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5,8
20.779
10
16 de noviembre de 2011
16 de noviembre de 2011
8 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En contadas ocasiones, nos toca ver una película sin mayores expectativas, y nos sorprendemos gratamente. Sobre todo en mi caso, que tengo que viajar 76 kilómetros para llegar al cine más cercano (sip, así es mi tierra). Al llegar con mi hijo de 8 años, nos encontramos con un pequeño dilema: solo nos presentaban las opciones de Actividad paranormal 3 y otra protagonizada por Timberlake, así que nos tocó entrar a la sala donde se exhibía Gigantes de Acero, con la cuiriosidad de ver a Wolverine entrenando robots.
Y nos encontramos con la grata sorpresa, insisto, de que esta es una película completa. Acción, drama, relaciones humanas, buenos efectos, y un guión congruente, con mensajes sociales y políticos. Nos encontramos con un Jackman muy propio, interpretando a un personaje detestable, irritante, molesto, pero que se redime adecuadamente sin caer en el sentimentalismo; un niño gringo que curiosamente no cae mal, no es el niño dulzón o sabelotodo, más bien demuestra el personaje mucha confianza en sus decisiones, cayendo en la arrogancia a ratos, pero una arrogancia justificada y hasta necesaria; y un personaje femenino interpretado por Evangeline Lilly que no es el clásico personaje florero, de adorno, sino que también demuestra carácter, sensibilidad, se siente la admiración y el amor que le tiene a los otros dos personajes.
Todo con una presentación sublime de robots bien diseñado, bien elaborados. Se les cree a los productores que ya en pocos años los japoneses puede que los construyan, si no es que ya lo hicieron.
Claro, hay que reconocer un par de detalle no tan pequeños. La película nos recuerda a Rocky, pero sobre todo a "Yo, Halcón" en donde Stallone va de torneo en torneo de "vencidas" a bordo de su camión y llevando a su hijo casi a la fuerza. Y además, la peli sufre el síndrome de Disney del "caballo herido" es decir, un caballo lastimado (en este caso robot) el cual ¿que creen? va a sanar, y ¿que creen? va a competir y ¿que creen? predeciblemente puede que hasta gane.
PERO, el resultado es, para mí, escandalosamente bueno. Usando fórmulas conocidas se obtiene un resultado nuevo, agradable, emotivo. ¿Acaso no es así la vida misma? Todo ya está dicho, pero nunca se obtiene lo mismo. Eso es lo importante a destacar. Ojalá ustedes que aún no la han visto puedan verla con los ojos de este cuasi padre soltero, porque no fuí el único que se emocionó. Desconozco si cuando se estrenó la mencionada Rocky, las personas en las salas de cine vivieron las peleas como si fueran espectáculos en vivo, pero en la sala donde estuve la gente gritó, silbó, se puso de pie y aplaudió al final de los combates. Eso no se ve todos los días
Y nos encontramos con la grata sorpresa, insisto, de que esta es una película completa. Acción, drama, relaciones humanas, buenos efectos, y un guión congruente, con mensajes sociales y políticos. Nos encontramos con un Jackman muy propio, interpretando a un personaje detestable, irritante, molesto, pero que se redime adecuadamente sin caer en el sentimentalismo; un niño gringo que curiosamente no cae mal, no es el niño dulzón o sabelotodo, más bien demuestra el personaje mucha confianza en sus decisiones, cayendo en la arrogancia a ratos, pero una arrogancia justificada y hasta necesaria; y un personaje femenino interpretado por Evangeline Lilly que no es el clásico personaje florero, de adorno, sino que también demuestra carácter, sensibilidad, se siente la admiración y el amor que le tiene a los otros dos personajes.
Todo con una presentación sublime de robots bien diseñado, bien elaborados. Se les cree a los productores que ya en pocos años los japoneses puede que los construyan, si no es que ya lo hicieron.
Claro, hay que reconocer un par de detalle no tan pequeños. La película nos recuerda a Rocky, pero sobre todo a "Yo, Halcón" en donde Stallone va de torneo en torneo de "vencidas" a bordo de su camión y llevando a su hijo casi a la fuerza. Y además, la peli sufre el síndrome de Disney del "caballo herido" es decir, un caballo lastimado (en este caso robot) el cual ¿que creen? va a sanar, y ¿que creen? va a competir y ¿que creen? predeciblemente puede que hasta gane.
