You must be a loged user to know your affinity with ballestaV
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
1
31 de mayo de 2011
31 de mayo de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será en la historia la mayor manifestación por la libertad estética de los simios.
No es fácil ahondar en este tema sin tener en cuenta los abusos a los que han sido sometidos estos indefensos animales. Toda la vida mostrando su cuerpo desnudo, sus irregulares patas y sus deformes y poco vistosos dientes a un público que lejos de agradecérselo, apartaba la vista día sí día también. ¿Acaso no tienen derecho ellos de vestirse con lujosos abrigos de cocodrilo y esmeraldas alrededor de la yugular? Desde luego es un tema que a todos, indirecta o directamente, nos incumbe. Y por eso les digo, hermanos, que hemos de alzar la voz y pedir a Julia Roberts que done sus suntuosos vestidos de Pretty Woman a la comunidad simia. Y ahí es donde no puedo por más que sulfurarme al saber que ante el problema de la búsqueda de Julia, el señor Lobo no supo resolver mi contratiempo. ¿Por qué en Pulp Fiction nos mintió haciéndonos creer que podía solucionar todo tipo de entuertos? No lo sé, señores y señoras. Lo que sí sé es que ante la pasividad de las altas esferas para ayudar al pueblo primate, nosotros hemos de manifestarnos y dejar claro que no pararemos hasta conseguir unos monos bien vestidos.
Así que, Espartanos, griten descontroladamente conmigo mientras golpean su pecho con sus respectivos puños tal que gorila en celo:
¡Auuuuuu, Auuuu, Auuuuuuuuu!”
Hugh Hefner, 38 de Noviembre de 1324
…
¿Les parece que tiene sentido?
¿Les parece que es gracioso?
¿Les parece que está bien redactado?
Ya sé que no… Pero esto exactamente es Miedo y Asco en las Vegas: Un sinsentido con pretensiones de diversión que, además, esta horriblemente hecho (podemos salvar las interpretaciones de ambos actores). Pero a mí no me hace ni pelo de gracia. Quizá el discurso sea incluso mejor…
No es fácil ahondar en este tema sin tener en cuenta los abusos a los que han sido sometidos estos indefensos animales. Toda la vida mostrando su cuerpo desnudo, sus irregulares patas y sus deformes y poco vistosos dientes a un público que lejos de agradecérselo, apartaba la vista día sí día también. ¿Acaso no tienen derecho ellos de vestirse con lujosos abrigos de cocodrilo y esmeraldas alrededor de la yugular? Desde luego es un tema que a todos, indirecta o directamente, nos incumbe. Y por eso les digo, hermanos, que hemos de alzar la voz y pedir a Julia Roberts que done sus suntuosos vestidos de Pretty Woman a la comunidad simia. Y ahí es donde no puedo por más que sulfurarme al saber que ante el problema de la búsqueda de Julia, el señor Lobo no supo resolver mi contratiempo. ¿Por qué en Pulp Fiction nos mintió haciéndonos creer que podía solucionar todo tipo de entuertos? No lo sé, señores y señoras. Lo que sí sé es que ante la pasividad de las altas esferas para ayudar al pueblo primate, nosotros hemos de manifestarnos y dejar claro que no pararemos hasta conseguir unos monos bien vestidos.
Así que, Espartanos, griten descontroladamente conmigo mientras golpean su pecho con sus respectivos puños tal que gorila en celo:
¡Auuuuuu, Auuuu, Auuuuuuuuu!”
Hugh Hefner, 38 de Noviembre de 1324
…
¿Les parece que tiene sentido?
¿Les parece que es gracioso?
¿Les parece que está bien redactado?
