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Críticas ordenadas por utilidad
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8
10 de junio de 2018
10 de junio de 2018
59 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es un wéstern al uso. Tiene defectos, y agujeros en un guión que adolece de un ritmo demasiado episódico y en algunos momentos, demasiado lento, pero sus muchas virtudes superan con creces estos pequeños defectos, en lo que es un wéstern rodado con maestría y con un pulso firme y decidido, y rematado con mucho acierto por su director.
Con una bellísima fotografía, unas excepcionales actuaciones, un magnífico guión, y un ritmo pausado, pero necesario, la historia tiene un comienzo de una crueldad y durezas inusitadas, que anuncia el tono serio, duro y descarnado que impregna esta lúgubre y melancólica historia.
Christian Bale está magnífico, como casi siempre, y Rosamund Pike raya a gran altura, como el resto del acertadísimo reparto, pero el verdadero protagonista de esta historia son los increíbles paisajes exteriores que dotan de vida el magnífico guion de Scott Cooper. Cooper, que también dirige esta película, nos lleva a trompicones, temiendo que se pierda el ritmo y el sentido, hacia un bellísimo final, que da sentido a este trágico y amargo viaje, en busca de la redención y el alma perdida.
En el debe, algunos errores de narración, pues en la parte central el ritmo decae, y se convierte en una sucesión de situaciones desgraciadas, en las que falta quizás algo de continuidad y sobre todo de argumentación. Los malos siempre son demasiados malos, y los buenos demasiado justos y honrados. Le falta quizás algo más de mala leche y menos retórica existencialista, pero el conjunto no desmerece, y resulta sumamente cautivador y cargado de emoción.
Sería un gran western crepuscular, si tuviese más continuidad, y prescindiese en algunos momentos de cierto ritmo episódico, y se matizase un poco la introspección de los personajes. Se centra además demasiado en el trío de protagonistas, y peca de falta de definición del resto de personajes secundarios, que están descritos con apenas un par de brochazos.
Particularmente me ha gustado mucho, y creo que tiene uno de los comienzos más crudos que he visto en un western, y un bellísimo final, que da sentido a la película, todo ello con una de las mejores fotografías que he visto del oeste americano, y que me recuerda a algunos paisajes abiertos de los wésterns de John Ford, o de Bailando con lobos.
Un hallazgo de película, dentro de la insulsa cartelera que nos toca vivir últimamente, y que por desgracia pasará inadvertida, a pesar de sus múltiples virtudes.
Con una bellísima fotografía, unas excepcionales actuaciones, un magnífico guión, y un ritmo pausado, pero necesario, la historia tiene un comienzo de una crueldad y durezas inusitadas, que anuncia el tono serio, duro y descarnado que impregna esta lúgubre y melancólica historia.
Christian Bale está magnífico, como casi siempre, y Rosamund Pike raya a gran altura, como el resto del acertadísimo reparto, pero el verdadero protagonista de esta historia son los increíbles paisajes exteriores que dotan de vida el magnífico guion de Scott Cooper. Cooper, que también dirige esta película, nos lleva a trompicones, temiendo que se pierda el ritmo y el sentido, hacia un bellísimo final, que da sentido a este trágico y amargo viaje, en busca de la redención y el alma perdida.
En el debe, algunos errores de narración, pues en la parte central el ritmo decae, y se convierte en una sucesión de situaciones desgraciadas, en las que falta quizás algo de continuidad y sobre todo de argumentación. Los malos siempre son demasiados malos, y los buenos demasiado justos y honrados. Le falta quizás algo más de mala leche y menos retórica existencialista, pero el conjunto no desmerece, y resulta sumamente cautivador y cargado de emoción.
Sería un gran western crepuscular, si tuviese más continuidad, y prescindiese en algunos momentos de cierto ritmo episódico, y se matizase un poco la introspección de los personajes. Se centra además demasiado en el trío de protagonistas, y peca de falta de definición del resto de personajes secundarios, que están descritos con apenas un par de brochazos.
Particularmente me ha gustado mucho, y creo que tiene uno de los comienzos más crudos que he visto en un western, y un bellísimo final, que da sentido a la película, todo ello con una de las mejores fotografías que he visto del oeste americano, y que me recuerda a algunos paisajes abiertos de los wésterns de John Ford, o de Bailando con lobos.
Un hallazgo de película, dentro de la insulsa cartelera que nos toca vivir últimamente, y que por desgracia pasará inadvertida, a pesar de sus múltiples virtudes.
4
29 de abril de 2023
29 de abril de 2023
58 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
El inicio de la nueva serie de Amazon, Citadel, resulta desconcertante. Cuando escuchas hablar de una serie con un presupuesto tan elevado, con actores de alto nivel, con la producción de los hermanos Russo (que no está dirigida por ellos), esperas al menos 2 cosas: Una historia original y trepidante, con un buen guion; y que la acción y los efectos especiales sean de primerísimo y altísimo nivel, y justifiquen los más de 200 millones que ha costado. Y como por desgracia empieza a ser habitual en la plataforma de streaming, parece que una vez más, van a sumar un merecido nuevo fracaso de crítica y público.
