Se abre el telón. Aparece Denzel en la cama hablando con su exmujer mientras, a su lado, una bella mujer se está vistiendo. Acto seguido Denzel se viste también y se encamina gallardo y sonriente al aeropuerto. Es capitán de avión y es, sin duda, un triunfador. Alguien capaz de sortear cualquier obstáculo y conseguir todo lo que desee. Un hecho inesperado, sin embargo, pone contra las cuerdas al campeón...

Gran película de suspense que aborda de una forma muy realista la adicción a las drogas y su poder destructor sobre el individuo. Si bien algunas escenas muestran su cara más glamourosa, el mensaje global de la película es todo lo contrario. Y si no, que se lo digan al bueno de Denzel.

El vuelo presume además de buenos efectos especiales, una inmejorable banda sonora y de un guión que se desarrolla con agilidad, manteniendo la incertidumbre hasta el final, el cual resulta tan asombroso como convincente.

Película histórica muy subestimado, casi desapercibida, castigada quizá por el fenómeno Braveheart, la película de Mel Gibson que se rodó simultáneamente y consiguió un enorme éxito de taquilla.

Rob Roy es un film completísimo, con muchas sorpresas, un guion trepidante, aventura, romance, historia y, sobre todo, épica. Hay suspense desde el principio y la acción no se detiene hasta un final de infarto donde todo está en juego. Los bellos paisajes de las tierras altas, la banda sonora y un vestuario de primera terminan de redondear una película imprescindible.

Pocas veces se ve en la gran pantalla un contraste tan descomunal entre héroe y antiheroe. Los personajes de Liam Neeson y Tim Roth son puros contrarios. El primero representa la valentía, la integridad y la gallardía. El segundo todo lo opuesto. Y lo hacen de una forma tan creíble que conmueve al espectador desde el minuto uno.

Al contrario que Braveheart, donde Mel Gibson se tomó muchas licencias artísticas, Rob Roy es muy fiel a la historia y está muy bien considerada en Escocia.

Rob Roy, épica e historia en estado puro.

Qué grande es Almodóvar. Además de virtuoso, Almodovar es prolífico y regularmente nos obsequia con otra de sus joyas, como siempre elegantes y complejas.
Dolor y gloria narra el drama de un director de cine que no puede ser director de cine. La enfermedad y conflictos internos lo mantienen en el dique seco, decadente y ahogado en la tristeza. Como un boxeador contra las cuerdas, llega su momento decisivo. ¿Encontrará la voluntad para salir a flote?
En la película suceden varias historias paralelas con varios secundarios, todos en estado de gracia. Poco a poco la película despliega una exquisita complejidad, entre cómica y dramática, y manteniendo el suspense hasta el segundo final. Historia, homosexualidad o drogas se mezclan de una forma magistral y con la belleza estética propia de Almodóvar.
Antonio Banderas se merece un capítulo aparte. Sólo un actor así puede interpretar esos gestos afectados, esa sutil feminidad, esa agonía interior. Ojalá que se lleve el Óscar.

Película interesante basada en un libro más interesante todavía. Una adaptación muy conseguida con un Will Smith brillante en su papel.

Fantástica la fotografía de los inquietantes paisajes urbanos de un Manhattan postapocalíptico.
Hay alguna escena que pone los pelos de punta.

Es irritante ver con que frivolidad se trata la transexualidad en esta película. Un hombre pasa a sentirse mujer y todo ocurre como en un cuento de hadas, de forma mágica, como quien se cambia de camisa y se pone una que le gusta más.

No hay ningún interés por hablar de la complejidad del asunto, tanto a nivel personal como social en un mundo de principios de siglo XX.

Además hay un tema esencial por el que se pasa de puntillas, como si fuese tabú. Me refiero altema de la sexualidad. La transformación del protagonista queda reducida a un simple travestismo y amaneramiento.

Como cualidades, la actuación del protagonista y la ambientación. Geniales.

Se ha querido llegar al gran público a base de reducir el fenómeno de la transexualidad a una cuestión estética sin profundidad psicológica. En fin, una película que se lanzaba como atrevida pero es aburrida y moña a más no poder.