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5
30 de marzo de 2016
30 de marzo de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé por qué razón esperaba algo diferente de una película que contaba esencialmente con el mismo equipo creativo que perpetró esa versión de Superman entregado al "destruction porn" que era El Hombre de Acero. Bueno, en realidad no lo esperaba, pero quería creer en ello. Aunque no siempre fue así. En 2013 me interesaba bastante poquito una secuela de aquel Superman para las nuevas generaciones, y me da a mí que los ejecutivos de Warner, y quizá también Zack Snyder, director del asunto, se daban cuenta de que no era yo sólo el que podría no estar interesado. El discreto éxito en taquilla del nuevo Superman (sin llegar a fracaso, mucho menor de lo esperado) hizo aflojarse la corbata a más de uno, y lo que iba a ser El Hombre de Acero 2 (o como quiera que la hubieran llamado) pasó de secuela con cameo de Batman, a convertir a este en coprotagonista y en (mi humilde opinión) a apresurada plataforma de lanzamiento del futuro universo cinematográfico DC.
Así, por si Superman no convencía del todo se aprovechaba el tirón de Batman, a pesar del casting de Ben Affleck, crucificado en las redes de antemano , y que al final forma parte del "haber" de una cinta donde Superman es el "debe". Pero como iba diciendo, todo esto me la traía bastante al pairo... hasta que empezaron a llegar imágenes, tráilers, marketing a mansalva, y entonces pensé: "coño, igual esto mola", lo que creó en mí cierta ilusión (admitámoslo, habría ido a verla de todas formas, es Batman contra Superman, joder. Pero ahora iría con ganas).
Y entonces es cuando retomo la pregunta: "¿por qué esperaba algo diferente?". Como ocurre a menudo, los tráilers enganañan, y en este caso el tráiler era nada más que un resumen de las partes buenas. A saber: la factura técnica, el aspecto visual y la espectacularidad. ¿El resto? Meh. De nuevo tenemos la pretenciosa oscuridad, madurez y "realismo" de la DC actual. Acompañadas, otra vez, por un montaje irregular, un ritmo tirando a aburrido, una pésima caracterización de los personajes y un guion que le hace a uno preguntarse cómo es posible que profesionales que se dedican a esto no sean capaces de crear algo mejor. ¿Tan difícil es?
El caso es que, aunque la película tiene un punto de partida y un planteamiento interesantes, acaba teniendo una serie momentos que hacen añicos el guion y matan la película. Hay cosas muy chulas, sí, pero eso no basta. No basta con tener a un Batman visualmente espectacular, que por fin se mueve y se comporta como un superhéroe, si luego nos saltamos a la torera aspectos fundamentales de la esencia del personaje (cosa que impide Affleck terminar de convertirse en el Batman definitivo aunque no le impida ser de lo mejor de la película), no basta con tener a una Wonder Woman que calle la boca a todos sus detractores si le das un papel minoritario en la película, no basta tener una pelea épica de superhéroes si la resuelves dando vergüenza ajena, y en general, no basta con escenas de destrucción masiva y acción a raudales (que hasta pueden llegar a hastiar al respetable), sobretodo si estas están mal repartidas a lo largo de la película, que tenemos una hora y pico de preparación sin apenas acción y luego otra hora interminable de superguantazos, explosiones, rayos y daños masivos a la propiedad (esta vez sí han tenido la deferencia de llevar las hostias lejos de las posibles víctimas), para acabar con un epílogo que se te hace más eterno que el último minuto de la final de la champions. Y todo eso "a palo seco", sin una banda sonora adecuada que amenice y dé vida a la película. No es que no llegue al nivel de John Williams, es que no llega ni al nivel del propio Zimmer en su predecesora.
Pero con todo y con eso, lo peor con diferencia de la película es el tratamiento de Superman, que ni está, ni se le espera. Un Superman sin alma, irreconocible, que no se parece a la clásica versión ofrecida por Christopher Reeve, ni tampoco se comporta como el Superman de los cómics modernos. Un Superman que, tal y como pasaba en El Hombre de Acero, no tiene de Superman más que la S en el pecho. Un pecado que, me temo, nos perseguirá mientras Zack Snyder siga a los mandos
En definitiva, una película que se preocupa más de molar que de contar por qué mola y que pierde demasiado tiempo siendo un tráiler para la futura película de la Liga de Justicia a costa de quitar tiempo para desarrollar a personajes, que ya de por sí no están muy bien traídos.
