Le cuesta arrancar a "Body heat". Durante los primeros 40 minutos la película se hace pesada, ya que los diálogos son un poco forzados y es muy monótono el discurso.

Afortunadamente, la mecha enciende y los acontecimientos van creciendo y se va acumulando una gran tensión aderezada por la, nuevamente, brillante banda sonora de John Barry, con sus saxos sonando de fondo.

El desenlace pierde bastante clímax con la aparición de varias escenas "explicativas", por así decirlo, que vi innecesarias. Me cuesta mucho creer la solución del narrador ya que es injusta con el espectador, y ese tipo de recursos narrativos no me gustan. Es mejor sugerir, a que luego de una tacada el personaje protagonista te desvele todo lo que tú, pobre estúpido espectador, no habías conseguido ver (y nadie puesto que se oculta mucha información).

Una pena porque podría haber sido una gran película, con muchos ingredientes del mejor cine negro: mujer fatal, crimen, sensualidad y sexo, infortunio... aún así recomendable su visionado.

No se trata de ninguna maravilla, pero hay muchas grandes superproducciones americanas mucho más aburridas y menos creíbles. Cuando visioné esta película me sorprendió gratamente ya que sus efectos de postproducción estaban bastante logrados y la historia es de lo más entretenida. Es cierto que el desenlace es una gran flipada, pero no es fáci entretener 2 horas y media.

Su única pretensión es la de hacerte pasar un rato entretenido. Lo consigue sin más, no acabas deseando que no termine nunca, ni tampoco deseas que acabe lo antes posible. Eso le hace ser una pasable película con cosas originales, como son algunos anuncios de televisión que se "cuelan" durante la trama. La realización es correcta y las interpretaciones de lo más normalitas. No pasará a la historia por su calidad, sino más bien por la primera parte y por la taquilla que consiguió. A mí personalmente, me parece más floja que la primera sin ser gran cosa ésta última que he citado.

Muy desconocida película entre el gran público, que, sin embargo, tiene toques dramáticos muy bien conseguidos y que recuerda al mejor "cine kinky" español (a lo norteamericano, claro).

Lo mejor del filme, además del clímax que consigue, es la fenomenal interpretación del por entonces jovencísimo Robby Benson (y en general de todo el elenco), lo bien que desdibuja la sociedad estadounidense del momento y una interesante banda sonora de la cual no se abusa, con acertado criterio.

Lo peor del filme es que en el nudo de la historia falta chicha, quizás porque no existe ninguna subtrama que nos aleje del drama protagonista con capacidad de sorprender y hace que la realización y el guión parezcan más planos, con pocos giros narrativos. También en ese nudo eché en falta más poder visual, escenas más contundentes, más fuertes, que hagan más creíble el problema del muchacho.

Aún así, recomendable su visionado.

Una historia de amor poco creíble y mal gestionada por el director y los guionistas sirven de pretexto para contarnos una frenética historia en la que el protagonista es la víctima de su propia forma de vida, de sus intensos principios familiares.

La realización me pareció bastante floja, casi infantil, con el uso de elipsis muy repetitivas y muy masticadas para el espectador (el avión como protagonista, un plano que dura 3 segundos y que genera vergüenza ajena), planos cortos para el que habla, no vaya a ser que te confundas y poca imaginación, demasiado clásica, demasiado plana.

Como puntos positivos, los personajes. Son los que hacen crecer la película. Fundamentalmente Don Corrado y el personaje de una fantástica Anjelica Huston, que en esta peli está muy por encima de Kathleen Turner y Jack Nicholson.

Interesante y entretenida, me parece un tanto sobrevalorada por el elenco que contiene y por quién la dirige.