar de explicarle apresuradamente su situación? Y ahí no termina la historia. La cosa deriva en una discusión en tono de trifulca doméstica hasta que le cuelga el teléfono. ¿Qué es esto, Rodrigo, hijo pródigo? ¿Un episodio de los Serrano? Pero qué subnormalidad.
¿Cómo coño es que sale una serpiente del pantalón del tipo? ¿Cuándo se ha metido? ¿Mientras dormía? Jajajaja. No, no, no. Por ahí no me la cuelas, Rodrigo, hijo pródigo. Dormir, lo que se dice dormir, es un verbo antitético con un entierro en vida.
¿Se deshace de la serpiente encendiendo fuego? Sí, ese elemento de la naturaleza que consume oxígeno a toda mecha, que produce humo (con posibilidad de asfixia en recintos cerrados, especial mención al interior de un ataúd) y que destruye y reduce a cenizas casi todo cuanto se pone en su camino, especialmente la madera.
¿Por qué no trata de escapar? Repito: ¿Por qué, sabiendo que está enterrado a poca profundidad y habiéndosele sido revelada una grieta (por donde escapa la serpiente), no trata de escapar?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Amigo Rodrigo: Si tú fueses terrorista y quisieras sacarle pasta a un sujeto ¿no crees que las garantías de conseguirlo serían nulas si le entierras con un móvil y algunos utensilios para iluminar el interior del ataúd? ¿no es más lógico, en primer lugar, elegir a alguien que no sea un currele de mala muerte, atarle a una silla y torturarle? Pues nada, como eres un terrorista tonto, te quedas sin pasta.
Y luego está lo del oxígeno, hijo pródigo, interesante tema el del oxígeno, eh? La cosa es que uno dice: qué coño, es una peli comercial, vamos a creernos que algún misterioso milagro renueva contínuamente el oxígeno… pero… resulta que al final, tras hora y media, el tipo se queja de que le falta oxígeno (¿)
Rodrigo, hijo, vistas tus habilidades, sólo puedo imaginar que eres un niño pijo que está donde está por rodar algo diferente de la puta Guerra Civil española y ejecutar un tema pesadillesco que sabías (tú y todos tus compinches lobotomizados lo sabíais bien) que iba a llenar butacas. Tu película es una mierda, pero eso a ti, visto su éxito, no creo que te importe un rábano. Lo único que me reconforta es que es una mierda de esas destinadas a un olvido raudo e inhodoro.
A cerca de la banda sonora; ya se cansa uno de decirlo, pero ahí va de nuevo, para el que no lo sepa: hoy en día existen cursillos donde uno puede aprender como crear en pocos pasos uno de estos pobres acompañamientos musicales (no es broma). Acción (metales y cuerdas: Pum, pum, Chan, chan). Melancolía, romance (cuerdas, piano y maderas). Composición tipo “No me quiero complicar la vida y me limito a crear una musiquilla efectista que sé que a la peña le va a molar”: piano minimalista tocando acordes rotos (arpegiados). Los retardados de los compositores actuales ya ni se molestan en buscar algo de melodía-armonía original. Utilizan una orquesta básica para crear efectos que, lo saben bien por la teoría, funcionan. Como la gente no escucha, sólo oye (los patos también oyen, decía Stravinsky), ni se entera. De lo que sí podría enterarse el público es del hecho de que hace años las bandas sonoras contribuían a aportar un clima especial a cada film. Hoy todas las nuevas películas comparten, con pequeñas diferencias, la misma banda sonora.
Y luego está lo del oxígeno, hijo pródigo, interesante tema el del oxígeno, eh? La cosa es que uno dice: qué coño, es una peli comercial, vamos a creernos que algún misterioso milagro renueva contínuamente el oxígeno… pero… resulta que al final, tras hora y media, el tipo se queja de que le falta oxígeno (¿)
Rodrigo, hijo, vistas tus habilidades, sólo puedo imaginar que eres un niño pijo que está donde está por rodar algo diferente de la puta Guerra Civil española y ejecutar un tema pesadillesco que sabías (tú y todos tus compinches lobotomizados lo sabíais bien) que iba a llenar butacas. Tu película es una mierda, pero eso a ti, visto su éxito, no creo que te importe un rábano. Lo único que me reconforta es que es una mierda de esas destinadas a un olvido raudo e inhodoro.
A cerca de la banda sonora; ya se cansa uno de decirlo, pero ahí va de nuevo, para el que no lo sepa: hoy en día existen cursillos donde uno puede aprender como crear en pocos pasos uno de estos pobres acompañamientos musicales (no es broma). Acción (metales y cuerdas: Pum, pum, Chan, chan). Melancolía, romance (cuerdas, piano y maderas). Composición tipo “No me quiero complicar la vida y me limito a crear una musiquilla efectista que sé que a la peña le va a molar”: piano minimalista tocando acordes rotos (arpegiados). Los retardados de los compositores actuales ya ni se molestan en buscar algo de melodía-armonía original. Utilizan una orquesta básica para crear efectos que, lo saben bien por la teoría, funcionan. Como la gente no escucha, sólo oye (los patos también oyen, decía Stravinsky), ni se entera. De lo que sí podría enterarse el público es del hecho de que hace años las bandas sonoras contribuían a aportar un clima especial a cada film. Hoy todas las nuevas películas comparten, con pequeñas diferencias, la misma banda sonora.