Cuando te acercas a Citadel, no te esperas este bochornoso espectáculo sin alma, ni semejante conjunto de tópicos mal desarrollados, ni un guion insulso y poco original, ni un producto poco elaborado y desprovisto de cualquier complejidad. El problemas es que lo que nos ofrece Citadel es un palomitero espectáculo, muy caro, pero muy plano y sin ninguna frescura u originalidad.
El guion parece rancio, viejo, desgastado y poco original. Han intentado copiar de diversas producciones, robando un poco de "Sr. y Sra. Smith", un poco de las sagas Kingsman, Bourne, James Bond (especialmente de su archienemigo Spectra) o Misión imposible, y un poco de las organizaciones Shield e Hydra de Marvel, y lo han mezclado sin ningún orden ni concierto, batiéndolo en la coctelera, esperando que el mejunje resultante se pueda beber, y lo han vertido en una lujosa copa que pretenden servirnos como si fuese lo maximo, esperando que la gente se rinda sin más a esta megalómana y aburridísima producción, repleta de accion, pero sin el más mínimo atisbo de cordura o sentimiento, en la que somos incapaces de empatizar con los protagonistas. ¿El resultado? Un trago amargo que se bebe con dificultad y deja mal sabor de boca.
Los espectadores no somos tontos, no nos dejamos llevar por los cantos de sirenas, y entre tantas producciones, con el tiempo nos hemos vuelto exigentes y selectivos. Nos da igual que cueste más de 200 millones, que nos la vendan como una serie de los hermanos Russo (no lo es), o como el summum de una nueva y costosa saga de acción y espionaje. Si lo que se nos ofrece es un menú compuesto por un revoltijo de muchas ideas ya vistas, y un montón de topicazos, regado con un exceso de acción sin sentido, y unos protagonistas insulsos y con poca química, y que no están bien perfilados ni desarrollados, pues no no nos lo tragamos sin más. Antiguamente, nos lo habríamos bebido, nos habriamos indigestado, y lo habríamos solucionado con un antiácido o con sales de frutas o, en casos más graves, vomitando. Pero ahora ya no. Ahora ya no cuela. Ahora rechazamos la copa y nos vamos a otro sitio (en este caso, otra cadena o plataforma), para ver algo más entretenido y original.
Y no es que la serie no tenga escenas de acción. Tiene acción a raudales y está medianamente bien filmada, pero sin un guion mínimamente decente, carece de sentido y hasta acaba por resultar cansina, empachándonos tantas patadas, puñetazos y disparos mal concebidos. Tiene tanta acción, que mientras la filmaban se olvidaron de los diálogos o de crear una historia. Y los pocos diálogos que hay, o están llenos de tópicos y estupideces, o son tan sosos como los protagonistas, de esta insípida serie, compuesta por 6 episodios.
Pero el problema no es solo la acción. La película tiene gravísimos errores de casting. Richard Madden siempre me ha parecido un actor muy flojo, con poco carisma, y un rostro de piedra, incapaz de transmitir sentimientos. En Citadel, el que fuera trágico protagonista de la boda roja en Juego de Tronos, parece un zombi sin alma ni estilo, perdido en su incapacidad para insuflar vida a un personaje frío y gris. La coprotagonista, una insufrible Priyanka Chopra, solo luce palmito y, por lo visto, es incapaz de componer un personaje minimamente atractivo y original, y su elección obedece solo a fines comerciales, para ganar cuota de mercado en la India.
Los únicos actores que están a la altura son el siempre genial e infravalorado Stanley Tucci, que hace lo que puede para intentar salvar los muebles y que este Titanic no se hunda, y Lesley Manville, la única capaz de aportar algo interesante a la trama. La actuación del resto del reparto, cumple, pero sin alardes ni artificios. Por desgracia, el grupito de villanos de la serie, parece mejor definido y más interesante, que los protagonistas, lo que habla muy mal de los guionistas, y del director de esta serie, un caótico y disperso Newton Thomas Sigel.
El argumento de la serie es tan pobre y rácano, que asusta ver la frialdad con la que algunas plataformas de streaming malgastan semejantes fortunas de dinero en producciones de baja estofa como esta. Citadel, la típica superagencia internacional de espionaje que no pertenece a ningún país y vela por la seguridad y el orden internacional, se desintegra por el ataque de la aun más típica superagencia secreta, Manticore, que recuerda a la Spectra de la saga Bond, o a la enemiga de los superhéroes de Marvel, Hydra.
Es evidente, que esta serie está concebida para que Amazon Prime pueda albergar en su programación, su propio y costoso nuevo universo de agencias ultrasecretas de espías, enfrentadas en una patética y mal concebida lucha entre el bien y el mal. Por ese motivo, se están filmando en otros países spin-offs con otros personajes, para ir ampliando el cosmos de Citadel, dotándola de un grupo de personajes, que esperemos aporten algo más original e interesante que lo visto en esta serie.