Ya sé que no… Pero esto exactamente es Miedo y Asco en las Vegas: Un sinsentido con pretensiones de diversión que, además, esta horriblemente hecho (podemos salvar las interpretaciones de ambos actores). Pero a mí no me hace ni pelo de gracia. Quizá el discurso sea incluso mejor…
Episodio

8,0
4.191
7
13 de mayo de 2014
13 de mayo de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Para qué la ciencia si no siempre acierta? ¿Para qué un Dios si se comporta de forma cruel? Con estas preguntas (y otras muchas de indiscutible calado) Kieslowski nos presenta el primero de sus 10 mandamientos. Una Polonia recientemente católica frente a la racionalidad imperante en el pasado. Creer en Dios o en la ciencia sobre todas las cosas.
Pasemos a los SPOILERS:
Pasemos a los SPOILERS:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-¿Y entonces qué queda después de la muerte?- pregunta el niño a su padre.
-El recuerdo de lo que hiciste- responde él.
-¿Y quién es Dios?- pregunta el niño a su tía.
-¿Qué sientes ahora?- responde ella.
-Te quiero.
-Eso es Dios- concreta ella.
Pero la desgracia en forma de muerte invade el mundo de ambos hermanos, sus dogmas se desintegran. Y él busca a Dios, aunque sea para vengarse. Y Ella busca el recuerdo, aunque sea para consolarse. Uno pierde la confianza en los números. La ciencia le ha fallado. La otra no encuentra amor en su Dios. La religión le ha fallado. Porque solo el niño parecía entender que el equilibrio entre ambos es la respuesta.
Y como en la escena final de la más que compleja ‘Stalker’, se mezclan elementos teóricamente fantásticos con elementos terrenales. No sabemos si son “milagros” o son realidad. Dos escenas juegan con ello de forma evidente:
El ordenador se enciende solo: ¿Será un ente del más allá (la madre teóricamente muerta, por ejemplo)? ¿Es cosa de que el ordenador ha cobrado su propia autonomía como ocurría con los OS de ‘Her’? ¿O bien es solo que el niño lo había programado así, al igual que programaba el ordenador para que cerrara puertas y encendiera grifos?
El padre derrama las velas en un acto de cólera con el todopoderoso, al que acude como desesperación más que como convicción. Y La virgen parece llorar. Pero… ¿Llora realmente en un acto divino o bien la cera de las velas se ha derramado y ha provocado esa paraeidolia? ¿Esoterismo o simple casualidad?
Problemas sin solución los que ofrece Kieslowski. Quizá porque él mismo se da cuenta de que no hay respuestas posibles.
-El recuerdo de lo que hiciste- responde él.
-¿Y quién es Dios?- pregunta el niño a su tía.
-¿Qué sientes ahora?- responde ella.
-Te quiero.
-Eso es Dios- concreta ella.
Pero la desgracia en forma de muerte invade el mundo de ambos hermanos, sus dogmas se desintegran. Y él busca a Dios, aunque sea para vengarse. Y Ella busca el recuerdo, aunque sea para consolarse. Uno pierde la confianza en los números. La ciencia le ha fallado. La otra no encuentra amor en su Dios. La religión le ha fallado. Porque solo el niño parecía entender que el equilibrio entre ambos es la respuesta.
Y como en la escena final de la más que compleja ‘Stalker’, se mezclan elementos teóricamente fantásticos con elementos terrenales. No sabemos si son “milagros” o son realidad. Dos escenas juegan con ello de forma evidente:
El ordenador se enciende solo: ¿Será un ente del más allá (la madre teóricamente muerta, por ejemplo)? ¿Es cosa de que el ordenador ha cobrado su propia autonomía como ocurría con los OS de ‘Her’? ¿O bien es solo que el niño lo había programado así, al igual que programaba el ordenador para que cerrara puertas y encendiera grifos?
El padre derrama las velas en un acto de cólera con el todopoderoso, al que acude como desesperación más que como convicción. Y La virgen parece llorar. Pero… ¿Llora realmente en un acto divino o bien la cera de las velas se ha derramado y ha provocado esa paraeidolia? ¿Esoterismo o simple casualidad?
Problemas sin solución los que ofrece Kieslowski. Quizá porque él mismo se da cuenta de que no hay respuestas posibles.
