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Críticas 161
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos hablando de una película de 1996 que marco pautas para los blockbusters venideros basándonse en las invasiones alienigenas creadas por Roland Emmerich y Dean Devlin. Fue el modelo para muchas de las películas actuales, aquellos filmes vacíos pero entretenidos que son el pan de cada día en el cine norteamericano, demasiado CGI combinado con algo de comedia y drama, el filme veraniego perfecto, aunque, esa magia ha empezado a agonizar. "Resurgence" aterriza en el mercado cinematográfico mundial como una secuela en la que ademas de no estar presente el alma del filme original, Will Smith, se encarga de presentar una autoparodia constante y para nada graciosa que facilita encontrar la infinidad de falencias que posee.

"Tuvimos 20 años para prepararnos" reza el tagline en la parte superior del póster, de verdad fueron 20 años?. Luego del catastrófico suceso evidenciado en 1996, la tierra ha logrado reconfortar sus puntos débiles y han dictaminado unificar las naciones con el fin de preservar la vida humana - una ayuda para los escritores, ya que dan por sentado que Estados Unidos tomara las decisiones-, creando herramientas de alta tecnología como la concepción de la velocidad de las naves o el desafió de la gravedad, que premisa tan novedosa. "Ellos también", un ataque fortificado y mas resistente vuelve a la tierra, con poderosas estrategias que pondrán en riesgo millones de vidas, de nuevo.

No es correcto afimar que "Resurgence" decepciona, ya que en ningún momento prometió mas que acción desmedida - un tipo de "Star Wars" reciclado -, aliens - con notables referencias del género -, destrucción de ciudades - "2012", también dirigida por el - y abundantes menciones de su antecesora que le brindan a la audiencia cierto tono de nostalgia.

Roland Emmerich es un director cinematográfico que inicio su carrera en su país natal Alemania con "Franzmann" en 1979 y posterior con "The Noah's Ark Principle" en 1984, con la cual fue acusado de recrear cine norteamericano en Alemina. Roland tomo la decisión de intentar colarse en la meca del cine mundial, y lo logró, abriendo su experimentado curriculum con "Universal Soldier" en 1992 con Jean-Claude Van Damme. Poco a poco fue estableciéndose en los estudios mas importantes con proyectos como "The High Crusade" y "Stargate" ambas estrenadas en 1994. Adquiriendo conocimientos, veteranía y pericía en el género del Sci-Fi, fue en 1996 en donde su mayor éxito fue evidenciado, Emmerich estrena junto a Will Smith "Independence Day". Afianzado ya como uno de los directores mas solicitados en Hollywood lanza "The Day After Tomorrow" en 2004, "2012" en 2009 y una serie de proyectos que no tuvieron demasiado impacto pero que fueron de gran ayuda en la construcción de un perfil tan honorifico como desconcertante. Es en 2016 cuando la secuela de su proyecto mas sobresaliente es estrenada, la recolecta final de cada uno de sus proyectos que si bien no han sido alabadas por la critica, son queridas y recordadas por muchos espectadores, en especial su gran debut en el género.

Sin duda alguna, los efectos especiales son el punto fuerte. Con unos sorprendentes efectos visuales - obviamente, ejecutados por CGI y pantallas verdes - convierten el aburrido viaje narrativo en un espectáculo visual al estilo "Star Wars". En una escena del film, una nave espacial llega a la tierra a recoger a David Levinson (Jeff Goldblum) y a su equipo, en ese momento en que la nave aterriza mi cerebro generó una reacción de irrealidad, es decir, pensé que la escena era totalmente ficticia y utópica pero no por sus destellantes efectos, fue una reacción involuntaria de que eso no era posible. Algo ajeno a el CGI. Batallas espaciales, alienigenas imponentes, una escena de apertura emocionante y mucho desastre apocalíptico es logrado en su mayor esplendor.

