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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
14 de marzo de 2010
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta magnífica película dedicada al pintor ruso Sergey Vasilyevich Gerasimov (1885–1964) no le dejará indiferente.

Hablando de pintura, la factura de esta cinta es como la del pincel de Ingres, que no deja huella, que muestra la historia del novelista Boris Vasilyev de una manera fresca y traslúcida, sin que ningún efectismo se interponga. De hecho, llega un momento en que la cámara desaparece para dar paso a una historia emotiva que es, sobre todo, una crítica del estalinismo.

El director, Yuri Kara, que sabe ralentizar el tempo para acentuar momentos dramáticos sin caer en la sensiblería, nos conduce brillantemente a un desenlace en el que las distintas posturas se reencuentran en el comienzo de la “Gran Guerra Patria”, que es como llamaron los soviéticos a la agresión nazi, a la Segunda Guerra Mundial.

La imposición de cualquier ideología a través del miedo conduce a terrenos pantanosos donde las consecuencias de su aplicación pueden ser trágicas. Entonces, los súbditos se vuelven más radicales que sus popes ideológicos, "más papistas que el Papa".

No podemos olvidar, sin embargo, que Stalin convirtió a la Unión Soviética, que sucedió a un estado feudal atrasado, en una auténtica potencia mundial, con un crecimiento descomunal, en el que sus ciudadanos disfrutaron de unos derechos fundamentales completos gratuitos, como la educación, la salud y la vivienda. El fallo del estalinismo fue no dejar un espacio para la discrepancia. La desestalinización condujo a la Unión Soviética a un Estado más burocrático que socialista.

Un Estado Burocrático que vendió un país avanzado, al liberalismo salvaje, por un par de pantalones vaqueros y unas cocacolas.

Zavtra byla voyna (Mañana fue la Guerra), es un film muy recomendable premiado con la Espiga de Oro a la Mejor película en la Seminci de 1987.
17 de enero de 2010
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más estamos ante un film brillante en la forma, en los recursos gráficos, en el modo, en la forma, en el "como se dice", pero absolutamente vacío de contenido, porque sencillamente no dice nada.

Se trata de una sucesión de chistes macabros, de una violencia desmedida, enlazados con maestría, de la venganza de los judíos americanos que regresan del futuro con bates de béisbol a machacar a los malos, sin duda claro, los nazis. Y con los malos no hay que tener piedad, así que vamos a disfrutar de dos horas de una despiadada venganza.

No se dice nada que no supieramos del atroz crímen nazi y en cualquier caso se trata de una justificación de la violencia. Así va el mundo.

Triste pero cierto.
24 de enero de 2016
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El honor, entre traiciones y conspiraciones políticas, logra imponerse comandado por Michiel de Ruyter, personaje histórico que da nombre a una de las películas que más me ha conmovido en los últimos tiempos.

Michiel de Ruyter tiene unos principios y si no te gustan, me temo, que no tiene otros. Pero si ves este film, dirigido fielmente por Roel Reiné, te aseguro que no buscarás otros diferentes: otros que no sean respetar la palabra dada; ser fiel al bien común; ver más lo que nos une que lo que nos separa; y mantener hasta el último suspiro, hasta tu último aliento, aquello por lo que merece la pena vivir.

Vivir sin ser tu mismo, o sin aquello que realmente quieres ser, no merece la pena. Eduardo Galeano decía que “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. El almirante Michiel de Ruyter supo hacer historia, hacer de si mismo lo que quiso –lo que debía- y de paso cambiar un destino tenebroso planeado contra Holanda.

De Ruyter supo llevar acabo sus principios hasta tal punto que logró finalmente -ante el asedio de Inglaterra y Francia- unir a los irreconciliables Orangistas con los Republicanos por el bien común de Holanda.

El guión de Lars Boom y Alex van Galen logra sintetizar y adaptar un fragmento de la historia de Holanda sin peder tampoco la fidelidad. Tal es el punto que logra el conjunto de la película -respaldo por la banda sonora de Trevor Morris- que uno se quiere sentir holandés.

Sin revelar nada de la trama diré que Michiel de Ruyter -interpretado soberbiamente por Frank lammers- fue reconocido por sus rivales recibiendo honores por su valía, coraje y estratega naval. El conjunto de la cinta se rodea también de grandes actores, como Charles Dance en el papel de Rey de Inglaterra; el magistral Rutger Hauer, inolvidable replicante en Blade Runner, etc.; y de interpretes menos conocidos como Sanne Langelaar, quién interpreta de un modo inolvidable a la mujer de Michiel de Ruyter.

Holanda nos ha dado grandes pintores, como Rembrandt, el Bosco, Frans Hals, etc; pero la fotografía de El Almirante es digna del mejor cuadro de otro holandés: Johannes Vermeer. Un diez en la fotografía es indiscutible.

Esta película sabe meternos en las venas la historia de Holanda y de Europa. Pero muy lejos del aburrimiento, muy lejos de esas clases de historia soporíferas; más bien, muy cerca de la emoción, de la épica y del entretenimiento.

Te dejará huella.

Máximo Ribas
http://maximoribas.es/tecnicascreativas/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá una de las cosas más difíciles en el arte en general es saber poner un buen final. El de The Admiral me parece de los mejores y de los más emocionantes que he visto: las salvas de los ingleses ante su rival caído y el funeral del almirante que conmociona a un pueblo, que une -como no logra el rey de Holanda- a los orangistas y a los republicanos.