TV

3,4
9.422
5
7 de octubre de 2013
7 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se imaginan una peli en la que un puto taburete sea el protagonista? ¿Se imaginan una peli en la que los tiburones se desenvuelvan mejor en tierra y aire que en mar? ¿Se imaginan una peli donde las inundaciones duren fracciones de segundo volviéndose cada vez más dañinas y desafiando el espacio-tiempo? ¿Se imaginan una peli sin sentido y a la vez divertida? Pues dejen de imaginar, esa película existe y se llama “Sharknado”.
Todo comienza con una negociación entre un capitán de barco más pirado que cualquiera de los personajes de Nicholson y un chino tarantiniano. Futuro negro el de ambos. Nos dan igual, se lo merecían. Vale, a esa escena le suceden, sin aparente coherencia, felicidad, tías buenas y surfeadores a porrón, entre los que distinguimos a uno de los personajes clave: un hombretón más chulo que un ocho. Tiene familia, y una tasca a pie de playa con una camarera buenorra de la que pasa. Porque él pasa de todo, es así de guay. Y entonces entra en escena nuestro querido protagonista, el taburete de bar, soportando el peso del trasero de un viejo verde pero simpático. Bravo, genial arranque, ya tenemos a todos los personajes localizados.
El taburete, héroe indiscutible de la película, salvará algunas vidas, tanto humanas como caninas, consiguiendo una empatía con el espectador pocas veces vista en el séptimo arte. Pero, en un hitchcockiano giro maestro, nuestro protagonista desaparece de la trama sin previo aviso; no sabremos nada más de él. Tranquilidad, no se preocupen, ¡todo controlado! Pasada la mitad de la peli se sacan de la chistera un nuevo sujeto en forma de hijo y a tomar por saco. Y claro, con este nuevo y profundo personaje nuestra pena por el taburete desaparece. Y todo esto ocurre mientras los tiburones se dan una vuelta (nunca mejor dicho) por los cielos norteamericanos y las lluvias torrenciales provocan inundaciones que aparecen y desaparecen por arte de magia. Porque en un acto de continuidad sin precedentes tenemos un chalecito sumergido en un océano con ecosistema propio, a los 5 segundos tan sólo está ligeramente mojado y ,al instante, vayan ustedes a saber por qué, se derrumba ¿Esoterismo? ¿George W.Bush? ¿La casa de los tres cerditos? No hay respuesta. Escenas como ésta se suceden continuamente hasta llegar a ese apoteósico desenlace que bien merece un aplauso. O dos. Para poner en las escuelas de guionistas.
Pensarán todos ustedes que con lo que les cuento estoy hablando de un film lamentable, y tendrán razón. Porque… ¿Son sus actuaciones, efectos especiales, montaje, guión y dirección casi dolorosos? Sin duda. Pero ‘Sharknado’ se las apaña para divertir desde el ridículo. Yo, por lo menos, me he reído, tengo que reconocerlo, y por eso nunca podré suspenderla. ¿La recomiendo? Ni idea.
PD: Atención a la frase del título, brutal el guionista una vez más. Porque todos nos hemos reído de un taburete alguna vez...
Todo comienza con una negociación entre un capitán de barco más pirado que cualquiera de los personajes de Nicholson y un chino tarantiniano. Futuro negro el de ambos. Nos dan igual, se lo merecían. Vale, a esa escena le suceden, sin aparente coherencia, felicidad, tías buenas y surfeadores a porrón, entre los que distinguimos a uno de los personajes clave: un hombretón más chulo que un ocho. Tiene familia, y una tasca a pie de playa con una camarera buenorra de la que pasa. Porque él pasa de todo, es así de guay. Y entonces entra en escena nuestro querido protagonista, el taburete de bar, soportando el peso del trasero de un viejo verde pero simpático. Bravo, genial arranque, ya tenemos a todos los personajes localizados.
