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Críticas ordenadas por utilidad
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4
29 de marzo de 2009
29 de marzo de 2009
Sé el primero en valorar esta crítica
Bajo tan largo título se esconde la historia de cuatro hermanos que en plena Segunda Guerra Mundial descubren por casualidad “el armario” de entrada a Narnia, un mundo mágico donde serán recibidos como héroes en medio de un conflicto entre el bien y el mal –el invierno y la primavera–, donde según una profecía tendrán un papel crucial para liberar a los buenoscon la ayuda de Aslan el león, de las garras de la Bruja Jadis, la mala.
El film está auspiciado por el éxito de las dos grandes sagas de los ultimos años, Harry Potter y El Señor de los Anillos, intentando aunar las cualidades de magia con niños y universo asombroso de uno, y épica y fotografía apabullante del otro. Pero no nos llevemos a engaño; Narnia es sin duda uno de los fiascos de este año, pues como se suele decir de forma recurrente, lo mejor está en el trailer. El desarrollo de la historia da risa, sobre todo porque durando más de dos horas, la película se hace soporífera hasta el extremo, sin duda complaciendo a los más pequeños para explicarles todo con ritmo pausado y tierno en demasía. Sin embargo, la cosa trascurre de forma bastante plana y lineal, sin grandes alardes ni contenidos muy consistentes, lo que me hace pensar que el guión es realmente mediocre, o que estamos ante una película demasiado infantil. Y me parece más bien esto último. La moda de hacer películas con dobles lecturas para disfrute de niños y mayores hace aquí una excepción. Disney ha colado como épica y barroca una aventura que a los adultos dejará completamente frío. Normalmente este tipo de cine cuenta con presupuestos mas bajos, sin embargo, en Narnia, la producción de efectos especiales es fantástica. ¿Sacrificando qué? El diseño de producción. Todo lo que no sean los cuatro planos con animales parlantes y la escena de la batalla que vemos en el trailer... huele a chamusquina. Ni los decorados del castillo de la bruja ni el bosque consiguen hacernos olvidar que estamos en un estudio, y que el dinero se ha repartido de forma desigual entre la batalla y el resto de las secuencias, por lo que se recurre a planos cerrados y decorados, como yo digo, con mucho suelo y pocos techos.
Los niños son muy guapos y fotogénicos, pero como actores dejan que desear, amen de las forzados diálogos y sollozos que interpretan con demasiada ligereza y poca credibilidad. El león hace un papelón, pero claro, no es de verdad. La fotografía y el color recuerdan mucho, como ya he leído en algún foro, a La Bruja Novata, por no decir la presencia de niños, animales parlantes y tiendas con banderines ondeantes como si estuviéramos en un torneo medieval.
Por lo demás, un diez para ILM por sus magníficos efectos y también a la campaña de márketing que llenará las salas de jóvenes de más de veinte años para una historia sólo digna de ser disfrutada por los más pequeños.
El film está auspiciado por el éxito de las dos grandes sagas de los ultimos años, Harry Potter y El Señor de los Anillos, intentando aunar las cualidades de magia con niños y universo asombroso de uno, y épica y fotografía apabullante del otro. Pero no nos llevemos a engaño; Narnia es sin duda uno de los fiascos de este año, pues como se suele decir de forma recurrente, lo mejor está en el trailer. El desarrollo de la historia da risa, sobre todo porque durando más de dos horas, la película se hace soporífera hasta el extremo, sin duda complaciendo a los más pequeños para explicarles todo con ritmo pausado y tierno en demasía. Sin embargo, la cosa trascurre de forma bastante plana y lineal, sin grandes alardes ni contenidos muy consistentes, lo que me hace pensar que el guión es realmente mediocre, o que estamos ante una película demasiado infantil. Y me parece más bien esto último. La moda de hacer películas con dobles lecturas para disfrute de niños y mayores hace aquí una excepción. Disney ha colado como épica y barroca una aventura que a los adultos dejará completamente frío. Normalmente este tipo de cine cuenta con presupuestos mas bajos, sin embargo, en Narnia, la producción de efectos especiales es fantástica. ¿Sacrificando qué? El diseño de producción. Todo lo que no sean los cuatro planos con animales parlantes y la escena de la batalla que vemos en el trailer... huele a chamusquina. Ni los decorados del castillo de la bruja ni el bosque consiguen hacernos olvidar que estamos en un estudio, y que el dinero se ha repartido de forma desigual entre la batalla y el resto de las secuencias, por lo que se recurre a planos cerrados y decorados, como yo digo, con mucho suelo y pocos techos.