El republicano y gobernador de Holanda, De Witt, fue el valedor de Michiel de Ruyter como almirante de la flota holandesa y en este sentido el artífice de la salvación del Holanda. Pero los conspiradores orangistas, defensores de Guillermo III, no soportaban una República exitosa. De modo que los intereses particulares se imponen a los generales, como consecuencia De Witt es asesinado en 1672 para favorecer a Guillermo III como gobernador de Holanda

En la película la popularidad de Michiel de Ruyter era incómoda para la recién llegada Corona Holandesa, de modo que el Rey Guillermo III lo envía a una misión imposible para librarse de él.

Durante el film Michiel de Ruyter muere alcanzado por una bala en la pierna. La cinta no refleja que murió posteriormente en Siracusa y no durante la batalla entre la flota hispano-holandesa y la francesa. Son licencias acertadas para adaptar la historia a un guión. La historia real es algo distinta, lo cierto es que Michiel de Ruyter, el 22 de abril de 1676, logra hacer una cuña en la vanguardia francesa, pero sin el apoyo suficiente de sus aliados españoles ( Francisco de la Cerda) se encuentra entre dos fuegos. Michiel no muere en la inconclusa batalla de Agosta, sino en Siracusa, victima de una gangrena en una pierna el 29 de abril de 1676.

La película refleja magistralmente las batallas navales, durante el rodaje se emplearon tres barcos reales, el resto de las naves fueron animadas por ordenador. Las localizaciones se realizaron en 50 lugares de los Países bajos, con más de 5.000 extras. Se utilizó un helicóptero para rodar algunas escenas aéreas y posteriormente se añadió por ordenador los buques, el humo y las explosiones.

También se reflejan las tácticas navales esbozadas por Piet Heyn y Maarten Tromp, pero que desarrollo plenamente Michiel de Ruyter, como las maniobras en paralelo, en línea y las ideas para romper la línea enemiga.

Realmente lo destacable de esta cinta es la capacidad de adaptar la historia de Holanda, y de sus personajes históricos, a un guión cinematográfico sin perder la esencia de la historia y la esencia del cine de entretenimiento y de aventuras.

Una unión magistral.
17 de enero de 2010
29 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante el Díos omnisciente, el director ¡que todo lo ve y lo sabe!, que cambia la realidad a su voluntad, aún faltando a las leyes naturales de la física, ¡claro! para eso es el "Díos del cine", para hacer lo que le de la gana faltando al sentido común, que por lo que vemos es el menos común de los sentidos.

Y de eso se trata esta sucesión de imagenes aceleradas conexas brillantemente por principios visuales pero incoherentes al sentido crítico, donde los personajes y las secuencias funcionan siguiendo la batuta del maestro de ceremonias pero que se traicionan a si mismos y se vuelven patéticos e incoherentes en contra de su voluntad. Los "buenos" se vuelven débiles o se vuelven "malos" cuando al señor director se le antoja y el Joker siguiendo esta línea parece saberlo todo por arte de mágia, pero no porque sea más listo ni mago sino por que se ha leido el guión, por que es amigo intimo de Christopher Nolan que lleva la batuta.

En conclusión un brillante envoltorio de un argumento que no resiste un simple analísis, deja el cerebro en tu casa y sólo lleva tus ojos para ver esta cinta. Esto es... se hacen películas pero poco cine, decía un maestro.
26 de abril de 2010
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Minority Report, basada en un relato de Philip K. Dick – influido ,a su vez por, las teorías de Carl Gustav Jung-, trata sobre las paradojas del tiempo, del futuro, y plantea interrogantes tan interesantes como la posibilidad real del libre albedrío, ¿el destino está escrito?: el personaje que interpreta Max von Sydow se aventura a decir "Tú no escoges las cosas en las que crees, ellas te escogen a ti".

Philip K. Dick prácticamente no conoció el éxito económico en vida, y vivió casi en la pobreza, aunque fue aclamado en vida por contemporáneos como Robert A. Heinlein o Stanislaw Lem. Sin duda, los relatos y novelas de Dick pasarán a la posteridad, como por ejemplo "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (1968) en la que se basó la cinta de culto “Blade Runner”. Su novela “El hombre en el castillo”, que fue galardonada con el Premio Hugo a la mejor novela (1963), está considerada como una obra maestra del subgénero de la ciencia ficción llamado “ucronía”.

Steven Spielberg ha acertado en la recreación de los ambientes dickianos, que se caracterizan por una sensación de constante erosión de la realidad, explorando la naturaleza como un ente enigmático de forma sistemática; creando ambientes postmodernos, decadentes y translucidos (donde lo planos visuales -virtuales- se superponen en un palimpsesto de imágenes).

Scott Frank y Jon Cohen firman el guión de “El informe de la minoría”. La cinta de intriga está bien llevada –se nota "el oficio" de Spielberg-, los efectos especiales son notables, los diálogos dan la talla. El único defecto es un exceso de secuencias de acción que -a mi modo de ver- rompen el ritmo en algunos momentos y un final interesante estropeado por un epílogo pueril que le quita impacto*. De todos modos es noblemente entretenida (más, si te gusta el genero de ciencia ficción y acción). Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*El final se decanta por la posibilidad de modificar el futuro al que estamos destinados, siendo el epílogo -de cuento de hadas- inapropiado (La escena de la pareja reconciliada y a los Precogs retirados del mundanal ruido) un tanto chirriante porque sobra y le quita contundencia al final.
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