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7,6
7.817
6
4 de noviembre de 2021
4 de noviembre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Cine de culto. Recuerdo cuando un compañero mío de Universidad hablaba de este tipo de películas y yo no sabía bien qué es lo que me estaba diciendo. El concepto Cine de culto engloba a esas películas que están dirigidas a una minoría, lejos de los circuitos comerciales del entretenimiento que asociamos a Hollywood. A menudo son películas ganadoras de muchos premios internacionales y con un gran reconocimiento de la crítica internacional, pero pueden llegar a ser tremendamente soporíferas si no se conoce el contexto filosófico o teológico (en este caso) en el que están rodadas.
Sacrificio encaja a la perfección en este concepto. Una película sueca dirigida por un cineasta ruso, Andrei Tarkovsky, que aborda el tema del sentido de la vida, de la crisis de la mediana edad y la oración a Dios como solución de los problemas. Vaya cocktail.
El argumento es más que sugerente. Alexander es un periodista retirado del mundanal ruido que se dispone a celebrar su cumpleaños rodeado de su peculiar familia y sus no menos excéntricas amistades. En medio de la cena, se anuncia por la televisión el estallido de la Tercera Guerra Mundial, que da lugar al confinamiento -tremendamente actual- y al caos. Otto, el cartero del pueblo (un profesor de Universidad retirado), le dice a Alexander que si mantiene relaciones con una de sus criadas (curiosamente llamada María, interpreto una sutil crítica protestante a la doctrina católica que afirma que la Salvación viene por María...) podrá volver atrás en el tiempo y evitar la conflagración mundial. Alexander reza a Dios para que ello sea verdad y poder salvar al mundo y su familia aún a costa de poner en peligro su alma. El sacrificio personal se presenta como la única solución al conflicto. Alexander reza pausadamente un padrenuestro en el que pide a Dios que lo proteja a él y a todos sus seres queridos, ofreciendo a cambio todo lo que es y lo que tiene. Su familia y sus posesiones a cambio de que no se produzca la Tercera Guerra Mundial.
A mí personalmente la película me parece entretenida a ratos y aburrida en otros. Demasiado lenta en el desarrollo de la trama y con un metraje excesivo (150 minutos). El final sí tiene un desenlace que podríamos llamar genial, ya que queda a la interpretación del espectador dar un sentido u otro a toda la historia, lo que me parece bastante adelantado a su época y más propio del cine del siglo XXI en el que estamos bien avanzados.
Tras ver la película he leído muchas críticas que te desconciertan más aún. Unos hablan de un film sublime, de la quintaesencia del celuloide que condensa una genialidad detrás de otra y otros críticos son menos benévolos, tachando la película directamente como una bazofia solo apta para gafapastas que ni siquiera la entienden pero alardean de ello en sus tertulias vips. Hay cosas que cualquier espectador capta en seguida sin necesidad de ser un crítico, como los primeros planos, los cambios de color a blanco y negro, los juegos con los espejos o la música que acompaña a la perfección a las escenas. Lo que más me ha llamado la atención de estas críticas es que casi todas ellas hablan de las interpretaciones, de la música, de la fotografía, de los planos... es decir, de cuestiones técnicas de la película, pero ninguna de ella aborda el tema religioso como una clave para entender el planteamiento del director. Entiendo que hay una ignorancia en todo lo referente a la Religión cada vez mayor que se hace patente cuando alguien que no conoce esa cosmovisión realiza una crítica vacía de contenido profundo, limitándose a las cuestiones estéticas. Mi pequeña aportación será abordar este tema para intentar dar luz a esta obra, no entrando yo en las cuestiones técnicas en las que soy bastante profano.
En primer lugar, hay que decir que Tarkovsky fue un cineasta ruso que tuvo que abandonar la URSS precisamente debido a sus inquietudes religiosas. Nunca se confesó creyente (le hubiera costado la deportación a Siberia) pero todas sus películas tenían un matiz religioso hasta que el régimen comunista le prohibió rodar más. tuvo que exiliarse al extranjero, donde solo le dio tiempo a rodar dos películas, ambas con contenido religioso, Nostalgia (Italia, 1983) y la que nos ocupa.
Sacrificio encaja a la perfección en este concepto. Una película sueca dirigida por un cineasta ruso, Andrei Tarkovsky, que aborda el tema del sentido de la vida, de la crisis de la mediana edad y la oración a Dios como solución de los problemas. Vaya cocktail.
El argumento es más que sugerente. Alexander es un periodista retirado del mundanal ruido que se dispone a celebrar su cumpleaños rodeado de su peculiar familia y sus no menos excéntricas amistades. En medio de la cena, se anuncia por la televisión el estallido de la Tercera Guerra Mundial, que da lugar al confinamiento -tremendamente actual- y al caos. Otto, el cartero del pueblo (un profesor de Universidad retirado), le dice a Alexander que si mantiene relaciones con una de sus criadas (curiosamente llamada María, interpreto una sutil crítica protestante a la doctrina católica que afirma que la Salvación viene por María...) podrá volver atrás en el tiempo y evitar la conflagración mundial. Alexander reza a Dios para que ello sea verdad y poder salvar al mundo y su familia aún a costa de poner en peligro su alma. El sacrificio personal se presenta como la única solución al conflicto. Alexander reza pausadamente un padrenuestro en el que pide a Dios que lo proteja a él y a todos sus seres queridos, ofreciendo a cambio todo lo que es y lo que tiene. Su familia y sus posesiones a cambio de que no se produzca la Tercera Guerra Mundial.
A mí personalmente la película me parece entretenida a ratos y aburrida en otros. Demasiado lenta en el desarrollo de la trama y con un metraje excesivo (150 minutos). El final sí tiene un desenlace que podríamos llamar genial, ya que queda a la interpretación del espectador dar un sentido u otro a toda la historia, lo que me parece bastante adelantado a su época y más propio del cine del siglo XXI en el que estamos bien avanzados.
Tras ver la película he leído muchas críticas que te desconciertan más aún. Unos hablan de un film sublime, de la quintaesencia del celuloide que condensa una genialidad detrás de otra y otros críticos son menos benévolos, tachando la película directamente como una bazofia solo apta para gafapastas que ni siquiera la entienden pero alardean de ello en sus tertulias vips. Hay cosas que cualquier espectador capta en seguida sin necesidad de ser un crítico, como los primeros planos, los cambios de color a blanco y negro, los juegos con los espejos o la música que acompaña a la perfección a las escenas. Lo que más me ha llamado la atención de estas críticas es que casi todas ellas hablan de las interpretaciones, de la música, de la fotografía, de los planos... es decir, de cuestiones técnicas de la película, pero ninguna de ella aborda el tema religioso como una clave para entender el planteamiento del director. Entiendo que hay una ignorancia en todo lo referente a la Religión cada vez mayor que se hace patente cuando alguien que no conoce esa cosmovisión realiza una crítica vacía de contenido profundo, limitándose a las cuestiones estéticas. Mi pequeña aportación será abordar este tema para intentar dar luz a esta obra, no entrando yo en las cuestiones técnicas en las que soy bastante profano.