Los niños son muy guapos y fotogénicos, pero como actores dejan que desear, amen de las forzados diálogos y sollozos que interpretan con demasiada ligereza y poca credibilidad. El león hace un papelón, pero claro, no es de verdad. La fotografía y el color recuerdan mucho, como ya he leído en algún foro, a La Bruja Novata, por no decir la presencia de niños, animales parlantes y tiendas con banderines ondeantes como si estuviéramos en un torneo medieval.
Por lo demás, un diez para ILM por sus magníficos efectos y también a la campaña de márketing que llenará las salas de jóvenes de más de veinte años para una historia sólo digna de ser disfrutada por los más pequeños.

7,7
138.094
7
8 de marzo de 2009
8 de marzo de 2009
Sé el primero en valorar esta crítica
Slumdog Millionaire es genial. Explosiva. Magnifica. Una montaña rusa de sensaciones. Colorista. Tiene premios. ¿Cuantos? Ni idea. Como cien, o más. Críticos, académicos, público en general. Aplausos, lágrimas, inutiliza mi sonotone.
A la mierda con Slumdog Millionaire. Por buena película que sea, que me doren tanto la píldora resulta enojante. Que haya una -aparente- unanimidad de criterios sólo consigue entusiarmarme hasta provocar sospecha. Y sí, es una película notable. Pero que no sea sobresaliente la convierten en un pufo, una decepción profunda. Me blinda ante sus virtudes, pues sus defectos cantan La Traviatta.
Tiene una fotografía de diez. Gran planteamiento de producción. Y un diseño de sonido espectacular, para qué vamos a negarlo. Hacía años que no agradecía tanto el uso del surround. Qué lejos queda la proyección en cines de pelis como Waterwold. Una cosa es el sonido y otra la música. Qué es muy buena, pero también está demasiado alta. Bueno, son cosas de Danny Boyle, qué esperar. Y vamos con lo malo…
El guión. Simple. Tópico. American way (sí, aunque sea inglesa). Reiterativo. Y no cumple. No da lo que promete. El azar es el azar. Jamal Malik debía haber tenido la oportunidad de elegir el camino de las respuestas erróneas. Sólo entonces su periplo tendría sentido. Sólo sabiendo el nombre del tercer mosquetero sin haberle dado utilidad en toda la vida, sería estimable su aventura. Pero Jamal no lo sabe. Tampoco le importa. Porque las preguntas y sus respuestas no pertenecen a su historia, ni a su contexto. No resulta excepcionales en su vida, tan solo de una lógica aplastante, y faltas de toda magia y azar. Y que un niño ciego sepa quien es Franklin, no es que haya que explicarlo, simplemente dar a entender la pura suerte que rodea al suceso.
Slumdog Millionaire no es mala. Pero es que tampoco es buena. Y con tanto bombo, no estaba preparado para asumir esta derrota.
A la mierda con Slumdog Millionaire. Por buena película que sea, que me doren tanto la píldora resulta enojante. Que haya una -aparente- unanimidad de criterios sólo consigue entusiarmarme hasta provocar sospecha. Y sí, es una película notable. Pero que no sea sobresaliente la convierten en un pufo, una decepción profunda. Me blinda ante sus virtudes, pues sus defectos cantan La Traviatta.
Tiene una fotografía de diez. Gran planteamiento de producción. Y un diseño de sonido espectacular, para qué vamos a negarlo. Hacía años que no agradecía tanto el uso del surround. Qué lejos queda la proyección en cines de pelis como Waterwold. Una cosa es el sonido y otra la música. Qué es muy buena, pero también está demasiado alta. Bueno, son cosas de Danny Boyle, qué esperar. Y vamos con lo malo…
El guión. Simple. Tópico. American way (sí, aunque sea inglesa). Reiterativo. Y no cumple. No da lo que promete. El azar es el azar. Jamal Malik debía haber tenido la oportunidad de elegir el camino de las respuestas erróneas. Sólo entonces su periplo tendría sentido. Sólo sabiendo el nombre del tercer mosquetero sin haberle dado utilidad en toda la vida, sería estimable su aventura. Pero Jamal no lo sabe. Tampoco le importa. Porque las preguntas y sus respuestas no pertenecen a su historia, ni a su contexto. No resulta excepcionales en su vida, tan solo de una lógica aplastante, y faltas de toda magia y azar. Y que un niño ciego sepa quien es Franklin, no es que haya que explicarlo, simplemente dar a entender la pura suerte que rodea al suceso.
