La idea de teatralizar el cine es buena o, como mínimo, innovadora y respetable. Más allá de eso, la historia se hace difícilmente digerible. Es pesada y larga. Creo que la misma idea (por cierto, bastante inverosímil, a ver quién aguanta lo que el personaje de Nicole Kidman soporta) se podía plasmar en menos tiempo. Demasiadas escenas insoportables. Dudé varias veces en quitar la película sin acabarla de ver, aunque he de reconocer que esa irritabilidad me provocaba, a la vez, la curiosidad de saber cómo acabaría esta historia de personajes insufribles ¿era ese el objetivo de Lars Von Trier? Lo fuera o no, así consiguió que permaneciese atento, no sin asquearme, hasta el final de la película.

Coincido, como tantos otros comentan por aquí, en que le sobra muchísimo metraje. Es un documental único porque trata un tema olvidado. Sólo por eso merece la pena verlo y reivindicarlo, como un ejercicio de memoria histórica que da voz a testimonios con historias que no pueden quedar en el olvido. La pena es que se entremezclen con otros testimonios de menos valor, que caen en la reiteración o que directamente no aportan nada. Por otra parte, no comparto la decisión artística de partir la pantalla en dos o de utilizar técnicas de grabación del 92 para los vídeos actuales. Entiendo que hay voluntad de manifestar que de aquellos polvos estos lodos, que hay paralelismos entre pasado y presente y por eso la pretensión de que se confundan las imágenes; no obstante, el resultado no me convence.

La historia pierde muchísima fuerza respecto a la novela: es su versión descafeinada. El personaje de Michel aun, pero el de Bruno flojea bastante. En el libro éste es mucho más turbio y sus escenas más crudas, mientras que aquí se le ha transformado en una versión casi "apta para todos los públicos". La película respeta el relato de Houllebecq pero sin la esencia de Houllebecq.

Un tema candente tratado con pésimo arte y desde la óptica de un personaje anodino, al que parece resvalarle la problemática, quizás es porque es de familia bien. Este corto no aporta absolutamente nada: lamentable en todos los aspectos. Escuchar a Los Claveles en la escena del bar ha sido lo único bueno