Un argumento bastante simple y pobre, lineal y aburrido con un desarrollo para nada digno de su predecesora, adornado con aspectos visuales imponentes que no lo salvan de una larga y tensa travesía espacial. Los bostezos fueron ineludibles. El guion esta lleno de exclamaciones imperativas; no tiene un trasfondo dramático ni mucho menos real. Pero lo peor fueron los toques cómicos, que progresivamente fueron horribles, inmaduros y desesperantes, haciendo polvo a uno de los personajes mas entrañables de la original. El guion obtiene todas las falencias de proyectos norteamericanos. El nuevo elenco es patético, no tienen carisma, no tienen química, y con total humildad y respeto hubieron demasiadas ocasiones en que reí. Liam H., Maika M. y Usher son algunos de los nuevos tripulantes.

El paisaje sonoro es claramente inferior al visual. Harald Kloser y Thomas Wanker fueron los encargados de crear el acompañamiento musical que si bien no brillo en lo mas mínimo. No fue pésimo, pero si estándar, algo que no ayudo en lo absoluto.

Una secuela innecesaria se agrega a la lista de "Proyectos No Deseados" y aunque sus efectos son alucinantes, la carga narrativa y actoral de su antecesora se ha ido a la luna. Sin mas, "Independence Day:3" ya ha sido anunciada y esperemos que Will Smith sí este en esta.
3 de enero de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La simplicidad es primer paso de la naturaleza, y el último del arte" - 'James Bailey'

