You must be a loged user to know your affinity with esperanza004
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
8
25 de julio de 2010
25 de julio de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Yates repite en Harry Potter y el misterio del príncipe la fórmula utilizada en Harry Potter y la Orden del Fénix. En vez de potenciar el argumento de fantasía de los libros, que es en teoría el principal motivo por el cual la Saga escrita por J.K. Rowling ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo, se centra en los problemas personales de los protagonistas adolescentes, un aspecto bastante más insubstancial. Esto defraudará a muchos fans, pero a mí personalmente me encanta. Considero que es todo un acierto explotar esa parte de la trama, pues le da a las películas un toque más humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la anterior entrega, nuestros queridos Harry, Ron y Hermione se encontraban sumidos de lleno en los duros inicios de la adolescencia. Ahora, en esta última película, los efectos embriagadores de esa importante etapa de la vida causan estragos mayores. Los tres íntimos amigos han cumplido un año más; son ya jóvenes hormonados que necesitan afecto y sexo.
Así, el mismísimo Harry Potter, aquel chaval pudibundo a quien años atrás solo le interesaba hablar de Dumbledore y Voldemort, actualmente comenta con frecuencia lo guapas que son las mozas de Hogwarts, principalmente Ginny Weasley y Hermione Granger. E incluso, se deduce de su comportamiento y de lo que dice que no le importaría beneficiarse a alguna de sus lascivas admiradoras.
Otra de las estrellas del filme es Ron. Es un gran año en Hogwarts para este carismático pelirrojo. Además de convertirse en el gran guardián del equipo de quidditch de Gryffindor, dos chicas de enorme belleza se enamoran definitivamente de él: la patética Lavender Brown y la orgullosa Hermione Granger.
Hermione lo pasa muy mal debido a que su gran amigo Ron, a quien ama secretamente, acaba saliendo al principio y durante la mitad del largometraje con Lavender en vez de con ella. Esto es así no porque Ron lo desee literalmente, sino porque Lavender es prácticamente una niña, una niña inconsciente, juguetona y desvergonzada, que está locamente enamorada de Weasley y lo manifiesta públicamente sin ningún pudor. Hermione, en cambio, que desde siempre ha tenido una forma de ser madura y discreta, jamás muestra sus sentimientos a los demás. Por eso Ron, ese tipo entrañable y conformista, recibe regocijado lo que la vida le da, es decir, a la vehemente Lavander, sin desear nada más y sin preguntarse qué sentimientos despierta en según qué personas.
De todas formas, al final cada uno de los personajes acaba con su pareja correspondiente, o por lo menos se aproxima bastante a ella. Harry supera su timidez y se adjudica sin problemas a la chica que desea de verdad: Ginny, la hermana de Ron. Y Hermione consigue que Ron rompa su relación con Lavender, pero no llega a dar el paso importante: descubrirle a Ron su desnudez, tanto física como sentimental.
En definitiva, David Yates sigue interesándose más por la psicología de los personajes que por la historia de fantasía. No es hasta el final de la película cuando la trama avanza y nos descubre cosas nuevas. El resto: un delicioso entretenimiento juvenil.
Así, el mismísimo Harry Potter, aquel chaval pudibundo a quien años atrás solo le interesaba hablar de Dumbledore y Voldemort, actualmente comenta con frecuencia lo guapas que son las mozas de Hogwarts, principalmente Ginny Weasley y Hermione Granger. E incluso, se deduce de su comportamiento y de lo que dice que no le importaría beneficiarse a alguna de sus lascivas admiradoras.
Otra de las estrellas del filme es Ron. Es un gran año en Hogwarts para este carismático pelirrojo. Además de convertirse en el gran guardián del equipo de quidditch de Gryffindor, dos chicas de enorme belleza se enamoran definitivamente de él: la patética Lavender Brown y la orgullosa Hermione Granger.
Hermione lo pasa muy mal debido a que su gran amigo Ron, a quien ama secretamente, acaba saliendo al principio y durante la mitad del largometraje con Lavender en vez de con ella. Esto es así no porque Ron lo desee literalmente, sino porque Lavender es prácticamente una niña, una niña inconsciente, juguetona y desvergonzada, que está locamente enamorada de Weasley y lo manifiesta públicamente sin ningún pudor. Hermione, en cambio, que desde siempre ha tenido una forma de ser madura y discreta, jamás muestra sus sentimientos a los demás. Por eso Ron, ese tipo entrañable y conformista, recibe regocijado lo que la vida le da, es decir, a la vehemente Lavander, sin desear nada más y sin preguntarse qué sentimientos despierta en según qué personas.
De todas formas, al final cada uno de los personajes acaba con su pareja correspondiente, o por lo menos se aproxima bastante a ella. Harry supera su timidez y se adjudica sin problemas a la chica que desea de verdad: Ginny, la hermana de Ron. Y Hermione consigue que Ron rompa su relación con Lavender, pero no llega a dar el paso importante: descubrirle a Ron su desnudez, tanto física como sentimental.