En primer lugar, hay que decir que Tarkovsky fue un cineasta ruso que tuvo que abandonar la URSS precisamente debido a sus inquietudes religiosas. Nunca se confesó creyente (le hubiera costado la deportación a Siberia) pero todas sus películas tenían un matiz religioso hasta que el régimen comunista le prohibió rodar más. tuvo que exiliarse al extranjero, donde solo le dio tiempo a rodar dos películas, ambas con contenido religioso, Nostalgia (Italia, 1983) y la que nos ocupa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sacrificio comienza con 5 largos minutos de créditos sobre una foto fija de "La adoración de los Reyes Magos" de Leonardo da Vinci y el fondo musical del "Erbarme dich mein gott" (Apiádate de mí Dios mío) de Bach. Esto ya habla a las claras del contenido religioso del film al tiempo que es una invitación para abandonar el visionado a todo aquel que no esté plenamente convencido de ver algo distinto. Hablamos de una película sueca con el equipo de trabajo de Ingmar Bergman, por lo que las analogías con su obra son constantes.
La película comienza con una historia ficticia de un monje budista que Alexander cuenta a su hijo mudo, lo que lo convierte en un soliloquio. A partir de ahí las referencias al mundo religioso son constantes, en los diálogos, en la decoración religiosa de todas las casas que vemos y en la música de fondo. El niño mudo -y el resto de la película perdido o durmiendo- representa el incierto futuro en constante situación de vulnerabilidad. "Dejad al niño dormir" ó "¿Dónde está el niño?" reflejan la preocupación de todos los personajes a lo largo del film. Precisamente casi todos los personajes -excepto el médico- se desmayan o sufren ataques de ansiedad continuamente, encontrando únicamente en el alcohol o en los ansiolíticos la fuerza para seguir adelante. Las referencias a la Guerra, al sinsentido, a la miseria.. son también repetidas, así como las frases "Estamos ciegos. No vemos nada".
Otras frases para enmarcar:
- "La creencia lo es todo. Si creemos, algo ocurrirá"
- "Todo podría ser diferente si no tuviéramos miedo a la muerte"
- "El pecado es todo aquello que no es necesario. Toda nuestra civilización es por ello pecado, desde el principio hasta el fin"
- "Todos los regalos requieren su pequeño sacrificio, que es lo que les da valor"
Como antes expuse el argumento, ahora lanzo la pregunta que planea toda la trama: ¿Puede la oración de una sola persona cambiar el destino de toda la humanidad? ¿es ello posible o siquiera planteable? Cierto que la oración de Jesucristo en Getsemaní parece aportar una respuesta positiva a la cuestión, pero claro, Él era el Hijo de Dios... Volviendo al film, ¿Podría una sola persona cambiar el destino de la humanidad realizando un acto sacrificial en contra de su voluntad pero que interpreta a través de la oración que es lo que Dios le está pidiendo para salvar a todo el género humano? formulada la pregunta así las reminiscencias de Abraham son más que evidentes como se podrá entender...
Otra analogía más que evidente es el lavado de manos de Alexander tipo "Pilato" antes de cometer el pecado expiatorio. Me sorprende que en todas las críticas que he leído ningún crítico haya ni siquiera mencionado este paralelismo. Máxime cuando unas escenas antes se había pronunciado la misma pregunta que Pilato hizo a Jesucristo en el interrogatorio previo a su condena: ¿Qué es la verdad?
Tarkovsky no responde a esta cuestión, como dije anteriormente. El final es interpretable. Alexander resulta ser un loco de manicomio que cumple su promesa a Dios y ofrece su casa en holocausto en agradecimiento por haber detenido la Tercera Guerra Mundial, pero nunca sabremos si ello ocurrió de verdad o solo en la mente de Alexander, de ahí la genialidad del final.
La película termina con dos frases. La primera, la del hijo de Alexander -en off- que habla por primera vez en el film, diciendo la enigmática frase bíblica: "Lo primero que se creó fue la Palabra". Yo la interpreto como una liberación al estilo de Zacarías, quien recupera su voz en el momento en el que Juan el Bautista recibe su nombre en cumplimiento de la promesa de Dios. La segunda, escrita sobre la pantalla, es del propio Tarkovsky que dedica la película "a mi hijo, con esperanza y confianza". Ante un final confuso y bastante amargo es un contrapunto que creo intenta lanzar un rayo de optimismo.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
La película comienza con una historia ficticia de un monje budista que Alexander cuenta a su hijo mudo, lo que lo convierte en un soliloquio. A partir de ahí las referencias al mundo religioso son constantes, en los diálogos, en la decoración religiosa de todas las casas que vemos y en la música de fondo. El niño mudo -y el resto de la película perdido o durmiendo- representa el incierto futuro en constante situación de vulnerabilidad. "Dejad al niño dormir" ó "¿Dónde está el niño?" reflejan la preocupación de todos los personajes a lo largo del film. Precisamente casi todos los personajes -excepto el médico- se desmayan o sufren ataques de ansiedad continuamente, encontrando únicamente en el alcohol o en los ansiolíticos la fuerza para seguir adelante. Las referencias a la Guerra, al sinsentido, a la miseria.. son también repetidas, así como las frases "Estamos ciegos. No vemos nada".
Otras frases para enmarcar:
- "La creencia lo es todo. Si creemos, algo ocurrirá"
- "Todo podría ser diferente si no tuviéramos miedo a la muerte"
- "El pecado es todo aquello que no es necesario. Toda nuestra civilización es por ello pecado, desde el principio hasta el fin"
- "Todos los regalos requieren su pequeño sacrificio, que es lo que les da valor"
Como antes expuse el argumento, ahora lanzo la pregunta que planea toda la trama: ¿Puede la oración de una sola persona cambiar el destino de toda la humanidad? ¿es ello posible o siquiera planteable? Cierto que la oración de Jesucristo en Getsemaní parece aportar una respuesta positiva a la cuestión, pero claro, Él era el Hijo de Dios... Volviendo al film, ¿Podría una sola persona cambiar el destino de la humanidad realizando un acto sacrificial en contra de su voluntad pero que interpreta a través de la oración que es lo que Dios le está pidiendo para salvar a todo el género humano? formulada la pregunta así las reminiscencias de Abraham son más que evidentes como se podrá entender...
Otra analogía más que evidente es el lavado de manos de Alexander tipo "Pilato" antes de cometer el pecado expiatorio. Me sorprende que en todas las críticas que he leído ningún crítico haya ni siquiera mencionado este paralelismo. Máxime cuando unas escenas antes se había pronunciado la misma pregunta que Pilato hizo a Jesucristo en el interrogatorio previo a su condena: ¿Qué es la verdad?
