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Críticas de Jaeger477
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
10
16 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas eran las expectativas que tenía de acuerdo a esta película y parte de ellas se han visto satisfechas y parte no. Teniendo en cuenta la sólida compostura dramática que suele acompañar a esas duras y truculentas historias empapadas de crimen, venganza y violencia del thriller coreano ésta, a este respecto, se queda en un concepto muy vago y básico.

“Encontré al diablo” es pura sanguinidad, violencia en su vertiente más extrema y cruda. No hay término medio. Sus personajes escriben su destino en el momento que cometen sus actos o deciden emprender un camino al margen de cualquier precepto moral o legislativo. En este sentido, el thriller coreano es el spaguetti western del siglo XXI.

Gran manejo del color para resaltar que ante todo esto es una película bruta, directa y sin concesiones al espectador. La sangre es roja pura, la luces en medio de las noches brillantes y deslumbrantes para asistir con más implacabilidad si cabe a los crímenes de turno. Tiene algo de espíritu de cómic también. El actor que hace de cazador cazado está impresionante.

La película hay que verla con cierta suspensión de la incredulidad porque peca de sus excesos pero, de nuevo, esto vuelve a ser lo más atractivo de la función.

Es inmisericorde, bárbara, contundente a la hora de tratar el ojo por ojo y de una violencia que resulta tan vomitiva como subyugante. Es thriller coreano llevado al límite.
Jaeger477
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10
11 de mayo de 2018
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
...sino de la banda sonora. Las película de Marvel, desde su inicio, eran un perfecto filón para explotar el mundo de la banda sonora y darle a cada superhéroe un tema constitutivo y emblemático. Tres compositores pusieron música a las tres partes de Iron Man, otros tres a las aventuras de Thor y dos al Capitán Améríca. Hablo de los personajes más emblemáticos y de trilogías cerradas. Y ni Iron Man, ni el Capi ni Thor tuvieron desde un principio temas lo suficientemente emblemáticos y poderosos para que se recordasen. Si para un compositor supongo que reiniciar musicalmente una saga debe ser frustrante (aquí se ve el poco respeto que se tiene en la industria al compositor) hacerlo con un material escaso de inspiración tiene que ser poco menos que desmotivante. ¿Alguien se acuerda de como sonaba cada tema de éstos tres superhéroes? Sólo Brian Tyler en la tercera parte de Iron Man hizo un tema los suficientemente reconocible y Alan Silvestri, el autor de la música de esta película, hizo lo propio para un tema genérico con Los Vengadores. ¿Alguien se imagina que hubiese sido de esta película si sus tres personajes principales hubiesen tenido desde sus inicio esta clase de temas? Yo si lo pienso me enfado.

¿Qué quiero decir con ésto? Que dado el excelente trabajo del compositor en esta película utilizando sus temas propios y los temas previos con otra base la película hubiese sido prácticamente perfecta. Algo así como un Star Wars de los superhéroes. ¿Qué pasa? Que en el Hollywood actual la música de cine es un lastre, un parche mal puesto (cuando no mal diseñado), algo que les importa más bien poco por no decir nada a los gerifaltes que ponen el dinero (excluyo a directores y compositores porque intuyo que en la mayoría de casos ellos estarán completamente supeditados a un tipo de sonido o estilo que aquellos les mole, sobre todo si la peli mueve mucho dinero). Y ya si pedimos algo de inspiración apaga y vámonos cuando ésta, la música, ha sido a lo largo de su historia un elemento fundamental para revelarnos cosas de la historia o hacer que viviésemos momentos inolvidables dentro de una sala. Sí, ese elemento al que nadie hace caso pero que en los mejores casos se graba en el subconsciente colectivo es más importante de lo que creemos. Sobre todo, en el cine comercial dónde la falta de personalidad y creatividad que hay hoy en día es alarmante por no decir sonrojante, sobre todo en el cine de acción. Menos mal que siempre hay artesanos como Alan Silvestri o James Newton Howard (ahí está su trabajo en Gorrión rojo) que hacen lo que pueden (o lo que les dejan) para que este elemento perviva dentro de la película y no sea la oveja negra del montante.

Toda la excelencia de Marvel en lo técnico, lo visual e incluso en lo argumental pega un frenazo cuando se trata de lo musical cuando un superhéroe con tema propio y recordable perdura más en la memoria del espectador y hace que la película termine de adquirir un sello propio (ahí tenemos el sencillo y resultón trabajo de Michael Giachino para Spiderman-Homecoming que, sin rasgar las vestiduras, tiene voz propia). El problema es que el Capi y compañía cogieron un mal camino en los musical desde un principio y ahora recogen sus frutos. En Infinity War reconocemos el tema de Los Vengadores pero no el de ninguno de estos superhéroes. Con ello la película hubiese sido perfecta.