El taburete, héroe indiscutible de la película, salvará algunas vidas, tanto humanas como caninas, consiguiendo una empatía con el espectador pocas veces vista en el séptimo arte. Pero, en un hitchcockiano giro maestro, nuestro protagonista desaparece de la trama sin previo aviso; no sabremos nada más de él. Tranquilidad, no se preocupen, ¡todo controlado! Pasada la mitad de la peli se sacan de la chistera un nuevo sujeto en forma de hijo y a tomar por saco. Y claro, con este nuevo y profundo personaje nuestra pena por el taburete desaparece. Y todo esto ocurre mientras los tiburones se dan una vuelta (nunca mejor dicho) por los cielos norteamericanos y las lluvias torrenciales provocan inundaciones que aparecen y desaparecen por arte de magia. Porque en un acto de continuidad sin precedentes tenemos un chalecito sumergido en un océano con ecosistema propio, a los 5 segundos tan sólo está ligeramente mojado y ,al instante, vayan ustedes a saber por qué, se derrumba ¿Esoterismo? ¿George W.Bush? ¿La casa de los tres cerditos? No hay respuesta. Escenas como ésta se suceden continuamente hasta llegar a ese apoteósico desenlace que bien merece un aplauso. O dos. Para poner en las escuelas de guionistas.
Pensarán todos ustedes que con lo que les cuento estoy hablando de un film lamentable, y tendrán razón. Porque… ¿Son sus actuaciones, efectos especiales, montaje, guión y dirección casi dolorosos? Sin duda. Pero ‘Sharknado’ se las apaña para divertir desde el ridículo. Yo, por lo menos, me he reído, tengo que reconocerlo, y por eso nunca podré suspenderla. ¿La recomiendo? Ni idea.
PD: Atención a la frase del título, brutal el guionista una vez más. Porque todos nos hemos reído de un taburete alguna vez...

7,7
77.435
9
29 de diciembre de 2012
29 de diciembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Crítica con semi-spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y ahí estaba. Ahí estaba ese, entonces, desconocido director mexicano, de nombre Alejandro y apellido Iñárritu, para regalarnos una excelsa ópera prima; una obra sobradada de talento y llena de autenticidad, miseria y dolor, merced de un guión de calidad incuestionable y una capacidad para hechizar al espectador desde la primera imagen que aparece en pantalla. Y es que la historia de los 3 amores entrecruzados de forma trágica y casual te agarra desde el principio y no te suelta hasta los mismísimos títulos de crédito.
El primero de los amores, el de Octavio y Susana. Un amor imposible, plagado de impurezas, obstáculos y traición. Un amor por el que Octavio arriesga todo; su familia, su dinero, su dignidad, su rutina, su pellejo y su perro, “el Coffee”, el único que le corresponde su cariño. Pero sólo él cree en el mismo, sólo él lucha por conseguirlo. Y la decepción invade, porque el riesgo no ha merecido la pena. El primero de los amores, es un amor muy perro.
El segundo de los amores, el de Daniel y Valeria. Un amor ideal, cargado de ilusiones, belleza y futuro. Un amor truncado por el maldito azar, el cual le devuelve a él a esos mundos de hastío e infidelidad y la hunde a ella en un abismo impensable, junto a su perro Richie, haciendo que el sueño del pasado, simbolizado con un cartel que ya no está, se venga abajo para siempre. El segundo de los amores, ese amor también es perro.
El tercero de los amores, el de ‘El Chivo’ y Maru. Un amor derrotado, marcado por la decepción y el llanto y, a la vez, tan puro, tan auténtico. Quizás el menos caprichoso y más poderoso de los tres. Un amor entre padre e hija, en el que él intenta mantener viva esa llama, por tenue que sea, que hace tiempo apagó. Y “El Coffee” se une a su otra familia; maldito el momento. Dos perros negros que destrozaron a los suyos. El tercero de los amores, otro amor bien perro.