Una pena, porque la secuencia inicial prometía algo más que este mediocre resultado.
Resulta penoso comprobar como Amazon Prime malgasta cientos de millones de euros en producciones de tan bajo nivel, con argumentos estúpidos y pueriles, como ya le sucedió con la fallida, Los anillos del poder.
Cuando te acercas a Citadel, no te esperas este bochornoso espectáculo sin alma, ni semejante conjunto de tópicos mal desarrollados, ni un guion insulso y poco original, ni un producto poco elaborado y desprovisto de cualquier complejidad. El problemas es que lo que nos ofrece Citadel es un palomitero espectáculo, muy caro, pero muy plano y sin ninguna frescura u originalidad.
El guion parece rancio, viejo, desgastado y poco original. Han intentado copiar de diversas producciones, robando un poco de "Sr. y Sra. Smith", un poco de las sagas Kingsman, Bourne, James Bond (especialmente de su archienemigo Spectra) o Misión imposible, y un poco de las organizaciones Shield e Hydra de Marvel, y lo han mezclado sin ningún orden ni concierto, batiéndolo en la coctelera, esperando que el mejunje resultante se pueda beber, y lo han vertido en una lujosa copa que pretenden servirnos como si fuese lo maximo, esperando que la gente se rinda sin más a esta megalómana y aburridísima producción, repleta de accion, pero sin el más mínimo atisbo de cordura o sentimiento, en la que somos incapaces de empatizar con los protagonistas. ¿El resultado? Un trago amargo que se bebe con dificultad y deja mal sabor de boca.
Los espectadores no somos tontos, no nos dejamos llevar por los cantos de sirenas, y entre tantas producciones, con el tiempo nos hemos vuelto exigentes y selectivos. Nos da igual que cueste más de 200 millones, que nos la vendan como una serie de los hermanos Russo (no lo es), o como el summum de una nueva y costosa saga de acción y espionaje. Si lo que se nos ofrece es un menú compuesto por un revoltijo de muchas ideas ya vistas, y un montón de topicazos, regado con un exceso de acción sin sentido, y unos protagonistas insulsos y con poca química, y que no están bien perfilados ni desarrollados, pues no no nos lo tragamos sin más. Antiguamente, nos lo habríamos bebido, nos habriamos indigestado, y lo habríamos solucionado con un antiácido o con sales de frutas o, en casos más graves, vomitando. Pero ahora ya no. Ahora ya no cuela. Ahora rechazamos la copa y nos vamos a otro sitio (en este caso, otra cadena o plataforma), para ver algo más entretenido y original.
Y no es que la serie no tenga escenas de acción. Tiene acción a raudales y está medianamente bien filmada, pero sin un guion mínimamente decente, carece de sentido y hasta acaba por resultar cansina, empachándonos tantas patadas, puñetazos y disparos mal concebidos. Tiene tanta acción, que mientras la filmaban se olvidaron de los diálogos o de crear una historia. Y los pocos diálogos que hay, o están llenos de tópicos y estupideces, o son tan sosos como los protagonistas, de esta insípida serie, compuesta por 6 episodios.
Pero el problema no es solo la acción. La película tiene gravísimos errores de casting. Richard Madden siempre me ha parecido un actor muy flojo, con poco carisma, y un rostro de piedra, incapaz de transmitir sentimientos. En Citadel, el que fuera trágico protagonista de la boda roja en Juego de Tronos, parece un zombi sin alma ni estilo, perdido en su incapacidad para insuflar vida a un personaje frío y gris. La coprotagonista, una insufrible Priyanka Chopra, solo luce palmito y, por lo visto, es incapaz de componer un personaje minimamente atractivo y original, y su elección obedece solo a fines comerciales, para ganar cuota de mercado en la India.
Los únicos actores que están a la altura son el siempre genial e infravalorado Stanley Tucci, que hace lo que puede para intentar salvar los muebles y que este Titanic no se hunda, y Lesley Manville, la única capaz de aportar algo interesante a la trama. La actuación del resto del reparto, cumple, pero sin alardes ni artificios. Por desgracia, el grupito de villanos de la serie, parece mejor definido y más interesante, que los protagonistas, lo que habla muy mal de los guionistas, y del director de esta serie, un caótico y disperso Newton Thomas Sigel.
El argumento de la serie es tan pobre y rácano, que asusta ver la frialdad con la que algunas plataformas de streaming malgastan semejantes fortunas de dinero en producciones de baja estofa como esta. Citadel, la típica superagencia internacional de espionaje que no pertenece a ningún país y vela por la seguridad y el orden internacional, se desintegra por el ataque de la aun más típica superagencia secreta, Manticore, que recuerda a la Spectra de la saga Bond, o a la enemiga de los superhéroes de Marvel, Hydra.
