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5,9
4.365
5
11 de diciembre de 2019
11 de diciembre de 2019
63 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas mentiras tan grandes como el propio cine. Una gran y próspera industria basada en la ficción, en la mentira. Acudimos a una sala pagando una entrada para ver una historia inventada. Y en el colmo de la contradicción salimos contentos si nos engañan bien, si consiguen que la ilusión creada contenga cierta verosimilitud.
Esta película comienza con pequeñas mentiras que se intuyen dentro de otras mayores, todas bailando y coqueteando unas con otras, proclamando que los personajes no son lo que parecen. Y así va avanzando agradablemente, en un tono casi de comedia de timadores de guante blanco, con la carismática presencia de sus dos protagonistas principales como mayor reclamo. Pero el guión se vuelve más dramático, va desnudando poco a poco a los personajes, intentando alumbrar la verdad que se esconde detrás de toda la trama. Y cuando por fin sale a relucir, esa cruda verdad se antoja extraña, como si fuera de otra historia. Con esa realidad todo debería ser muy distinto a lo que hemos visto durante la proyección (ver spoilers). Los personajes principales, antes que desenmascarados, antes de aparecer como impostores ante nuestros ojos, se revelan como protagonistas de una historia convenientemente impostada.
Se ve bien, mantiene vivo el interés durante todo el metraje, pero resulta inconsistente, con un final incongruente. Es amena la mayor parte del tiempo, pero no alberga ninguna grandeza, ni en sus verdades ni en sus mentiras.
Esta película comienza con pequeñas mentiras que se intuyen dentro de otras mayores, todas bailando y coqueteando unas con otras, proclamando que los personajes no son lo que parecen. Y así va avanzando agradablemente, en un tono casi de comedia de timadores de guante blanco, con la carismática presencia de sus dos protagonistas principales como mayor reclamo. Pero el guión se vuelve más dramático, va desnudando poco a poco a los personajes, intentando alumbrar la verdad que se esconde detrás de toda la trama. Y cuando por fin sale a relucir, esa cruda verdad se antoja extraña, como si fuera de otra historia. Con esa realidad todo debería ser muy distinto a lo que hemos visto durante la proyección (ver spoilers). Los personajes principales, antes que desenmascarados, antes de aparecer como impostores ante nuestros ojos, se revelan como protagonistas de una historia convenientemente impostada.
Se ve bien, mantiene vivo el interés durante todo el metraje, pero resulta inconsistente, con un final incongruente. Es amena la mayor parte del tiempo, pero no alberga ninguna grandeza, ni en sus verdades ni en sus mentiras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final de la película se desvela que el personaje que interpreta Ian Mackellen violó en su juventud al personaje interpretado por Helen Mirren. Esa verdad no está bien tratada, está presentada de una manera demasiado tosca, como si el personaje de Ian Mackellen fuese un violador torpe y compulsivo antes que un astuto y frío timador. Casi en la misma secuencia, un joven intenta propasarse con una joven en presencia de sus dos hermanas, y a renglón seguido, como si no hubiera pasado nada, sube a darle clases particulares a otra hermana (la menor de todas), a la que finalmente viola. Y todo ello con los padres de las chicas presentes en la gran mansión, pero sin hacer nada contra el chico, ni siquiera cuando acaba de violar a su hija menor.
Eso no resulta verosímil ni adecuado al desarrollo posterior de los personajes, un personaje (Ian MacKellen) que parece que nunca ha reincidido en ese tipo de conductas, que ha mutado y se ha convertido en una persona nada compulsiva, en un maestro de la simulación y la mentira. Tampoco el personaje de Hellen MIrren muestra las heridas que ese traumático hecho le ha ocasionado a lo largo de su vida.
Esos 5 ó 10 minutos le restan bastante credibilidad y consistencia a toda la cinta.
