Tan semblante como diferente a Primavera Tardía. Esta entrega vuelve a trabajar la figura de Noriko, el arquetipo de mujer que no necesita casarse, pero que la sociedad lo mira con malos ojos. Ozu es un maestro de la representación, con su singular dirección y estilo. Pero su nivel en comparación a la ya mencionada es abismal. No logra conectar ni transmitir como hizo la primera cinta.

Dentro de la gran complejidad de la trayectoria de Ingmar Bergman, Fanny y Alexander se aleja de su perspectiva existencialista y filosófica -aunque no la abandona- para enfatizar en una narración sin filtros y especialmente personal, humanista. El director sueco riega el título con un realismo impecable e incorpora una perspectiva desolada en relación con el núcleo familiar y religioso.

Stalker se queda en un intento de crear un aura de misterio bajo una dirección inmaculada (lo único rescatable). Más allá de eso, el título cae en una descripción demasiada densa en la que -en ocasiones- no logra comunicar nada. No niego su calidad artística y cinematográfica -como la belleza de algunos planos-, pero he sido incapaz de conectar. No debería ser considerada como mejor película del director.

Una comedia notable integrada en un contexto prebélico. Sin duda, un planteamiento curioso. Jean Renoir retrata la aristocracia francesa y la “machaca” con una crítica sublime. La Regla del Juego es una sátira para comprender el cine como arma de doble filo en periodo en que la censura era de lo más habitual -de hecho, gran parte de este título se perdió durante la Segunda Guerra Mundial-. Renoir está muy bien como director y divertidísimo como actor.

Sorprendió en los Oscars, y también debería sorprender al espectador. Parásitos tiene un guión espectacular, con una adaptación llena de giros que hipnotizan en todo momento el transcurso argumental. Cada personaje oculta un trasfondo psicológico y narrativo estratosférico, sensacional, con sus tópicos, pero también con una oscuridad que Bong Joon-ho dibuja de forma único. Es una cinta compleja, con sus momentos de humor y de crudeza, pero con un mensaje abrumador y que pone los pelos de punta.