Es evidente, que esta serie está concebida para que Amazon Prime pueda albergar en su programación, su propio y costoso nuevo universo de agencias ultrasecretas de espías, enfrentadas en una patética y mal concebida lucha entre el bien y el mal. Por ese motivo, se están filmando en otros países spin-offs con otros personajes, para ir ampliando el cosmos de Citadel, dotándola de un grupo de personajes, que esperemos aporten algo más original e interesante que lo visto en esta serie.
Una pena, porque la secuencia inicial prometía algo más que este mediocre resultado.
Resulta penoso comprobar como Amazon Prime malgasta cientos de millones de euros en producciones de tan bajo nivel, con argumentos estúpidos y pueriles, como ya le sucedió con la fallida, Los anillos del poder.
4
14 de abril de 2023
14 de abril de 2023
60 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento vergüenza ajena por este penoso epilogo a la serie "The last kingdom".
Siete reyes deben morir ... hasta el pomposo título me olía a chamusquina. Solo diré tres cosas:
1.- The last kingdom es una serie muy buena. Las tres primeras temporadas son fantásticas (sobre todo la segunda, que es magnífica). La cuarta es floja, y la quinta es una temporada sencilla, un poco mejor que la cuarta, pero un digno colofón, que cumple sobradamente con su cometido de cerrar dignamente esta hermosa saga, basada en las novelas de Bernard Cornwell.
Nada que ver con esta película, por más que varios actores repitan en sus roles.
2.- Esta película, este epílogo es, por decirlo simplemente con una palabra, INDIGNO.
Ni siquiera todo mi cariño hacia el personaje de Uhtred de Bebbanburg y el fabuloso mundo de sajones y vikingos que le rodea, mi cariño hacia una serie que siempre se ha caracterizado por la pausa, la inteligencia, una buena recreación histórica y unos personajes muy interesantes, me impide reconocer que esta película es mala, un despropósito sin alma, ni estilo.
3.- La película está rodada para mayor gloria de un Alexander Dreymon que flojea (y mucho) en su papel. Pero no es el principal culpable. No le ayuda el pésimo guion, ni la mala dirección de Bazalgette, ni una historia atropellada, incoherente, apresurada y muy precipitada en todo, que se aparta completamente del espíritu de The last kingdom, y que quiere abarcar demasiado, en poco tiempo. No reconozco apenas el buen pulso narrativo de The last kingdom, ni a sus personajes, convertidos en sombras de lo que eran en la serie.
Un montaje desastroso, en el que los personajes aparecen por arte de magia en diferentes sitios, como si se hubiesen teletransportado, y en el que se pierde cualquier sensación de profundidad, reduciendo Inglaterra a un patio de colegio, hacen que lo que debería ser una épica despedida, se convierta en un triste y olvidable epilogo, un final intrascendente, mal concebido.
Una pena, porque está película no le hace justicia al apasionante mundo que habíamos disfrutado en The last kingdom.
Siete reyes deben morir ... hasta el pomposo título me olía a chamusquina. Solo diré tres cosas:
1.- The last kingdom es una serie muy buena. Las tres primeras temporadas son fantásticas (sobre todo la segunda, que es magnífica). La cuarta es floja, y la quinta es una temporada sencilla, un poco mejor que la cuarta, pero un digno colofón, que cumple sobradamente con su cometido de cerrar dignamente esta hermosa saga, basada en las novelas de Bernard Cornwell.
Nada que ver con esta película, por más que varios actores repitan en sus roles.
2.- Esta película, este epílogo es, por decirlo simplemente con una palabra, INDIGNO.
Ni siquiera todo mi cariño hacia el personaje de Uhtred de Bebbanburg y el fabuloso mundo de sajones y vikingos que le rodea, mi cariño hacia una serie que siempre se ha caracterizado por la pausa, la inteligencia, una buena recreación histórica y unos personajes muy interesantes, me impide reconocer que esta película es mala, un despropósito sin alma, ni estilo.
3.- La película está rodada para mayor gloria de un Alexander Dreymon que flojea (y mucho) en su papel. Pero no es el principal culpable. No le ayuda el pésimo guion, ni la mala dirección de Bazalgette, ni una historia atropellada, incoherente, apresurada y muy precipitada en todo, que se aparta completamente del espíritu de The last kingdom, y que quiere abarcar demasiado, en poco tiempo. No reconozco apenas el buen pulso narrativo de The last kingdom, ni a sus personajes, convertidos en sombras de lo que eran en la serie.
Un montaje desastroso, en el que los personajes aparecen por arte de magia en diferentes sitios, como si se hubiesen teletransportado, y en el que se pierde cualquier sensación de profundidad, reduciendo Inglaterra a un patio de colegio, hacen que lo que debería ser una épica despedida, se convierta en un triste y olvidable epilogo, un final intrascendente, mal concebido.