Sobre la peli sólo he de decir que me ha parecido una tremenda obra maestra comparable en epicidad y grandes momentos a Star Wars. Una película que te deja con ganas de más y que sigue resonando y resonando una vez que sales de la sala de cine. Una experiencia en la que una banda sonora trazada con la misma pericia con la que Marvel ha ido ensamblando sus tramas hubiese hecho de este visionado algo completamente irrepetible. La música existe y, aunque muchos productores no lo crean, tiene más fuerza de la que piensan.
Jaeger477
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6
18 de septiembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película del maestro siempre es bienvenida y esta, pese a muchas críticas negativas ya anunciadas, no es una excepción.

Es extraordinario hasta dónde puede llegar el talento del americano, incluso en sus películas menos relevantes o, supuestamente, menos conseguidas.

Jersey Boys nos cuenta la génesis de los Four Seasons, grupo americano que inmortalizó canciones como Sherry o Can´t take my eyes off you. Con el temple narrativo del director, la siempre elegante puesta en escena, la personalísima fotografía de tonos apagados y un reparto a la altura de las circunstancias Eastwood nos narra con todo lujo de detalle las glorias y miserias que rodearon a estos cuatro chavales tan diferentes como el día y la noche.

Uno de los grandes aciertos vuelve a ser un tratamiento de personajes tan riguroso y crítico como generoso en la exposición de sus caracteres. Eastwood siempre respeta a sus personajes y sus evoluciones siempre van paralelas al contexto en el que se circunscriben y aquí vuelve a hacer un tour de forcé dramático en el que cada uno de estos chicos tendrá que hacer frente al creciente éxito que van teniendo y sopesarlo tanto con su entidad como grupo como con las consecuencias que éste tiene va teniendo sobre sus vidas.

Vuelve a ser una película de personajes, estupendamente interpretada por su sorprendente reparto, apenas conocido. Destaca el ensimismado y ególatra Tommy DeVitto, alma páter del grupo, interpretado por un enérgico y carismático Vincent Piazza o su protagonista Frankie Vallie, un John Lloyd Young que es todo un prodigio vocal.

Tiene el hándicap de ser una película irregular en sus logros. No todos los momentos tienen la misma fuerza e intensidad dramática o están resueltos con el mismo temple. Algunos tienen esa rabiosa sinceridad del cine de Eastwood como la discusión que precedió a la disolución del grupo y otros resultan más inanes y tratados con algo más de desidia como ciertos momentos familiares o los que relatan los años previos a la formación de los Four Seasons.

Aún así, es una película disfrutable y que se ve con bastante agrado. Tiene alma y ese aliento épico que tan bien caracteriza la filmografía del director aunque aquí tratado de forma un poco más tímida y, digámoslo, con algo más de desgana.
Jaeger477
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9
22 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica está realizada una vez vista la serie completa.

Antes de meterme a comentar más a fondo esta serie decir que se trata de una serie que no hay tomársela muy en serio en el sentido que no goza de una excesivo rigor en lo argumental aunque sí en los hondos vínculos que se establecen entre los protagonistas, sobre todo sus principales. La arbitrariedad de algunos hechos que se van sucediendo resta credibilidad al conjunto quedando todo casi supeditado a ese enfermizo vínculo que establece Norman con su madre. Eso sí, una relación que te tendrá atrapado las cinco temporadas de la serie.

Aquí residiría pues el gran hándicap y la gran virtud de esta serie. Sus tramas secundarias resulta poco o nada relevantes, amén de algunos personajes secundarios que parece están de relleno. Su trama principal, sin embargo, es adictiva, compleja, apasionante y tanto Freddie Highmore como Vera Farmiga son dignos de los más altos y prestigiosos galardones que pueda dar la televisión. Él mostrando una inquietante e insidiosa doble cara teniendo una sorprendente evolución que no hará más que aplaudir la gran labor del actor y los intrincados recovecos que componen su personaje y ella en uno de los roles femeninos más complejos y mejor escritos que un servidor ha tenido la oportunidad de recordar, bien sea en cine o en TV. La amas a la vez que la odias. Resulta irritable a la vez que dulce y cándida. Un personaje que se mueve en los extremos con elogiable soltura y que sería excelente ejemplo de estudio en las escuelas de interpretación y, por qué no decirlo también, en el ámbito psicológico. Al igual que Norman. Por ellos dos, vale la pena hacer este viaje.

Bates Motel se convierte así en un homenaje no confeso a Psicosis y a los supuestos inicios del personaje de Norman Bates siendo éste adolescente, pero desde una libertad que puede molestar al mayor de los puristas de la película de Hitchcock. También es una serie sobre personajes resquebrajados desde su más tierna infancia y que hacen del vínculo familiar una necesidad vital. Y aquí reside para mí el gran poder de la serie: su trasfondo humano es conmovedor. Y no sólo en Norman y Norma sino en el resto de personajes claves como el hermano, Emma o incluso el sheriff Romero.

