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Críticas ordenadas por utilidad
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8,3
178.404
9
27 de junio de 2012
27 de junio de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería muy fácil realizar la crítica valorando los 7 aspectos más destacados de Seven, los 7 mejores aciertos, las 7 mayores virtudes… Pero no resultaría demasiado original, de modo que vamos a limitarnos a agradecer esta magnífica obra del polifacético David Fincher…
Porque en primer lugar ha conseguido que Seven se transforme en una obra de culto, de las que hay que ver si deseas introducirte en este mundillo tan fantástico que se llama cine; porque ha conseguido que dos actorazos como Morgan Freeman y Brad Pitt se congenien a la perfección y nos presenten uno de lo mejores tandems del cine policíaco; porque Kevin Spacey, que apenas se asoma a lo largo de la película, logra convertirse en el mayor asesino de todos los tiempos, consiguiendo que hasta tú mismo te vayas a la cama intranquilo pensando en qué pecado te podría llevar a la muerte.
Porque la película se pasa volando; porque no acabas de aceptar el tenso final que se presenta; porque tú también gritas con Morgan Freeman; porque tú también intentas adivinar qué pecado capital va a ser el siguiente; porque tú también vas dentro del coche del policía; porque tú también acabas por rendirte a la genial idea que solo unos pocos pueden acceder a ella; porque tú también sentencias que sí, ha merecido la pena.
Ah, y se me olvidaba, la frase final de Hemingway... Magistral.
Porque en primer lugar ha conseguido que Seven se transforme en una obra de culto, de las que hay que ver si deseas introducirte en este mundillo tan fantástico que se llama cine; porque ha conseguido que dos actorazos como Morgan Freeman y Brad Pitt se congenien a la perfección y nos presenten uno de lo mejores tandems del cine policíaco; porque Kevin Spacey, que apenas se asoma a lo largo de la película, logra convertirse en el mayor asesino de todos los tiempos, consiguiendo que hasta tú mismo te vayas a la cama intranquilo pensando en qué pecado te podría llevar a la muerte.
Porque la película se pasa volando; porque no acabas de aceptar el tenso final que se presenta; porque tú también gritas con Morgan Freeman; porque tú también intentas adivinar qué pecado capital va a ser el siguiente; porque tú también vas dentro del coche del policía; porque tú también acabas por rendirte a la genial idea que solo unos pocos pueden acceder a ella; porque tú también sentencias que sí, ha merecido la pena.
Ah, y se me olvidaba, la frase final de Hemingway... Magistral.
8 de octubre de 2012
8 de octubre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seis tiburones de las ventas comerciales lideran esta particular película no destinada a cualquier paladar. La temática económica, las relaciones entre los trabajadores y la realidad cruda, pero cierta, que envuelve en ocasiones el mundo de las finanzas, hacen que el film pueda resultar costoso para aquel que no se sienta (o no quiera sentirse) familiarizado con él.
De todos modos, la propuesta resulta atractiva. Y no tanto por las tácticas de negociación de cada sujeto, que pueden resultar aburridas y prolongadas, ni por algunos conceptos muy técnicos que pueden distanciar al espectador, sino por la fuerte crítica que, por fin, se nos pone delante, y por los seis tiburones de la pantalla que se dejan todo para regalarnos unas interpretaciones antólogicas.
No hay que ser demasiado ávido para darse cuenta de la imagen del dinero, del prestigio y de la lealtad que esta película nos quiere mostrar. Trabajadores aferrados en sí mismos, métodos cuya única condición es que lleguen a buen puerto, compañeros que te aman y te olvidan en cuanto la pizarra refleja una cifra más, rostros que se iluminan y venas que se hinchan con un par de llamadas telefónicas, familiares que desaparecen cuando la oficina sigue abierta, negocios que se manipulan cuando tienes buenas fichas…
Y quién mejor que Al Pacino para interpretar a ese vendedor astuto pero impaciente; y Jack Lemmon, veterano negociante capaz de timar a cualquiera; y Jonathan Pryce, pasajero en pantalla, pero inigualable a la hora de representar a un hombre que se fragmenta con el paso del huracán económico. Los diálogos son ágiles, dinámicos y muy bien construidos (se te cae la baba al verles hablar. Son ellos los que acaban dirigiendo la película). La puesta en escena también es notable, muy cercana al escenario teatral (no olvidemos que el encargado de hacer el libreto es David Mamet), hecho que funciona a la perfección a la hora de entender el minuto a minuto de estos agentes inmobiliarios.