Frases que plasman lo puro y hermoso que es "The Good Dinosaur". 2015 fue un año de éxitos rotundos para Pixar al estrenar "Inside Out" en el primer semestre del año, en cuanto a la segunda parte no iba a ser fácil, pero "TGD" salió bien librada. "Inside Out" esta llena de complejidad, colores, profundos personajes, avalanchas de alegría, una verdadera película de Pixar. "The Good Dinosaur" es radiante, con una trama lineal simple pero incluso mas profunda que el éxito en taquilla. El hecho de que Pixar estrenara dos películas el mismo año, aparentemente significaría problemas producción y distribución, lo cual no fue así, obviamente sin contar con la inesperada salida de Bob Peterson. Se podría decir que no es la invención mas lucrativa y embarazosamente adinerada de la productora, pero es un filme familiarmente rico y gratificante, con enseñanzas para grandes y chicos. Absolutamente emotiva, que destaca dentro de sus competidoras por ser la película mas humana de Disney. ¿Qué hubiera sucedido si hace 65 millones de años un meteorito no hubiera acabado con la vida de los dinosaurios? Pues es cierto, en 2015 estaríamos conviviendo dinosaurios y humanos (¡millones de películas estilo "Jurassic Park"!). Luego de un hermoso nacimiento, Arlo (Jack McGraw y en adolescente Raymond Ochoa) lucha por cumplir las expectativas de su padre, pero sus miedos mas íntimos no se lo permiten. En el desarrollo de la película mas personajes se suman a la aventura, pero es solo un pequeño niño quien logra forjar la historia, algunas veces, centrando el foco de la cámara solo en él. Los géneros de dinosaurios no son claramente distinguidos, pero ¿Qué importancia tiene esto?. Tal vez, son totalmente inventados o tal ves no, mejor no entremos en temas de paleontología. Los simpáticos colores (para nada iguales, ni parecidos a la colorida "Inside Out") de las criaturas son tonos completamente adecuados, ya que a pesar de ser tonos generalmente claros y planos, nos quieren hacer apreciar los exuberantes paisajes tales como un campo natural de cultivo, una lluvia que parece real, barrancos y llanuras. Arlo se convierte en el personaje mas amado hoy en día, al mostrarse golpeado, débil, magullado, sin protección: y aun así sintiéndose fuerte para volver a casa. Una impresionante escena en el rió es terriblemente fuerte y angustiosa. Como es común en las películas animadas, los personajes fantásticos adquieren cualidad y características humanas, acompañadas con el humor visual y subjetivo de la historia. En este caso, Disney nos deslumbra al invertir la típica historia de amistad verdadera "animal-humano", en donde el ser humano es el animal y el humano es la criatura, algunos toques clichés como es en el camino decaer y decaer, pero a lo largo de estos tropiezos la amistad empieza a construirse. Lo sentimental, emotivo y humano del filme lo sostienen un par de escenas que plasman un corazón fuerte y hermoso, ablandando el alma de cada espectador. Un producto visceralmente emotivo y sustancialmente lleno de aprendizaje familiar. Defectos, errores, efectos, aciertos son los que logran que "The Good Dinosaur" logre estar en uno de los puestos mas altos del podio Pixar, y no por sus emociones visuales y físicas, si no por ser una de las mas profundas (por no decir la mas profunda), al lograr el principal objetivo que debe tener una productora que va dirigida mayormente a los niños, enseñar. Exceptuando su afectivo final, la película esta llena de amistad, lealtad, verdad y familia, donde nunca se siente la soledad, porque a lo largo del largometraje distintos personajes prehistóricos nace. En fin, hacer menos, en este caso, verdaderamente es hacer muchísimo mas. "Entretenimiento simple, pero jamas vacío. "The Good Dinosaur" en aspectos morales y humanos sobrepasa a su predecesora de pies a cabeza".
13 de diciembre de 2017 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una serie de películas en sus espaldas, "Mockingjay – Part 2" rompe las barreras del prodigioso Bestseller, "Harry Potter" lo hizo , "Twilight" lo hizo, ¿Por qué no usar como cebo a Katniss para atormentar a los fans locos una vez más? ¿Por qué no aumentar el capital de Lions Gate con Panem, una vez más? Por desgracia, la emocionante saga llega a su fin, y la sabia decisión de dividir la última parte en dos películas exalta su calidad, tremendamente. Lawrence es un ser indetectable, su pequeña expresividad ayuda en su papel a la perfección, no sabes lo que va a hacer hasta que lo hace. Su ascensión es grande y gloriosa, desde que se ofrece como tributo hasta convertirse en un ídolo de la rebelión, de verdad Lawrence es Katniss de pies a cabeza. Gracias a Gary Ross, Suzanne Collins y Francis Lawrence, la valiente historia sobre rebelión, venganza, amor y orden social (distritos) entre Katniss Everdeen y Coriolanus Snow, quedará grabado en el alma, el corazón y la mente de cada uno de los fans. No puedes negar que gracias al auge que ha causado "The Hunger Games" diferentes sagas se han creado, muy similares en la forma de narrativa, historia y la mayoría vinculados a un orden social que se implementa luego de algún acontecimiento trágico para la humanidad. Se produjo "The Maze Runner", "The Giver"," Divergente ". La primera "The Hunger Games" decepciono en su desarrollo con respecto al libro, por muertes rampantes pero como la saga se levantó su calidad aumento y termino en la hermosa "Mockingjay – Part 2". Sabiamente , Lawrence ha hecho guerra tanto en el Capitol como con sus demás interpretaciones, como prueba de esto, apuntó con su arco a los prestigiosos premios Oscars, Golden Globes y mas. Jennifer debe estar contenta con el resultado, ha hecho demasiado dinero, fama y éxito, pero también hizo camino a varias nominaciones. Las locaciones también fueron un punto clave para la conexión audiencia - película, ya que "Mockingjay" le quería dar un toque real haciendo grabaciones en Alemania como zonas de guerra o en Paris para un ambiente mas futurista. Algunas estrellas de la película se muestran brevemente, dándonos un poco de todo el deleite de cada personaje, La presencia abreviada de Hoffman, que murió el 2 de Febrero de 2014 por una sobredosis accidental, es desgarrador. Tucci aparece demasiado breve en su papel de locutor de televisión untuosa como Caesar Flickerman. Elizabeth Banks aparece en un par de escenas con sus trajes típicamente indignantes como estilista y arribista Effie Trinket, y eso es todo. Katniss va en serio esta vez, y de una vez por todas se toma su papel como nunca, mezclando su extrema valentía y vulnerabilidad a su peor enemigo y poner fin de una vez por todas todos a los sufrimientos de los distritos. Las relaciones de la "Chica en Llamas", tener que elegir con cuál de los dos pretendientes pasaría el resto se su vida y demostrarse a sí misma que el amor es "verdadero o falso" fue un verdadero deleite. Esta versión cuenta con las mejores secuencias de acción de toda la serie, nos trae una gran cantidad de aceite a un campo de minas con millones de trampas con un solo propósito "Matar a Katniss" El camino desde el distrito hasta la mansión de Snow es un viaje perfecto y peligroso que ira matando lentamente a cada uno de los personajes, hiriendo nuestros corazones cada vez más (el viaje a través de las alcantarillas). La parte dramática de la película hace derramar lagrimas a todos, muertes, traiciones , asesinatos, monstruos , minas , fuego, destrucción , son las causas. Un verdadero fin para la fantástica trilogía de Suzanne y un cuento de hadas para el real final de la película de Francis Lawrence . ¿Sabes por qué esta es la película perfecta? Cuenta con cada uno de los géneros del mundo cinematográfico drama, acción, aventura , ciencia ficción, terror, suspenso y hasta un poco de comedia, pero lo más importante, la historia, que se desarrolla a la perfección dejando el nombre de "The Hunger Games" en la cima. "Definitivamente mejor fin, nunca podría tenerlo". Desde las primeras palabras de la película: "Puedes decir tu nombre, Katniss", hasta las últimas palabras de la película: "Hay juegos mucho peores" Es hermoso y totalmente entretenido. La película que todo el mundo quiere ha llegado y se llama : "The Hunger Games: Mockingjay - Part 2 "
10 de abril de 2019
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinematográficamente hablando, el rey Arturo ha perdido su toque. Atrás quedaron las más sanas épocas doradas en donde el análogo al blockbuster contemporáneo eran las grandes e inolvidables piezas fílmicas lideradas por un joven sin aparente futuro que, imprevisto, reclamaba un legado de vida o muerte. De perennes clásicos como “Camelot” de Joshua Logan , “Monty Python and the Holy Grail” de Terry Gilliam y Terry Jones o “Excalibur” de John Boorman hemos pasado a insufribles “re-imaginaciones” y adaptaciones sin vida como “Avalon High” de Stuart Gillard, “Transformers: The Last Knight” de Michael Bay , “King Arthur: Legend of the Sword” de Guy Ritchie o incluso “Robin Hood “ de Otto Bathurst— que comparte muchos de los ingredientes que hicieron caer al filme de Ritchie. —Bien en el medio cae el último esfuerzo como escritor y director de Joe Cornish, el cual se encarga de replantear la leyenda atemporal en un mundo de teléfonos inteligentes, tareas de escuela, acoso escolar y alitas de pollo; mientras al mismo tiempo, batalla por condensar una aventura fantástica a lo Spielberg, un filme de Disney Channel y un sutil comentario anti-Brexit; por supuesto, no todo sale bien.

