Cuesta entender que esta película tan mala haya sido escrita y dirigida por el mismo autor de esa joya llamada "The descent".

Un guión penoso, al servicio de unas escenas de acción con una violencia gratuita desmesurada bastante mal rodadas, por cierto.

Neil Marshall ha tocado fondo, pero el autor de "Dog Soldiers" y "The Descent" tiene el beneficio de la duda, faltaría más.

Esperaremos a la siguiente.

Si quieres ir al cine este fin de semana y se te quitan las ganas al ver tanto bodrio comercial que insulta tu inteligencia, ésta es tu película.

Da gusto encontrarse algo realmente original, bien rodado e interpretado, y, por encima de todo, imprevisible.

Un cineasta a tener en cuenta para el futuro, me da la impresión de que nos va a deleitar con más buenas películas.

Imprescindible visionarla en versión original subtitulada.

Estamos ante la mejor interpretación de la década: la de Benicio del Toro en esta "Things we lost in the fire". Hace un trabajo primoroso, antológico, memorable, más allá del bien y del mal y de cualquier premio habido y por haber.

El monólogo final de Benicio es estremecedor, qué calidad interpretativa . Superior.

Un regalo impagable a los amantes del buen cine. Un guión excelente, con unos diálogos inteligentes marca de la casa, mostrando siempre sólo la punta del iceberg, respetando en todo momento la inteligencia del espectador.

El trabajo actoral es sencillamente impecable, perfecto (a mí me ha sorprendido gratamente Josh Brolin).

Señoras y señoras, con ustedes Woody Allen, el gran conocedor de la naturaleza humana.

Acudí al cine a regañadientes, acompañando a mi pareja y pensando que menudo tostón me esperaba (prejuicios injustificados que tiene uno al cine italiano, qué le vamos a hacer).

Sin embargo, la cosa empieza bien -pues no está tan mal, pienso para mis adentros -. Además está Tilda Swinton, una excelente actriz que me parece extremadamente atractiva. La cosa va bien, lo único que se le puede achacar a la cinta es que hay escenas contemplativas manifiestamente suprimibles, pero bueno, pecata minuta, ya que la historia fluye, es interesante, bien rodada y mejor interpretada.

Y así llegamos a la última escena, que tranquilamente podría ser calificada como una de las más arriesgadas de la historia del cine, un final de órdago a grande con dos pitos, que, milagrosamente funciona, emociona y te lleva al cielo; sencillamente orgásmico.