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Serie

6,7
433
7
3 de julio de 2022
3 de julio de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es muy original, contiene demasiados de los clichés típicos de los doramas románticos coreanos. Aún así es ágil y muy divertida, las dos parejas tienen mucha química y los actores y actrices están de diez, especialmente Ahn Hyo Seop.
Si te apetece una comedia romántica, reirte a carcajadas y sentir mariposas es una muy buena opción.
Si te apetece una comedia romántica, reirte a carcajadas y sentir mariposas es una muy buena opción.

7,3
29.103
6
5 de marzo de 2015
5 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película sobre campeonatos de lucha con el trasfondo de drama personal / familiar. Se le perdonan los tópicos y ciertos momentos americanada porque es muy entretenida, muy emocionante y está muy bien realizada y muy bien dirigida. Las interpretaciones impresionantes. Nick Nolte increible. Interesante porque es la historia de los personajes (personajes muy bien pensados, aunténticos "luchadores") la que soporta el peso de la película, siendo las peleas simplemente ambientación, metáfora y un medio para que estos dos hermanos puedan expresar toda la rabia, todo el afecto, toda la pena, toda la lucha, el odio y el perdón.
Tres personajes complejos, imperfectos, vulnerables y fuertes, tres hombres que afrontan su destino en soledad, que buscan su verdad, enlazados por un finísimo hilo que se rompió a golpes, que vuelve a unirse a golpes.
Tres personajes complejos, imperfectos, vulnerables y fuertes, tres hombres que afrontan su destino en soledad, que buscan su verdad, enlazados por un finísimo hilo que se rompió a golpes, que vuelve a unirse a golpes.

7,2
38.276
8
9 de marzo de 2010
9 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta blanca es casi una obra maestra. Dura, desapacible, oscura a pesar de la maravillosa claridad de los trigales que fotografía, la película con la que Michael Haneke nos sorprende es mucho más que una obra sobre una época histórica. La recreación de un pueblo alemán en el año previo al estallido de la primera guerra mundial, da pie a la puesta en escena de un panorama sobrecogedor. Impresiona pensar que Hitler se crió en un lugar así, que Hitler pudo vivir un ambiente parecido en su casa, en su comunidad… pero no son hechos históricos lo que Haneke quiere contar, de lo que el director alemán quiere hablar es del efecto devastador que puede provocar el mal que un ser humano causa a otro.
En la comunidad que Heneke nos presenta existen dos relaciones perversas: la relación del poderoso (del barón avaro, mezquino, vengativo e injusto) frente a sus gobernados y la relación entre padres (también injustos, también brutales) y sus hijos. Con el trasfondo de la primera, de las relaciones sociales de poder, el guión se centra en la segunda con lo que el tema predominante en la película es la educación, destacando lo importante que es lo que el individuo vive en su niñez y adolescencia. La película es dura pues se muestra toda la basura que hay dentro de las familias y de las casas: el maltrato físico y psíquico, los abusos sexuales, la educación férrea, el peso de una religión protestante que se usa como instrumento de poder y de humillación, la hipocresía de una sociedad que predica el bien y que no lo practica. En la película los protagonistas son los niños, la pureza que se corrompe, la infancia dolorida que aplica exactamente la justicia que se les enseña: el rencor y la venganza.