Tarkovsky no responde a esta cuestión, como dije anteriormente. El final es interpretable. Alexander resulta ser un loco de manicomio que cumple su promesa a Dios y ofrece su casa en holocausto en agradecimiento por haber detenido la Tercera Guerra Mundial, pero nunca sabremos si ello ocurrió de verdad o solo en la mente de Alexander, de ahí la genialidad del final.
La película termina con dos frases. La primera, la del hijo de Alexander -en off- que habla por primera vez en el film, diciendo la enigmática frase bíblica: "Lo primero que se creó fue la Palabra". Yo la interpreto como una liberación al estilo de Zacarías, quien recupera su voz en el momento en el que Juan el Bautista recibe su nombre en cumplimiento de la promesa de Dios. La segunda, escrita sobre la pantalla, es del propio Tarkovsky que dedica la película "a mi hijo, con esperanza y confianza". Ante un final confuso y bastante amargo es un contrapunto que creo intenta lanzar un rayo de optimismo.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
26 de octubre de 2021
26 de octubre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Atraído por la sugerente portada de esta película, he visto este título sobre los últimos días de Jesucristo en el desierto, previos a lo que conocemos como su vida pública. Lo primero que puedo decir de ella es que me equivoqué en el enfoque que le di al visionado. Anunciada con el subtitulo "Una historia del Nuevo Testamento", yo creía que me iba a encontrar un relato semi-bíblico, pero nada más lejos de la realidad. Como he leído en algunas críticas posteriormente, el film apenas tiene base bíblica, siendo una visión ficticia y personalísima de su director, el colombiano Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, quien ha cambiado la pluma de su padre por la cámara cinematográfica.
No es el primer cineasta que se aparta del Evangelio e intenta dar una visión íntima de Jesucristo al margen de los relatos canónicos. En este blog ya he comentado La última tentación de Cristo de Scorsese, quien también (basado en Nikos Kazantzakis) ofreció su particularísima visión de la historia de Cristo. Si bien la obra de Scorsese buscaba desde el principio la polémica y la confrontación con la doctrina teológica (al menos como reclamo publicitario), el producto de García es más inocuo, sin excesivas escenas comprometedoras y con un hilo conductor diverso, menos teológico y más humanista.
Lo primero que conviene aclarar es que en Cristología (la parte de la Teología que estudia a Jesucristo) existen dos visiones opuestas a la hora de elaborar el tratado. Está la Cristología descendente (aquella que considera como punto de partida que la segunda persona de la Trinidad baja al mundo) y la cristología ascendente (cuya perspectiva es que la humanidad de Cristo es divinizada por Dios). Evidentemente el approach del director es el segundo, incidiendo en un figura de Cristo casi desdivinizada, que duda interiormente de la bondad de su Padre y que se prepara para una misión que no entiende. El problema de este acercamiento que parte de la humanidad de Jesucristo en busca de su humanidad es que casi siempre termina conduciendo a la herejía del arrianismo, cuyos defensores afirmaban que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a él, doctrina condenada por el Concilio de Nicea en el año 325. Creo que el director no es ajeno a ello, y muestra de ello es que el protagonista es llamado "hombre santo" durante toda la película. Un hombre bueno pero poco más, ni Salvador del mundo ni por supuesto Hijo de Dios.
No obstante, el objetivo de la película no es generar contenido teológico, ya que todo lo que ocurre en el film es ficción. Y lo que ocurre -el argumento- es que Jesucristo (Ewan McGregor), está próximo a concluir su estancia en el desierto y se encuentra con una familia a la que ayudar, al tiempo que el diablo sigue tentándolo sin cesar.
Para el comentario con detalles del argumento establezco seis claves que pueden ayudaros en el visionado de la película:
No es el primer cineasta que se aparta del Evangelio e intenta dar una visión íntima de Jesucristo al margen de los relatos canónicos. En este blog ya he comentado La última tentación de Cristo de Scorsese, quien también (basado en Nikos Kazantzakis) ofreció su particularísima visión de la historia de Cristo. Si bien la obra de Scorsese buscaba desde el principio la polémica y la confrontación con la doctrina teológica (al menos como reclamo publicitario), el producto de García es más inocuo, sin excesivas escenas comprometedoras y con un hilo conductor diverso, menos teológico y más humanista.
Lo primero que conviene aclarar es que en Cristología (la parte de la Teología que estudia a Jesucristo) existen dos visiones opuestas a la hora de elaborar el tratado. Está la Cristología descendente (aquella que considera como punto de partida que la segunda persona de la Trinidad baja al mundo) y la cristología ascendente (cuya perspectiva es que la humanidad de Cristo es divinizada por Dios). Evidentemente el approach del director es el segundo, incidiendo en un figura de Cristo casi desdivinizada, que duda interiormente de la bondad de su Padre y que se prepara para una misión que no entiende. El problema de este acercamiento que parte de la humanidad de Jesucristo en busca de su humanidad es que casi siempre termina conduciendo a la herejía del arrianismo, cuyos defensores afirmaban que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a él, doctrina condenada por el Concilio de Nicea en el año 325. Creo que el director no es ajeno a ello, y muestra de ello es que el protagonista es llamado "hombre santo" durante toda la película. Un hombre bueno pero poco más, ni Salvador del mundo ni por supuesto Hijo de Dios.
No obstante, el objetivo de la película no es generar contenido teológico, ya que todo lo que ocurre en el film es ficción. Y lo que ocurre -el argumento- es que Jesucristo (Ewan McGregor), está próximo a concluir su estancia en el desierto y se encuentra con una familia a la que ayudar, al tiempo que el diablo sigue tentándolo sin cesar.
Para el comentario con detalles del argumento establezco seis claves que pueden ayudaros en el visionado de la película:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- El diablo se presenta con la misma cara del protagonista y ambos conversan con frecuencia, pues pueden verse el uno al otro y lo tienta con palabras ("Un niño necesita el permiso de su padre para convertirse en un hombre") e imágenes. Creo que ésta es de nuevo una característica algo confusa teológicamente, si bien la intuición es brillante. El tentador no es una figura externa al Mesías sino que opera desde las dudas internas que le genera al Salvador (o que éste se genera a sí mismo). El autor se alinea con la psicología moderna en la que nuestra voz interior es capaz de lo mejor y de lo peor, pero tras 40 días de ayuno y penitencia, es fácil pensar que la tentación puede desdibujarse en locura del protagonista, con lo cual los límites de una y otra cosa no quedan bien definidos. Sus últimas palabras son de despedida, pero le dice a Cristo que volverán a verse en la cruz: "Vendré a ti al final. Y si me das una señal, te ayudaré a bajar... y podrás quedarte".
- Hay una crisis paterno-filial entre Dios y Jesucristo y entre el padre y el hijo de la familia que se encuentra, de los cuáles no conocemos sus nombres. Jesucristo realiza una pregunta a Dios al comienzo del film: “¿Dónde estás?.. ¡Háblame!" que no es respondida directamente, sino que su Padre le presenta la ocasión de ayudar a resolver una tensión familiar ayudando a dilucidar también la suya. Dios actuando a través de las causas segundas es un clásico de la teología medieval al que se apunta García.