Eso no resulta verosímil ni adecuado al desarrollo posterior de los personajes, un personaje (Ian MacKellen) que parece que nunca ha reincidido en ese tipo de conductas, que ha mutado y se ha convertido en una persona nada compulsiva, en un maestro de la simulación y la mentira. Tampoco el personaje de Hellen MIrren muestra las heridas que ese traumático hecho le ha ocasionado a lo largo de su vida.
Esos 5 ó 10 minutos le restan bastante credibilidad y consistencia a toda la cinta.

6,8
11.694
7
27 de enero de 2020
27 de enero de 2020
60 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un granjero emprende una cruzada judicial contra una omnipotente compañía química que vierte nocivos residuos tóxicos, deliberada y conscientemente, en aguas que lindan con su propiedad provocando la muerte de sus vacas. El abogado encargado de llevarle el caso, con la reticente ayuda del gran bufete del que forma parte, acaba descubriendo que el daño se extiende también a las personas.
Sin desvelar más, asistimos a la típica lucha del débil contra el todopoderoso tan recurrente en el cine norteamericano y que ya hemos visto en otros thrillers judiciales parecidos ("Legítima defensa", "Erik Brokovinc", "A civil acción" etc). O en otras cintas, con periodistas como estandartes de esa confrontación, como en la extraordinaria Spotlight, que igualmente incluye Mark Ruffalo en su reparto. Ese desigual enfrentamiento entre el bien y el mal también es el tema central de innumerables westerns
Es más que correcta en todos los sentidos, con una trama rigorosa que avanza lenta pero armónica y fluidamente. Algo premiosa visualmente, demasiado adusta, sin el suficiente nervio. Bien interpretada, sobre todo en sus papeles secundarios, pero con un Mark Ruffalo demasiado circunspecto y con una Anne Hathaway desaprovechada, que bien podría haberle otorgado a la cinta algo más de color.
Y por los extensos motivos que expongo en spoilers, me resulta más que curiosa,
Sin desvelar más, asistimos a la típica lucha del débil contra el todopoderoso tan recurrente en el cine norteamericano y que ya hemos visto en otros thrillers judiciales parecidos ("Legítima defensa", "Erik Brokovinc", "A civil acción" etc). O en otras cintas, con periodistas como estandartes de esa confrontación, como en la extraordinaria Spotlight, que igualmente incluye Mark Ruffalo en su reparto. Ese desigual enfrentamiento entre el bien y el mal también es el tema central de innumerables westerns
Es más que correcta en todos los sentidos, con una trama rigorosa que avanza lenta pero armónica y fluidamente. Algo premiosa visualmente, demasiado adusta, sin el suficiente nervio. Bien interpretada, sobre todo en sus papeles secundarios, pero con un Mark Ruffalo demasiado circunspecto y con una Anne Hathaway desaprovechada, que bien podría haberle otorgado a la cinta algo más de color.
Y por los extensos motivos que expongo en spoilers, me resulta más que curiosa,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me resulta curiosa porque su guión es algo más ideológico que otros, porque parte y desarrolla la idea de que esas grandes compañías en realidad son invencibles, ya que lo acaban controlando todo, colapsan a su antojo el sistema judicial y compran cualquier voluntad por alta que sea. En este caso la todopoderosa Corporación, tras verse descubierta y acosada judicialmente, se somete voluntariamente a una mediación, se aviene a aceptar la resolución de un comité científico neutral. Pero como ese dictamen es contrario a sus intereses, finalmente decide no aceptar su veredicto (en esencia, que sus tóxicos productos, que se encuentran incluso en las sartenes de TEFLON que casi todos hemos utilizado, son responsables de provocar al menos 5 tipos de cánceres), lo que paradógicamente le otorga más ventajas que inconvenientes. Y todo además de ganar 5 años, que es lo que tardó ese comité científico en decidir.