Slumdog Millionaire no es mala. Pero es que tampoco es buena. Y con tanto bombo, no estaba preparado para asumir esta derrota.

6,1
21.397
6
29 de marzo de 2009
29 de marzo de 2009
Sé el primero en valorar esta crítica
Hace unos años el tándem Alberto Rodríguez y Santi Amodeo comenzaron su andadura cinematográfica con el aplaudido cortometraje Bancos al que siguió un modesto pero inteligente film rodado de forma casi amateur en Londres llamado El factor Pilgrim. Luego, la trayectoria separada, pero a mi juicio complementaria, de ambos nos ha dejado dos filmes como son El Traje y Astronautas (Rodríguez y Amodeo respectivamente) de acentuadas marcas autoriales. Si algo ha caracterizado a estos directores es sin duda su particular visión de una realidad urbana cercana a lo marginal pero con gran calidez humana, así como su interés por dibujar un retrato de la ciudad de Sevilla siempre anónima, pero también siempre reconocible —yo diría incluso de forma indispensable— para los que somos de allí.
Ésta es la peor de este conjunto de películas de rasgos comunes, básicamente porque es la que cuenta con un guión menos trabajado y original, que trae ecos de otros filmes españoles que exploraban el mundo de la delincuencia juvenil. 7 vírgenes tiene una línea argumental que es una pura anécdota, y su guión es una sucesión de hechos muchas veces inconexos que lo único que buscan es precipitar de alguna forma el final, presumible ya a la mitad del metraje. Por el contra, las minitramas secundarias (tremenda la situación familiar desesperada del personaje del hermano de Ballesta y desaprovechada Ana Wagener que nos regala un par de miradas sobrecogedoras... y no sale más en pantalla) son en sus planteamientos mucho más interesantes que el propio eje del film, sin embargo, el director nos deja a medias, y no termina de ceder espacio a estos personajes, a favor de otros como son los pandilleros (canis, para el que entienda el argot sevillano) que poco aportan a la evolución de los protagonistas.
Sin duda, el flojo guión lastra una más que solvente dirección de actores y adecuada planificación siempre al estilo personal de Rodríguez y extensible con matices a Amodeo. Son muy destacables la música por su estilo y aportación dramática y sobre todo, para mi gusto, la tremenda fotografía que intenta captar las luces y sombras de la cara más desconocida y difícil de una ciudad como Sevilla. Es destacable también el uso de escenarios urbanos semiabandonados que son rehabilitados o redecorados ya sea físicamente como ocurría en los pisos de El Traje o Astronautas, o de forma imaginaria tal y como sucedía en la descomunal nave industrial de Bancos o el bloque de pisos en construcción de 7 vírgenes, todos ellos realmente en estado ruinoso. También aportan intención estética el gusto por la arquitectura residencial más funcional y urbana como telón de fondo.
Ésta es la peor de este conjunto de películas de rasgos comunes, básicamente porque es la que cuenta con un guión menos trabajado y original, que trae ecos de otros filmes españoles que exploraban el mundo de la delincuencia juvenil. 7 vírgenes tiene una línea argumental que es una pura anécdota, y su guión es una sucesión de hechos muchas veces inconexos que lo único que buscan es precipitar de alguna forma el final, presumible ya a la mitad del metraje. Por el contra, las minitramas secundarias (tremenda la situación familiar desesperada del personaje del hermano de Ballesta y desaprovechada Ana Wagener que nos regala un par de miradas sobrecogedoras... y no sale más en pantalla) son en sus planteamientos mucho más interesantes que el propio eje del film, sin embargo, el director nos deja a medias, y no termina de ceder espacio a estos personajes, a favor de otros como son los pandilleros (canis, para el que entienda el argot sevillano) que poco aportan a la evolución de los protagonistas.
Sin duda, el flojo guión lastra una más que solvente dirección de actores y adecuada planificación siempre al estilo personal de Rodríguez y extensible con matices a Amodeo. Son muy destacables la música por su estilo y aportación dramática y sobre todo, para mi gusto, la tremenda fotografía que intenta captar las luces y sombras de la cara más desconocida y difícil de una ciudad como Sevilla. Es destacable también el uso de escenarios urbanos semiabandonados que son rehabilitados o redecorados ya sea físicamente como ocurría en los pisos de El Traje o Astronautas, o de forma imaginaria tal y como sucedía en la descomunal nave industrial de Bancos o el bloque de pisos en construcción de 7 vírgenes, todos ellos realmente en estado ruinoso. También aportan intención estética el gusto por la arquitectura residencial más funcional y urbana como telón de fondo.
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