- La familia del desierto está compuesta por tres miembros: un padre tradicional, severo e incomprendido, una madre enferma e incapaz y un hijo adolescente, obediente en lo exterior pero rebelde internamente. Debo reconocer que durante un periodo del film creí ver un reflejo de la Sagrada Familia, especialmente cuando el tentador dice por boca de la mujer que el hijo no es de su padre, vemos que el padre tiene el oficio de artesano y que su hijo no quiere seguir su estela sino conocer los encantos de Jerusalén. Incluso el hijo dice en una conversación con Cristo unas palabras que me reafirmaban: "A veces cuando estoy afuera siento que esta cosa se eleva dentro de mí, que yo soy todo y que todo soy yo. Que siempre estaré vivo. Para siempre". La muerte evitable del padre en la que participan por omisión los dos hijos creía que simbolizaba una ruptura freudiana Jesús-José, pero mas adelante descarté esta idea cuando la madre se convierte en tentación sexual para Jesucristo. Tampoco descarto una relación análoga con la Trinidad (Padre tradicional, severo e incomprendido, Hijo obediente y rebelde y Espíritu Santo enfermo e incapaz, inoperante por los pecados de la sociedad actual). Supongo que la explicación es más sencilla, existiendo en esta temática un reflejo personal del propio autor, quien aún siguiendo la creatividad artística escogió una disciplina diferente para abrirse camino con un nombre propio en el complicado mundo del Cine. "¡No soy un mal hijo!" repite hasta seis veces -gritando- el hijo de la película.
- El desierto es un personaje más del film. En palabras del padre de familia, "El desierto es implacable, te despoja de tus vanidades, de tus ilusiones, y te concede la oportunidad de ver como eres realmente.". En la película, la fotografía de este imponente paisaje corre a cargo de Emmanuel Lubezki (3 Óscars consecutivos, Gravity, Birdman y El Renacido), hombre de confianza también de directores como Alejandro González Iñarritu o Alfonso Cuarón, que tanta importancia dan al escenario como un cuasi-personaje de sus películas.
- Interpreto también el final como simbólico. Tras breves fragmentos de la crucifixión aparecen dos turistas tomándose fotografías en un plano general del desierto. Creo intuir que se trata de una crítica velada a la frivolización que se produce del elemento religioso por parte de la sociedad actual en general.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
- Hay una crisis paterno-filial entre Dios y Jesucristo y entre el padre y el hijo de la familia que se encuentra, de los cuáles no conocemos sus nombres. Jesucristo realiza una pregunta a Dios al comienzo del film: “¿Dónde estás?.. ¡Háblame!" que no es respondida directamente, sino que su Padre le presenta la ocasión de ayudar a resolver una tensión familiar ayudando a dilucidar también la suya. Dios actuando a través de las causas segundas es un clásico de la teología medieval al que se apunta García.
- La familia del desierto está compuesta por tres miembros: un padre tradicional, severo e incomprendido, una madre enferma e incapaz y un hijo adolescente, obediente en lo exterior pero rebelde internamente. Debo reconocer que durante un periodo del film creí ver un reflejo de la Sagrada Familia, especialmente cuando el tentador dice por boca de la mujer que el hijo no es de su padre, vemos que el padre tiene el oficio de artesano y que su hijo no quiere seguir su estela sino conocer los encantos de Jerusalén. Incluso el hijo dice en una conversación con Cristo unas palabras que me reafirmaban: "A veces cuando estoy afuera siento que esta cosa se eleva dentro de mí, que yo soy todo y que todo soy yo. Que siempre estaré vivo. Para siempre". La muerte evitable del padre en la que participan por omisión los dos hijos creía que simbolizaba una ruptura freudiana Jesús-José, pero mas adelante descarté esta idea cuando la madre se convierte en tentación sexual para Jesucristo. Tampoco descarto una relación análoga con la Trinidad (Padre tradicional, severo e incomprendido, Hijo obediente y rebelde y Espíritu Santo enfermo e incapaz, inoperante por los pecados de la sociedad actual). Supongo que la explicación es más sencilla, existiendo en esta temática un reflejo personal del propio autor, quien aún siguiendo la creatividad artística escogió una disciplina diferente para abrirse camino con un nombre propio en el complicado mundo del Cine. "¡No soy un mal hijo!" repite hasta seis veces -gritando- el hijo de la película.
- El desierto es un personaje más del film. En palabras del padre de familia, "El desierto es implacable, te despoja de tus vanidades, de tus ilusiones, y te concede la oportunidad de ver como eres realmente.". En la película, la fotografía de este imponente paisaje corre a cargo de Emmanuel Lubezki (3 Óscars consecutivos, Gravity, Birdman y El Renacido), hombre de confianza también de directores como Alejandro González Iñarritu o Alfonso Cuarón, que tanta importancia dan al escenario como un cuasi-personaje de sus películas.
- Interpreto también el final como simbólico. Tras breves fragmentos de la crucifixión aparecen dos turistas tomándose fotografías en un plano general del desierto. Creo intuir que se trata de una crítica velada a la frivolización que se produce del elemento religioso por parte de la sociedad actual en general.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
7 de octubre de 2021
7 de octubre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
En el 40 aniversario de su estreno hoy vamos a analizar otra película de la saga de Indiana Jones, en este caso la secuela Indiana Jones y el Templo Maldito.
De entrada hay que decir que aunque su temática vuelve a ser religiosa, en esta ocasión se aparta de la tradición judeocristiana para adentrarse en el exótico mundo de las antiguas religiones orientales, situándose la acción concretamente en un poblado remoto de la India. Es curioso también que los hechos se datan en 1935, un año antes que los de la primera entrega. Lo que sí se mantiene respecto a la primera entrega es el humor y la comedia, utilizados para rebajar la tensión de los momentos de acción y de aventura. En este sentido, me parece que esta segunda entrega cuenta con escenas más cómicas pero a la vez también con otros momentos más angustiosos en los que el corazón del espectador se encoge junto al del protagonista.
A nivel religioso el tema central es menos conocido para la cultura occidental que el Arca de la Alianza. Indiana Jones escapa de Shanghai y aterriza de manera forzada en un poblado hindú del que han robado una piedra preciosa que supuestamente los protegía. Junto a esa piedra han desaparecido los niños, el agua, los animales, las cosechas y la alegría del pueblo. Indy será el encargado de devolverlos a su sitio. Este diálogo encierra el argumento del film:
De entrada hay que decir que aunque su temática vuelve a ser religiosa, en esta ocasión se aparta de la tradición judeocristiana para adentrarse en el exótico mundo de las antiguas religiones orientales, situándose la acción concretamente en un poblado remoto de la India. Es curioso también que los hechos se datan en 1935, un año antes que los de la primera entrega. Lo que sí se mantiene respecto a la primera entrega es el humor y la comedia, utilizados para rebajar la tensión de los momentos de acción y de aventura. En este sentido, me parece que esta segunda entrega cuenta con escenas más cómicas pero a la vez también con otros momentos más angustiosos en los que el corazón del espectador se encoge junto al del protagonista.
