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Críticas 165
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de noviembre de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los títulos clave del cine vasco de los 80, en aquella época en auge gracias a la política de subvenciones del Gobierno Vasco -que posibilitó títulos tan emblemáticos como "Segoviako ihesa", "Tasio", "Akelarre", "Mikelen heriotza", "27 ordu" o "Ehun metro"-. La película cuenta el reencuentro entre dos viejos amigos y ¿amantes?, cuya relación ahora se ve cuestionada por ser uno un militante de ETA y el otro un traficante de drogas. Ambos parecen unirse a un trágico destino donde muerte y autodestrucción se dan la mano. Con un tono intimista, ambigüo y crepuscular (ayuda la voz de Amaia Zubiria), huye de la típica historia de héroes y villanos. El reparto está plagado de actores imprescindibles del cine vasco: Joseba Apaolaza, Aitzpea Goenaga, Ramón Barea, Isidoro Fernández, Ramón Agirre o Mikel Garmendia sostienen muy bien la trama. Cine invisible a recuperar.
30 de octubre de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desquiciado retrato de la crisis urbana de los 70 en la que nos adentramos en el sucio ambiente de una Nueva York repleta de pobredumbre y decadencia. Sin duda se benefició de su estilo con aires documentales, fruto de la utilización de cámaras Super 16, y la macabra inventiva de Tom Savini, quien experimenta con sus propias creaciones en una escena muy cafre. Lo cierto es que se echa de menos cierta sutilidad y una mayor apuesta hacia el suspense, como en el "set-piece" del metro, probablemente la mejor secuencia de toda la película. Por otra parte, resulta novedosa la narración desde el punto de vista del asesino, tomando como precedentes las muy superiores "El estrangulador de Boston" o "Deranged". Joe Spinell resulta creíble y la imponente Caroline Munro ("Starlette" de la Hammer y chica Bond en "La espía que me amó") se pasea insinuante y felina. Su look enfermizo y "underground" no la hace apta para todos los paladares, pese a todo bien merece un visionado.
30 de abril de 2016
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Eli Roth inocuo e inofensivo. Si me dicen que lo ha dirigido Simon West, Breck Eisner, Scott Derrickson o cualquier otro me lo creo. La trama de las invasiones domésticas creo que empieza a resultar muy muy pesada (si quereis dos grandes films sobre el tema: la original "Funny Games" y "Secuestrados"), y aunque en teoría estamos ante un remake de "Los sádicos", sigue las directrices de las películas de acoso de los años 90. Mediocre, plana y claramente de segunda división, ya puede espabilar el amigo Roth en su siguiente película. Ni cuando al final suena el temazo de Pixies "Where is my mind" esbozas una sonrisa que consuele el visionado de semejante despropósito. Keanu Reeves aparece sonámbulo y las chicas se limitan a sobreactuar para parecer locas y enseñar pechuga. Curiosidad: Colleen Camp, una de la protagonistas del original, tiene un cameo y ejerce de productora junto a Sandra Locke (la otra prota del original).
5 de abril de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre finales de los 60 y principios de los 70 la sociedad norteamericana pasaba por una de sus épocas más oscuras: los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy, la crisis del petróleo, los conflictos raciales, el escándalo Watergate, el descontento general respecto a la guerra de Vietnam, la aparición en escena de Charles Manson, el duro enfrentamiento entre el FBI y "Los Panteras Negras", el incremento de la criminalidad y la inseguridad ciudadana... Semejante tensión política y social encontraría en el cine de terror su lógica expresión. George A. Romero abrió la veda con "La noche de los muertos vivientes". Wes Craven con "La última casa a la izquierda" y "Las colinas tienen ojos", Tobe Hooper con "La matanza de Texas" y Larry Cohen con "Estoy vivo" le siguieron. El propio Romero marcaría un punto de inflexión con su discurso anticonsumista en "Zombi". Otros autores como John Carpenter ("Están vivos"), Samuel Fuller ("White Dog"), Joe Dante ("El ejército de los muertos") o Frank Darabont ("The Mist") tomarían buena nota para sus futuros proyectos.