Mordaz crítica dirigida a un público demasiado selecto, con varios paralelismos con hoy en día, y que reflexiona muy seriamnete sobre la ética que se está siguiendo en los negocios.
De todos modos, la propuesta resulta atractiva. Y no tanto por las tácticas de negociación de cada sujeto, que pueden resultar aburridas y prolongadas, ni por algunos conceptos muy técnicos que pueden distanciar al espectador, sino por la fuerte crítica que, por fin, se nos pone delante, y por los seis tiburones de la pantalla que se dejan todo para regalarnos unas interpretaciones antólogicas.
No hay que ser demasiado ávido para darse cuenta de la imagen del dinero, del prestigio y de la lealtad que esta película nos quiere mostrar. Trabajadores aferrados en sí mismos, métodos cuya única condición es que lleguen a buen puerto, compañeros que te aman y te olvidan en cuanto la pizarra refleja una cifra más, rostros que se iluminan y venas que se hinchan con un par de llamadas telefónicas, familiares que desaparecen cuando la oficina sigue abierta, negocios que se manipulan cuando tienes buenas fichas…
Y quién mejor que Al Pacino para interpretar a ese vendedor astuto pero impaciente; y Jack Lemmon, veterano negociante capaz de timar a cualquiera; y Jonathan Pryce, pasajero en pantalla, pero inigualable a la hora de representar a un hombre que se fragmenta con el paso del huracán económico. Los diálogos son ágiles, dinámicos y muy bien construidos (se te cae la baba al verles hablar. Son ellos los que acaban dirigiendo la película). La puesta en escena también es notable, muy cercana al escenario teatral (no olvidemos que el encargado de hacer el libreto es David Mamet), hecho que funciona a la perfección a la hora de entender el minuto a minuto de estos agentes inmobiliarios.
Mordaz crítica dirigida a un público demasiado selecto, con varios paralelismos con hoy en día, y que reflexiona muy seriamnete sobre la ética que se está siguiendo en los negocios.

5,3
20.335
5
4 de octubre de 2012
4 de octubre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una rara avis de la filmografía española. Es cierto que la animación nacional está experimentando un ligero despegue en estos últimos años; despegue que comenzó con la ambiciosa Planet 51, y que ha continuado con las destacables y premiadas Arrugas y Chico & Rita. Las aventuras de Tadeo Jones es la última propuesta que ha osado asomar en este mundo animado en donde la lamparita grisácea copa todas las miradas; lástima que esta propuesta se haya centrado más en ocultar los defectos técnicos que en construir una historia más fresca e ingeniosa.
Porque es admirable que esta cinta de presupuesto de 10 millones de euros haya conseguido tejer secuencias muy bien elaboradas (ciertas imágenes de Perú y algunas secuencias de acción son realmente meritorias). Sin embargo, ese afán por tratar de filmar una película impecable hace que esos defectos inevitables se hagan aún más visibles.
De ese modo, la historia queda desprotegida, mostrando a unos personajes que circulan por la película por un rumbo demasiado evidente, resultando un guion poco original y hasta cansino en muchas partes del film. Es verdad que lo más pequeños pueden quedar entretenidos, ya que no hay que olvidar que estamos ante una película de aventuras; no obstante, los más mayorcitos tendrán difícil rascar algo más, pues tampoco el humor brilla especialmente.
De todas maneras, felicito la valentía de un debutante como Enrique Gato por adentrarse en este estilo y colaborar para que se siga desarrollando, porque de pequeños errores como estos se consiguen éxitos más importantes.
