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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Flow
Letonia2024
7,3
8.560
Animación
8
4 de febrero de 2025 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un panorama dominado por grandes estudios y presupuestos astronómicos, saber que una película como Flow ha sido dirigida, producida, animada y realizada íntegramente por una sola persona es simplemente asombroso. Gints Zilbalodis, el genio detrás de este proyecto, demuestra que no se necesita una fortuna para contar una historia con alma y profundidad. Con un presupuesto no muy alto, esta obra es capaz de competir emocionalmente con títulos de alto calibre como Inside Out 2 o Robot Salvaje, algo que merece ser reconocido.

Aunque la trama de Flow es muy simple, la película logra conectar de manera genuina con cada personaje. Lo sorprendente es que, sin diálogos ni un guion convencional, consigue transmitir una experiencia visual y emocional única que hace que valga la pena verla, especialmente en la gran pantalla.

Un viaje épico para salvarse y salvar el mundo
En un mundo donde los humanos han desaparecido, una gigantesca inundación hace que un gato negro se embarque en un viaje lleno de desafíos en una improvisada arca flotante junto a una variedad de animales. Sin palabras, solo con imágenes y música, somos testigos de cómo estos animales intentan encontrar un nuevo equilibrio y sobrevivir juntos en un entorno completamente transformado.

La trama está envuelta en una música que resulta tan hermosa como emotiva. La banda sonora se convierte en una extensión de la narrativa, guiando nuestras emociones y añadiendo profundidad a cada escena. La animación, aunque menos pulida que la de grandes producciones como Robot Salvaje, tiene un encanto peculiar. Algunas escenas son visualmente espectaculares y están diseñadas de manera que complementan a la perfección la simplicidad y la poesía de la historia.

¿Es Flow una buena película?
La respuesta corta es sí, aunque depende de lo que busques. Flow no es una epopeya monumental ni una aventura llena de acción. Es, más bien, una road movie animada, en la que el principal objetivo es la supervivencia. A lo largo del viaje, vemos cómo el protagonista, el gato, evoluciona no solo como líder, sino como un puente entre los diferentes animales, quienes poco a poco pasan de ser meros individuos a formar un equipo con un propósito común.

Lo que hace especial a Flow es su capacidad de transmitir emociones profundas a través de acciones, miradas y comportamientos animales, sin recurrir a diálogos o situaciones explícitas. La película tiene un aire filosófico que nos invita a reflexionar sobre temas universales como la vida, la supervivencia y el instinto de preservación. En cada escena se respira una sensación de lucha y esperanza que resulta conmovedora.

La película también nos muestra cómo, incluso en las circunstancias más adversas, la cooperación puede ser la clave para superar cualquier desafío. Aunque la historia no tiene grandes giros ni un clímax explosivo, obviando quizás la escena tan interpretativa con el pájaro secretario, encontramos un ritmo constante y un mensaje profundo que mantienen al espectador conectado hasta el final.
28 de agosto de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dexter, la serie que nos presentó al forense más encantador y letal de Miami. Estrenada en 2006, Dexter es un viaje fascinante a través de la mente de un asesino en serie que, paradójicamente, también es un «héroe de la justicia». Vamos a desentrañar esta serie, destacada por sus momentos brillantes, su protagonista y claro también, sus altibajos.

El elenco de Dexter es formidable, con Michael C. Hall a la cabeza, ofreciendo una interpretación magistral como Dexter Morgan. Su habilidad para balancear la fachada de un forense respetado y el asesino metódico que es realmente, es hipnótica. A lo largo de las temporadas, vemos a Dexter luchar con su «pasajero oscuro», ese impulso asesino que intenta mantener bajo control. Este pasajero oscuro es algo que, aunque de manera menos literal, todos llevamos dentro. Representa nuestros deseos más ocultos y las partes de nosotros que preferimos no mostrar a los demás. Dexter, sin embargo, abraza esta oscuridad y la utiliza para hacer justicia, o al menos, su versión de ella.

No solo Dexter es pieza fundamental de la serie, también su hermana, Debra Morgan, inspectora en homicidios de la policía de Miami e imán de hombres de lo más peculiares y su difunto Padre, que actúa como consciencia y voz de la razón de Dexter.

La Evolución de Dexter y el Descenso Después de la Cuarta Temporada
Durante las primeras cuatro temporadas, la serie mantiene un nivel altísimo, con tramas bien desarrolladas y personajes que evolucionan de manera coherente. La cuarta temporada, en particular, es una obra maestra. La introducción de John Lithgow como el Trinity Killer lleva la serie a nuevas alturas. Lithgow y Hall tienen una química increíble en pantalla, y la narrativa se vuelve más intensa y emocionalmente resonante.