Una pena, porque está película no le hace justicia al apasionante mundo que habíamos disfrutado en The last kingdom.

7,3
65.964
5
10 de enero de 2016
10 de enero de 2016
92 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que esta es una de esas películas ante las que no te quedas indiferente. Dura casi tres horas, pero consigue que no que estés mirando el reloj constantemente, salvo al final.
Lo primero que debo decir es que, aunque soy un gran fan de Tarantino, a mi juicio lleva pegando bandazos desde Grindhouse (Death Proof). He disfrutado enormemente de sus películas, especialmente las primeras (Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Kill Bill 1, o incluso como guionista, Amor a quemarropa), pero desde Grindhouse observo con preocupación que su cine se está volviendo especialmente macabro y truculento, de forma innecesaria. Soy consciente de que este director siempre ha tenido un lado oscuro y macabro, pero sus guiones eran equilibrados, con un humor negro que se adaptaba en gran medida a la cruda realidad, y con situaciones y diálogos originales, y propios de quien ya ha visto mucho, mucho cine, y sabe lo que quiere.
Si Malditos bastardos no me impresionó (más allá de algunos diálogos geniales, y un Christoph Waltz destacado), Django desencadenado en cambio me gustó (por lo menos mientras estuvieron presentes Christoph Waltz y Leonardo Dicaprio, porque después la película pierde bastante). Sin embargo, no puedo sino dejar constancia en esta crítica de mi desconcierto y fastidio ante estos odiosos ocho.
Un fulgurante comienzo, crudo, cruel y descarnado, nos conduce esperanzados e ilusionados hacia una mercería y parada de diligencias, pero a partir de aquí la película es un verdadero despropósito que se desmorona de forma apabullante. Si las primeras interpretaciones de Kurt Russell, Samuel L. Jackson, Jennifer Jason Leigh y Walton Goggins rayan a buen nivel, y la ambientación hace que sientas el mismo frío que los protagonistas, a partir de aquí se desmorona todo como un castillo de naipes mal construido. La trama se vuelva cansina, tediosa y estúpida, y las comparaciones con Agatha Christie me parecen de mal gusto. El desenlace final me parece simplón y facilón, y especialmente nefasto todo lo que sigue al episodio de "Domergue tiene un secreto" (la voz en off haciendo la introducción de este episodio es patética e innecesaria).
Un magnífico Bruce Dern sirve de aperitivo a una ejecución espantosa, en la que el realizador acompaña la escena con unos flashback innecesarios, que privan de gran parte de su brillantez a la escena, y que resulta tan predecible que da asco.
Desde que se desvela el "secreto" de Domergue, la película cae en picado cuesta abajo, salvo los últimos diez minutos de película, que son lo que salva este experimento fallido de Tarantino. Al final te das cuenta que Tarantino se tira casi tres horas para contar una historia de diez minutos, en la que se inventa un final estúpido y sin mordiente (detallo en el spoiler las razones, para quien le interese), en el que todo el climax creado se vuelve vacío e insustancial. Te sientes como si hubiese visto matar una pulga a cañonazos. Por más que los cañonazos estén bien hechos, la triste realidad que se esconde detrás de la pulga empaña completamente el resultado.
Realmente estamos ante una obra de teatro, con cierto suspense, que el director malogra de forma miserable y canallesca, obsesionado por evidenciar su lado más turbio y macabro, desluciendo el resultado. He leído en alguna crítica que los actores lo bordan. No estoy de acuerdo. Al final te quedas con la impresión de que a Samuel L. Jackson y a Jennifer Jason Leigh se les ha ido la pinza, que Tim Roth, Michael Madsen, Channing Tatum, Demian Bichir y James Parks son meros comparsas al servicio de una trama descabellada, en una historia que se puede contar en menos de diez minutos, y que realmente son Kurt Russell y Bruce Dern los únicos que lo bordan.
El que vaya a ver la película por los diálogos "made in" Tarantino saldrá encantado, porque los monólogos abundan en la película. Sin embargo, si quieres ver buen cine y una buena historia, te sentirás decepcionado con esta mediocre incursión en el género del suspense-western.
Lo peor es que al final te quedas con la idea de que has visto y sobre todo escuchado algunos diálogos geniales, que funcionan por separado, pero sin utilidad o conexión con la trama de la película, que resulta bastante desangelada y patética.
Sin embargo hay que reconocer que los diez últimos minutos de película salvan de la quema esta película, por más que uno desee que hubiese sido de forma más coherente.
Lo primero que debo decir es que, aunque soy un gran fan de Tarantino, a mi juicio lleva pegando bandazos desde Grindhouse (Death Proof). He disfrutado enormemente de sus películas, especialmente las primeras (Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Kill Bill 1, o incluso como guionista, Amor a quemarropa), pero desde Grindhouse observo con preocupación que su cine se está volviendo especialmente macabro y truculento, de forma innecesaria. Soy consciente de que este director siempre ha tenido un lado oscuro y macabro, pero sus guiones eran equilibrados, con un humor negro que se adaptaba en gran medida a la cruda realidad, y con situaciones y diálogos originales, y propios de quien ya ha visto mucho, mucho cine, y sabe lo que quiere.