A nivel religioso el tema central es menos conocido para la cultura occidental que el Arca de la Alianza. Indiana Jones escapa de Shanghai y aterriza de manera forzada en un poblado hindú del que han robado una piedra preciosa que supuestamente los protegía. Junto a esa piedra han desaparecido los niños, el agua, los animales, las cosechas y la alegría del pueblo. Indy será el encargado de devolverlos a su sitio. Este diálogo encierra el argumento del film:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Vinieron del palacio y se llevaron a Sivalinga de nuestra aldea.
- ¿El qué se llevaron?
- Una piedra sagrada que les protege.
- Por eso Siva les ha traído hasta aquí.
- No nos han traído hasta aquí. Tuvimos un accidente de avión.
- Nos estrellamos.
- No, no.
- Rezamos a Siva para que nos ayude a encontrar la piedra. Fue Siva quien hizo que cayeran del cielo. Así que irán al palacio de Pankot para encontrar a Sivalinga y devolverla a nuestro pueblo.
En el diálogo ya se puede apreciar lo que contamos en la primera película respecto a la espiritualidad de Indy. Indiana Jones es un arqueólogo y como tal bastante escéptico ante esta situación. No obstante, en el transcurso de su misión comprobará que dicha piedra tiene efectivamente poderes extraordinarios y que hay cosas que la razón no puede explicar. A modo de profecía se lo adelanta el antagonista del film cuando Indiana descubre que los niños del pueblo son esclavos del marajá:
- Hace cien años, en un ataque sangriento de los británicos a este templo, un sacerdote ocultó las últimas dos piedras en las catacumbas.
- ¿Por eso tiene a estos esclavos cavando?
- Son niños inocentes.
- Extraen las gemas por la causa. También buscan las últimas dos piedras. Pronto tendremos las cinco piedras de Sankara y los Thuggee serán todopoderosos. ¿No me cree?
- ¡Qué imaginación tan portentosa!
- Me creerá, Dr. Jones. Será un auténtico creyente.
Poco después, el mismo personaje desvela las verdaderas intenciones y lo que está en juego si las cinco piedras sagradas se juntan:
Acabaremos con el Dios de los hebreos. Y después el Dios de los cristianos será abatido y olvidado. Pronto Kali Ma gobernará el mundo.
La película termina con un desenlace en el que se mezcla religión y lo que en occidente conocemos como magia negra. En este sentido, la película (siendo ficción) da por ciertas y veraces las prácticas del vudú, de los chamanes o mediums. Insisto que la saga juega siempre con la ambigüedad de que más allá de una postura oficial increyente del personaje principal en el fondo todo lo que sucede a su alrededor tiene tintes sobrenaturales. En ese sentido me recuerda mucho a la expresión gallega "Yo no creo en las meigas (brujas), pero haberlas haylas...".
En fin, tal y como comentaba en su predecesora, son filmes que entretienen, divierten, y de paso visibilizan el elemento religioso, cada vez más oculto en nuestra sociedad actual.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
- ¿El qué se llevaron?
- Una piedra sagrada que les protege.
- Por eso Siva les ha traído hasta aquí.
- No nos han traído hasta aquí. Tuvimos un accidente de avión.
- Nos estrellamos.
- No, no.
- Rezamos a Siva para que nos ayude a encontrar la piedra. Fue Siva quien hizo que cayeran del cielo. Así que irán al palacio de Pankot para encontrar a Sivalinga y devolverla a nuestro pueblo.
En el diálogo ya se puede apreciar lo que contamos en la primera película respecto a la espiritualidad de Indy. Indiana Jones es un arqueólogo y como tal bastante escéptico ante esta situación. No obstante, en el transcurso de su misión comprobará que dicha piedra tiene efectivamente poderes extraordinarios y que hay cosas que la razón no puede explicar. A modo de profecía se lo adelanta el antagonista del film cuando Indiana descubre que los niños del pueblo son esclavos del marajá:
- Hace cien años, en un ataque sangriento de los británicos a este templo, un sacerdote ocultó las últimas dos piedras en las catacumbas.
- ¿Por eso tiene a estos esclavos cavando?
- Son niños inocentes.
- Extraen las gemas por la causa. También buscan las últimas dos piedras. Pronto tendremos las cinco piedras de Sankara y los Thuggee serán todopoderosos. ¿No me cree?
- ¡Qué imaginación tan portentosa!
- Me creerá, Dr. Jones. Será un auténtico creyente.
Poco después, el mismo personaje desvela las verdaderas intenciones y lo que está en juego si las cinco piedras sagradas se juntan:
Acabaremos con el Dios de los hebreos. Y después el Dios de los cristianos será abatido y olvidado. Pronto Kali Ma gobernará el mundo.
La película termina con un desenlace en el que se mezcla religión y lo que en occidente conocemos como magia negra. En este sentido, la película (siendo ficción) da por ciertas y veraces las prácticas del vudú, de los chamanes o mediums. Insisto que la saga juega siempre con la ambigüedad de que más allá de una postura oficial increyente del personaje principal en el fondo todo lo que sucede a su alrededor tiene tintes sobrenaturales. En ese sentido me recuerda mucho a la expresión gallega "Yo no creo en las meigas (brujas), pero haberlas haylas...".
En fin, tal y como comentaba en su predecesora, son filmes que entretienen, divierten, y de paso visibilizan el elemento religioso, cada vez más oculto en nuestra sociedad actual.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
6 de octubre de 2021
6 de octubre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Para mi gusto "Las vidas posibles de Mr. Nobody" se trata de la película filosófica por excelencia, ya que lo que se pretende no es tanto responder preguntas sino plantearlas, uno de los objetos fundamentales de este saber.
Evidentemente alguno de los temas que trata tienen además una conexión con la religión, como el "más allá" de la muerte o el sentido de la vida, pero no presenta un planteamiento religioso y casi ni se hace mención al tema, siendo su perspectiva más bien filosófica.
Lo que más me ha impactado del film, además de su originalidad, es que cuando uno termina su visualización es el momento en el que comienza el verdadero trabajo racional interior de planteamiento de cuestiones importantes a las que no se intenta dar una respuesta en el film, pero sí lanzarlas al espectador para que ahonde en ellas todo lo que quiera y su mente le permita.