Pero a pesar de esa realidad ninguno de sus protagonistas se opone genéricamente al "Sistema", por más que albergue una corrupción que resulta inabordable. La única solución para ellos está en la lucha individual. En la película sólo se emplea la palabra "Sistema" un par de veces, pero nunca habla de lucha de clases, nunca se propone cambiar ese "Sistema, recurrir a soluciones que aquí llamaríamos sociales o políticas. El individuo es la solución, así se podría resumir su mensaje. Puede que la corporación no pierda, pero si hay individuos que ganan, si se salvan vidas (como ocurre en la película), si la acción de sus abogados consigue que ese "Sistema" mejore algo, de alguna manera lo celebran. En eso se centran.
Aquí en España, en Europa en general, en una película como esta, palabras como corrupción, lucha de clases, poderes fácticos, acabar con el sistema etc, aparecerían con frecuencia, porque ideológicamente lo social (o lo político) tiene más relevancia que lo individual. Aquí difícilmente se consideraría una película de contenido social, por más que trata de la lucha del débil contra el todopoderoso, porque para eso los protagonistas tendrían que ser de la clase social más desfavorecida, algo que no ocurre en esta cinta, toda vez que los abogados son también integrantes de la clase dominante, un bufete de abogados que normalmente defiende a clientes de la industria que en esta ocasión combate. Además, se centraría más en las maldades de la empresa que en las bondades de los abogados (es curioso que en el cine español apenas haya abogados que protagonicen hazañas, al contrario que en EEUU, a pesar de que aquí la profesión goza de mayor consideración social que allí). Tampoco se glosa en exceso la maldad de la industria, por más que deje claro que su culpabilidad es totalmente alevosa, porque de alguna manera los norteamericanos (o al menos así lo señala uno de los protagonistas) defienden que las grandes empresas están compuestas por personas. Y que son éstas las responsables de haber actuado mal, no toda la industria química o farmacéutica como normalmente se plantea con frecuencia en Europa.
En definitiva, esta película refleja lo distinta que es la sociedad norteamericana a la europea, menos solidaria a nivel social sin ninguna duda (muchos americanos no disponen de casi ninguna prestación propia de la seguridad social, ni siquiera asistencia sanitaria gratuita) y con una corrupción más difícil de combatir. Allí la individualidad es como un valor a proteger por más que no se consigan frenar las injusticias y desigualdades sociales. Por todo esto muchos críticos hablan de la comercialidad de estas películas, de que en realidad lo que hacen es defender el sistema de vida norteamericano, sus flagrantes injusticias. Puede que sea así, pero a mi particularmente me resulta muy curiosa la distinta forma que ellos tienen de ver esa realidad. Y lo comento porque es algo constante, al menos en su cine, que se ve ya en los westerns más clásicos.
Pero a pesar de esa realidad ninguno de sus protagonistas se opone genéricamente al "Sistema", por más que albergue una corrupción que resulta inabordable. La única solución para ellos está en la lucha individual. En la película sólo se emplea la palabra "Sistema" un par de veces, pero nunca habla de lucha de clases, nunca se propone cambiar ese "Sistema, recurrir a soluciones que aquí llamaríamos sociales o políticas. El individuo es la solución, así se podría resumir su mensaje. Puede que la corporación no pierda, pero si hay individuos que ganan, si se salvan vidas (como ocurre en la película), si la acción de sus abogados consigue que ese "Sistema" mejore algo, de alguna manera lo celebran. En eso se centran.
Aquí en España, en Europa en general, en una película como esta, palabras como corrupción, lucha de clases, poderes fácticos, acabar con el sistema etc, aparecerían con frecuencia, porque ideológicamente lo social (o lo político) tiene más relevancia que lo individual. Aquí difícilmente se consideraría una película de contenido social, por más que trata de la lucha del débil contra el todopoderoso, porque para eso los protagonistas tendrían que ser de la clase social más desfavorecida, algo que no ocurre en esta cinta, toda vez que los abogados son también integrantes de la clase dominante, un bufete de abogados que normalmente defiende a clientes de la industria que en esta ocasión combate. Además, se centraría más en las maldades de la empresa que en las bondades de los abogados (es curioso que en el cine español apenas haya abogados que protagonicen hazañas, al contrario que en EEUU, a pesar de que aquí la profesión goza de mayor consideración social que allí). Tampoco se glosa en exceso la maldad de la industria, por más que deje claro que su culpabilidad es totalmente alevosa, porque de alguna manera los norteamericanos (o al menos así lo señala uno de los protagonistas) defienden que las grandes empresas están compuestas por personas. Y que son éstas las responsables de haber actuado mal, no toda la industria química o farmacéutica como normalmente se plantea con frecuencia en Europa.