Si Malditos bastardos no me impresionó (más allá de algunos diálogos geniales, y un Christoph Waltz destacado), Django desencadenado en cambio me gustó (por lo menos mientras estuvieron presentes Christoph Waltz y Leonardo Dicaprio, porque después la película pierde bastante). Sin embargo, no puedo sino dejar constancia en esta crítica de mi desconcierto y fastidio ante estos odiosos ocho.
Un fulgurante comienzo, crudo, cruel y descarnado, nos conduce esperanzados e ilusionados hacia una mercería y parada de diligencias, pero a partir de aquí la película es un verdadero despropósito que se desmorona de forma apabullante. Si las primeras interpretaciones de Kurt Russell, Samuel L. Jackson, Jennifer Jason Leigh y Walton Goggins rayan a buen nivel, y la ambientación hace que sientas el mismo frío que los protagonistas, a partir de aquí se desmorona todo como un castillo de naipes mal construido. La trama se vuelva cansina, tediosa y estúpida, y las comparaciones con Agatha Christie me parecen de mal gusto. El desenlace final me parece simplón y facilón, y especialmente nefasto todo lo que sigue al episodio de "Domergue tiene un secreto" (la voz en off haciendo la introducción de este episodio es patética e innecesaria).
Un magnífico Bruce Dern sirve de aperitivo a una ejecución espantosa, en la que el realizador acompaña la escena con unos flashback innecesarios, que privan de gran parte de su brillantez a la escena, y que resulta tan predecible que da asco.
Desde que se desvela el "secreto" de Domergue, la película cae en picado cuesta abajo, salvo los últimos diez minutos de película, que son lo que salva este experimento fallido de Tarantino. Al final te das cuenta que Tarantino se tira casi tres horas para contar una historia de diez minutos, en la que se inventa un final estúpido y sin mordiente (detallo en el spoiler las razones, para quien le interese), en el que todo el climax creado se vuelve vacío e insustancial. Te sientes como si hubiese visto matar una pulga a cañonazos. Por más que los cañonazos estén bien hechos, la triste realidad que se esconde detrás de la pulga empaña completamente el resultado.
Realmente estamos ante una obra de teatro, con cierto suspense, que el director malogra de forma miserable y canallesca, obsesionado por evidenciar su lado más turbio y macabro, desluciendo el resultado. He leído en alguna crítica que los actores lo bordan. No estoy de acuerdo. Al final te quedas con la impresión de que a Samuel L. Jackson y a Jennifer Jason Leigh se les ha ido la pinza, que Tim Roth, Michael Madsen, Channing Tatum, Demian Bichir y James Parks son meros comparsas al servicio de una trama descabellada, en una historia que se puede contar en menos de diez minutos, y que realmente son Kurt Russell y Bruce Dern los únicos que lo bordan.
El que vaya a ver la película por los diálogos "made in" Tarantino saldrá encantado, porque los monólogos abundan en la película. Sin embargo, si quieres ver buen cine y una buena historia, te sentirás decepcionado con esta mediocre incursión en el género del suspense-western.
Lo peor es que al final te quedas con la idea de que has visto y sobre todo escuchado algunos diálogos geniales, que funcionan por separado, pero sin utilidad o conexión con la trama de la película, que resulta bastante desangelada y patética.
Sin embargo hay que reconocer que los diez últimos minutos de película salvan de la quema esta película, por más que uno desee que hubiese sido de forma más coherente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿De verdad hacen falta tres horas para este dantesco y estúpido plan de rescate? ¡¡Podían haber sido algo más originales!!
¿De verdad que la maravillosa trama consiste en que tres desalmados embosquen secretamente en una mercería a Kurt Russell, mientras su jefe espera escondido en el sótano? ¿No había nada mejor? ¿Nadie intenta improvisar otro plan más que envenenar el café? ¿Con la paranoia de Kurt Russell, alguien se cree que iba a dejar que le envenenasen el café sin enterarse?
¿De verdad hace falta que Tarantino nos narre con voz en off que Domergue ha visto como envenenaban el café?
¿De verdad que es necesario esos flashback del hijo de Bruce Dern haciéndole una mamada a Samuel L. Jackson, para dar aliciente al duelo entre Bruce Dern y Samuel L. Jackson?
¿De verdad que nos tenemos que creer que Channing Tatum está escondido en el sótano durante toda la película sin congelarse, y que su plan final es dispararle a Samuel L. Jackson en los huevos desde un sótano sin luz cuando todo se descubre?
¿De verdad alguien se cree que con lo que sabe Samuel L. Jackson sobre la mercería, va a esperar a que maten a Kurt Russell (el verdugo) y a James Paks (OB) para destapar el pastel?