Llama la atención que en esa educación se echa de menos la presencia de las mujeres. Las madres o están muertas o ausentes de alguna manera (no protegen, no salvan). Se impone la primacía masculina, los instintos (la sexualidad, la violencia) más animales. Es la madre la que falta, es la ternura, la bondad, la protección la que falta. El resultado es un grupo de críos que forman su propia “sociedad” aparte reproduciendo lo que han aprendido. Cualquiera de los personajes, cualquier ser humano que haya sufrido como estos personajes podría convertirse en un monstruo como lo fue Hitler.
El film es tan complejo que podrían comentarse muchas cosas. La atención a los mínimos detalles, la forma de exponer lo más repulsivo sin mostrarlo directamente, el modo en que una película de dos horas y media no se hace larga, la manera en la que el director consigue que el espectador se meta de lleno en el ambiente que se narra, el desconcierto que causa el hecho de que todas las historias se queden abiertas y los misterios inconclusos… Es esto último lo que no permite que la película sea redonda pues el espectador busca respuestas a los enigmas. Haneke, sin embargo, parece haberlo hecho a conciencia, obligando al espectador a unir historias y pensar conclusiones.
En la comunidad que Heneke nos presenta existen dos relaciones perversas: la relación del poderoso (del barón avaro, mezquino, vengativo e injusto) frente a sus gobernados y la relación entre padres (también injustos, también brutales) y sus hijos. Con el trasfondo de la primera, de las relaciones sociales de poder, el guión se centra en la segunda con lo que el tema predominante en la película es la educación, destacando lo importante que es lo que el individuo vive en su niñez y adolescencia. La película es dura pues se muestra toda la basura que hay dentro de las familias y de las casas: el maltrato físico y psíquico, los abusos sexuales, la educación férrea, el peso de una religión protestante que se usa como instrumento de poder y de humillación, la hipocresía de una sociedad que predica el bien y que no lo practica. En la película los protagonistas son los niños, la pureza que se corrompe, la infancia dolorida que aplica exactamente la justicia que se les enseña: el rencor y la venganza.
Llama la atención que en esa educación se echa de menos la presencia de las mujeres. Las madres o están muertas o ausentes de alguna manera (no protegen, no salvan). Se impone la primacía masculina, los instintos (la sexualidad, la violencia) más animales. Es la madre la que falta, es la ternura, la bondad, la protección la que falta. El resultado es un grupo de críos que forman su propia “sociedad” aparte reproduciendo lo que han aprendido. Cualquiera de los personajes, cualquier ser humano que haya sufrido como estos personajes podría convertirse en un monstruo como lo fue Hitler.
El film es tan complejo que podrían comentarse muchas cosas. La atención a los mínimos detalles, la forma de exponer lo más repulsivo sin mostrarlo directamente, el modo en que una película de dos horas y media no se hace larga, la manera en la que el director consigue que el espectador se meta de lleno en el ambiente que se narra, el desconcierto que causa el hecho de que todas las historias se queden abiertas y los misterios inconclusos… Es esto último lo que no permite que la película sea redonda pues el espectador busca respuestas a los enigmas. Haneke, sin embargo, parece haberlo hecho a conciencia, obligando al espectador a unir historias y pensar conclusiones.