Lo primero llamativo de este film es la filmografía de su director, Jaco Van Dormael, ya que en treinta años de carrera únicamente ha dirigido cuatro películas. Esto habla de lo concienzudamente que las selecciona y dirige, siendo además productor de las dos últimas, por lo que además se deduce que arriesga su dinero en cada proyecto. Sobre esta película afirmó recientemente: "Mr. Nobody es la película de la que estoy más orgulloso. Económicamente fue un fracaso, pero artísticamente hablando, creo que es lo mejor que he hecho en mi vida.". Efectivamente, a nivel empresarial fue un fracaso, con 58 millones de dólares de presupuesto y solo 4 recuperados en taquilla y ventas.
El argumento es fascinante. En 2092 Nemo Nobody es el último mortal de una tierra de inmortales y se va a "celebrar" su muerte como un acontecimiento extraordinario. Entonces es entrevistado e irá contando las posibles vidas que ha podido vivir, cuál de ellas sería la que más feliz le hubiera hecho y qué tipo de decisiones trascendentes ha tomado en su vida hasta llegar a ese punto.
El reparto lo componen, Jared Leto, Sarah Polley, Diane Kruger y Linh Dan Pham, mostrando todos ellos estar a la altura del proyecto y de la dirección. Las claves de su fracaso económico hay que buscarlas en la distribución y en un deficiente marketing, no en el filme en sí, que como digo es excelente. Quizás también influye que el producto es un poco para "gafapastas", escapando de los productos comerciales para todo tipo de públicos.
Sea como fuere, la película es una reflexión sobre la libertad, el sentido de la vida, la muerte o las opciones que vamos tomando en el día a día, y cómo estas marcan nuestro destino. Imposible resumir en unas líneas todo su contenido filosófico, así que prefiero dejaros unas "píldoras filosóficas" que os hagan sentir la necesidad de ver el filme. Espero conseguirlo:
Todo lo que vemos existe, podemos verlo. Yo veo los ojos de mamá, pero no veo mis ojos. El bebé se ve las manos, pero no se ve a si mismo. Entonces ¿Existe realmente?
Si mezclas el puré de patatas con la salsa, después no se pueden separar, es para siempre. El humo sale del cigarrillo de papá, pero nunca vuelve a entrar. No podemos volver atrás, por eso cuesta elegir. Hay que tomar la decisión correcta. Mientras no elijas, todo sigue siendo posible…
Antes era incapaz de hacer una elección porque no sabía qué iba a pasar. Ahora que sabe lo que va a pasar, es incapaz de hacer una elección.
En el ajedrez, se llama Zugzwang… cuando la única jugada posible es no mover
A veces no puedo dormir. Así que pienso sobre cómo era. Es lo único que me queda
¿Por qué recordamos el pasado pero no el futuro?
¿Hasta qué punto son innatos nuestros miedos? Si empollamos huevos de ganso en una incubadora y luego pasamos sobre los polluelos una silueta que simula un ganso en vuelo, las aves alargan el cuello y gritan; pero si invertimos la dirección de la silueta, adopta la forma de un halcón. La respuesta de los polluelos es inmediata, se agazapan aterrados aunque nunca hayan visto un halcón. Sin ninguna instrucción, un miedo innato les ayuda a sobrevivir. Pero en los humanos, ¿a qué peligros ancestrales podrían corresponder nuestros miedos?....
¿Qué ocurre cuando nos enamoramos? Como resultado de ciertos estímulos el hipotálamo libera una potente descarga de endorfinas pero ¿porqué esa mujer o ese hombre? ¿Hay una emisión de feromonas que corresponden a una señal genética complementaria o son unos rasgos físicos que reconocemos? Los ojos de una madre, un aroma que estimula un recuerdo feliz, ¿es el amor parte de un plan? ¿Un inmenso plan entre dos modos de reproducción? Las bacterias y los virus son organismos asexuados. Con cada división celular, cada multiplicación mutan y se perfeccionan mucho más deprisa que nosotros contra estos respondemos con el arma más temible… el sexo. Dos individuos, al mezclar sus genes, barajan las cartas y crean otro individuo que resiste mejor a los virus cuanto más diferente sea. Entonces ¿participamos sin saberlo en una guerra entre dos modos de reproducción?
Jaime Salado de la Riva
Crítica para https://creoendios.blogspot.com/
Evidentemente alguno de los temas que trata tienen además una conexión con la religión, como el "más allá" de la muerte o el sentido de la vida, pero no presenta un planteamiento religioso y casi ni se hace mención al tema, siendo su perspectiva más bien filosófica.
Lo que más me ha impactado del film, además de su originalidad, es que cuando uno termina su visualización es el momento en el que comienza el verdadero trabajo racional interior de planteamiento de cuestiones importantes a las que no se intenta dar una respuesta en el film, pero sí lanzarlas al espectador para que ahonde en ellas todo lo que quiera y su mente le permita.
Lo primero llamativo de este film es la filmografía de su director, Jaco Van Dormael, ya que en treinta años de carrera únicamente ha dirigido cuatro películas. Esto habla de lo concienzudamente que las selecciona y dirige, siendo además productor de las dos últimas, por lo que además se deduce que arriesga su dinero en cada proyecto. Sobre esta película afirmó recientemente: "Mr. Nobody es la película de la que estoy más orgulloso. Económicamente fue un fracaso, pero artísticamente hablando, creo que es lo mejor que he hecho en mi vida.". Efectivamente, a nivel empresarial fue un fracaso, con 58 millones de dólares de presupuesto y solo 4 recuperados en taquilla y ventas.
El argumento es fascinante. En 2092 Nemo Nobody es el último mortal de una tierra de inmortales y se va a "celebrar" su muerte como un acontecimiento extraordinario. Entonces es entrevistado e irá contando las posibles vidas que ha podido vivir, cuál de ellas sería la que más feliz le hubiera hecho y qué tipo de decisiones trascendentes ha tomado en su vida hasta llegar a ese punto.
El reparto lo componen, Jared Leto, Sarah Polley, Diane Kruger y Linh Dan Pham, mostrando todos ellos estar a la altura del proyecto y de la dirección. Las claves de su fracaso económico hay que buscarlas en la distribución y en un deficiente marketing, no en el filme en sí, que como digo es excelente. Quizás también influye que el producto es un poco para "gafapastas", escapando de los productos comerciales para todo tipo de públicos.
Sea como fuere, la película es una reflexión sobre la libertad, el sentido de la vida, la muerte o las opciones que vamos tomando en el día a día, y cómo estas marcan nuestro destino. Imposible resumir en unas líneas todo su contenido filosófico, así que prefiero dejaros unas "píldoras filosóficas" que os hagan sentir la necesidad de ver el filme. Espero conseguirlo:
Todo lo que vemos existe, podemos verlo. Yo veo los ojos de mamá, pero no veo mis ojos. El bebé se ve las manos, pero no se ve a si mismo. Entonces ¿Existe realmente?
