El género cinematográfico referente a los superhéroes siempre me cansó, me aburría, me resultaba más tedioso que un partido de eliminatorias de copa del rey. Pero ayer llegó el día, bendito el día en que visualicé Kick-ass.
¡¡¡Cómo trata el tema Matthew Vaughn!!! (no le quitemos méritos al propio cómic). Si lo que buscas son RISAS, las encontrarás en numerosas escenas. Si buscas DRAMA, lo tendrás. ¿¿¿ACCIÓN??? Joder... y servido en bandeja de plata por una niñita onceañera a la que le van más las armas que los talibanes.Me lo pasé como un crío de principio a final, deseando que no llegara éste. Que Chloe Moretz cortara más cabezas, pinchara mas espaldas y degollara más cuellos.
Si hasta tiene ¡AMOR!, y no resulta empalagoso ni carantoñero, sólo se muestra reflejado en pequeñas pinceladas.
Al loro con quien decía que una película de estas características no podía ser denominada peliculón, porque a mi parecer lo es. ¿Que lo justifique?
Disfruté y me entretuve pese a la banalidad del filme y su argumento despreocupado. Y amigos... que más se le puede pedir a una obra que durante casi 2 horas te mantiene absorto y alejado de todos los problemas cotidianos que nos rodean... BRAVO.

Pues al parecer, el protagonista ("papel" principal) no es el único que pierde los "papeles" en este corto. Pixar le sigue a dúo. Menuda "papeleta".

Buen intento por parte de la productora. Pero esto de resaltar el rojo carmín en fotogramas a blanco y negro lo hacía mi prima de 13 años con el fotolog y mano de photoshop, no sin olvidarnos amigos míos, de esos magníficos cuadros (regalo concurrido que todos brindamos a un amiguete en alguna ocasión) del todo a cien dónde apreciábamos (¡ay que recuerdos!) esa magnífica cabina londinense rojo escarlata "telephone" con el Big Ben a color sepia de fondo.

Mención aparte merece la banda sonora. La música está bien. Bien de politono de llamada del Nokia 3330 de hace una década.

Si me pongo a hablar sobre la historia... podría llegar a la conclusión, no sin antes meditarlo mucho, de que estamos ante la síntesis en 7 minutos de una película de Julia Roberts y Richard Gere, pero dibujados a mano y vectorizados a ordenador (aunque el monigote se parece mucho a Adrien Brody).

Recomendada a los amantes de la papiroflexia y origami en general. Yo he rememorado momentos de mi dulce infancia haciendo boeing 747 con los apuntes de biología. Pero los lancé en Lugo, y claro, aquí ya sabeis todos como se las gasta la climatología, llueve mucho y muy a mi pesar, no encontré el amor de una bella damisela.

Lo mejor de la película es el trailer, os lo aviso yo ahora, soy una persona muy condescendiente y os voy a hacer un favor apenas empiece a hacer la crítica.

Lo segundo mejor de la película son los efectos especiales, de J.J. Aunque a mi parecer, vistos desde la videócamara del protagonista me desmerecen un pelín.

Lo tercero mejor debe ser la videocámara, porque caen trozos de metal ardiendo, piedras, metralla, cachos de cuerpos desmembrados... y oye... sigue intacta grabando la muy jodida.

Lo cuarto mejor debe ser el protagonista en si, su vida corre peligro más veces que la de Bear Grylls en las antípodas, pero él sigue grabando, claro que sí oiga. Credibilidad ante todo.

Lo quinto mejor...
ah espera, ya no hay más.

A priori, es una buena película para que la use el ministerio de sanidad y la ponga en los institutos como método anti-conceptivo, quizás así las poligoneras de mi barrio se lo pensaban dos veces antes de engendrar a un futuro mecenas del vecindario.

Tildar a Tilda, Swinton. Excelente actuación que imprime a la película gran parte de su hipnotismo y carácter.
Lamentar el abuso excesivo y pretencioso de recursos innecesarios como los continuos flashes (el back y el forward) que te dejan, tal y como indica su nombre, algo destellado. Condición que no permite apreciar con claridad las intenciones de la directora.

El broche final acaba por no cerrar bien la trama, algo insulso a mi parecer.

Película que pasará a los anales del cine sin pena ni gloria.
Para mí, una muestra más que hoy en día, con un buen presupuesto se puede hacer un largometraje detallista, con efectos especiales acurados, decorados impresionantes, actuaciones más o menos remarcables, pero sin mucho a destacar...
En fin, un sinfin de piropos que, aun así, se quedan en nimiedad al comprobar que no remueven emociones, que no van aderezados con "aquel no sé qué" que a veces la gran pantalla tiene y hacen exclamarte al final de una peli: ¡joder, qué grande es el 7to arte!

Con este film, que merece mis respetos, he llegado a una conclusión que hace mucho tiempo que iba elaborando en mi humilde y loca cabeza: cada vez hay más medios, pero menos contenido; el cine es más visual y menos pasional, así es.

Y es que dónde esté Charlton Heston con la Estátua de la libertad de fondo, que se quiten todos estos monos,gorilas y orangutanes gruñones.