Una pena.
Así, por si Superman no convencía del todo se aprovechaba el tirón de Batman, a pesar del casting de Ben Affleck, crucificado en las redes de antemano , y que al final forma parte del "haber" de una cinta donde Superman es el "debe". Pero como iba diciendo, todo esto me la traía bastante al pairo... hasta que empezaron a llegar imágenes, tráilers, marketing a mansalva, y entonces pensé: "coño, igual esto mola", lo que creó en mí cierta ilusión (admitámoslo, habría ido a verla de todas formas, es Batman contra Superman, joder. Pero ahora iría con ganas).
Y entonces es cuando retomo la pregunta: "¿por qué esperaba algo diferente?". Como ocurre a menudo, los tráilers enganañan, y en este caso el tráiler era nada más que un resumen de las partes buenas. A saber: la factura técnica, el aspecto visual y la espectacularidad. ¿El resto? Meh. De nuevo tenemos la pretenciosa oscuridad, madurez y "realismo" de la DC actual. Acompañadas, otra vez, por un montaje irregular, un ritmo tirando a aburrido, una pésima caracterización de los personajes y un guion que le hace a uno preguntarse cómo es posible que profesionales que se dedican a esto no sean capaces de crear algo mejor. ¿Tan difícil es?
El caso es que, aunque la película tiene un punto de partida y un planteamiento interesantes, acaba teniendo una serie momentos que hacen añicos el guion y matan la película. Hay cosas muy chulas, sí, pero eso no basta. No basta con tener a un Batman visualmente espectacular, que por fin se mueve y se comporta como un superhéroe, si luego nos saltamos a la torera aspectos fundamentales de la esencia del personaje (cosa que impide Affleck terminar de convertirse en el Batman definitivo aunque no le impida ser de lo mejor de la película), no basta con tener a una Wonder Woman que calle la boca a todos sus detractores si le das un papel minoritario en la película, no basta tener una pelea épica de superhéroes si la resuelves dando vergüenza ajena, y en general, no basta con escenas de destrucción masiva y acción a raudales (que hasta pueden llegar a hastiar al respetable), sobretodo si estas están mal repartidas a lo largo de la película, que tenemos una hora y pico de preparación sin apenas acción y luego otra hora interminable de superguantazos, explosiones, rayos y daños masivos a la propiedad (esta vez sí han tenido la deferencia de llevar las hostias lejos de las posibles víctimas), para acabar con un epílogo que se te hace más eterno que el último minuto de la final de la champions. Y todo eso "a palo seco", sin una banda sonora adecuada que amenice y dé vida a la película. No es que no llegue al nivel de John Williams, es que no llega ni al nivel del propio Zimmer en su predecesora.
Pero con todo y con eso, lo peor con diferencia de la película es el tratamiento de Superman, que ni está, ni se le espera. Un Superman sin alma, irreconocible, que no se parece a la clásica versión ofrecida por Christopher Reeve, ni tampoco se comporta como el Superman de los cómics modernos. Un Superman que, tal y como pasaba en El Hombre de Acero, no tiene de Superman más que la S en el pecho. Un pecado que, me temo, nos perseguirá mientras Zack Snyder siga a los mandos
En definitiva, una película que se preocupa más de molar que de contar por qué mola y que pierde demasiado tiempo siendo un tráiler para la futura película de la Liga de Justicia a costa de quitar tiempo para desarrollar a personajes, que ya de por sí no están muy bien traídos.
Una pena.

7,9
106.260
9
20 de noviembre de 2014
20 de noviembre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una crítica muy habitual que se le hace a Christopher Nolan es que sus películas tienen mucho de intelecto, pero poca alma, poco sentimiento. Creo que a los que no les gusta este detalle no lo encontrarán en Interstellar, cuyo mayor logro es precisamente combinar ambos en las dosis adecuadas para ofrecernos una película que resulta grandiosa y a la vez íntima, algo que cautiva al espectador y no lo suelta hasta el final, que pese al largo metraje de la película, no da la impresión de demorarse en llegar en ningún momento. Es una película intensa y estimulante en todos los aspectos.
