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5,9
23.796
2
3 de junio de 2013
3 de junio de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me creo esta película: no convencen los personajes, no convence la historia... sólo el inicio de la película parece algo aceptable: el típico poli bueno que no le importan las normas de nadie, ya sean de la propia policía o de la mafia. Ahí ya se empiezo a sospechar algo
La verdad sea dicha, no está el problema en el elenco de actores. Todos los principales son de sobra conocidos, y siempre suelen convencer; en este caso es más achacable a planos y ridículos personajes y a reacciones ilógicas.
También, uno de los grandes problemas de Gangster Squad es que (como adelanta ya el título de la crítica) es una copia de esa gran película de cine negro, desde ell lado de la ley; Los intocables de Elliot. Vale que no es clavada totalmente, pero tendremos al policía obcecado en imponer la justicia al lider de un grupo, sino al margen de la ley, como es en este caso, con el objetivo de evitar la corrupción, y acabar con su origen: Al Capone / "Mickey" Cohen. No adelanto nada nuevo; en muchos aspectos te parecerá estar viendo la misma película (en determinadas escenas es escandalosa la imitación, SPOILER), pero tampoco es cuestión de centrarse en este aspecto, ya que se puede tener la creencia de que, a estas alturas, es imposible no imitar, al menos en parte, alguno de los grandes obras de este género.
En ese caso, habría que analizar el resto de la película: pues bien, como ya he dicho antes, los actores. Es difícil creer en alguno, en especial el de Ryan Gosling; toda su historia en la película es totalmente artificial. Es el personaje que más giros das, y a cada cual piensas, ¿Por qué lo hace?¿Que le motiva)
En cuanto a Cohen (Penn), muchos gángsters, en las películas, dicen gilipolleces, pero las dicen de tal manera, que aunque la mitad de su discurso esté lleno de tacos y sandeces, son palabras que dejan marca, que puedes llegar a pensar que, a su manera, en su mundo, tienen sentido. Aquí no se da el caso; Cohen no hace más que soltar discursillos idiotas; es el más malo de la clase, y quiere ser como Don Vito, expandirse y crear su propio sueño americano. Pero claro, entonces caí: por eso nos muestran al principio que era boxeador, para así poder relacionar a lo largo de la película que, de un mal golpe se quedó "pallá", un tonto sanguinario, pero tonto al fin y al cabo.
En conclusión, aquí nos la han intentado colar, sin lugar a dudas. Fleischer habrá pensado: voy a poner una ambientación años 40, meto a unos polis, polis-mafiosos y mafiosos, y que se líen ahí, que algo saldrá. Por destacar, sólo eso, la ambientación, y Sean Penn, que pese a que su personaje sea ridículo... bueno. Pero no hagas más de estas Sean, Si quieres hacer de mafiosillo, que sea algo más light, a lo Mystic River.
La verdad sea dicha, no está el problema en el elenco de actores. Todos los principales son de sobra conocidos, y siempre suelen convencer; en este caso es más achacable a planos y ridículos personajes y a reacciones ilógicas.
También, uno de los grandes problemas de Gangster Squad es que (como adelanta ya el título de la crítica) es una copia de esa gran película de cine negro, desde ell lado de la ley; Los intocables de Elliot. Vale que no es clavada totalmente, pero tendremos al policía obcecado en imponer la justicia al lider de un grupo, sino al margen de la ley, como es en este caso, con el objetivo de evitar la corrupción, y acabar con su origen: Al Capone / "Mickey" Cohen. No adelanto nada nuevo; en muchos aspectos te parecerá estar viendo la misma película (en determinadas escenas es escandalosa la imitación, SPOILER), pero tampoco es cuestión de centrarse en este aspecto, ya que se puede tener la creencia de que, a estas alturas, es imposible no imitar, al menos en parte, alguno de los grandes obras de este género.
En ese caso, habría que analizar el resto de la película: pues bien, como ya he dicho antes, los actores. Es difícil creer en alguno, en especial el de Ryan Gosling; toda su historia en la película es totalmente artificial. Es el personaje que más giros das, y a cada cual piensas, ¿Por qué lo hace?¿Que le motiva)
En cuanto a Cohen (Penn), muchos gángsters, en las películas, dicen gilipolleces, pero las dicen de tal manera, que aunque la mitad de su discurso esté lleno de tacos y sandeces, son palabras que dejan marca, que puedes llegar a pensar que, a su manera, en su mundo, tienen sentido. Aquí no se da el caso; Cohen no hace más que soltar discursillos idiotas; es el más malo de la clase, y quiere ser como Don Vito, expandirse y crear su propio sueño americano. Pero claro, entonces caí: por eso nos muestran al principio que era boxeador, para así poder relacionar a lo largo de la película que, de un mal golpe se quedó "pallá", un tonto sanguinario, pero tonto al fin y al cabo.
