You must be a loged user to know your affinity with lacriticamijeña
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,6
70.298
4
25 de agosto de 2008
25 de agosto de 2008
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y si un vagabundo borracho, que duerme en un banco, resulta ser un superhéroe? En torno a esta cuestión gira el último producto protagonizado por Hill Smith, el hombre de oro de Hollywood. Y es que contar con este actor, tan querido por el público desde su serie de televisión El príncipe de Bel Air, es tener una puesta segura. No importa la película que el actor estrene, ni el género en el que se mueva (aunque el actor parece elegir sus proyectos con una sabiduría ejemplar para no perder el título de rey de la taquilla). Smith siempre consigue unos resultados óptimos. Desde que estreno en 2002 Men in Black 2 todas sus películas han superado la barrera de los 100 millones de dólares sin despeinarse, incluyendo comedias románticas como Hitch o dramas como La búsqueda de la felicidad. Sin embargo, todos estos antecedentes no sirven para una película que se estrella a los pocos minutos de empezar tal y como hace su protagonista en el film.
Seguramente muy pocos sabrán que el guión está inspirado en una obra titulada El viene esta noche, donde su protagonista, un héroe de capa caída, emplea sus habilidades para conseguir a la mujer que desea. Es decir, un acosador en toda regla. Pero como el bueno de Will tiene que ser precisamente eso, el bueno de la película, resultaba inconcebible convertirlo en un ser despreciable que arruinaba la vida de una pobre mujer con el único propósito de… Quizás sea esa necesidad imperiosa de salvaguardar la buena imagen del chico de oro de Hollywood la que hace que esta película haga más aguas que el Titanic, como en el caso de Soy Leyenda, donde el mensaje principal de la película es destruido para que el señor Smith continuara su estela de típico héroe estadounidense.
El resultado es un típico producto veraniego en el que destaca la torpeza del director a la hora de transitar a su personaje principal de vagabundo a superhombre como esa forma que tiene de hacer avanzar la historia hacia su espectacularmente absurdo final no sólo sin desarrollar una mitología rigurosa o lógica, sino reescribiendo constantemente sus propias reglas narrativas y dramáticas.
En conclusión: Si queréis ver un verdadero héroe atormentado junto a una historia por la que valga la pena pagar, o como mínimo, hacer el esfuerzo de descargársela, apostad por El caballero oscuro, que recupera lo mejor del genio Frank Miller, o esperad a Watchmen, de Allan Moore. En cambio, si tras leer estas líneas todavía tenéis ganas de ir a ver este producto que recuerda a la patética Mi súper ex-novia solo puedo decir que allá vosotros, ya estabais avisados.
Seguramente muy pocos sabrán que el guión está inspirado en una obra titulada El viene esta noche, donde su protagonista, un héroe de capa caída, emplea sus habilidades para conseguir a la mujer que desea. Es decir, un acosador en toda regla. Pero como el bueno de Will tiene que ser precisamente eso, el bueno de la película, resultaba inconcebible convertirlo en un ser despreciable que arruinaba la vida de una pobre mujer con el único propósito de… Quizás sea esa necesidad imperiosa de salvaguardar la buena imagen del chico de oro de Hollywood la que hace que esta película haga más aguas que el Titanic, como en el caso de Soy Leyenda, donde el mensaje principal de la película es destruido para que el señor Smith continuara su estela de típico héroe estadounidense.
El resultado es un típico producto veraniego en el que destaca la torpeza del director a la hora de transitar a su personaje principal de vagabundo a superhombre como esa forma que tiene de hacer avanzar la historia hacia su espectacularmente absurdo final no sólo sin desarrollar una mitología rigurosa o lógica, sino reescribiendo constantemente sus propias reglas narrativas y dramáticas.
En conclusión: Si queréis ver un verdadero héroe atormentado junto a una historia por la que valga la pena pagar, o como mínimo, hacer el esfuerzo de descargársela, apostad por El caballero oscuro, que recupera lo mejor del genio Frank Miller, o esperad a Watchmen, de Allan Moore. En cambio, si tras leer estas líneas todavía tenéis ganas de ir a ver este producto que recuerda a la patética Mi súper ex-novia solo puedo decir que allá vosotros, ya estabais avisados.

5,4
27.429
1
7 de octubre de 2009
7 de octubre de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
O como en el caso de esta película, tres o cuatro. En esta secuela, Jaume Balagueró y Paco Plaza abandonan la originalidad y creatividad que caracterizó a su predecesora y apuestan directamente por el exceso para dejar al espectador sin aliento desde los primeros minutos de la cinta, hasta el punto de asfixiarlo o provocarle una leve conmoción cerebral con una película que recuerda sospechosamente a su versión estadounidense en lo que referente a su formato. En esta segunda parte la falta de guión y la improvisación, aspectos muy valorados en la primera cinta, se convierte en esta secuela en sus principales defectos. El espectador, al igual que sus personajes, acaba clamando a gritos desesperados una mínima coherencia y continuidad en la narración, así como el montaje, que lo ayude a comprender qué está viendo y por qué ha pagado para verlo.