Debo reconocer que en gran parte, debido a mi formación científica, personalmente me tenía bastante ganado de partida, debido a la forma realista y fidedigna en la que se representan las teorías científicas en la película, y es que no podía más que sentir un gustirrinín cada vez que se referían o usaban acertadamente conceptos científicos para mostrarnos la inmensidad de lo que nos podría esperar muy lejos de casa. Pero a su vez entiendo que no hace falta ser experto en física teórica para notar el realismo científico que impregna la película, creo que es algo que puede llegar al público en general sin necesidad de saber en qué consiste exactamente la teoría de la relatividad. Nolan se sirve de eso y de su poderoso virtuosismo estético para evocar en el público la pequeñez del ser humano en relación con el cosmos y las fuerzas de la naturaleza y lo hace sin necesidad de recurrir a criaturas extrañas o elementos fantásticos, simplemente poniendo al ser humano solo en la inmensidad a merced de las extrañas leyes del universo que está más allá de nuestro pequeño planeta.
A todo esto contribuye la, como siempre, impecable factura técnica de la película, pero si hablamos de las relaciones humanas tenemos además que destacar el guión y, sobretodo, las estupendas interpretaciones del reparto que raya a un excelente nivel (ya se habla de candidatura al óscar para McConaughey) y captan los sentimientos cotidianos de esas personas atrapadas en esas situaciones ´para las que nadie estaría preparado entremezclándolas con historias cotidianas, quizá un poco "made in Hollywood", pero no por ello menos emotivas.
En definitiva, creo que Interstellar es una película muy por encima de la media, que es capaz de implicar al espectador estimulando no sólo su mente al plantear cuestiones de calado científico, incluso filosófico, y a la vez llegar al corazón mostrándonos aquello que nos hace humanos.
Debo reconocer que en gran parte, debido a mi formación científica, personalmente me tenía bastante ganado de partida, debido a la forma realista y fidedigna en la que se representan las teorías científicas en la película, y es que no podía más que sentir un gustirrinín cada vez que se referían o usaban acertadamente conceptos científicos para mostrarnos la inmensidad de lo que nos podría esperar muy lejos de casa. Pero a su vez entiendo que no hace falta ser experto en física teórica para notar el realismo científico que impregna la película, creo que es algo que puede llegar al público en general sin necesidad de saber en qué consiste exactamente la teoría de la relatividad. Nolan se sirve de eso y de su poderoso virtuosismo estético para evocar en el público la pequeñez del ser humano en relación con el cosmos y las fuerzas de la naturaleza y lo hace sin necesidad de recurrir a criaturas extrañas o elementos fantásticos, simplemente poniendo al ser humano solo en la inmensidad a merced de las extrañas leyes del universo que está más allá de nuestro pequeño planeta.
A todo esto contribuye la, como siempre, impecable factura técnica de la película, pero si hablamos de las relaciones humanas tenemos además que destacar el guión y, sobretodo, las estupendas interpretaciones del reparto que raya a un excelente nivel (ya se habla de candidatura al óscar para McConaughey) y captan los sentimientos cotidianos de esas personas atrapadas en esas situaciones ´para las que nadie estaría preparado entremezclándolas con historias cotidianas, quizá un poco "made in Hollywood", pero no por ello menos emotivas.
En definitiva, creo que Interstellar es una película muy por encima de la media, que es capaz de implicar al espectador estimulando no sólo su mente al plantear cuestiones de calado científico, incluso filosófico, y a la vez llegar al corazón mostrándonos aquello que nos hace humanos.

5,1
9.104
6
27 de diciembre de 2020
27 de diciembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo es que soy muy básico y si una comedia me hace reír, la doy por buena. Y aquí he tenido un buen número de carcajadas. Es posible que no sea el tipo de humor más inteligente y elevado, pero a mí desde luego me funciona. No sé si es porque de alguna forma me siento identificado con esa ineptitud social a la hora de relacionarme con mujeres o porque la premisa en sí es lo suficientemente descacharrante o porque el reparto está perfecto en sus respectivos papeles, el caso es que como ya pasara con otros clásicos de los hermanos Farrely como Algo pasa con Mary o Yo, yo mismo e Irene he disfrutado de un buen rato de risas y lo he pasado bien, que al final es de lo que se trata.