Porque es admirable que esta cinta de presupuesto de 10 millones de euros haya conseguido tejer secuencias muy bien elaboradas (ciertas imágenes de Perú y algunas secuencias de acción son realmente meritorias). Sin embargo, ese afán por tratar de filmar una película impecable hace que esos defectos inevitables se hagan aún más visibles.
De ese modo, la historia queda desprotegida, mostrando a unos personajes que circulan por la película por un rumbo demasiado evidente, resultando un guion poco original y hasta cansino en muchas partes del film. Es verdad que lo más pequeños pueden quedar entretenidos, ya que no hay que olvidar que estamos ante una película de aventuras; no obstante, los más mayorcitos tendrán difícil rascar algo más, pues tampoco el humor brilla especialmente.
De todas maneras, felicito la valentía de un debutante como Enrique Gato por adentrarse en este estilo y colaborar para que se siga desarrollando, porque de pequeños errores como estos se consiguen éxitos más importantes.

6,5
45.463
7
26 de junio de 2012
26 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alexandre Payne, creador de títulos como Entre Copas y A propósito de Schmidt, nos trae un drama con tintes de comedia sobre la redención, el paso del tiempo, la muerte y las relaciones humanas. No se trata de un largometraje de grandes pretensiones, y maneja el tema de la inminente muerte de un ser querido de manera clara y sencilla. Se trata de una película que te hará sentir mejor, que hará que te acabes uniendo a los protagonistas por las peripecias que sufren constantemente, y acabará por conseguir que tú también le cojas aprecio a esa madre que, a pesar de sus patentes errores, nunca terminas de echar de menos.
El proyecto cuenta también con sus puntos débiles, que se reflejan, por ejemplo, en el extraño papel que tiene Sid, el amigo de Alexandra, al cual se le introduce con pinzas y no se acaba de definir muy bien el roll que desempeña en la película; así como algunas subtramas que desvían un poco la atención. Sin embargo, el film posee toques de humor realmente fantásticos, que hacen que estas variaciones se solapen, quedando la idea principal de la película muy nítida.
Los actores cumplen a la perfección (mención especial a George Clooney, por supuesto), y nos ponen a nuestra disposición esta agradable película que contentará a la mayoría, y que te convencerá de la necesidad de centrarse en lo importante y amarrar lo que más quieres antes de que sea demasiado tarde.
El proyecto cuenta también con sus puntos débiles, que se reflejan, por ejemplo, en el extraño papel que tiene Sid, el amigo de Alexandra, al cual se le introduce con pinzas y no se acaba de definir muy bien el roll que desempeña en la película; así como algunas subtramas que desvían un poco la atención. Sin embargo, el film posee toques de humor realmente fantásticos, que hacen que estas variaciones se solapen, quedando la idea principal de la película muy nítida.
Los actores cumplen a la perfección (mención especial a George Clooney, por supuesto), y nos ponen a nuestra disposición esta agradable película que contentará a la mayoría, y que te convencerá de la necesidad de centrarse en lo importante y amarrar lo que más quieres antes de que sea demasiado tarde.

5,2
5.806
7
18 de noviembre de 2011
18 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Huella es el remake de la cinta que se rodó en el año 1972 a cargo de Joseph L. Mankiewicz, y en la cual también actuó un Michael Caine jovencísimo. En esa versión original la película se prolongaba durante más de dos horas, por lo que la presente adaptación se ha reducido hasta los 86 minutos. Aún así, la última versión de La Huella se hace un tanto larga, a pesar de que, a día de hoy, es difícil encontrarte con una cinta más corta.
Y es que la película se desarrolla en un solo lugar: la lujosa e innovadora casa del célebre escritor. Es cierto que la magnitud de la casa hace que el director cuente con numerosas alternativas (no se trata de una chocita, ni mucho menos…). De todos modos, es de valorar el trabajo realizado. Además, la película cuenta con tan solo dos actores que soportan todo el peso del film. No se ve a absolutamente nadie más, solamente a Jude Law y Michael Caine. Este último no sólo vuelve a demostrar que es uno de los actores más efectivos y talentosos de la historia del cine, sino que también demuestra que es capaz de desenvolverse magistralmente siendo actor principal.