TV

3,9
4.743
2
16 de octubre de 2008
16 de octubre de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
… y en esta película, además, la vista.
En primer lugar me gustaría señalar que después de pasarme todo el verano viendo continuo reportajes y adelantos de la película, ya la había aborrecido antes de su estreno. Aparte de ello, los conocidos Jonas Brothers no me parecen en absoluto que se merezcan el apelativo de estrellas de rock. Su estilo edulcorante y meramente comercial los convierte en los chicos de moda y esta película es una buena muestra de ello. No voy a negar que son monos, especialmente el vocalista, pero sus caritas bonitas y sus ojos de cordero degollado no son suficientes para salvarlo del absoluto desastre que es esta película.
Este largometraje no es más que un intento desesperado por emular el gran éxito de “High School Musical”. Y como suele pasar con los imitadores, nunca son tan buenos como el original. Los personajes son representaciones de tópicos del cine estadounidense y muchos recuerdan a los de la película anteriormente mencionada, pero con mayor exageración; el guión es un insulto hacia la inteligencia del espectador; los escasos números musicales no alcanzan la mediocridad; y la música llega en un momento a sonar como la de los tiovivos, absurdamente repetitiva. A todo ello debemos añadir los nuevos chicos de moda en Disney Channel, si ello eran los mejores de todos los que se presentaron a las pruebas y no dudaron un instante en elegirnos, no quiero ni imaginar (ni escuchar) a los peores que se apresuraron a echar.
En resumen: Existe una regla en publicidad que dice, no intentes emular al número uno. Los realizadores de esta película deberían seguirlo.
En primer lugar me gustaría señalar que después de pasarme todo el verano viendo continuo reportajes y adelantos de la película, ya la había aborrecido antes de su estreno. Aparte de ello, los conocidos Jonas Brothers no me parecen en absoluto que se merezcan el apelativo de estrellas de rock. Su estilo edulcorante y meramente comercial los convierte en los chicos de moda y esta película es una buena muestra de ello. No voy a negar que son monos, especialmente el vocalista, pero sus caritas bonitas y sus ojos de cordero degollado no son suficientes para salvarlo del absoluto desastre que es esta película.
Este largometraje no es más que un intento desesperado por emular el gran éxito de “High School Musical”. Y como suele pasar con los imitadores, nunca son tan buenos como el original. Los personajes son representaciones de tópicos del cine estadounidense y muchos recuerdan a los de la película anteriormente mencionada, pero con mayor exageración; el guión es un insulto hacia la inteligencia del espectador; los escasos números musicales no alcanzan la mediocridad; y la música llega en un momento a sonar como la de los tiovivos, absurdamente repetitiva. A todo ello debemos añadir los nuevos chicos de moda en Disney Channel, si ello eran los mejores de todos los que se presentaron a las pruebas y no dudaron un instante en elegirnos, no quiero ni imaginar (ni escuchar) a los peores que se apresuraron a echar.
En resumen: Existe una regla en publicidad que dice, no intentes emular al número uno. Los realizadores de esta película deberían seguirlo.

5,3
15.681
2
17 de febrero de 2009
17 de febrero de 2009
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y en este caso concreto serían estropear la que iba a encaminada a ser la mejor saga de acción realizada por el cine europeo. Sin explicación aparente, los guionistas Robert Mark Kamen, Luc Besson han decidido romper todo aquello que definía al personaje de Frank Martin, para convertirlo en una marioneta que se deja manipular por los caprichos de una mimada e insoportable Valentina, interpretada por la patriótica ucraniana Natalia Rudokova, con piernas interminables, cuerpo voluptuoso y ningún talento interpretativo, una formula demasiado común entre las nuevas actrices, como Megan Fox. Y como si ella no fuese regalo suficiente, la historia (poco original en si misma e insulsa en todos los sentidos) decide hacer uso de escenas ya empleadas en los dos anteriores filmes del mismo personaje con la esperanza de que el público no lo perciba y acabe la película contento por su hora y media de acción barata. Porque, no nos engañemos, el coche será una maravilla, pero servidora ya está un poquito hasta las narices de tanto product placement (técnica publicitaria consistente en el emplazamiento de marcas y productos comerciales en contexto de ficción audiovisual a cambio de una ayuda en la narración y/o producción), que últimamente al acudir al cine no sé si estoy viendo una película o un anuncio excesivamente largo. Asimismo, los movimientos de la cámara son demasiado veloces y no permiten captar la elaborada coreografía de las dos (si, solo dos) únicas peleas existentes en toda la película. Por otra parte, el desaprovechamiento de actores como Jason Staham y François Berléand no tiene justificación posible.