8 de mayo de 2015
8 de mayo de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la película dos veces, he leído decenas de críticas y opiniones, he reflexionado y le he dado vueltas, y aún no tengo claro hasta que punto me gusta. Aparentemente “Vengadores: La era de Ultrón” me resulta una película difícil de catalogar, y creo que el motivo es bastante claro. Esta película siempre sufrirá de manera inevitable por ser la secuela de quien es, y las comparaciones son odiosas. Hay un lastre que la cinta nunca iba a poder superar independientemente de lo buena que fuera: nunca iba a poder volver a recrear la sensación subjetiva de fascinación por ver a los Vengadores juntos por primera vez. Eso es algo que no puede ser construido de nuevo y sin duda es algo que ha pesado en el visionado de la película, de tal manera que es difícil saber objetivamente si la que parece que es la impresión más común de que está algo por debajo de la original se debe a esto o a que realmente algo ha fallado en su realización.
Es difícil saber si Vengadores: La era de Ultrón es peor que su predecesora o si simplemente se esperaba un aumento exponencial de calidad (sobre una película que ya de por sí es en general alabada, recordemos) que, por supuesto, no ha ocurrido, y eso oculta el hecho de que puede que en realidad sea tan buena o mejor. Yo mismo no me aclaro sobre esto, pero me da que algo de eso hay. ¿Cuánto? Es difícil decirlo.
Pero entonces, ¿qué se puede decir de estos Vengadores? Pues sin duda que Joss Wheddon, punto arriba, punto abajo, lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a construir una estupenda montaña rusa de disfrute, épica, que emociona por momentos, donde curiosamente las escenas de acción y la espectacularidad (que la hay, y mucha y también muy buena) no es donde la cosa hace al respetable alzar los brazos (muy al contrario es donde uno más fácilmente ve sus fallos) sino que es en la interrelación de esos personajes donde se encuentran los grandes aciertos de la película, con momentos auténticamente brillantes. Es ahí, en el desarrollo de los personajes, en cómo se profundiza en sus personalidades, en sus dramas personales, en sus conflictos, en su camaradería, donde está la mayor parte de la magia de la película.
Todo el reparto está impresionante en sus papeles, todos a estas alturas han hecho suyos ya a sus respectivos personajes y la sensación es que disfrutan haciendo la película, lo cual es captado por la cámara y permea toda la cinta. Incluso los recién llegados (tanto los nuevos reclutas como el villano) encuentran rápido su hueco, tejiendo toda una red de interacciones en la que no se da puntada sin hilo, donde encontramos los mayores guiños al pasado y a lo que está por venir, donde podemos más fácilmente ver reflejados a los personajes de los cómics y donde podemos encariñarnos, más todavía si cabe, con ellos viendo sus historias personales que, aunque algunas ideadas específicamente para la peli, dan emotividad al conjunto. Todo ello reforzado con humor del divertido y los mejores “one-liners” que se puede echar uno a la cara hoy día en el cine de acción.
¿Dónde cojea la cosa? Pues como digo, paradójicamente, en las secuencias donde la película se aleja de los momentos más intimistas y se mete “en harina”. Sobretodo en el último tercio, que es donde más se notan los problemas de montaje. La acción espectacular está ahí, con momentos que se te quedan en la retina, los hilos que conducen la trama tocan puntos interesantes, y, sin embargo, a veces, esta montaña rusa tiene algunas curvas que uno siente que no deberían estar o que hay tramos que deberían estar y no se les ve. Y es que este es el gran pero de la película. Se nota que la cinta ha sufrido considerablemente en la sala de montaje y que partes de la historia deben de haberse quedado, literalmente, tiradas en el suelo por cuestiones comerciales de rentabilizar el número de pases (no hay más que recordar que las primeras fichas técnicas de la película hablaban de 160 minutos de duración y al final la cosa se ha quedado en unos pobres 141, que con todos los frentes abiertos se quedan escasos), cosa que ya ha sido dada a entender por Joss Wheddon en alguna que otra entrevista. Hasta el punto que, en mi humilde opinión, si de verdad hay momentos en los que la película no es todo lo fluida o redonda que podría ser, esta es la verdadera causa de ello.
Entonces, ¿cuál es el veredicto final? Solo puedo decir que Vengadores: La era de Ultrón es una película fallida, pero estupenda. Imperfecta, pero brillante. Que venga ya la siguiente.
¿O no lo habíais visto venir?
Lo mejor:
– La Visión
– La fiesta en la torre
– El comienzo con todo el grupo conjuntado y funcionando como uno solo.
– Los planos secuencia y en círculo marca de la casa.
– El desarrollo de Ojo de Halcón.