Sin embargo, después de la cuarta temporada, la serie sufre una ligera caída en calidad. No es que se vuelva mala, pero algunos elementos comienzan a sentirse repetitivos. El uso excesivo de clichés para que Dexter se libre de ciertos problemas y las coincidencias convenientes empiezan a cansar un poco. A pesar de estos inconvenientes, la serie sigue siendo entretenida y mantiene suficiente suspense y drama para mantener a los espectadores interesados, con picos de gran calidad en algunos momentos y la introducción de algunos personajes muy interesantes.

Abusos de Clichés y Casualidades
Como en muchas series de larga duración, Dexter no está exenta de clichés y casualidades que a veces pueden ser un poco molestas. En varios momentos, Dexter se libra de situaciones comprometedoras de maneras que desafían la lógica, haciendo uso de esas convenientes casualidades que solo funcionan en la ficción televisiva. Aunque estos momentos pueden ser frustrantes, no logran eclipsar el atractivo general de la serie y la complejidad de su protagonista.

El Pasajero Oscuro
Comparar el «pasajero oscuro» de Dexter con los secretos oscuros que todos llevamos es una reflexión interesante. Todos tenemos partes de nosotros mismos que preferimos ocultar: inseguridades, miedos, deseos no expresados. Dexter personifica esta lucha interna de una manera extrema y literal, haciéndonos reflexionar sobre nuestras propias batallas personales. Aunque la mayoría de nosotros no somos asesinos en serie, podemos identificarnos con la lucha de Dexter para equilibrar sus diferentes facetas y tratar de mantener su vida bajo control.
13 de agosto de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un atleta que quiere ser el mejor tiene que apostar a lo más alto, su ambición no debe conocer límites y hasta ¿qué está dispuesto a hacer para conseguir su objetivo?

Puede que no te apasione el tenis para nada, puede que te la hayan vendido como un largometraje súperpicante y a lo mejor te llevas una decepción; pero esta película tiene una entrada espectacular, desde los primeros minutos va a tenerte en vilo y va a mantenerte así hasta el final.

A pesar de lo simple que es la trama y de cómo está estructurada en diferentes saltos temporales (los cuales al principio resultan toscos), la puesta en escena de Luca Guadagnino es aplaudible en todo momento. Desde el ritmo frenético de los movimientos en edición de secuencias, la saturación y contraste de los colores juega a favor junto con la música techno de Trent Reznor y Atticus Ross, a las actuaciones de los tres protagonistas. Destacable la interpretación de Zendaya, la cual mantiene al espectador dudando sobre sus intenciones y las cartas a tomar durante todo el largometraje.

La relación que se establece entre estrategia de juego y la personalidad de dos amigos, que compiten juntos y cuando llega la hora de triunfar en el mismo deseo acaban enfrentados. No hablamos solamente sobre deporte, sino la ambición de conseguir el interés de Tashi; este personaje acaba resultando ser el más disruptivo. La historia nos va a tener dentro de un trío amoroso en el que tres jóvenes promesas van a chocar entre sí, pero con una lectura muy humana. Vemos a una joven con ambiciones muy firmes, que se encuentra con estos dos chicos, a los cuales hace competir casi por diversión; pero el tiempo hace mella para todos: las carreras profesionales se truncan, las malas decisiones hacen caer la gloria y las ansias de victoria acaban rompiendo las relaciones afectivas.
8 de abril de 2025
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los conceptos más recurrentes en las propuestas del pasado Festival de Cine de Málaga parece haber sido la crisis existencial, el aparente sinsentido del ser humano que se encuentra alienado en una sociedad cada vez más conectada. Molt Lluny tiene puntos positivos que abordar con respecto a ese tema y es interesante en su estilo y forma, aunque también tiene algunas carencias. A continuación, nuestro análisis de lo bueno y lo malo.

Siempre serás un extranjero vayas donde vayas

Como decíamos antes, las crisis existenciales o la falta de identidad personal parecen ser los conceptos más sonados en el cine europeo contemporáneo. En un mundo interconectado, donde todos los individuos buscan felicidad general, muchos de nosotros abordamos la falta de objetivos y el aislamiento social como un problema que no se sabe cómo afrontar. En esta situación se encuentra Sergio (Mario Casas), que decide dar un giro de 180º y caminar hacia lo desconocido en un país del que poco entiende.

La elección de Países Bajos como escenario resulta muy acertada, ya no solo porque la misma ciudad se torna en un protagonista secundario de la película, sino que sirve como ejemplo de choque cultural social y al mismo tiempo sirve de paralelismo de cómo puede ser de hermético la cultura propia, en este caso el ser catalán. Y es que no parece al azar, como en palabras del personaje de David Verdaguer, se critica la cultura tan fría que tienen los neerlandeses, cuando su personaje es un hombre herméticamente sarcástico, despectivo hacia los demás y orgulloso de su tierra.