Si mezclas el puré de patatas con la salsa, después no se pueden separar, es para siempre. El humo sale del cigarrillo de papá, pero nunca vuelve a entrar. No podemos volver atrás, por eso cuesta elegir. Hay que tomar la decisión correcta. Mientras no elijas, todo sigue siendo posible…
Antes era incapaz de hacer una elección porque no sabía qué iba a pasar. Ahora que sabe lo que va a pasar, es incapaz de hacer una elección.
En el ajedrez, se llama Zugzwang… cuando la única jugada posible es no mover
A veces no puedo dormir. Así que pienso sobre cómo era. Es lo único que me queda
¿Por qué recordamos el pasado pero no el futuro?
¿Hasta qué punto son innatos nuestros miedos? Si empollamos huevos de ganso en una incubadora y luego pasamos sobre los polluelos una silueta que simula un ganso en vuelo, las aves alargan el cuello y gritan; pero si invertimos la dirección de la silueta, adopta la forma de un halcón. La respuesta de los polluelos es inmediata, se agazapan aterrados aunque nunca hayan visto un halcón. Sin ninguna instrucción, un miedo innato les ayuda a sobrevivir. Pero en los humanos, ¿a qué peligros ancestrales podrían corresponder nuestros miedos?....
¿Qué ocurre cuando nos enamoramos? Como resultado de ciertos estímulos el hipotálamo libera una potente descarga de endorfinas pero ¿porqué esa mujer o ese hombre? ¿Hay una emisión de feromonas que corresponden a una señal genética complementaria o son unos rasgos físicos que reconocemos? Los ojos de una madre, un aroma que estimula un recuerdo feliz, ¿es el amor parte de un plan? ¿Un inmenso plan entre dos modos de reproducción? Las bacterias y los virus son organismos asexuados. Con cada división celular, cada multiplicación mutan y se perfeccionan mucho más deprisa que nosotros contra estos respondemos con el arma más temible… el sexo. Dos individuos, al mezclar sus genes, barajan las cartas y crean otro individuo que resiste mejor a los virus cuanto más diferente sea. Entonces ¿participamos sin saberlo en una guerra entre dos modos de reproducción?
Jaime Salado de la Riva
Crítica para https://creoendios.blogspot.com/
11 de noviembre de 2024
11 de noviembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Ver una película del mexicano Paco Arango es una experiencia -como dice el eslogan promocional de la que hoy nos ocupa- 100% positiva. Hace unos años comenté Maktub y hoy toca el turno de ésta, una película altruista cuyos beneficios fueron destinados íntegramente a la lucha contra el cáncer, siendo donados a la Fundación Aladina en España y a otras asociaciones en el extranjero. Todo un éxito, ya que la recaudación final a nivel mundial superó los 10 millones de dólares, teniendo además el gran aval de haber sido la película más vista en Netflix en los Estados Unidos en el año 2020.
Se trata de una película humana, transmisora de valores, que te hace pasar un rato entretenido al tiempo que te sumerge en cuestiones profundas e inquietantes. Vamos con el argumento y después comentamos algo de su espiritualidad, ya que sin ser una película exclusivamente religiosa el componente de fe y muchos elementos cristianos están más que presentes.
Alec Bailey es un tramposo y mujeriego reparador de objetos electrónicos que pasa su vida entre los pubs y las casas de apuesta en Inglaterra. Acosado por las deudas, su tío Raymond Heacock (Jonathan Pryce) se ofrece a liquidarlas si a cambio pasa un año en Canadá. Ayudado por la veterinaria del pueblo, Cecilia y por el Padre Malloy, descubre que tiene el don de curar, pero se niega a aceptar que esa vaya a ser su nueva vida.
Vamos ahora a ver su contenido espiritual. Más allá del optimismo vital y la filantropía que transmite, me voy a centrar en los diálogos que tienen un contenido religioso, especialmente en los de los sacerdotes (dos) que intervienen en la película.
El primero de ellos que merece la pena destacar es en la aparición del primer sacerdote, al que no se le da nombre. Alec huye de un par de matones, y se esconde en la Iglesia para no ser visto, más concretamente simula ser un penitente que acude a confesarse:
Se trata de una película humana, transmisora de valores, que te hace pasar un rato entretenido al tiempo que te sumerge en cuestiones profundas e inquietantes. Vamos con el argumento y después comentamos algo de su espiritualidad, ya que sin ser una película exclusivamente religiosa el componente de fe y muchos elementos cristianos están más que presentes.
Alec Bailey es un tramposo y mujeriego reparador de objetos electrónicos que pasa su vida entre los pubs y las casas de apuesta en Inglaterra. Acosado por las deudas, su tío Raymond Heacock (Jonathan Pryce) se ofrece a liquidarlas si a cambio pasa un año en Canadá. Ayudado por la veterinaria del pueblo, Cecilia y por el Padre Malloy, descubre que tiene el don de curar, pero se niega a aceptar que esa vaya a ser su nueva vida.
Vamos ahora a ver su contenido espiritual. Más allá del optimismo vital y la filantropía que transmite, me voy a centrar en los diálogos que tienen un contenido religioso, especialmente en los de los sacerdotes (dos) que intervienen en la película.
El primero de ellos que merece la pena destacar es en la aparición del primer sacerdote, al que no se le da nombre. Alec huye de un par de matones, y se esconde en la Iglesia para no ser visto, más concretamente simula ser un penitente que acude a confesarse:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sacerdote: “Confiésame tus pecados, hijo mío”
Alec: “Joder, mi madre”
S.: “Eso lo vamos a añadir a lo que tengas que confesar...”
Una vez a solas los dos mantienen una conversación de las más interesantes espiritualmente hablando del film:
Sacerdote.: “Te voy a contar una historia: Había una vez un párroco en un pueblecito. Llovió torrencialmente durante meses y el pueblo empezó a inundarse. Los habitantes tuvieron que evacuarlo, pero el párroco decía: ‘Dios me salvará’ y se quedó allí solo. Cuando el agua le llegaba a la cintura, le mandaron a la policía para evacuarlo y luego le mandaron a los bomberos y luego al ejército con un barco, pero él siempre se negó, creyendo que Dios iba a ser que lo salvase. Así que se ahogó (risas). Y cuando se vió cara cara con Dios se quejó y le dijo: ‘Dios, ¿por qué me abandonaste?’ y Dios le dijo: ‘Yo te mandé a la policía, y a los bomberos, e incluso al ejército con un barco y aún así no me escuchaste’. Creo que dios te ha enviado a tu tío. Vete a Canadá”
El segundo sacerdote que aparece sí tiene nombre: El Padre Malloy. La primera intervención, no obstante, es más cómica que espiritual:
Padre Malloy: “¿Te veré en misa los domingos?”
Alec: “No. Yo soy budista”
P.M.: “¿Y cómo te convertiste?”
A.: “Igual que usted se encontró con Jesús yo me encontré a Buda”
La segunda intervención es más sustanciosa. Habla de un tema delicado (la pérdida de fe del sacerdote) si bien debido a que el transcurso de la trama se centra en Alec no se profundiza demasiado en ese drama personal del sacerdote:
P.M.: “Y siento mucho no haber creído en ti. Espera, tengo que confesarte algo. Perdí la fe hace cosa de dos años. De hecho, dejé de creer que Dios existía.”