– La historia de la Viuda Negra con Hulk.
– El origen de Ultrón.
– Hulk vs. Verónica.
Lo peor:
– Problemas de montaje que dejan hilos argumentales débilmente explicados y ciertas secuencias mal organizadas.
– Cierta sensación de “dejá vu” en la batalla final.
– Ultrón (aunque terriblemente carismático) no resulta la amenaza abrumadora que se percibía.
Es difícil saber si Vengadores: La era de Ultrón es peor que su predecesora o si simplemente se esperaba un aumento exponencial de calidad (sobre una película que ya de por sí es en general alabada, recordemos) que, por supuesto, no ha ocurrido, y eso oculta el hecho de que puede que en realidad sea tan buena o mejor. Yo mismo no me aclaro sobre esto, pero me da que algo de eso hay. ¿Cuánto? Es difícil decirlo.
Pero entonces, ¿qué se puede decir de estos Vengadores? Pues sin duda que Joss Wheddon, punto arriba, punto abajo, lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a construir una estupenda montaña rusa de disfrute, épica, que emociona por momentos, donde curiosamente las escenas de acción y la espectacularidad (que la hay, y mucha y también muy buena) no es donde la cosa hace al respetable alzar los brazos (muy al contrario es donde uno más fácilmente ve sus fallos) sino que es en la interrelación de esos personajes donde se encuentran los grandes aciertos de la película, con momentos auténticamente brillantes. Es ahí, en el desarrollo de los personajes, en cómo se profundiza en sus personalidades, en sus dramas personales, en sus conflictos, en su camaradería, donde está la mayor parte de la magia de la película.
Todo el reparto está impresionante en sus papeles, todos a estas alturas han hecho suyos ya a sus respectivos personajes y la sensación es que disfrutan haciendo la película, lo cual es captado por la cámara y permea toda la cinta. Incluso los recién llegados (tanto los nuevos reclutas como el villano) encuentran rápido su hueco, tejiendo toda una red de interacciones en la que no se da puntada sin hilo, donde encontramos los mayores guiños al pasado y a lo que está por venir, donde podemos más fácilmente ver reflejados a los personajes de los cómics y donde podemos encariñarnos, más todavía si cabe, con ellos viendo sus historias personales que, aunque algunas ideadas específicamente para la peli, dan emotividad al conjunto. Todo ello reforzado con humor del divertido y los mejores “one-liners” que se puede echar uno a la cara hoy día en el cine de acción.
¿Dónde cojea la cosa? Pues como digo, paradójicamente, en las secuencias donde la película se aleja de los momentos más intimistas y se mete “en harina”. Sobretodo en el último tercio, que es donde más se notan los problemas de montaje. La acción espectacular está ahí, con momentos que se te quedan en la retina, los hilos que conducen la trama tocan puntos interesantes, y, sin embargo, a veces, esta montaña rusa tiene algunas curvas que uno siente que no deberían estar o que hay tramos que deberían estar y no se les ve. Y es que este es el gran pero de la película. Se nota que la cinta ha sufrido considerablemente en la sala de montaje y que partes de la historia deben de haberse quedado, literalmente, tiradas en el suelo por cuestiones comerciales de rentabilizar el número de pases (no hay más que recordar que las primeras fichas técnicas de la película hablaban de 160 minutos de duración y al final la cosa se ha quedado en unos pobres 141, que con todos los frentes abiertos se quedan escasos), cosa que ya ha sido dada a entender por Joss Wheddon en alguna que otra entrevista. Hasta el punto que, en mi humilde opinión, si de verdad hay momentos en los que la película no es todo lo fluida o redonda que podría ser, esta es la verdadera causa de ello.
Entonces, ¿cuál es el veredicto final? Solo puedo decir que Vengadores: La era de Ultrón es una película fallida, pero estupenda. Imperfecta, pero brillante. Que venga ya la siguiente.
¿O no lo habíais visto venir?
Lo mejor:
– La Visión
– La fiesta en la torre
– El comienzo con todo el grupo conjuntado y funcionando como uno solo.
– Los planos secuencia y en círculo marca de la casa.
– El desarrollo de Ojo de Halcón.
– La historia de la Viuda Negra con Hulk.
– El origen de Ultrón.
– Hulk vs. Verónica.
Lo peor:
– Problemas de montaje que dejan hilos argumentales débilmente explicados y ciertas secuencias mal organizadas.