En definitiva, esta película refleja lo distinta que es la sociedad norteamericana a la europea, menos solidaria a nivel social sin ninguna duda (muchos americanos no disponen de casi ninguna prestación propia de la seguridad social, ni siquiera asistencia sanitaria gratuita) y con una corrupción más difícil de combatir. Allí la individualidad es como un valor a proteger por más que no se consigan frenar las injusticias y desigualdades sociales. Por todo esto muchos críticos hablan de la comercialidad de estas películas, de que en realidad lo que hacen es defender el sistema de vida norteamericano, sus flagrantes injusticias. Puede que sea así, pero a mi particularmente me resulta muy curiosa la distinta forma que ellos tienen de ver esa realidad. Y lo comento porque es algo constante, al menos en su cine, que se ve ya en los westerns más clásicos.

6,8
21.273
8
31 de octubre de 2024
31 de octubre de 2024
65 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que desde siempre he sido un rendido seguidor de la filmografía de Eastwood, lo que no me ha impedido ver que tiene películas malas, incluso considero que algunas (por ejemplo "El Sargento de Hierro" o "Invictus") están sobrevaloradas. Con todo y aunque esta crítica es eminentemente positiva, creo que no voy a ser justo con ella, de la misma manera que pienso que ni sus máximos admiradores han sido lo suficientemente justos con su excelsa obra (más en spoilers).
Y de eso trata esta excelente película, de la justicia. O más bien de la inesperada (y en principio improbable) emboscada que el destino, siempre ajeno a nuestros afanes o a nuestro sentido idealizado de lo justo, le prepara a nuestro protagonista, quien inesperadamente se encuentra forzado a elegir entre mandar a un inocente a la cárcel o auto inculparse porque cree que él mismo fue el responsable del accidente que provocó la muerte de la que acaba formando parte como jurado en un juicio por asesinato.
Eastwood diserta sobre como a veces la justicia no encuentra (si es que realmente lo busca) el camino para acabar siendo justa, como las decisiones judiciales dependen de muchos factores, de las distintas necesidades y motivaciones de las innumerables personas que intervienen en el proceso judicial, sobre como las incógnitas suelen superar a las certezas, sobre que la verosimilitud de un suceso puede llegar a ser más importante que los propios hechos etc. Centrándose sobre todo en los esfuerzos de nuestro protagonista por tratar de salir indemne de su peliaguda encrucijada tirando por la calle de en medio y empujando al resto de miembros del jurado hacia una declaración de "no culpable" para el acusado.
Y lo hace como siempre, con excelentes interpretaciones (algo más en spoilers), con una narrativa limpia, clara y directa, tratando temas complejos pero siempre bebiendo de la naturaleza humana, de su grandeza y sus limitaciones. En definitiva, contando como pocos saben hacerlo una historia de una forma amena, con un suspense que no para de crecer, cocido a fuego lento, aunque quizá le falte intensidad en los momentos clave. Y también un poco de brío, porque resulta demasiado pausada, no ya la trama, que avanza con agilidad, sino más bien los propios personajes y sus acciones, que da la sensación que trasmiten más calma que agitación. Algo mucho más acusado le noté al "Crack cero", de José Luis Garci, como si ahí se notará la avanzada edad de los directores, con personajes que acaban moviéndose en pantalla un poco a su ritmo vital.
En definitiva, un excelente thriller judicial que da lustre a la excelsa y longeva carrera de este animal cinematográfico por excelencia. No defraudará a sus seguidores, más bien al contrario. Ojalá no sea la última.
