Una de las mejores series de la historia de la televisión. La ambientación, la dirección de actores y la profunda melancolía de la historia la hacen inolvidable e imperecedera. Además, supuso el lanzamiento al estrellato de uno de los mejores actores de las últimas décadas: Jeremy Irons. Los seguidores de series de esta categoría, como lo fueron también "Arriba y Abajo" o "Yo, Claudio", echamos de menos historias de esta categoría en la pequeña pantalla y épocas en que las series británicas predominaban, afortunadamente, en nuestra televisión. Ahora la gente se conforma con productos notablemente inferiores y mucho más superficiales, casi todos provenientes de Estados Unidos.

Después de haber visto la notable Europa, no podía esperar que Von Trier llevara a la pantalla una historia tan poco interesante y presentada de forma tan pretenciosa y afectada. El director danés toma partido por el personaje interpretado magistralmente por Emily Watson (como siempre), lo cual es, cuando menos, absurdo. Se trata de una mujer medio tonta que pierde todos su valores como persona por el capricho de su marido, que no la quiere en absoluto. Trier nos retrata a este personaje como de si de una santa se tratara, parece que simpatiza con su comportamiento absurdo y denigrante. Por si fuera poco, la duración de la película es excesiva y el desenlace de la historia, previsible. Sé que estoy en contra de la opinión de la mayoría, pero con films como éste, el director danés sólo aburre y decepciona, ni siquiera hace pensar, ya que toda la historia es exagerada y artificial, al mismo tiempo que absurda: no perderse el ridículo detalle de las campanas colgadas del cielo.

La imágenes que contiene esta obra maestra de Murnau han quedado en la retina de todos los amantes del buen cine. La caracterización de Max Schreck y las sombras expresionistas hacen que más de un escalofrío de terror y admiración recorra el cuerpo de los espectadores.
Hay varias músicas adicionales para este film. Me quedo con la antigua, la edición en VHS, porque la del DVD tiene momentos en que parece música japonesa, lo cual no viene muy a cuento en una historia de vampiros tan europea como ésta.
En algunos momentos, se ciñe bastante a la novela de Stoker, a pesar de que el conde se llame Orlok por los problemas legales que tuvo la productora con la viuda del escritor. Incluso llegó a peligrar su existencia, siendo quemadas muchas copias. Afortunadamente, ha llegado hasta nosotros como una verdadera lección de cine para nuestro disfrute y el de futuras generaciones, que aprenderán como los maestros del cine mudo atrapaban y cautivaban al público sin necesidad del sonido.

Segunda entrega de Fisher sobre el famoso vampiro. Sin llegar a la maestría de la primera entrega, esta historia sigue atrapando por su interesante guión, magnífica interpretación de todos los actores y la dirección firme y elegante del maestro británico. Quizás se echa algo de menos la presencia carismática de Peter Cushing, pero me sigue pareciendo una película entretenidísima y magníficamente realizada. Siento que a algunos compañeros les gusten más los bodrios recientes, como Van Helsing, Blade o Vampiros de John Carpenter, que sólo tienen buenos efectos especiales, pero que son películas huecas y nada originales.

No voy a negar que las intenciones de Tati en esta película como en "Mi tío" son excelentes y con un interesante trasfondo de crítica social, pero si bien la que nos ocupa me ha gustado más, Hulot sigue pareciéndome un personaje aburrido y soso. El humor francés siempre ha sido así. Comparar a Tati con Chaplin me parece una aberración y un insulto a los que amamos el mejor cine. La crítica especializada en España siempre ha denotado una gran debilidad por el cine galo, que yo, salvo raras excepciones, no comparto. El señor Tati no es una excepción.
"Las vacaciones del señor Hulot" me parece un film fallido y que, a pesar de sus 83 minutos de duración, se hace largo, no por su ritmo lento, que es adecuado, sino por unos gags faltos de garra y protagonizados por un personaje bobo, infantil y tremendamente insípido, que sólo ha conseguido hacerme sonreir un par de veces en toda la película.