En definitiva, David Yates sigue interesándose más por la psicología de los personajes que por la historia de fantasía. No es hasta el final de la película cuando la trama avanza y nos descubre cosas nuevas. El resto: un delicioso entretenimiento juvenil.

7,2
16.286
6
7 de enero de 2011
7 de enero de 2011
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a su excelente apartado visual, caracterizado por unas escenas macabras rodadas con el virtuosismo y el refinamiento estilístico propio de un experimentado director de cine gore, I saw the devil, un thriller salvaje a lo Saw (pues también, como la famosa saga, narra una historia llena de torturas) del norcoreano Kim Ji-woon, no pasa de ser una película mediocre. Su principal problema reside en un guión poco creíble, insustancial y que no tiene la suficiente envergadura como para realizar a partir de él el extenso metraje de ciento cuarenta minutos de duración que tiene la película. Este defecto en la trama de la historia ha resultado ser un obstáculo insalvable para el director, quien no ha podido evitar hacer un filme poco fluido y cohesionado, y que además adolece de una acusada falta de ritmo y se vuelve a ratos aburrido.

7,8
44.582
5
11 de marzo de 2011
11 de marzo de 2011
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lejos de ser la obra maestra que muchos proclaman, The Straigh Story (Una historia verdadera), la célebre y premiada película de David Lynch, que, basándose en hechos reales, relata la historia de un hombre mayor que recorre una gran distancia montado en un cortacésped con el único fin de reencontrarse con su hermano, al que no ve desde hace diez años, es, en mi opinión, un filme algo flojo.
Es cierto que se trata de una cinta que posee cierta belleza visual, como muchos de sus acérrimos defensores y fans argumentan, y resulta también innegable que emociona hasta cierto punto la historia que narra, pero todo ello no es capaz de subsanar sus dos grandes defectos.
En primer lugar, si bien la parsimonia que caracteriza al guión no me parece criticable debido a que resulta necesaria para contar acompasadamente el relato del anciano protagonista, quien vive una experiencia interior, profunda y que se desarrolla con lentitud, su absoluta insulsez (la del guión), sí creo que es del todo inexcusable. Más allá de la premisa inicial, no hallamos en todo el recorrido narrativo (o, lo que es lo mismo, el recorrido del anciano y su cortacésped) hechos verdaderamente narrables, anecdóticos, sino más bien situaciones anodinas, o bien manidas, o sencillamente muy forzadas, metidas en el filme con el único fin de “rellenarlo”, de darle contenido. Además, la mayoría de los diálogos, que revisten una falsa apariencia de sabiduría y experiencia en la vida, no están compuestos más que por un conjunto de manidas obviedades puestas en boca de un anciano con un pie en la tumba y los ojos lacrimosos.
El segundo problema que presenta la película reside en su protagonista mismo, el anciano que desea volver a ver a su hermano, también mayor. Aunque se trata de un personaje verídico, que existió realmente, debido a su avanzada edad y a su deteriorada salud, su epopeya resulta asombrosa e inverosímil, y por tanto y en definitiva, se antoja difícil no seguirla con indiferencia.
Es cierto que se trata de una cinta que posee cierta belleza visual, como muchos de sus acérrimos defensores y fans argumentan, y resulta también innegable que emociona hasta cierto punto la historia que narra, pero todo ello no es capaz de subsanar sus dos grandes defectos.
En primer lugar, si bien la parsimonia que caracteriza al guión no me parece criticable debido a que resulta necesaria para contar acompasadamente el relato del anciano protagonista, quien vive una experiencia interior, profunda y que se desarrolla con lentitud, su absoluta insulsez (la del guión), sí creo que es del todo inexcusable. Más allá de la premisa inicial, no hallamos en todo el recorrido narrativo (o, lo que es lo mismo, el recorrido del anciano y su cortacésped) hechos verdaderamente narrables, anecdóticos, sino más bien situaciones anodinas, o bien manidas, o sencillamente muy forzadas, metidas en el filme con el único fin de “rellenarlo”, de darle contenido. Además, la mayoría de los diálogos, que revisten una falsa apariencia de sabiduría y experiencia en la vida, no están compuestos más que por un conjunto de manidas obviedades puestas en boca de un anciano con un pie en la tumba y los ojos lacrimosos.
El segundo problema que presenta la película reside en su protagonista mismo, el anciano que desea volver a ver a su hermano, también mayor. Aunque se trata de un personaje verídico, que existió realmente, debido a su avanzada edad y a su deteriorada salud, su epopeya resulta asombrosa e inverosímil, y por tanto y en definitiva, se antoja difícil no seguirla con indiferencia.
Más sobre esperanza004
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here