Antes que nada, “The Kid Who Would Be King” significa una irrefutable mejora con respecto a las bochornosas adaptaciones que Hollywood se había empeñando en producir. Esta versión deliciosamente inglesa de 20th Century Fox probablemente se quede muy lejos de cubrir sus gastos de producción y promoción, pero sí que redime, en cuanto a calidad, a Arturo de Bretaña frente a los descalabros fílmicos de estudios como Warner Bros. y Paramount Pictures.

Luego del trepidante híbrido entre ciencia ficción, comedia y terror que uso como ópera prima atrás en 2011, Joe Cornish salta de patio de juego a la más ochentera fantasía, esa que se llama Amblin. El filme abre con una didáctica introducción a través de una majestuosa animación que nos pone en contexto respecto al tipo de película que estamos por ver, por disfrutar y padecer en partes iguales.

Al igual que Spielberg, Cornish reduce casi por completo el protagonismo de los padres, usándolos única y limitadamente como vehículos de soporte dramático. Por esto, a través de Alex, interpretado por Louis Ashbourne Serkis— hijo del rey de la captura de movimiento Andy Serkis, —Bedders de Dean Chaumoo, su fiel escudero y su par de agresores Kaye y Lance, interpretados por Rhianna Dorris y Tom Taylor respectivamente, es que veremos la historia. Así las cosas, cada uno hace un gran trabajo con sus roles, en especial Serkis, quien con su ternura e increíble rango dramático consigue que parte de la película resulte encomiable. Sin embargo, si se trata de interpretaciones juveniles, Angus Imrie y su hipnotizante juego de manos se deben llevar todos los elogios. Su versión juvenil de Merlín es fabulosa, con una feroz carga cómica que mezcla humor fish-out-of-water y la más hilarante comedia física para entregarle un ritmo interesante por lo menos hasta mitad del segundo acto.