– Cierta sensación de “dejá vu” en la batalla final.
– Ultrón (aunque terriblemente carismático) no resulta la amenaza abrumadora que se percibía.
28 de marzo de 2021
28 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso son completamente inevitables. No se puede analizar esta película sin tener en mente la versión de 2017, al menos si se vio primero aquella. Un análisis más "puro" vendría a ser el de alguien que viera primero esta de Snyder y luego la de Wheddon y me gustaría ver cuál sería la reacción en ese caso. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de los que hemos visto esta película vimos primero "Liga de la justicia" en 2017. Lo primero que diré antes que nada es que hay una cosa que, independientemente de la valoración de la película en sí, hay que concederle a esta película, y es el hecho histórico (no sé si hay algún precedente) de que la presión del fandom haya logrado doblegar la voluntad de un estudio y que haya permitido a un director enmendarles la plana y presentar la idea que originalmente tenía en mente. Eso es un hito innegable. Por lo misma, era evidente que los que llevaban tanto tiempo persiguiendo el estreno de esta película iban a estar encantados con ella, aunque reconozco que me ha sorprendido el enorme éxito que está teniendo en términos generales.
Vayamos por partes. Para empezar hay una cierta trampa en esto del "Snyder´s Cut". Sin duda esta tampoco habría sido exactamente la película que se hubiera estrenado en 2017, principalmente por su descomunal metraje. Para poder verla en cines habría que haber eliminado mínimo una hora, probablemente más bien hora y media (lo que tal vez la haría mejor). Pero dado que tenemos estas 4 horas, eso es lo que hay que juzgar. Así que, partiendo de eso la pregunta que habría que hacerse es: ¿es esta una película diferente, mejor que la de 2017? Pues yo diría: sí y no. Tiene muchas diferencias, pero la historia es la misma casi punto por punto. Sí, es cierto que introduce algunos matices que cambian cosas haciéndolas algo mejores, pero por contra también elimina algún momento interesante que aportaba la de Wheddon y, una vez más, está el tema de su extenso metraje, que juega en su contra. El caso es que, desde mi punto de vista, la mayoría de los añadidos son básicamente cosméticos y aunque sí que añade trasfondo a los personajes de Cyborg y Flash, las nuevas escenas que profundizan en ellos podrían haberse acortado notablemente sin menoscabo de lo que nos querían transmitir, y principalmente mucho tiempo se habría ahorrado prescindiendo de esa cámara lenta que tanto le gusta a Snyder. No solo eso, sino que la mejoría de estos personajes se ve contrarrestada por el comportamiento de Wonder Woman y Superman, héroes que son símbolos de virtud y esperanza y a los que Snyder convierte en cafres ultraviolentos. Quizá este último punto es el más negativo. Y es que creo que, si algo bueno tuvo la Liga de la justicia de Joss Wheddon, fue volver a leer a Superman en clave heroica y limpiar la imagen de ese Superman oscuro que tanto le gustaba a Snyder. Aquí, como era de esperar, ya no es así.
Al final, ambas versiones tienen aciertos y errores (a veces compartidos) en similar proporción y es por todo esto que no acabo de comprender cómo hay tanta gente que valora tan terriblemente la versión de Wheddon y se maravilla tantísimo con esta, sobre todo en los términos en los que se hace. Quizá desde la perspectiva de un estudiante de cine puedo entender que sean fascinantes los cambios en la manera de hacer cine entre ambas versiones, pero desde el punto de vista del espectador común, ¿cómo puede ser esta más épica si las secuencias de acción son las mismas pero con un plus brutalidad?, ¿cómo puede ser aquella más aburrida cuando aquí tenemos largos minutos de relleno a cámara lenta que no cuentan nada? No tenemos el horroroso bigote de Superman, pero ¿tan diferente es ese CGI de videojuego? A pesar del elemento nostálgico, todos vimos que los clásicos temas de Batman y Superman no encajaban en la versión de 2017, pero ¿alguien es capaz de recordar una nota de la banda sonora de Junkie XL más allá de las que reutiliza del tema de Man of Steel?
En conclusión, dado que la de 2017 no me maravilló pero tampoco me horripiló, con esta me pasa tres cuartos de lo mismo, con la salvedad de que el excesivo metraje del Snyder´s Cut complica la posibilidad de que opte por volver a verla en alguna tarde de aburrimiento.