¿De verdad que nadie se veía venir el final?
¿De verdad que nadie ve las similitudes con "La cosa" de John Carpenter, o con los finales cruzados, típidcos de las obras de Tarantino, como en Amor a quemarropa, Reservoir Dogs o Jackie Brown?
¿De verdad basta con juntar unos buenos diálogos, para que una película sea buena, aunque no tengan relación con la trama, y esta tenga más agujeros que un queso de gruyere?
¿De verdad que la maravillosa trama consiste en que tres desalmados embosquen secretamente en una mercería a Kurt Russell, mientras su jefe espera escondido en el sótano? ¿No había nada mejor? ¿Nadie intenta improvisar otro plan más que envenenar el café? ¿Con la paranoia de Kurt Russell, alguien se cree que iba a dejar que le envenenasen el café sin enterarse?
¿De verdad hace falta que Tarantino nos narre con voz en off que Domergue ha visto como envenenaban el café?
¿De verdad que es necesario esos flashback del hijo de Bruce Dern haciéndole una mamada a Samuel L. Jackson, para dar aliciente al duelo entre Bruce Dern y Samuel L. Jackson?
¿De verdad que nos tenemos que creer que Channing Tatum está escondido en el sótano durante toda la película sin congelarse, y que su plan final es dispararle a Samuel L. Jackson en los huevos desde un sótano sin luz cuando todo se descubre?
¿De verdad alguien se cree que con lo que sabe Samuel L. Jackson sobre la mercería, va a esperar a que maten a Kurt Russell (el verdugo) y a James Paks (OB) para destapar el pastel?
¿De verdad que nadie se veía venir el final?
¿De verdad que nadie ve las similitudes con "La cosa" de John Carpenter, o con los finales cruzados, típidcos de las obras de Tarantino, como en Amor a quemarropa, Reservoir Dogs o Jackie Brown?
¿De verdad basta con juntar unos buenos diálogos, para que una película sea buena, aunque no tengan relación con la trama, y esta tenga más agujeros que un queso de gruyere?
7
6 de septiembre de 2019
6 de septiembre de 2019
47 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia ficción y la fantasía es el campo por el que más está apostando la plataforma de Amazon, con series como The boys y la cuarta temporada de The expanse, y que ha tirado la casa por la ventana con esta serie.
Carnival Row cuenta con un buen reparto. La serie recupera a algunos actores que no pasan por su mejor momento, como Orlando Bloom (eterno Legolas de El señor de los Anillos) y la modelo Cara Delevingne, y otros que se están volviendo imprescindibles, como Indira Varma (Juego de tronos y CSI Nueva York) y Jared Harris (Chenobyl, y el profesor Moriarty de la segunda parte Sherlock Holmes, Juego de sombras), arrancando de todos ellos notables interpretaciones.
La serie es muy vistosa, con buenos efectos especiales y muy poderosa visualmente, con un buen presupuesto, muy bien utilizado.
La serie está ambientada en la época victoriana, pero mezclando elementos fantásticos desde una perspectiva muy interesante, en la que se nota que en un primer momento Guillermo del Toro se involucró en este proyecto (aunque lo abandonó rápidamente para embarcarse en otros proyectos).
El relato tiene un arranque espectacular, pero cuesta un poco asentarse en la historia. Es necesario tener paciencia e ir descubriendo poco a poco este mundo en el que las hadas, faunos, brujas y otras criaturas, son refugiados de un mundo que no es el suyo, en el que también hay hombres lobo y otras sorprendentes criaturas que no desvelaré para no perjudicar la trama. La trama tiene un cierto paralelismo con las historias que estamos viendo de los refugiados que huyen de la guerra y la miseria, y aborda temas tan candentes y contemporáneos como el racismo, la inmigración, la identidad sexual y el mestizaje, con un relato coherente, que asienta las bases para futuras temporadas, y que está llamado, si se mantiene el nivel y el plantel de actores, a crear un relato fantástico novedoso y original que, de consolidarse, puede ser una de las grandes series de la temporada.
En este notable relato fantástico, las criaturas mitológicas que han sido expulsadas de su mundo por la guerra, deben convivir con unos humanos que ven su medio de vida amenazado, mientras un misterioso asesino va entremezclando los hilos de una trama, que si bien no es sumamente original, si tiene una notable puesta en escena que compensa este defecto.
En el debe, quizás que el argumento se vuelve previsible hacia la mitad de la serie, y que el tramo final es algo acelerado, quizás motivado por el hecho de que la temporada consta solo de 8 episodios, insuficientes para una trama tan ambiciosa.