5,5
2.110
8
23 de diciembre de 2008
23 de diciembre de 2008
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Youth without youth salió a la luz con los grilletes "Lo nuevo de Coppola", "Después de 10 años de silencio", "Coppola afirma que esta es su película más personal", etc. Era un film maldito desde su nacimiento, abocado a las comparaciones de rigor con los dos Padrinos (poco o nada se tiene en cuenta el tercero) y Apocalypse, y con el añadido de haber sido precedida de un larguísimo silencio de 10 años. Como un nuevo hijo de un padre fecundo, nació con el injusto estigma de tener que estar a la altura de sus hermanos mayores, los más veteranos de los cuales dieron muestras tempranas de distinción y talento.
Fuera de la marca indeleble que Coppola sobrelleva en cada uno de sus estrenos, y juzgada individualmente, la última película del italoamericano se mueve en niveles de elegancia técnica y narrativa que ya desearían para sí muchas de las cintas salidas de la manos de las nuevas promesas o de los representantes del nuevo modo de hacer cine desde los 90's hata nuestros días. Coppola domina las viejas y las nuevas perspectivas técnicas, pero no abusa de ninguna; se limita a emplear en su justa medida lo necesario para expresar lo que cada secuencia demanda. De una fotografía magnífica, no raya el histrionismo que tan de moda han puesto los nuevos realizadores en estos tiempos, más cercanos al panfleto publicitario que a una estética artística.
Acaso el ritmo narrativo condense demasiada información en tan poco espacio, y es aquí donde la película decae un poco, la historia es compleja, de esas en las que uno no sabría que quitar o añadir por temor a que el conjunto se desmorone. Por momentos pensaba: "hay novelas que es mejor no adaptar a la gran pantalla".
Personalmente, por otro lado (y esto es algo completamente subjetivo), desde que descubrí a Tim Roth en los dos primeros tarantinos, o en la comedia Four rooms, me cuesta verle representando a un personaje serio, y más de la envergadura del que interpreta en Youth without youth, un personaje a todas luces novelístico que requiere de múltiples matices y de contínuas sutilezas.
Una muy buena película que habría sido furiosamente aplaudida de estar firmada por cualquier otro realizador con menos ecos.
Fuera de la marca indeleble que Coppola sobrelleva en cada uno de sus estrenos, y juzgada individualmente, la última película del italoamericano se mueve en niveles de elegancia técnica y narrativa que ya desearían para sí muchas de las cintas salidas de la manos de las nuevas promesas o de los representantes del nuevo modo de hacer cine desde los 90's hata nuestros días. Coppola domina las viejas y las nuevas perspectivas técnicas, pero no abusa de ninguna; se limita a emplear en su justa medida lo necesario para expresar lo que cada secuencia demanda. De una fotografía magnífica, no raya el histrionismo que tan de moda han puesto los nuevos realizadores en estos tiempos, más cercanos al panfleto publicitario que a una estética artística.
Acaso el ritmo narrativo condense demasiada información en tan poco espacio, y es aquí donde la película decae un poco, la historia es compleja, de esas en las que uno no sabría que quitar o añadir por temor a que el conjunto se desmorone. Por momentos pensaba: "hay novelas que es mejor no adaptar a la gran pantalla".
Personalmente, por otro lado (y esto es algo completamente subjetivo), desde que descubrí a Tim Roth en los dos primeros tarantinos, o en la comedia Four rooms, me cuesta verle representando a un personaje serio, y más de la envergadura del que interpreta en Youth without youth, un personaje a todas luces novelístico que requiere de múltiples matices y de contínuas sutilezas.
Una muy buena película que habría sido furiosamente aplaudida de estar firmada por cualquier otro realizador con menos ecos.

5,3
128
1
23 de enero de 2018
23 de enero de 2018
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que ha aniquilado definitivamente al rock es la pose, la actitud, la postura, el colgarse la guitarra a la altura de las rodillas, la mala asociación entre la palabra rebeldía y el posutreo de maniquí. Si dedicas muchas horas al día a pensar en la imagen que debes dar a un público, no emplearás esas horas en aprender a componer, cuyo oficio no se resume en la cantidad de tatuajes o la ropa con que te hagas las fotos, sino en el manejo de la armonía, la melodía, el ritmo y el timbre. Es por ello que hoy día a nadie es extraña la historia de la banda incipiente que busca el éxito en una ciudad de oportunidades. Lo que verdaderamente resulta rocambolesco no es sólo ese montón de archimanidos tópicos de manual del rock, sino que parece que nadie haya puesto mucho esfuerzo en la creación de lo esencial en este tipo de historias: la música. Secuencia tras secuencia se asiste con más tedio que interés al penoso y clónico desarrollo tantas veces visto ya, mientras de fondo suenan temas que invitan al olvido desde el primer compás.Y uno no deja de preguntarse qué es menos creíble, si la simplona historia o el hecho de que una banda llegue a tener éxito con esa mierda de música.
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