Pues eso, una película imborrable, llamada a formar parte de las grandes del cine mexicano y, sin duda, la mejor de la trilogía del dolor. Porque aunque es cierto que el guión, como es habitual en Iñárritu, juega abundantemente con la casualidad, aquí las historias no se cruzan de forma tan forzada, como sí lo hacía la historia japonesa de ‘Babel’, por ejemplo. Y, lo que es más importante, los tres relatos se muestran del todo interesantes, sin que ninguno desconecte al respetable, manteniendo una regularidad en la sucesión de los mismos realmente formidable, si bien es cierto que cada uno sentimos preferencia por alguno de ellos (me quedo con el de ‘Octavio y Susana’). Es por esto, por la música, perfectamente escogida, por la fotografía, que encaja perfectamente con esas crudas vivencias, por las interpretaciones, convincentes todas ellas, y por otras muchas cosas con las que no me quiero extender, por lo que sólo puedo recomendar una y otra vez ‘Amores perros’.
El primero de los amores, el de Octavio y Susana. Un amor imposible, plagado de impurezas, obstáculos y traición. Un amor por el que Octavio arriesga todo; su familia, su dinero, su dignidad, su rutina, su pellejo y su perro, “el Coffee”, el único que le corresponde su cariño. Pero sólo él cree en el mismo, sólo él lucha por conseguirlo. Y la decepción invade, porque el riesgo no ha merecido la pena. El primero de los amores, es un amor muy perro.
El segundo de los amores, el de Daniel y Valeria. Un amor ideal, cargado de ilusiones, belleza y futuro. Un amor truncado por el maldito azar, el cual le devuelve a él a esos mundos de hastío e infidelidad y la hunde a ella en un abismo impensable, junto a su perro Richie, haciendo que el sueño del pasado, simbolizado con un cartel que ya no está, se venga abajo para siempre. El segundo de los amores, ese amor también es perro.
El tercero de los amores, el de ‘El Chivo’ y Maru. Un amor derrotado, marcado por la decepción y el llanto y, a la vez, tan puro, tan auténtico. Quizás el menos caprichoso y más poderoso de los tres. Un amor entre padre e hija, en el que él intenta mantener viva esa llama, por tenue que sea, que hace tiempo apagó. Y “El Coffee” se une a su otra familia; maldito el momento. Dos perros negros que destrozaron a los suyos. El tercero de los amores, otro amor bien perro.
Pues eso, una película imborrable, llamada a formar parte de las grandes del cine mexicano y, sin duda, la mejor de la trilogía del dolor. Porque aunque es cierto que el guión, como es habitual en Iñárritu, juega abundantemente con la casualidad, aquí las historias no se cruzan de forma tan forzada, como sí lo hacía la historia japonesa de ‘Babel’, por ejemplo. Y, lo que es más importante, los tres relatos se muestran del todo interesantes, sin que ninguno desconecte al respetable, manteniendo una regularidad en la sucesión de los mismos realmente formidable, si bien es cierto que cada uno sentimos preferencia por alguno de ellos (me quedo con el de ‘Octavio y Susana’). Es por esto, por la música, perfectamente escogida, por la fotografía, que encaja perfectamente con esas crudas vivencias, por las interpretaciones, convincentes todas ellas, y por otras muchas cosas con las que no me quiero extender, por lo que sólo puedo recomendar una y otra vez ‘Amores perros’.
27 de mayo de 2012
27 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
-----------------------
Para entender a fondo una película debemos antes familiarizarnos con su dirección, actores e hilo argumental y luego hacernos dos preguntas: Una, ¿con cuánto talento se ha conseguido el objetivo del film?, y dos, ¿qué importancia tiene dicho objetivo?
La pregunta uno mide la perfección de la cinta y la pregunta 2 su importancia. Una vez estas preguntas están contestadas determinar la grandeza resulta una tarea relativamente fácil. Si la medida de perfección de la película se coloca en la horizontal de una gráfica y su importancia se marca en la vertical, entonces calculando el área total tendremos la medida de su grandeza.