En conclusión, aquí nos la han intentado colar, sin lugar a dudas. Fleischer habrá pensado: voy a poner una ambientación años 40, meto a unos polis, polis-mafiosos y mafiosos, y que se líen ahí, que algo saldrá. Por destacar, sólo eso, la ambientación, y Sean Penn, que pese a que su personaje sea ridículo... bueno. Pero no hagas más de estas Sean, Si quieres hacer de mafiosillo, que sea algo más light, a lo Mystic River.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Parecidos con Los intocables de Elliot Ness:
- Los grupos se crean de IGUAL manera; en Los intocables, les encasquetan al contable; aquí, se cuela Martínez.
- Cuando en Los intocables "pegan" el gran golpe a Capone con la interceptación del alcohol en Cánada, después matan al testigo y al contable, y Ness va a buscar a Capone al hotal... Bueno cambien un par de cosillas, como alcohol por heroína, contable por electrónico, y que Cohen se había dado al piro ants de que llegara O'mara buscando bulla... no hacen falta comentarios.
- El policía perro viejo
- Los discursos de Capone y los de Cohen, salvando las distancias.
Y alguno más que me habré dejado... o quien sabe, quizás también "tomara prestado" de LA Confidential...o quizás soy demasiado quisquilloso. Ya juzguen ustedes. Mi opinión: decepción.
- Los grupos se crean de IGUAL manera; en Los intocables, les encasquetan al contable; aquí, se cuela Martínez.
- Cuando en Los intocables "pegan" el gran golpe a Capone con la interceptación del alcohol en Cánada, después matan al testigo y al contable, y Ness va a buscar a Capone al hotal... Bueno cambien un par de cosillas, como alcohol por heroína, contable por electrónico, y que Cohen se había dado al piro ants de que llegara O'mara buscando bulla... no hacen falta comentarios.
- El policía perro viejo
- Los discursos de Capone y los de Cohen, salvando las distancias.
Y alguno más que me habré dejado... o quien sabe, quizás también "tomara prestado" de LA Confidential...o quizás soy demasiado quisquilloso. Ya juzguen ustedes. Mi opinión: decepción.

8,6
46.503
9
12 de diciembre de 2014
12 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La eficacia del sistema judicial es en nuestro mundo un tema de permanente actualidad. Desde mucho tiempo atrás, la justicia se entiende administrada por los juzgados, tribunales y órganos similares de los distintos países. Hoy día, éstos son entendidos como máximos garantes de la justicia, como aquellos que, en nuestros modernos Estados, deben hacer respetar las leyes. Es lógico que con la llegada del cine incluso se hiciera contar a esta disciplina con un mini-género propio, el drama judicial. No menos extraño resulta que un tema de tanta relevancia y peso social cuente con varias grandes películas. Una de ellas es, sin lugar a dudas, "Testigo de cargo".
Sin embargo, "Testigo de cargo" no es una joya del cine de principio a fin. No llega a la maestría expuesta en "Doce hombres sin piedad", la cual, además de un alegato contra la pena de muerte, posee un guión impecable, verosímil en todos sus puntos y demoledor en sus razonamientos, acuchillando testigo a testigo la certezas y la dudas. Tampoco conmueve como el otro gran referente, para mí, de este género, "Matar a un ruiseñor".
"Testigo de cargo", sin embargo, posee al mismo tiempo grandes virtudes y claros defectos. Las escenas finales son digna del más paupérrimo thriller de sobremesa. Ciertos elementos de la cinta que ayudan a perpetrar los giros argumentales pueden llegar a chirriar bastante. Intercalar el hilarante humor negro del abogado Sir Wilfrid Roberts, que además sostiene el film durante varios tramos del mismo, con el tema que de fondo ocupa a la película y realmente la eleva puede crear confusión en cuanto a los fines del film.
En conclusión, sería acertado decir que la obra de Wilder no llega a la magnificencia de "Doce hombres sin piedad", ni a emocionar como "Matar a un ruiseñor". Aún así, "Testigo de cargo" contiene dos elementos muy especiales, uno más claro y otro más oculto, que han quedado en mi memoria e incluso me han perturbado, y por ello obvio sus fallos, unos leves y otros clamorosos (en aspectos de guión, principalmente). Las razones, por si acaso, en el spoiler.