Sorprende ver a estrellas como Patrick Stewart y Rebecca Ferguson respaldando el proyecto; el primero con cortas pero jugosas apariciones como un Merlín adulto, y la segunda como Morgana, villana que aunque Ferguson da todo de sí para proponer una antagonista creíble y amenazante, el guion únicamente la hace ver como una figura unidimensional que desea apoderarse del mundo entero. Extrañamente su personaje me recordó a la villana de Nicole Kidman para “Paddington,” ambas en filmes llenos de corazón, pero con desacordes entre tratamiento narrativo y entrega actoral.

Momentos brillantes escasean, pero aun así, el filme atesora algunos toques de brillantez. De inteligentes comentarios en contra del controversial Brexit hasta bromas en el guion adaptando la archiconocida mitología artúrica a pleno siglo XXI; de set-pieces deslumbrantes que no tienen nada que envidiarle a las grandes producciones a entrenamientos tan imaginativos como atrapantes, Cornish logra levantar varios guiños e interludios cómicos gracias a su cuidada y siempre fiel escritura y a la profesionalidad y empeño con que los actores se entregan a los papeles.

En cuanto a lo demás, “The Kid Who Would Be King” para algunos adultos se traducirá a martirio, para adolescentes en un sinsentido y para uno que otro pequeño en una interminable fascinación. Debido a un runtime abusivamente extenso, a mitad de función muchos espectadores podría tomar una posición de radical escepticismo, no respondiendo de igual manera al resto de secuencias y momentos narrativos, lo cuales pueden resultar sosos, aburridos y ridículos si desde el principio no te sumerges en ella. El filme tiende a usar como excusa su propósito de entretención infantil para producir visuales e hilos narrativos que no funcionan bien. De ridiculez a aburrición, el slapstick del joven Merlín o el humor ingenuo de Bedders pueden no aterrizar tan bien para los adultos, pues manejan un humor tan limpio que incluso los niños de hoy ya no comprenden como antes.

“The Kid Who Would Be King” de Joe Cornish no solamente es una sopa de su propio chocolate para los estudios que no se cansan de visitar IPs existentes, sino un producto de sabor británico que se ve severamente lastimado por un alargamiento innecesario de los hechos, un tratamiento demasiado leve como para resonar entre las audiencias de hoy en día, algunos visuales poco inspirados y una historia que no logra sembrar interés para posibles e impedidas secuelas. Aquellos que crecieron en pleno esplendor de los 80 y los 90 ciertamente estarán dispuestos a dejarse llevar por los homenajes y guiños al siglo pasado— empezando por el paralelismo con filmes como “The Man Who Would Be King”, — sin embargo, aquellos que como yo pertenezcan al nuevo milenio tendrá un rato no tan entretenido tratando de conectar y mantenerse conectados con la idea por más de un cuarto de hora.
30 de mayo de 2018
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más allá del relato de perdida, venganza y repulsión que construye, lo que es tan único y potente de Lanthimos es su poder para relatar fabulas poéticamente atroces, un tipo de narración que dista mucho, mucho del prototipo acostumbrado actualmente en las grandes pantallas. Ya lo hacía con su trabajo previo y ahora lo corrobora con “The Killing of a Sacred Deer”, ideas peligrosas y miradas sin anestesia embellecidas con peculiares análisis sobre la mentira, la justicia, el indulto y el rencor; clavando el dedo en la llaga de muchos cinéfilos conservadores que describen este tipo de planteamientos cinematográficos como ostentosos, ambiciosos y vergonzosamente voyeristas. Solo con el primer encuadre seleccionado por el cineasta para abrir el filme se expresa el sentido global de la obra, lanzando sin censura y a pleno color una cirugía a corazón abierto, con chirriantes resonancias como única ambientación, un arranque perfecto. Al mismo tiempo, inicia el difícil trayecto que progresivamente nos hunde, junto con los personajes, en un infernal espiral de místicas degeneraciones que acaecen en las vidas de postal de dos exitosos pero frívolos médicos estadounidenses, una oftalmóloga y un cirujano cardiovascular, y es aquí en donde el conflicto entra a jugar como un componente importante. Muy pocos cineastas han explorado el mundo medico desde un perspectiva tan siniestra, atractiva a la vista de los más curiosos, levantando su historia sobre el dilema de qué podría suceder si voluntaria o involuntariamente un ser humano comete un error al salvarle la vida a otro, todos somos mortales y por lo tanto estamos propensos a que el mas mínimo yerro destruya nuestro mundo, nuestra vida. En un contexto más realista, ínfimas son las opciones de que un caso de estos pase de la mano de la justicia gubernamental a la justicia a mano propia del afectado, sin embargo, es precisamente ese el por qué su cine es tan atractivo, pues intenta imitar realidades, convertirlas en ficción y presentarlas como nuestros reflejos, unos visuales, otros intrínsecamente escondidos. Sugerir finamente que todo lo que se muestra en escena no es explícitamente todo lo que se nos quieren decir permite que el espectador inicie un estudio rápido pero mucho más profundo de la conexión entre las imágenes, poniendo en duda de cada línea que salga de la boca de cualquier personaje, cada decisión, cada distracción, un juego en el que el espectador debe ser más avispado. Junto a “mother!” de Darren Aronofsky, “The Killing of a Sacred Deer” posee uno de los guiones más locos, simbólicos y viscerales, en el mal y buen sentido de todas las palabras, de la última década, estupefacción garantizada.