He aquí un ejemplo con ‘El club de los poetas muertos’:
I
*
*_ _ _ _ _ _
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* * * * * * * * * * * P
(5,5 + 8,5) / 2 = 7 -> Una buena película
----------------------------
Un excremento. Eso me parece el señor Blizzard. No se trata de tuberías, hablamos de cine, ¿cómo se puede describir al séptimo arte como el concurso de Miss América?
Quiero que todos arranquen esa página de sus memorias. Venga, ¡arránquenla!, ¡arránquenla!. Ya me han oído. ¡Arránquenla! ¡Arránquenla! No es una crítica de Txarly, no irán al infierno por ello. En trocitos pequeños, que no quede nada.
Bien, gracias. Ahora, una vez desechado ese repugnante gráfico, cambiemos de página. Vamos al spoiler. Seré breve, no se preocupen.
Para entender a fondo una película debemos antes familiarizarnos con su dirección, actores e hilo argumental y luego hacernos dos preguntas: Una, ¿con cuánto talento se ha conseguido el objetivo del film?, y dos, ¿qué importancia tiene dicho objetivo?
La pregunta uno mide la perfección de la cinta y la pregunta 2 su importancia. Una vez estas preguntas están contestadas determinar la grandeza resulta una tarea relativamente fácil. Si la medida de perfección de la película se coloca en la horizontal de una gráfica y su importancia se marca en la vertical, entonces calculando el área total tendremos la medida de su grandeza.
He aquí un ejemplo con ‘El club de los poetas muertos’:
I
*
*_ _ _ _ _ _
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* 8888888 ]
* * * * * * * * * * * P
(5,5 + 8,5) / 2 = 7 -> Una buena película
----------------------------
Un excremento. Eso me parece el señor Blizzard. No se trata de tuberías, hablamos de cine, ¿cómo se puede describir al séptimo arte como el concurso de Miss América?
Quiero que todos arranquen esa página de sus memorias. Venga, ¡arránquenla!, ¡arránquenla!. Ya me han oído. ¡Arránquenla! ¡Arránquenla! No es una crítica de Txarly, no irán al infierno por ello. En trocitos pequeños, que no quede nada.
Bien, gracias. Ahora, una vez desechado ese repugnante gráfico, cambiemos de página. Vamos al spoiler. Seré breve, no se preocupen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No vemos y comentamos cine porque es bonito, lo vemos porque pertenecemos a la raza humana, y la raza humana está llena de pasión. Pero la grandeza del cine, desde luego, es una de las cosas que nos mantiene vivos.
En este momento, queridos lectores, aprenderán a pensar por sí mismos. Aprenderán a saborear las interpretaciones y los diálogos. Aprenderán que el cine es una cosa íntima. Que lo que a mí me gusta al otro le puede tocar los cojones, y lo que el otro ve como una obra maestra a mí me puede parecer el mayor bodrio de todos los tiempos.
¡Ah, sí! Mi valoración intrínseca es un 7.
¿Qué coincide con la del gráfico del señor Blizzard? No se alteren, es pura casualidad. Y si no me creen, aquí un ejemplo: mi nota a ‘2001’ fue un 2 y en el graficucho ése seguramente me hubiera salido un 8 alto.
En este momento, queridos lectores, aprenderán a pensar por sí mismos. Aprenderán a saborear las interpretaciones y los diálogos. Aprenderán que el cine es una cosa íntima. Que lo que a mí me gusta al otro le puede tocar los cojones, y lo que el otro ve como una obra maestra a mí me puede parecer el mayor bodrio de todos los tiempos.
¡Ah, sí! Mi valoración intrínseca es un 7.
¿Qué coincide con la del gráfico del señor Blizzard? No se alteren, es pura casualidad. Y si no me creen, aquí un ejemplo: mi nota a ‘2001’ fue un 2 y en el graficucho ése seguramente me hubiera salido un 8 alto.
Más sobre ballestaV
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here