Y de eso trata esta excelente película, de la justicia. O más bien de la inesperada (y en principio improbable) emboscada que el destino, siempre ajeno a nuestros afanes o a nuestro sentido idealizado de lo justo, le prepara a nuestro protagonista, quien inesperadamente se encuentra forzado a elegir entre mandar a un inocente a la cárcel o auto inculparse porque cree que él mismo fue el responsable del accidente que provocó la muerte de la que acaba formando parte como jurado en un juicio por asesinato.
Eastwood diserta sobre como a veces la justicia no encuentra (si es que realmente lo busca) el camino para acabar siendo justa, como las decisiones judiciales dependen de muchos factores, de las distintas necesidades y motivaciones de las innumerables personas que intervienen en el proceso judicial, sobre como las incógnitas suelen superar a las certezas, sobre que la verosimilitud de un suceso puede llegar a ser más importante que los propios hechos etc. Centrándose sobre todo en los esfuerzos de nuestro protagonista por tratar de salir indemne de su peliaguda encrucijada tirando por la calle de en medio y empujando al resto de miembros del jurado hacia una declaración de "no culpable" para el acusado.
Y lo hace como siempre, con excelentes interpretaciones (algo más en spoilers), con una narrativa limpia, clara y directa, tratando temas complejos pero siempre bebiendo de la naturaleza humana, de su grandeza y sus limitaciones. En definitiva, contando como pocos saben hacerlo una historia de una forma amena, con un suspense que no para de crecer, cocido a fuego lento, aunque quizá le falte intensidad en los momentos clave. Y también un poco de brío, porque resulta demasiado pausada, no ya la trama, que avanza con agilidad, sino más bien los propios personajes y sus acciones, que da la sensación que trasmiten más calma que agitación. Algo mucho más acusado le noté al "Crack cero", de José Luis Garci, como si ahí se notará la avanzada edad de los directores, con personajes que acaban moviéndose en pantalla un poco a su ritmo vital.
En definitiva, un excelente thriller judicial que da lustre a la excelsa y longeva carrera de este animal cinematográfico por excelencia. No defraudará a sus seguidores, más bien al contrario. Ojalá no sea la última.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para empezar, casi todo lo que he leído sobre la película, antes de su estreno, ha sido más bien negativo. Que si parecía que el estudio la tenía escondida, que no sacaba ninguna información sobre ella ni siquiera un tráiler, que si iba a ser estrenada en pocas salas, que si la avanzada edad de su director etc. Se quiera o no esto está ahí y aunque me ha gustado mucho más de lo que pensaba, eso siempre condiciona, lo mismo que los prejuicios a cerca de la edad (salvo los pocos que se salven), que parece mentira que alguien de 94 años conserve la lucidez y vitalidad para hacer una película tan buena como creo que acaba siendo Jurado Nª 2.
De la misma manera creo que siempre acabamos siendo injustos con Eastwood. Alguien que lleva en lo más alto de su profesión 6 décadas, que ha llegado a más de una y de dos generaciones, un artista con media docena de obras maestras y al menos 10 películas más realmente notables. Alguien así ha estrenado una película casi de tapadillo, sin publicidad, sin que los medios le hayan hecho los reportajes que merece aunque sólo fuera por seguir en activo a los 94 años. No lo tratamos como lo que es, un artista como hay pocos, uno de los más grandes de la historia del cine, alguien inimitable y de alguna manera irrepetible. Tenemos la mala costumbre de compararlo con él mismo, valorando su última cinta en función de lo cerca que pueda estar de sus grandes obras, por lo que siempre tenemos un pero en la recámara: está bien, "pero"... no está a la altura de Sin Perdón, "Millión Dolar Baby" etc.
En España es quizá más acusado porque una parte de la prensa siempre lo ha considerado de derechas, algo para muchos críticos incompatible con el verdadero talento, con los valores que debe defender todo buen artista. Y eso se comprueba fácilmente viendo las críticas de los profesiones en rojo o en amarillo, que se dan con más frecuencia en los medios claramente de izquierdas.