SIn embargo, Amazon Prime decidió rodar una desastrosa y vacía segunda parte, cuya cancelación ya se conocía antes de rodar esta penosa segunda temporada, lo que provocó que la serie se resolvise de forma muy precipitada y acelerada, con un argumento rocambolesco (por momentos grotesco), en el que la trama discurre sin rumbo, como un pollo sin cabeza, hacia la perdición y hacia un final indigno. La segunda temporada de esta serie es tan mala, tan cutre, tan impresentable, que voluntariamente he decidido borrarla de mi cabeza, y quedarme con el grato y agradable recuerdo de la primera temporada. Esta fallida segunda temporada, no tiene alma ni sentimientos, ni nada que haga que merezca la pena verla. Es triste comprobar cómo se puede destruir una serie tan original, de una forma tan ignominiosa y absurda. Lo poco bueno que tiene (casi nada), se difumina en absurdos giros de guión, una desastrosa caracterización de los personajes, y unas discutibles decisiones respecto a la trama y los personajes, que acaban por echar por tierra todo lo bueno de la primera temporada. Triste adiós a una serie con una primera temporada muy brillante, pensada para una mayor duración, y a la que su precipitado final y las decisiones adoptadas en cuanto a su argumento, la han destrozado en una temporada final espantosa y que no hace justicia a la primera temporada.
Mantengo la nota que le di, pero solo porque me encantó la primera temporada. Esta segunda temporada es un absoluto fiasco, un indignante epilogo muy mal concebido.
Carnival Row cuenta con un buen reparto. La serie recupera a algunos actores que no pasan por su mejor momento, como Orlando Bloom (eterno Legolas de El señor de los Anillos) y la modelo Cara Delevingne, y otros que se están volviendo imprescindibles, como Indira Varma (Juego de tronos y CSI Nueva York) y Jared Harris (Chenobyl, y el profesor Moriarty de la segunda parte Sherlock Holmes, Juego de sombras), arrancando de todos ellos notables interpretaciones.
La serie es muy vistosa, con buenos efectos especiales y muy poderosa visualmente, con un buen presupuesto, muy bien utilizado.
La serie está ambientada en la época victoriana, pero mezclando elementos fantásticos desde una perspectiva muy interesante, en la que se nota que en un primer momento Guillermo del Toro se involucró en este proyecto (aunque lo abandonó rápidamente para embarcarse en otros proyectos).
El relato tiene un arranque espectacular, pero cuesta un poco asentarse en la historia. Es necesario tener paciencia e ir descubriendo poco a poco este mundo en el que las hadas, faunos, brujas y otras criaturas, son refugiados de un mundo que no es el suyo, en el que también hay hombres lobo y otras sorprendentes criaturas que no desvelaré para no perjudicar la trama. La trama tiene un cierto paralelismo con las historias que estamos viendo de los refugiados que huyen de la guerra y la miseria, y aborda temas tan candentes y contemporáneos como el racismo, la inmigración, la identidad sexual y el mestizaje, con un relato coherente, que asienta las bases para futuras temporadas, y que está llamado, si se mantiene el nivel y el plantel de actores, a crear un relato fantástico novedoso y original que, de consolidarse, puede ser una de las grandes series de la temporada.
En este notable relato fantástico, las criaturas mitológicas que han sido expulsadas de su mundo por la guerra, deben convivir con unos humanos que ven su medio de vida amenazado, mientras un misterioso asesino va entremezclando los hilos de una trama, que si bien no es sumamente original, si tiene una notable puesta en escena que compensa este defecto.
En el debe, quizás que el argumento se vuelve previsible hacia la mitad de la serie, y que el tramo final es algo acelerado, quizás motivado por el hecho de que la temporada consta solo de 8 episodios, insuficientes para una trama tan ambiciosa.
SIn embargo, Amazon Prime decidió rodar una desastrosa y vacía segunda parte, cuya cancelación ya se conocía antes de rodar esta penosa segunda temporada, lo que provocó que la serie se resolvise de forma muy precipitada y acelerada, con un argumento rocambolesco (por momentos grotesco), en el que la trama discurre sin rumbo, como un pollo sin cabeza, hacia la perdición y hacia un final indigno. La segunda temporada de esta serie es tan mala, tan cutre, tan impresentable, que voluntariamente he decidido borrarla de mi cabeza, y quedarme con el grato y agradable recuerdo de la primera temporada. Esta fallida segunda temporada, no tiene alma ni sentimientos, ni nada que haga que merezca la pena verla. Es triste comprobar cómo se puede destruir una serie tan original, de una forma tan ignominiosa y absurda. Lo poco bueno que tiene (casi nada), se difumina en absurdos giros de guión, una desastrosa caracterización de los personajes, y unas discutibles decisiones respecto a la trama y los personajes, que acaban por echar por tierra todo lo bueno de la primera temporada. Triste adiós a una serie con una primera temporada muy brillante, pensada para una mayor duración, y a la que su precipitado final y las decisiones adoptadas en cuanto a su argumento, la han destrozado en una temporada final espantosa y que no hace justicia a la primera temporada.
Mantengo la nota que le di, pero solo porque me encantó la primera temporada. Esta segunda temporada es un absoluto fiasco, un indignante epilogo muy mal concebido.
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