Sin embargo, "Testigo de cargo" no es una joya del cine de principio a fin. No llega a la maestría expuesta en "Doce hombres sin piedad", la cual, además de un alegato contra la pena de muerte, posee un guión impecable, verosímil en todos sus puntos y demoledor en sus razonamientos, acuchillando testigo a testigo la certezas y la dudas. Tampoco conmueve como el otro gran referente, para mí, de este género, "Matar a un ruiseñor".
"Testigo de cargo", sin embargo, posee al mismo tiempo grandes virtudes y claros defectos. Las escenas finales son digna del más paupérrimo thriller de sobremesa. Ciertos elementos de la cinta que ayudan a perpetrar los giros argumentales pueden llegar a chirriar bastante. Intercalar el hilarante humor negro del abogado Sir Wilfrid Roberts, que además sostiene el film durante varios tramos del mismo, con el tema que de fondo ocupa a la película y realmente la eleva puede crear confusión en cuanto a los fines del film.
En conclusión, sería acertado decir que la obra de Wilder no llega a la magnificencia de "Doce hombres sin piedad", ni a emocionar como "Matar a un ruiseñor". Aún así, "Testigo de cargo" contiene dos elementos muy especiales, uno más claro y otro más oculto, que han quedado en mi memoria e incluso me han perturbado, y por ello obvio sus fallos, unos leves y otros clamorosos (en aspectos de guión, principalmente). Las razones, por si acaso, en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dos son las causas por las que obvio los fallos, unos leves y otros clamorosos (en aspectos de guión, principalmente), de esta cinta,
- La primera, que también en este orden se nos muestra, es el propio juicio. El trato que se hace a los testimonios de los testigos. Puede parecernos, a primera vista, que las situaciones ideadas para que el genial abogado vuelque los fundamentos de los testigos de la defensa están diseñados perfectamente para ello. Me refiero a lo expuesto por el policía y a la vieja doncella de la dama asesinada. Nada más lejos de la realidad. Lo aquí expuesto concuerda netamente con la realidad, en donde la habilidad de un letrado en el uso de la palabra y en la interpretación de las circunstancias puede trastocar un testimonio, por muy cierto o ajustado a la verdad que fuere. A esto se une la gran importancia que en nuestro derecho, y más aún en el derecho anglosajón (debido a la mayor capacidad de actuación del abogado), tienen las pruebas testificales, en muchos casos determinantes del veredicto final, y más relevantes si cabe en un juicio por jurado.
- La segunda, y quizá menos perceptible, tiene lugar en las escenas finales de la película, en la fatal (fatal por mala) escena del desenlace. El señor Roberts se muestra desconcertado, patidifuso, ante la verdad relevada. Su incredulidad no viene dada sino por el devenir del juicio. Christine, mediante el uso de la verdad, ha conseguido precisamente lo contrario de lo que la verdad representa y debe conseguir: la injusticia. Mediante el uso de la verdad ha conseguido que un hombre culpable sea absuelto. Y lo ha hecho en el órgano que en nuestro Estado de derecho, en nuestra democracia, es el adalid, el representante de la aplicación de la justicia misma, su pilar esencial. De este modo, se perfila abruptamente para el abogado dos tipos de justicia: la verdad procesal, judicial, y la "verdadera verdad", universal. Y no han de ir necesariamente unidas. Es más; mostradas claramente, una frente a otra, pueden llegar a ser antagónicas.
- La primera, que también en este orden se nos muestra, es el propio juicio. El trato que se hace a los testimonios de los testigos. Puede parecernos, a primera vista, que las situaciones ideadas para que el genial abogado vuelque los fundamentos de los testigos de la defensa están diseñados perfectamente para ello. Me refiero a lo expuesto por el policía y a la vieja doncella de la dama asesinada. Nada más lejos de la realidad. Lo aquí expuesto concuerda netamente con la realidad, en donde la habilidad de un letrado en el uso de la palabra y en la interpretación de las circunstancias puede trastocar un testimonio, por muy cierto o ajustado a la verdad que fuere. A esto se une la gran importancia que en nuestro derecho, y más aún en el derecho anglosajón (debido a la mayor capacidad de actuación del abogado), tienen las pruebas testificales, en muchos casos determinantes del veredicto final, y más relevantes si cabe en un juicio por jurado.