¿Aspectos positivos? Un malo a la altura del héroe, interpretado por Robert Knepper, que ya se había ganado previamente la antipatía de muchos espectadores gracias a su papel en la serie televisiva Prision Break, y un agradecido desnudo parcial de su protagonista que hará las delicias de las féminas que acudan a acompañar a su novio y les hará más llevadera la película.
En conclusión: ¿Por qué me han hecho esto? Solo espero que Watchmen consiga hacerme volver a creer que no todo está perdido en el género de acción.
¿Aspectos positivos? Un malo a la altura del héroe, interpretado por Robert Knepper, que ya se había ganado previamente la antipatía de muchos espectadores gracias a su papel en la serie televisiva Prision Break, y un agradecido desnudo parcial de su protagonista que hará las delicias de las féminas que acudan a acompañar a su novio y les hará más llevadera la película.
En conclusión: ¿Por qué me han hecho esto? Solo espero que Watchmen consiga hacerme volver a creer que no todo está perdido en el género de acción.
27 de agosto de 2008
27 de agosto de 2008
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la sobrevalorada Flashdance, la ridículamente cursi Dirty Dancing, la aceptable Shall we dance?, pasando por la inolvidable Fama y su plagio español UPA Dance, el cine siempre ha intentado transmitir un mensaje de superación personal a través de los más variados ritmos que estuviesen en ese momento de moda. Y cuando ya parecía que ya no quedaba música que mereciera tenerse propia película, llego el hip-hop.
El hip-hop tiene un innegable espíritu batallador. Sus rimas descarnadas y suponer para concitar desahogo con rebelión han hecho de este movimiento musical uno de los más seguidos en la última década. Dado estos antecedentes no es de extrañar que el cine se fijara en él para comenzar una nueva serie de películas en las que sus protagonistas consiguiesen encauzar su vida a través de unos pasos y mucho esfuerzo.
Sin embargo, la tendencia de Hollywood a repetir tópicos más que vistos, especialmente en esta segunda parte, echa a perder una primera que ya tenía su pequeño lugar en este género (pequeño, pero bueno). Como siempre, al poner a una chica como protagonista, toda su existencia gira en torno a gustar al chico guapo, a ponerse ella guapa, a mostrar cuerpo escultural, realizar una interpretación mediocre… Incluso el propio director se da cuenta de esta carencia y necesita recuperar a Tyler para conseguir que el público no abandone la sala antes del primer cuarto de hora de la película. Quizás ese sea el principal inconveniente de coger bailarines para que actúen, en vez de coger actores para que bailen. Afortunadamente, ahí están los actores secundarios, quiénes salvan en última instancia a un barco que ya se hundía sin remedio alguno en la mediocridad. También contribuyen las asombrosas coreografías, dignas de ser recordadas, especialmente la última de cinco minutos de duración y que suponen un espectáculo visual asombroso solo por el cual ya vale la pena ir a ver esta película.
En conclusión: Segundas partes nunca fueron buenas.
El hip-hop tiene un innegable espíritu batallador. Sus rimas descarnadas y suponer para concitar desahogo con rebelión han hecho de este movimiento musical uno de los más seguidos en la última década. Dado estos antecedentes no es de extrañar que el cine se fijara en él para comenzar una nueva serie de películas en las que sus protagonistas consiguiesen encauzar su vida a través de unos pasos y mucho esfuerzo.
Sin embargo, la tendencia de Hollywood a repetir tópicos más que vistos, especialmente en esta segunda parte, echa a perder una primera que ya tenía su pequeño lugar en este género (pequeño, pero bueno). Como siempre, al poner a una chica como protagonista, toda su existencia gira en torno a gustar al chico guapo, a ponerse ella guapa, a mostrar cuerpo escultural, realizar una interpretación mediocre… Incluso el propio director se da cuenta de esta carencia y necesita recuperar a Tyler para conseguir que el público no abandone la sala antes del primer cuarto de hora de la película. Quizás ese sea el principal inconveniente de coger bailarines para que actúen, en vez de coger actores para que bailen. Afortunadamente, ahí están los actores secundarios, quiénes salvan en última instancia a un barco que ya se hundía sin remedio alguno en la mediocridad. También contribuyen las asombrosas coreografías, dignas de ser recordadas, especialmente la última de cinco minutos de duración y que suponen un espectáculo visual asombroso solo por el cual ya vale la pena ir a ver esta película.
En conclusión: Segundas partes nunca fueron buenas.
Más sobre lacriticamijeña
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here