En cuanto a las interpretaciones, todas más que correctas, destacaría sobre todo a la siempre brillante Toni Collette, una actriz que no tiene ni la trayectoria profesional ni el prestigio que su gran versatilidad y talento merecerían. Nicholas Hoult también está brillante.
De la misma manera creo que siempre acabamos siendo injustos con Eastwood. Alguien que lleva en lo más alto de su profesión 6 décadas, que ha llegado a más de una y de dos generaciones, un artista con media docena de obras maestras y al menos 10 películas más realmente notables. Alguien así ha estrenado una película casi de tapadillo, sin publicidad, sin que los medios le hayan hecho los reportajes que merece aunque sólo fuera por seguir en activo a los 94 años. No lo tratamos como lo que es, un artista como hay pocos, uno de los más grandes de la historia del cine, alguien inimitable y de alguna manera irrepetible. Tenemos la mala costumbre de compararlo con él mismo, valorando su última cinta en función de lo cerca que pueda estar de sus grandes obras, por lo que siempre tenemos un pero en la recámara: está bien, "pero"... no está a la altura de Sin Perdón, "Millión Dolar Baby" etc.
En España es quizá más acusado porque una parte de la prensa siempre lo ha considerado de derechas, algo para muchos críticos incompatible con el verdadero talento, con los valores que debe defender todo buen artista. Y eso se comprueba fácilmente viendo las críticas de los profesiones en rojo o en amarillo, que se dan con más frecuencia en los medios claramente de izquierdas.
En cuanto a las interpretaciones, todas más que correctas, destacaría sobre todo a la siempre brillante Toni Collette, una actriz que no tiene ni la trayectoria profesional ni el prestigio que su gran versatilidad y talento merecerían. Nicholas Hoult también está brillante.

5,7
6.104
5
18 de marzo de 2022
18 de marzo de 2022
71 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un thriller farragoso e impersonal, en el que la trama y los personajes están al servicio de la tesis que implementa el guión: la de un estado profundo y todopoderoso que nos controla y nos manipula; que lo mismo tapa que fabrica trapos más que sucios, ya sea de jueces, políticos, futbolistas, actores, fuerzas de seguridad, empresarios, cualquiera que tenga poder. Prácticamente todos los personajes son negativos, salvo la chica filipina humilde y trabajadora, marionetas más que protagonistas de su propia historia, por lo que es complicado conectar con ellos (algunos detalles en spoilers).
Tampoco hay tensión, porque no existe una trama como tal, más bien varias historias inconexas y complicadas de seguir, sin que existan tiempos muertos que ayuden a humanizar o a dramatizar la historia, a cambiar su ritmo, todo es demasiado monocorde.
Esta hecha con oficio, con una factura y un acabado más que correctos y con buenas interpretaciones (incluida la del siempre excelente Luis Tosar, aunque aquí se parece más a Tosar que de costumbre), por lo que consigue mantener la atención, pero dando la impresión de que asistimos a un prologo interminable antes que a una historia viva.
En definitiva, una película algo amorfa, que se ve más o menos bien, que trata de trasmitir una idea, una posible realidad, pero lo hace sin emotividad.
Tampoco hay tensión, porque no existe una trama como tal, más bien varias historias inconexas y complicadas de seguir, sin que existan tiempos muertos que ayuden a humanizar o a dramatizar la historia, a cambiar su ritmo, todo es demasiado monocorde.
Esta hecha con oficio, con una factura y un acabado más que correctos y con buenas interpretaciones (incluida la del siempre excelente Luis Tosar, aunque aquí se parece más a Tosar que de costumbre), por lo que consigue mantener la atención, pero dando la impresión de que asistimos a un prologo interminable antes que a una historia viva.