En este mismo contexto, Bob Clark, otro director primerizo, libremente inspirado en "La pata de mono" (William Wymark Jacobs, 1902) realizaba añadía una evidente alegoría: un joven que regresa de Vietnam convertido en muerto viviente (suerte de estrés postraumático) dispuesto a tomarse su propia revancha. La descripción de la familia conservadora de clase media que nos ofrece el director es brutal, con esa madre dominante y ese padre huidizo que se niega a exigir responsabilidades. El look sucio y áspero del film (rodada en 16mm) resulta favorecedor para la creación de una atmósfera turbia, triste, provocando un desasosiego que va in crescendo (al igual que en "La matanza de Texas", la violencia sugerida impacta más que la explícita). Tom Savini, gran maestro del maquillaje que empezaba aquí su trayectoria, fue primero fotógrafo en Vietnam y se inspiraba en los horrores vividos en la guerra para su trabajo (!!). Por su parte, Bob Clark firmaría otras tres joyas (semi)ocultas del género: "Black Christmas", "Deranged" (como productor) y "Asesinato por decreto".
25 de abril de 2013
32 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una película para saborear en el primer mordisco. Es un film que nos habla del triunfo del MAL con mayúsculas, y como tal hay momentos en que escapa de nuestro raciocinio y del convencional concepto que tenemos del cine de terror. En ese sentido algunos medios han llegado a calificarla como ritual satánico más que película (!!!). Evidentemente The Lords of Salem es la apuesta más arriesgada y personal de su autor hasta la fecha, y para el que escribe también la más redonda. Y esto lo digo siendo consciente de que habrá espectadores que no soporten su psicodelía, su espíritu art-house y su impronta vintage. El film hace un inteligente uso de las típicas premisas del género y se atreve a subvertir los cánones en un salto al vacío sin precedentes en el cine de Rob Zombie. Sin ningún ápice de duda tiene una de las mejores iluminaciones/fotografías en un film rodado en formato digital (¡¡sólo ha costado 2,5 millones de dólares!!!). Gran trabajo de Brandon Trost. La cámara estática o en movimientos sugerentes, el brillante uso del fuera de campo o los distintos ángulos resultan necesarios para crear la atmósfera malsana que pretende. La planificación y composición están meticulosamente elaboradas hasta el punto de no palidecer ante una obra de Stanley Kubrick, uno de los mayores referentes del film. No es la única influencia, durante el metraje recuerda a multitud de autores outsider como Ken Russell ("Los demonios", "Altered States"), Kenneth Anger ("Lucifer Rising"), Alejandro Jodorowsky ("Santa Sangre", "The Holy Mountain"), Dario Argento ("Suspiria"), David Lynch ("Cabeza borradora"), John Carpenter ("El príncipe de las tinieblas"), Andrzej Zulawski ("La posesión"), Juan López Moctezuma ("Alucarda"), John D. Hancock ("Let's scare Jessica to death"), y sobre todo, Roman Polanski (la caracterización de las brujas bebe de "Machbeth" y "La semilla del diablo", y la protagonista recuerda a los de "Repulsión" y "El quimérico inquilino"). Una perfecta mixtura entre lo Europeo y lo Americano.

La música provoca esa sensación de "maleficio" y tono primitivo que buscaban, junto a otras piezas más dramáticas y algunas canciones populares (nunca más escucharemos la canción "All Tomorrow's Parties" sin asociarla a la película) componen una variada BSO, otro de los pilares del largometraje. La poderosa utilización del sonido también le da ese punto bizarro. Meg Foster y Dee Wallace son las grandes roba-escenas del film, realmente esforzadas y aterradoras en sus papeles. Judy Geeson y Patricia Quinn regresan a la pantalla tras una larga ausencia, y son otros dos aciertos en el soberbio casting. Gloriosos los planos y diálogos que Zombie les regala con gran predicamento. Bruce Davison, Maria Conchita Alonso y Ken Foree completan el cupo de veteranos. Y mucho ojo a los brevísimos cameos de Andrew Prine, Lisa Marie, Barbara Crampton (¡al final tiene plano!), Sid Haig y Michael Berryman.

Realmente Zombie ha materializado sus intereses, no deja indiferente, tiene todos los votos para ser de culto, te preguntarás que es exactamente lo que has visto, volverás a ella una y otra vez, madurará en tu mente y te provocará pesadillas. Una película ATEMPORAL.

Pura Delicatessen.
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