- La segunda, y quizá menos perceptible, tiene lugar en las escenas finales de la película, en la fatal (fatal por mala) escena del desenlace. El señor Roberts se muestra desconcertado, patidifuso, ante la verdad relevada. Su incredulidad no viene dada sino por el devenir del juicio. Christine, mediante el uso de la verdad, ha conseguido precisamente lo contrario de lo que la verdad representa y debe conseguir: la injusticia. Mediante el uso de la verdad ha conseguido que un hombre culpable sea absuelto. Y lo ha hecho en el órgano que en nuestro Estado de derecho, en nuestra democracia, es el adalid, el representante de la aplicación de la justicia misma, su pilar esencial. De este modo, se perfila abruptamente para el abogado dos tipos de justicia: la verdad procesal, judicial, y la "verdadera verdad", universal. Y no han de ir necesariamente unidas. Es más; mostradas claramente, una frente a otra, pueden llegar a ser antagónicas.

6,6
11.677
6
13 de mayo de 2013
13 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un profesor sufre un accidente y a raíz de ello puede predecir o revivir graves sucesos en la vida de las personas si mantiene contacto físico con ellas. Una muy buena idea inicial. No he leído el libro, pero por el desarrollo de la película denota que, como en la mayoría de las novelas de Stephen King que han sido llevadas al cine, en parte dejan cantidad de calidad guardado en el libro.
Siempre se puede achacar a películas de hace 30 o 40 años eso mismo, el paso del tiempo, pero hace poco tiempo visioné dos películas del mismo período que esta, "La cosa" y "La mosca" (puede decirse que las tres tienen en común pertenecer al género de ciencia-ficción) y, al contrario, no parecía haberles afectado los años.
A pesar de todo, apoyándose en Walken y en una buena premisa, la película logra mantenerse
y con un final "apoteósico", logra ascender de categoría.
Si te gustan las novelas de Stephen King y no te importan que se le noten los años a una película, no te disgustará.
Siempre se puede achacar a películas de hace 30 o 40 años eso mismo, el paso del tiempo, pero hace poco tiempo visioné dos películas del mismo período que esta, "La cosa" y "La mosca" (puede decirse que las tres tienen en común pertenecer al género de ciencia-ficción) y, al contrario, no parecía haberles afectado los años.
A pesar de todo, apoyándose en Walken y en una buena premisa, la película logra mantenerse
y con un final "apoteósico", logra ascender de categoría.
Si te gustan las novelas de Stephen King y no te importan que se le noten los años a una película, no te disgustará.
5
13 de octubre de 2014
13 de octubre de 2014
25 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, hasta tal punto han llegado las críticas sobre la serie italiana del momento, Gomorra, elevándola al nivel de la cada día más valorada (justamente) "The Wire", o al de obra maestra, que viene a ser lo mismo. Y ante todo ello no puedo más que discrepar.
En sus aspectos formales, la serie parte de una única visión, siendo ésta la de los propios miembros del clan mafioso, así como de otras personas que, aunque ajenas a la "familia", acaban internándose en los entresijos del clan. Cada capítulo es puro frenesí, pues tomando a un personaje como principal, se desatan rápidamente las circunstancias, desembocando usualmente en un final violento o trágico. A su vez, en su desarrollo muestra cómo funciona este ente criminal, compaginando acciones criminales, fiestas y organización por igual. También se le puede reconocer que en cierto modo nos enseña la realidad social de ciertas zonas deprimidas en el país, controlados por los mafiosos y subyugadas al tráfico de drogas, con sus desastrosas consecuencias (eso sí, todo ello a bastante velocidad).
Y aquí termina el recorrido de Gomorra. Se podría decir, ¿pero qué más quieres? Todo lo anterior es cierto; sin embargo, en ningún lugar encontraremos diálogos mordaces, interpretaciones sublimes o conflictos morales. Interpretar a un mafioso no es en demasía complicado (con la salvedad de Gennaro)*; lo que sí puede ser más complicado es interpretar cómo se siente, que piensa. Y ahí no entra ni de lejos Gomorra. Es más, parece rehuir esta clase de situaciones. Dedica muy poco al modo en que estas organizaciones extienden sus lazos en campos como la política, o las finanzas, y a quiénes afectan; únicamente MUESTRA que así es.
Es decir, Gomorra se consagra a mostrar, a poner en bandeja, el oscuro e inmoral mundo de la Camorra italiana, pero sin entrar realmente en él, pues no profundiza, no ahonda en las causas, las verdaderas consecuencias, ni en todos aquellos que se ven envueltos en esta espiral de violencia y dinero.