Prepárense pues para asistir a una serie de gran y profundo trasfondo psicológico, a una relación viciada que dejará poso hasta en el espectador más exigente pero sobre todo, después de este último capítulo, prepárense para emocionarse y congraciarse con esas almas atormentadas cuyo único pecado ha sido no encontrar el amor buscado. Porque para mi sorpresa, Bates Motel no ha sido sólo un agradable y entretenido escapismo, unas grandes interpretaciones o una adictiva y excelentemente pergeñada intriga psicológica sino precisamente eso que comentaba, una serie de poderosísimo e inolvidable trasfondo humano.
Jaeger477
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7
24 de febrero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con tantas nominaciones a los óscar y que está en la actualidad en boca de todos se presta a multitud de críticas, algunas creo que justificadas, otras no tanto.

No nos engañemos, “American Hustle” no es una película perfecta, ni esa película definitiva sobre el despertar del sueño americano que en muchos sitios nos han querido vender. Pero más allá de expectativas y campañas de marketing esta es una película cuyas virtudes están explotadas al máximo y que, además, aúna algunas cualidades del mejor cine independiente con el entretenimientos más desenfadado y descarnado.

Es imposible no fijarse en esa síntesis casi perfecta de aquella década en que el adulterio empezaba a hacer gala de presencia, en la que el “contigo pan y cebolla” empezaba a mostrarse como una reliquia del pasado. La mujer empezaba a ser mujer y a sentirse mujer, su cuerpo empezaba a descubrirlo, muchas veces con escotes vertiginosos o peinados imposibles. Era su manera de reclamar su puesto no sólo en la vida conyugal, sino en una sociedad en la que se empezaban a atisbar cambios. Su emancipación empezaba a gestarse. El hombre también empezaba a experimentar su propia independencia. También empezaba a sentir el descontento de su vida conyugal y que ésta era una farsa. Ya no era ese ser posesivo y atávico que mantenía a la mujer como si fuese ésta un perro a una vaca. Buscaba su propia liberación y ésta la encontraba, en la mayoría de ocasiones, en la posibilidad de hacer dinero fácil. Estafas, corrupción, empezaban a ser algo que estaba a la orden del día y no tan en la sombra como hasta ese momento. Los viejos preceptos morales empezaban a ser un vestigio del pasado y se empezaba a caminar al margen de la ley.

El inconformismo, por tanto, empezaba también e reflejarse en el modo de vivir. No bastaba un mísero sueldo o una profesión degradante para sobrevivir; el hombre aspiraba siempre a más, incluso el aparentemente incorruptible policía fenomenalmente interpretado por Bradley Cooper.

David O. Russell lo que hace pues es situarnos sin que casi nos demos cuenta en esa época. Todo ello a través de una estética depurada, una selección de canciones verdadero lujo y unos personajes fenomenalmente escritos y mejor dirigidos que beben de ese sistema que empezaba a nacer.

Muchos tachan a la película de scorsesiana, pero del genio italo-americano O. Russell sólo coge lo canallesco de sus personajes y ese sentido de caminar en todo momento al filo de la navaja. Mientras los personajes scorsesianos son completamente o casi amorales los de “La gran estafa americana” conservan una doble moral que hace que sus actos no sean tan deleznables y radicales como puedan ser estos otros. Mientras los personajes de Scorsese son más reaccionarios y sanguíneos en los de O. Russell subyace una verdadera voluntad de cambio, esta vez movida por la necesidad de romper con un modo de vida que ya no les sirve. En este sentido, siempre resultan más cercanos y empáticos.

Todo ello se articula sobre unas líneas de diálogo a veces realmente lúcidas. Y es precisamente aquí donde la película del director americano alcanza uno de sus puntos álgidos. Personajes, una historia y un guión; sobre ello se cimentaba las películas del Hollywood clásico, con mayor o menor acierto en sus resultados. O. Russell recoge ese testigo y hace que en su cine veamos la esencia de ese cine mezclado con el rigor y, a veces riesgo, a la hora de tratar las historias del cine de ahora. Una acertada mezcla.

Sobresalientes Christian Bale y, como decía, Bradley Cooper. En ellos queda perfecto reflejo de ese cambio en la moral masculina que empezó a gestarse en esa época. Desaprovechada para mi gusto Amy Adams y, como también viene siendo habitual, sobresaliente Jennifer Lawrence con unas líneas de diálogos brillantes y corrosivas.

Lástima que todo el artefacto se vaya ligeramente al traste en una media hora final en el que esa doble moral tan bien trabajada a lo largo del metraje desaparezca para caer en cierto maniqueísmo y tufillo conservador que no cuadra con lo mantenido hasta entonces en el film.
Jaeger477
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