Barry Keoghan ha dado con un personaje complejísimo, lleno de matices, capas representadas por medio de monólogos que el actor verbaliza de manera tan natural como perturbadora, la frialdad de su hirviente odio es lo que convierte su interpretación en un fabuloso triunfo, hay sinceridad y profundidad en su actuación, es tal el poder de su rango dramático que con tan solo un con un par de líneas y una “asqueroso” plato de espaguetis petrifica a un teatro entero, un performance visceral.

El bárbaro apartado visual de Thimios Bakatakis debía manejar las mismas cotas de brutalidad y extrañeza que el enigmático guion, sinceramente, lo supera con holgura. El cinematógrafo extiende los mensajes a través de una línea fina y agresiva de cuadros simbólicos, desde los más arraigadamente dramáticos hasta aquellos descaradamente violentos; la cámara repta ásperamente por hospitales, onerosas casas, cafeterías e inquietantes sótanos, utilizando tomas extensas para alimentar la imparable tensión mediante tilts y travellings que acompañan en todo momento a los personajes, logrando incluso que el espectador se ponga un escudo para cada escena, está intranquilo y asustado de lo que puede suceder con cada cambio de escena. Como un todo, la composición artística es de primer nivel, metafórica y rebosante de mensajes que brotan de los colores, cada vez más oscuros e indiferentes; la luz juega un rol fundamental en el filme, enfatizando sutilmente un impacto tan sencillo como vivaz que se te queda grabado en la cabeza mucho tiempo después. En los momentos aparentemente menos significativos, por ende más pacíficos, las imágenes son delicadas pero tenuemente bañadas por una mala vibra, sin embargo, en la secuencias en donde el desquicio argumental prima, las imágenes adquieren un valor mucho más revelador gracias al inmejorable trabajo del grupo de arte y producción liderado por Daniel Baker, las escenas más crudas y expresivas se pintan con elegancia y delicada mesura para nunca caer en lo burdo y pesado, la cinematografía potencia el mal agüero que trasmiten los colores y las hitchcocknianas melodías de su acertado soundtrack, las diferentes canciones embelesan y endurecen cada uno de los elementos anteriores; una cinta que te deja en shock por el lado que la quieras ver, una maravillosa pesadilla.

Turbadora, exultantemente cruel y difícil de ver y olvidar, “The Killing of a Sacred Deer” de Yorgos Lanthimos es su película menos fantasiosa en términos de configuración visual, sin embargo, la descarnada y excéntrica exposición de sus ideas y el arraigado significado metafórico de las mismas son pilares en este rabioso relato sobre el karma, la moral, la venganza y la humildad, ahogando los límites de tolerancia del espectador, provocando disimiles resultados en cada experiencia, en la mía, una maldita obsesión por conocer más de este inclasificable griego. Rápidamente, el realizador moldea su filmografía sobre bases metafóricas, con ideas esotéricas y complejas que perfilan una obra cáusticamente imborrable. Sin duda, la segunda película, narrativa y visualmente, más polémica, perversa y atroz del 2017.
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