En definitiva, una película algo amorfa, que se ve más o menos bien, que trata de trasmitir una idea, una posible realidad, pero lo hace sin emotividad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Da la impresión de que más que personas, lo importante es lo que son esas personas. Así hay un futbolista que maltrata a su mujer, pero lo que le interesa al guión, más que el sufrimiento de esa mujer, es el hecho de que famoso futbolista se salga con la suya gracias a su poder y al interés de quien maneja los hilos. Y lo mismo ocurre con el Juiez del Supremo, un desalmado que además pretende pasar por una víctima, pero lo importante más que lo que hace es lo que representa. Y no digamos con la chica que seduce al político, que deja claro casi sin venir a cuento que es la hija del actor más famoso de España.
Por otra parte, la historia de amor entre Tosar y la excelente Georgina Amorós es de todo menos amorosa, impostada y artificial, al servicio de la idea central que pulula por toda la película, el estado profundo nos controla a todos por nuestros afectos, por nuestras debilidades, incluidos a sus propios peones.
La única secuencia de acción resulta fría porque nos la encontramos de sopetón, cuando vemos a Tosar pistola en mano sin saber bien dónde está y qué busca. Y ahí hay un tiroteo, una persecución y finalmente una pelea, pero todo sin preparar al espectador, por lo que resulta de lo más anti climático. En cuanto al final, que se destape o no la corrupción casi es lo de menos, porque no odiamos ni simpatizamos con casi nadie en toda la película, porque carece de emotividad.
Por otra parte llama la atención que el sentido del humor brilla por su ausencia, ni siquiera hay un momento más o menos alegre, no digamos ya una sonrisa franca. Todo es algo depresivo, como si la película se mimetizara con la insana realidad que pretende desvelarnos.
Por otra parte, la historia de amor entre Tosar y la excelente Georgina Amorós es de todo menos amorosa, impostada y artificial, al servicio de la idea central que pulula por toda la película, el estado profundo nos controla a todos por nuestros afectos, por nuestras debilidades, incluidos a sus propios peones.
La única secuencia de acción resulta fría porque nos la encontramos de sopetón, cuando vemos a Tosar pistola en mano sin saber bien dónde está y qué busca. Y ahí hay un tiroteo, una persecución y finalmente una pelea, pero todo sin preparar al espectador, por lo que resulta de lo más anti climático. En cuanto al final, que se destape o no la corrupción casi es lo de menos, porque no odiamos ni simpatizamos con casi nadie en toda la película, porque carece de emotividad.
Por otra parte llama la atención que el sentido del humor brilla por su ausencia, ni siquiera hay un momento más o menos alegre, no digamos ya una sonrisa franca. Todo es algo depresivo, como si la película se mimetizara con la insana realidad que pretende desvelarnos.
7
1 de octubre de 2021
1 de octubre de 2021
51 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya hemos visto no sé cuantas historias parecidas (un despiadado asesino en serie), sobre todo los grandes aficionados al thriller. Y se puede decir que no añade nada nuevo, que no deslumbran sus protagonistas, que su fotografía es demasiado plana, que nada realmente sobresaliente hay en ella.
Eso sí, también se puede afirmar con la misma convicción que tiene un extraordinario sentido del ritmo, que su guión está muy logrado, con una historia rica y compleja, bien expuesta y relativamente fácil de seguir, que hay tensión de la buena, que los personajes son normales en el buen sentido, creíbles y bien construidos. Y sobre todo que se ve con mucha comodidad, que proporciona un entretenimiento con más quilates que los que atesoran otras propuestas con mucha más fama, con más vocación de trascender, pero sin un acabado tan compacto, sin tanto swing.
Eso sí, también se puede afirmar con la misma convicción que tiene un extraordinario sentido del ritmo, que su guión está muy logrado, con una historia rica y compleja, bien expuesta y relativamente fácil de seguir, que hay tensión de la buena, que los personajes son normales en el buen sentido, creíbles y bien construidos. Y sobre todo que se ve con mucha comodidad, que proporciona un entretenimiento con más quilates que los que atesoran otras propuestas con mucha más fama, con más vocación de trascender, pero sin un acabado tan compacto, sin tanto swing.
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