PERO, el resultado es, para mí, escandalosamente bueno. Usando fórmulas conocidas se obtiene un resultado nuevo, agradable, emotivo. ¿Acaso no es así la vida misma? Todo ya está dicho, pero nunca se obtiene lo mismo. Eso es lo importante a destacar. Ojalá ustedes que aún no la han visto puedan verla con los ojos de este cuasi padre soltero, porque no fuí el único que se emocionó. Desconozco si cuando se estrenó la mencionada Rocky, las personas en las salas de cine vivieron las peleas como si fueran espectáculos en vivo, pero en la sala donde estuve la gente gritó, silbó, se puso de pie y aplaudió al final de los combates. Eso no se ve todos los días
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay un par de escenas que dejan de lado los efectos especiales, y se centran en otras emociones:
-Cuando el niño cae en el abismo donde está el robot Atom, y su padre tiene que jalarlo para rescatarlo, al hacerlo se funden en un abrazo el que, suponemos, es el primero que le da en toda su vida, por eso es un abrazo más largo de lo esperado, hasta que se dan cuenta que se están poniendo muy emotivos y se sueltan, como buenos varoncitos que son.
-El robot Atom, previo a una pelea, se queda sólo frente a un espejo, y se VÉ, se observa, ¿estará pensando? ¿rememorando?. Recordemos que al principio estos robots "primitivos" eran más parecidos a los humanos. Cada quien lo interpreta como mejor quiera, pero hay algo inescrutable en sus ojos luminosos.
-Dada la deshumanización de los deportes (o lo que cobra Cristiano no es inhumano pues), es creíble que la sociedad se decante por el espectáculo, un espectáculo que los humanos no pueden crear, para eso están los robots, que satisfacen nuestra sed de sangre, y lo cambian por aceite derramado. Por eso existe también esa futura liga de boxeo, una multinacional que hace lo que quiere, por eso quieren comprar a Atom, eliminarlo a golpe de chequera (¿alguien se acordó de Florentino?)
-Y, en un momento, el personaje de Lilly le cuenta al niño lo que se siente ver con orgullo al padre, como ella lo hacía con el suyo y con Jackman en sus mejores tiempos. Al final de la última pelea, mientras éste demuestra sus mejores movimientos para que Atom los imite, el niño, por fin lo ve con ojos de respeto, de orgullo, de cariño sincero, mientras las lágrimas le corren por el rostro. Si, yo también lloré un poquito, ojalá mi hijo me vea así a mi.
-Cuando el niño cae en el abismo donde está el robot Atom, y su padre tiene que jalarlo para rescatarlo, al hacerlo se funden en un abrazo el que, suponemos, es el primero que le da en toda su vida, por eso es un abrazo más largo de lo esperado, hasta que se dan cuenta que se están poniendo muy emotivos y se sueltan, como buenos varoncitos que son.
-El robot Atom, previo a una pelea, se queda sólo frente a un espejo, y se VÉ, se observa, ¿estará pensando? ¿rememorando?. Recordemos que al principio estos robots "primitivos" eran más parecidos a los humanos. Cada quien lo interpreta como mejor quiera, pero hay algo inescrutable en sus ojos luminosos.
-Dada la deshumanización de los deportes (o lo que cobra Cristiano no es inhumano pues), es creíble que la sociedad se decante por el espectáculo, un espectáculo que los humanos no pueden crear, para eso están los robots, que satisfacen nuestra sed de sangre, y lo cambian por aceite derramado. Por eso existe también esa futura liga de boxeo, una multinacional que hace lo que quiere, por eso quieren comprar a Atom, eliminarlo a golpe de chequera (¿alguien se acordó de Florentino?)
-Y, en un momento, el personaje de Lilly le cuenta al niño lo que se siente ver con orgullo al padre, como ella lo hacía con el suyo y con Jackman en sus mejores tiempos. Al final de la última pelea, mientras éste demuestra sus mejores movimientos para que Atom los imite, el niño, por fin lo ve con ojos de respeto, de orgullo, de cariño sincero, mientras las lágrimas le corren por el rostro. Si, yo también lloré un poquito, ojalá mi hijo me vea así a mi.
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