Por otra parte, hay que destacar también que la trama transcurre en muy pocos días, y que hay escenas que llegan a durar la mitad de la película. Ahí es cuando aparece el inmaculado trabajo del director, Kenneth Branagh, que logra acometer con éxito un largometraje de difícil de realización. Porque si una cosa destaca de la película es el magistral juego de cámaras a lo largo de la misma; movimientos de cámara originales, que abarcan casi todas las posibilidades que pueden otorgar. Es simplemente sensacional. Por no hablar de una banda sonora acertada, irónica en muchos momentos, agradable para el espectador.
Refiriéndonos a lo que es la historia, la película consigue enganchar por su originalidad ya comentada anteriormente, y mantiene al público enganchado a la pantalla, incrédulos a lo que va a suceder, dudando de cualquier detalle, expectantes a los continuos giros. Pero por desgracia, es la parte final la que echa por borda todo el trabajo logrado. Todos esperan un final sorprendente, que asombre al espectador. Pero la película se acaba hundiendo con estrépito en los diálogos cada vez más abstractos, enigmáticos y misteriosos entre ambos personajes. Acaba por ser un lucha dialéctica que excluye a un público que mira con desconfianza los planes de los dos individuos. Un final que termina siendo un tira y afloja que a veces roza el sinsentido.
A pesar de esto, se trata de un film que apuesta fuerte, y que adapta al siglo XXI una película que hizo historia allá por los años setenta. Un remake que nada tiene que envidiar al original.
Y es que la película se desarrolla en un solo lugar: la lujosa e innovadora casa del célebre escritor. Es cierto que la magnitud de la casa hace que el director cuente con numerosas alternativas (no se trata de una chocita, ni mucho menos…). De todos modos, es de valorar el trabajo realizado. Además, la película cuenta con tan solo dos actores que soportan todo el peso del film. No se ve a absolutamente nadie más, solamente a Jude Law y Michael Caine. Este último no sólo vuelve a demostrar que es uno de los actores más efectivos y talentosos de la historia del cine, sino que también demuestra que es capaz de desenvolverse magistralmente siendo actor principal.
Por otra parte, hay que destacar también que la trama transcurre en muy pocos días, y que hay escenas que llegan a durar la mitad de la película. Ahí es cuando aparece el inmaculado trabajo del director, Kenneth Branagh, que logra acometer con éxito un largometraje de difícil de realización. Porque si una cosa destaca de la película es el magistral juego de cámaras a lo largo de la misma; movimientos de cámara originales, que abarcan casi todas las posibilidades que pueden otorgar. Es simplemente sensacional. Por no hablar de una banda sonora acertada, irónica en muchos momentos, agradable para el espectador.
Refiriéndonos a lo que es la historia, la película consigue enganchar por su originalidad ya comentada anteriormente, y mantiene al público enganchado a la pantalla, incrédulos a lo que va a suceder, dudando de cualquier detalle, expectantes a los continuos giros. Pero por desgracia, es la parte final la que echa por borda todo el trabajo logrado. Todos esperan un final sorprendente, que asombre al espectador. Pero la película se acaba hundiendo con estrépito en los diálogos cada vez más abstractos, enigmáticos y misteriosos entre ambos personajes. Acaba por ser un lucha dialéctica que excluye a un público que mira con desconfianza los planes de los dos individuos. Un final que termina siendo un tira y afloja que a veces roza el sinsentido.
A pesar de esto, se trata de un film que apuesta fuerte, y que adapta al siglo XXI una película que hizo historia allá por los años setenta. Un remake que nada tiene que envidiar al original.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Andrew Wyker (Michael Caine) es un famoso y rico escritor que acaba de separarse de su mujer. Milo Tindle (Jude Law) es el amante que le pide el divorcio de ella a Wyker. Pero Wyker tiene otros planes, que trastocarán los de Tindle también, y por los cuales surgirá una peligrosa rivalidad.
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