Ya existe una ingente cantidad de películas, libros y artículos periodísticos que nos han revelado todos los aspectos organizativos y de funcionamiento de estos organismos criminales. Su mera conversión a imagen de una manera tan plana no sólo no aporta nada nuevo, o revelador, sino que decepciona tanto al espectador interesado en el tema como al amante de ciertos aspectos de las series (siendo uno de estos aspectos la profundización en los personajes que permiten estos formatos).
En conclusión, Gomorra no es más que lo que en términos coloquiales se denomina una serie "muy guapa", pero poco más. Un envoltorio bonito en cuyo interior no hallamos nada. Entretiene, es dinámica en su contenido (aunque en los últimos capítulos comienza a utilizar figuras propias del telefilm más convencional)**, pero sabe a muuuuy poco. Y no es sólo por falta de valentía en cuanto de qué se compone ese submundo, sino por la poca profundidad dramática. Los miembros de la camorra son personas frías, violentas, sin escrúpulos; son animales, sí. ¿Nada más?
En sus aspectos formales, la serie parte de una única visión, siendo ésta la de los propios miembros del clan mafioso, así como de otras personas que, aunque ajenas a la "familia", acaban internándose en los entresijos del clan. Cada capítulo es puro frenesí, pues tomando a un personaje como principal, se desatan rápidamente las circunstancias, desembocando usualmente en un final violento o trágico. A su vez, en su desarrollo muestra cómo funciona este ente criminal, compaginando acciones criminales, fiestas y organización por igual. También se le puede reconocer que en cierto modo nos enseña la realidad social de ciertas zonas deprimidas en el país, controlados por los mafiosos y subyugadas al tráfico de drogas, con sus desastrosas consecuencias (eso sí, todo ello a bastante velocidad).
Y aquí termina el recorrido de Gomorra. Se podría decir, ¿pero qué más quieres? Todo lo anterior es cierto; sin embargo, en ningún lugar encontraremos diálogos mordaces, interpretaciones sublimes o conflictos morales. Interpretar a un mafioso no es en demasía complicado (con la salvedad de Gennaro)*; lo que sí puede ser más complicado es interpretar cómo se siente, que piensa. Y ahí no entra ni de lejos Gomorra. Es más, parece rehuir esta clase de situaciones. Dedica muy poco al modo en que estas organizaciones extienden sus lazos en campos como la política, o las finanzas, y a quiénes afectan; únicamente MUESTRA que así es.
Es decir, Gomorra se consagra a mostrar, a poner en bandeja, el oscuro e inmoral mundo de la Camorra italiana, pero sin entrar realmente en él, pues no profundiza, no ahonda en las causas, las verdaderas consecuencias, ni en todos aquellos que se ven envueltos en esta espiral de violencia y dinero.
Ya existe una ingente cantidad de películas, libros y artículos periodísticos que nos han revelado todos los aspectos organizativos y de funcionamiento de estos organismos criminales. Su mera conversión a imagen de una manera tan plana no sólo no aporta nada nuevo, o revelador, sino que decepciona tanto al espectador interesado en el tema como al amante de ciertos aspectos de las series (siendo uno de estos aspectos la profundización en los personajes que permiten estos formatos).
En conclusión, Gomorra no es más que lo que en términos coloquiales se denomina una serie "muy guapa", pero poco más. Un envoltorio bonito en cuyo interior no hallamos nada. Entretiene, es dinámica en su contenido (aunque en los últimos capítulos comienza a utilizar figuras propias del telefilm más convencional)**, pero sabe a muuuuy poco. Y no es sólo por falta de valentía en cuanto de qué se compone ese submundo, sino por la poca profundidad dramática. Los miembros de la camorra son personas frías, violentas, sin escrúpulos; son animales, sí. ¿Nada más?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*En cuanto a los personajes, decir que Gennaro es el único que me impresiona. El giro interpretativo que ha experimentado tras su vuelta de Sudamérica ha sido verdaderamente espectacular, digno de alabanza. Aunque eso sí, parece que matar y descuartizar a una persona confiere una claridad mental y una determinación asombrosas
**En el décimo capítulo, resulta que el niño utilizado por Ciro para asesinar al miembro de la familia Conte es hermano de...¡el conductor del boss de esta familia, don Salvatore! Un capítulo muy efectista, especialmente en su desarrollo, sencillísimo, y en su desenlace.
**En el décimo capítulo, resulta que el niño utilizado por Ciro para asesinar al miembro de la familia Conte es hermano de...¡el conductor del boss de esta familia, don Salvatore! Un capítulo muy efectista, especialmente en su desarrollo, sencillísimo, y en su desenlace.
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