A.: “¿Qué? Y usted era quien me acusaba de mentir a esta comunidad”
P.M.: “No tuve el valor de decírselo a los fieles, así que seguí haciendo mi papel, que es el de ser cura”
Su tercera intervención, en la Iglesia, es para pedir comprensión y respeto para Alec:
Padre Malloy: “Debemos respetar su decisión, no ha sido fácil para él. También debemos dar gracias por los regalos que nos ha concedido estos dos días. Yo el primero”
Una de las últimas escenas vuelve a tener como protagonista al Padre Malloy. Alec quiere rezar pero se encuentra la Iglesia cerrada, por lo que pide un favor al sacerdote:
A.: "¿Cómo puedo hablar con él?"
P.M.: "¿Con quién?"
A.: "Con Él. Con tu jefe. Él"
P.M.: "¿Dios?"
A.: "Sí"
P.M.: "Tú háblale. Él te escucha"
En el interior de la Iglesia se produce una oración de Alec que merece la pena resaltar. Obviamente no es el modelo de oración perfecta, pero sí nos indica que siempre es bueno hacer oración, incluso cuando uno está irritado, ofuscado -e incluso- "cabreado" con Dios. Nunca es mal momento para una oración, para pedirle aunque sea de manera desgarrada su ayuda. Insisto que no es ejemplo de confianza ni de fe, pero todo lo que sale del fondo del corazón imagino que agrada a Dios:
Alec: "Esto es ridículo. (Se marcha pero da media vuelta) Qué coño.. ¿Sabes qué te digo? ¿Qué clase de cosa eres tú? ¿Eh? Si fueras tan bueno como dices que eres… ¿Cómo permites que la gente joven enferme y muera? ¿Eh?, ¿Por qué no comienzas contestando a eso? O mejor… Abigail… ¿En serio?, Eres tan retorcido. Tiene solo catorce años. Y ahora quiero que me devuelvas mi don. Te juro que si dejas morir a Abigail maldeciré el día que exististe.
Una película que merece muy mucho la pena, humana y espiritualmente hablando. Termino con una curiosidad cinematográfica. No creo casual que el apellido escogido para el personaje principal (Alec Bailey) sea el mismo que el de George Bailey, el protagonista de la inolvidable "Qué bello es vivir", quien a lo largo de ese film también experimenta un proceso de conversión y de recuperación del sentido de su vida. Estoy seguro de que es un guiño a una de las mejores películas de la historia...
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com
Alec: “Joder, mi madre”
S.: “Eso lo vamos a añadir a lo que tengas que confesar...”
Una vez a solas los dos mantienen una conversación de las más interesantes espiritualmente hablando del film:
Sacerdote.: “Te voy a contar una historia: Había una vez un párroco en un pueblecito. Llovió torrencialmente durante meses y el pueblo empezó a inundarse. Los habitantes tuvieron que evacuarlo, pero el párroco decía: ‘Dios me salvará’ y se quedó allí solo. Cuando el agua le llegaba a la cintura, le mandaron a la policía para evacuarlo y luego le mandaron a los bomberos y luego al ejército con un barco, pero él siempre se negó, creyendo que Dios iba a ser que lo salvase. Así que se ahogó (risas). Y cuando se vió cara cara con Dios se quejó y le dijo: ‘Dios, ¿por qué me abandonaste?’ y Dios le dijo: ‘Yo te mandé a la policía, y a los bomberos, e incluso al ejército con un barco y aún así no me escuchaste’. Creo que dios te ha enviado a tu tío. Vete a Canadá”
El segundo sacerdote que aparece sí tiene nombre: El Padre Malloy. La primera intervención, no obstante, es más cómica que espiritual:
Padre Malloy: “¿Te veré en misa los domingos?”
Alec: “No. Yo soy budista”
P.M.: “¿Y cómo te convertiste?”
A.: “Igual que usted se encontró con Jesús yo me encontré a Buda”
La segunda intervención es más sustanciosa. Habla de un tema delicado (la pérdida de fe del sacerdote) si bien debido a que el transcurso de la trama se centra en Alec no se profundiza demasiado en ese drama personal del sacerdote:
P.M.: “Y siento mucho no haber creído en ti. Espera, tengo que confesarte algo. Perdí la fe hace cosa de dos años. De hecho, dejé de creer que Dios existía.”
A.: “¿Qué? Y usted era quien me acusaba de mentir a esta comunidad”
P.M.: “No tuve el valor de decírselo a los fieles, así que seguí haciendo mi papel, que es el de ser cura”
Su tercera intervención, en la Iglesia, es para pedir comprensión y respeto para Alec:
Padre Malloy: “Debemos respetar su decisión, no ha sido fácil para él. También debemos dar gracias por los regalos que nos ha concedido estos dos días. Yo el primero”
Una de las últimas escenas vuelve a tener como protagonista al Padre Malloy. Alec quiere rezar pero se encuentra la Iglesia cerrada, por lo que pide un favor al sacerdote:
A.: "¿Cómo puedo hablar con él?"
P.M.: "¿Con quién?"
A.: "Con Él. Con tu jefe. Él"
P.M.: "¿Dios?"
A.: "Sí"
P.M.: "Tú háblale. Él te escucha"
En el interior de la Iglesia se produce una oración de Alec que merece la pena resaltar. Obviamente no es el modelo de oración perfecta, pero sí nos indica que siempre es bueno hacer oración, incluso cuando uno está irritado, ofuscado -e incluso- "cabreado" con Dios. Nunca es mal momento para una oración, para pedirle aunque sea de manera desgarrada su ayuda. Insisto que no es ejemplo de confianza ni de fe, pero todo lo que sale del fondo del corazón imagino que agrada a Dios:
Alec: "Esto es ridículo. (Se marcha pero da media vuelta) Qué coño.. ¿Sabes qué te digo? ¿Qué clase de cosa eres tú? ¿Eh? Si fueras tan bueno como dices que eres… ¿Cómo permites que la gente joven enferme y muera? ¿Eh?, ¿Por qué no comienzas contestando a eso? O mejor… Abigail… ¿En serio?, Eres tan retorcido. Tiene solo catorce años. Y ahora quiero que me devuelvas mi don. Te juro que si dejas morir a Abigail maldeciré el día que exististe.
Una película que merece muy mucho la pena, humana y espiritualmente hablando. Termino con una curiosidad cinematográfica. No creo casual que el apellido escogido para el personaje principal (Alec Bailey) sea el mismo que el de George Bailey, el protagonista de la inolvidable "Qué bello es vivir", quien a lo largo de ese film también experimenta un proceso de conversión y de recuperación del sentido de su vida. Estoy seguro de que es un guiño a una de las mejores películas de la historia...
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com
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