Vayamos por partes. Para empezar hay una cierta trampa en esto del "Snyder´s Cut". Sin duda esta tampoco habría sido exactamente la película que se hubiera estrenado en 2017, principalmente por su descomunal metraje. Para poder verla en cines habría que haber eliminado mínimo una hora, probablemente más bien hora y media (lo que tal vez la haría mejor). Pero dado que tenemos estas 4 horas, eso es lo que hay que juzgar. Así que, partiendo de eso la pregunta que habría que hacerse es: ¿es esta una película diferente, mejor que la de 2017? Pues yo diría: sí y no. Tiene muchas diferencias, pero la historia es la misma casi punto por punto. Sí, es cierto que introduce algunos matices que cambian cosas haciéndolas algo mejores, pero por contra también elimina algún momento interesante que aportaba la de Wheddon y, una vez más, está el tema de su extenso metraje, que juega en su contra. El caso es que, desde mi punto de vista, la mayoría de los añadidos son básicamente cosméticos y aunque sí que añade trasfondo a los personajes de Cyborg y Flash, las nuevas escenas que profundizan en ellos podrían haberse acortado notablemente sin menoscabo de lo que nos querían transmitir, y principalmente mucho tiempo se habría ahorrado prescindiendo de esa cámara lenta que tanto le gusta a Snyder. No solo eso, sino que la mejoría de estos personajes se ve contrarrestada por el comportamiento de Wonder Woman y Superman, héroes que son símbolos de virtud y esperanza y a los que Snyder convierte en cafres ultraviolentos. Quizá este último punto es el más negativo. Y es que creo que, si algo bueno tuvo la Liga de la justicia de Joss Wheddon, fue volver a leer a Superman en clave heroica y limpiar la imagen de ese Superman oscuro que tanto le gustaba a Snyder. Aquí, como era de esperar, ya no es así.
Al final, ambas versiones tienen aciertos y errores (a veces compartidos) en similar proporción y es por todo esto que no acabo de comprender cómo hay tanta gente que valora tan terriblemente la versión de Wheddon y se maravilla tantísimo con esta, sobre todo en los términos en los que se hace. Quizá desde la perspectiva de un estudiante de cine puedo entender que sean fascinantes los cambios en la manera de hacer cine entre ambas versiones, pero desde el punto de vista del espectador común, ¿cómo puede ser esta más épica si las secuencias de acción son las mismas pero con un plus brutalidad?, ¿cómo puede ser aquella más aburrida cuando aquí tenemos largos minutos de relleno a cámara lenta que no cuentan nada? No tenemos el horroroso bigote de Superman, pero ¿tan diferente es ese CGI de videojuego? A pesar del elemento nostálgico, todos vimos que los clásicos temas de Batman y Superman no encajaban en la versión de 2017, pero ¿alguien es capaz de recordar una nota de la banda sonora de Junkie XL más allá de las que reutiliza del tema de Man of Steel?
En conclusión, dado que la de 2017 no me maravilló pero tampoco me horripiló, con esta me pasa tres cuartos de lo mismo, con la salvedad de que el excesivo metraje del Snyder´s Cut complica la posibilidad de que opte por volver a verla en alguna tarde de aburrimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Decisiones argumentales que son mejores en esta:
-Resucitar a Superman es una decisión más consensuada basada en la lógica y no únicamente en los remordimientos de Batman.
-Batman tiene un papel más relevante en la batalla final, eliminando parademonios para proteger a Flash.
-Todos los miembros de la liga aportan su granito de arena a la victoria final, sobre todo Flash.
Decisiones argumentales que son mejores en la de 2017:
-Que Lois aparezca para detener a Superman es idea de Batman y no fruto de la casualidad.
-Que Superman vuelva a ser el héroe luminoso que siempre debió ser y lleve su traje azul.
-Resucitar a Superman es una decisión más consensuada basada en la lógica y no únicamente en los remordimientos de Batman.
-Batman tiene un papel más relevante en la batalla final, eliminando parademonios para proteger a Flash.
-Todos los miembros de la liga aportan su granito de arena a la victoria final, sobre todo Flash.
Decisiones argumentales que son mejores en la de 2017:
-Que Lois aparezca para detener a Superman es idea de Batman y no fruto de la casualidad.
-Que Superman vuelva a ser el héroe luminoso que siempre debió ser y lleve su traje azul.
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