El protagonista llega a momentos de desesperación y ansiedad provocados por un sentimiento de sentirse extranjero vaya donde vaya, esta idea acciona el eje central de la trama y resulta acertado cómo se presenta. El personaje de Mario Casas se enfrenta a nuevos problemas, sobrevivir haciendo trabajos esporádicos en un lugar con un lenguaje y cultura desconocidos, mientras que al mismo tiempo batalla contra su propia identidad sexual y personal. Pero es en las pequeñas historias, en las pequeñas relaciones que entabla con algunos locales y con otros inmigrantes que están buscándose la vida allí, donde guarda el sentido a seguir enfrentando la situación.

Ópera prima llamativa, pero ¿existencialismo creíble?

La historia de lucha y determinación del personaje está contado de una forma austera, de cámara en mano, en casos casi documental. El director Gerard Oms ha sabido captar, en esta ópera prima, la esencia de la cultura neerlandesa a través de la vida local, de sus calles y su gente. Ha sabido transmitir esas sensaciones y mensajes en su película con mucha claridad, eso es aplaudible.

La elección de ese estilo fotográfico, con manejo de luz natural, la estética tan propia del nuevo cine independiente ayuda a contar la historia. Por otro lado, la banda sonora termina siendo pesada y crispante, las piezas musicales minimalistas acompañan muy bien a crear esa atmósfera hostil en escasos momentos, pero termina por repetirse hasta la saciedad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cuestión es que en el contenido, la llegada de ciertos momentos como ese despertar de curiosidad homosexual dentro de la actuación de Mario Casas parece buscado con brusquedad y termina siendo poco creíble. Además, termina alargando una trama que parece no dar para más.
28 de agosto de 2024 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que vi el primer tráiler y sin saber que era una película de Shyamalan, la premisa principal de La Trampa me llamó la atención. Había algo en la originalidad de la historia, en el personaje que interpreta Josh Hartnett y en el escenario principal de la trama que me gustaba. No es la primera vez que me pasa, pero al contrario que en otras ocasiones en las que, después de una buena impresión inicial, vas indagando y descubres que en realidad la película es un buen tráiler seguido de una cinta mediocre, en esta ocasión, cuanto más iba escuchando, más me picaba la curiosidad.

Me llamó la atención el director, que aunque lleva el peso de haber dirigido El Sexto Sentido como su ópera prima, parece mucho más maduro y suelto en sus historias que en su primera etapa. Me llamó la atención Josh Hartnett o Cooper, un sex symbol de los 2000 al que le habíamos medio perdido la pista después de películas como Pearl Harbor y cuya primera impresión en La Trampa te deja con ganas de saber más. Y me impactó el escenario, un concierto de una cantante top en la ficción que nos podría recordar perfectamente al boom que generan conciertos como los de Taylor Swift.

Entonces salieron las primeras impresiones y, aunque no la catalogan como un clásico instantáneo, la mayoría coincide en una cosa: te vas a divertir. Después de haberla visto, tengo una cosa muy clara: no se equivocan.

No es la mejor película del director, pero es que Shyamalan las ha hecho muy buenas. Sería como pedirle a Spielberg que hiciera 20 Jurassic Park y 15 Tiburón. Hay un punto en las carreras de los directores en el que se tienen que divertir haciendo sus películas, en ese valle donde tu pasión por dirigir te importa más que las opiniones externas y donde te centras en tus historias, ese valle es el que merece la pena recorrer, y cuando ves La trampa te das cuenta de que a Shyamalan le encantó hacerla.

La historia podemos resumirla en el intento de captura por parte de policía de un celebre asesino en serie. Para ello utilizan el chivatazo de que va a estar en el concierto de una famosa cantante Pop para tenderle una trampa y cazarlo.

Josh Hartnett interpreta a Cooper, el asesino en serie que lleva una doble vida y acompaña a su hija al concierto. El actor lo borda, podemos distinguir muy bien como el actor se desliza entre la personalidad de un brutal asesino y la de un buen padre que quiere que su hija pase un día inolvidable. Un personaje que en ciertos momentos me recordó a Dexter Morgan (te dejo la crítica de la serie aquí), incluso en su forma de descifrar el lenguaje humano que tanto le cuesta entender a los psicópatas.

La película es entretenida, con tintes de comedia negra muy buenos y dirigida con mucho cuidado y mimo, el suspense se mantiene en todo momento y como en todas las películas del director, los giros de guión están a la orden del día, pero en esta ocasión, se opta por hacer giros mucho menos sorprendentes pero que por otro lado funcionan mejor para la trama.
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