7,7
138.078
9
24 de febrero de 2009
24 de febrero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Slumdog millionaire ha sido la gran triunfadora de los Oscar recibiendo ocho de los diez a los que estaba nominada: mejor película, mejor director para Danny Boyle, mejor guión adaptado, así como fotografía, edición cinematográfica, mezcla de sonido, banda sonora y mejor canción.
Una vez más, por suerte ocurre así los últimos años, la Academia premia la calidad y no otros factores que en muchas ocasiones han tenido gran peso. Slumdog Millionaire es una producción británica, un homenaje al cine de Bollybood, ha tenido importantes problemas de distribución, pero al final ha llegado donde tenía que llegar. Ha ganado el Premio Bafta, ha triunfado en los Globos de Oro y se ha llevado el Oscar.
La película no ha gustado a todo el mundo, pero quizá es normal dada su originalidad. Danny Boyle es un director con estilo. Se recrea en la fotografía (que aquí tiene un particular color deslucido), trabaja a conciencia cada plano (espectaculares las tomas desde el aire de los suburbios de Mumbai)… Slumdog millionaire es una fábula y como tal hay que verla: una fábula irreal para contar una historia que no es irreal sino todo lo contrario, demasiado fuerte, demasiado terrible; un cuento con música, con notas de humor, con una pizca de esperanza para hacernos enfrentarnos a la verdad: la pobreza, la desprotección de la infancia de una gran parte del mundo, el verdadero destino de millones de seres humanos…
Criticar (como he oído y leído) que ya hay muchas películas que tratan sobre los niños de la calle es absurdo: cada una nos aporta algo, cada una lo hace de forma diferente. Criticar la mezcla de drama y ligereza también. Boyle ha optado por esa vía y le ha salido bien. No creo que sean aspectos que puedan considerarse negativos en sí mismos. Danny Boyle ha querido mostrar una visión más sobre un drama universal, pero lo ha hecho centrándose en un entorno muy concreto (una India llena de contrastes) y ha echado mano de esos contrastes para hacernos digerir la tragedia añadiéndole un poco de color, de música y de amor inocente (un amor sin besos como es de recibo en el cine indú).
Slumdog millionaire es una película agridulce, más agria que dulce en el fondo, más dulce que agria en la forma. Una película que se hará un clásico por ser la primera en mirar a Bollywood, tomar los elementos de su cine (la mezcla de géneros, la espectacularidad, la música, etc.) y darles la vuelta para hablar no tanto del destino o de la forma de afrontar el destino sino de la injusticia de la sociedad.
Una vez más, por suerte ocurre así los últimos años, la Academia premia la calidad y no otros factores que en muchas ocasiones han tenido gran peso. Slumdog Millionaire es una producción británica, un homenaje al cine de Bollybood, ha tenido importantes problemas de distribución, pero al final ha llegado donde tenía que llegar. Ha ganado el Premio Bafta, ha triunfado en los Globos de Oro y se ha llevado el Oscar.
La película no ha gustado a todo el mundo, pero quizá es normal dada su originalidad. Danny Boyle es un director con estilo. Se recrea en la fotografía (que aquí tiene un particular color deslucido), trabaja a conciencia cada plano (espectaculares las tomas desde el aire de los suburbios de Mumbai)… Slumdog millionaire es una fábula y como tal hay que verla: una fábula irreal para contar una historia que no es irreal sino todo lo contrario, demasiado fuerte, demasiado terrible; un cuento con música, con notas de humor, con una pizca de esperanza para hacernos enfrentarnos a la verdad: la pobreza, la desprotección de la infancia de una gran parte del mundo, el verdadero destino de millones de seres humanos…
Criticar (como he oído y leído) que ya hay muchas películas que tratan sobre los niños de la calle es absurdo: cada una nos aporta algo, cada una lo hace de forma diferente. Criticar la mezcla de drama y ligereza también. Boyle ha optado por esa vía y le ha salido bien. No creo que sean aspectos que puedan considerarse negativos en sí mismos. Danny Boyle ha querido mostrar una visión más sobre un drama universal, pero lo ha hecho centrándose en un entorno muy concreto (una India llena de contrastes) y ha echado mano de esos contrastes para hacernos digerir la tragedia añadiéndole un poco de color, de música y de amor inocente (un amor sin besos como es de recibo en el cine indú).
Slumdog millionaire es una película agridulce, más agria que dulce en el fondo, más dulce que agria en la forma. Una película que se hará un clásico por ser la primera en mirar a Bollywood, tomar los elementos de su cine (la mezcla de géneros, la espectacularidad, la música, etc.) y darles la vuelta para hablar no tanto del destino o de la forma de afrontar el destino sino de la injusticia de la sociedad.

6,5
25.166
7
27 de noviembre de 2008
27 de noviembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que he visto mil veces. Una de ellas es La boda de Muriel, una comedia australiana dirigida por P.J. Hogan en 1994 y protagonizada por dos actrices fabulosas: Tony Collette y Rachel Griffiths. La boda de Muriel parece una comedia y lo es: hilarante, con una más que adecuada banda sonora compuesta por canciones de Abba... pero es una comedia con sorpresa, salpicada de elementos agridulces, con un mensaje que acaba dándole la vuelta a las películas sobre el sueño americano: el verdadero éxito no está en aparentar que todo en la vida es perfecto y tener una vida "ideal" de cara a la galería no tiene nada que ver con alcanzar la felicidad.
Hay películas que pueden verse una y mil veces, porque contagian alegría. Una es La boda de Muriel. No os la perdais porque es de lo más divertido que vereis.
Hay películas que pueden verse una y mil veces, porque contagian alegría. Una es La boda de Muriel. No os la perdais porque es de lo más divertido que vereis.
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