MOLA: El intento por parte del guión de eviscerar la ficción. Las diferentes posibilidades que tiene la historia para avanzar, o retroceder, y que eso se comparta con el espectador con un montaje y un uso de los escenarios bastante cuidado.
En algunos momentos el espectador puede vislumbrar lo que debe ser invidente, con una serie de miedos y preguntas inherentes a la falta de visión.
Al final, creo que el único personaje "real" es la protagonista, todo lo demás es su forma de afrontar su nueva realidad, a través de imaginar posibles escenas consus diferentes conclusiones. Todas válidas, todas inválidas. Y ahí está la fuerza de esta historia.

MENOS MOLA: Que en ese esfuerzo de metalenguaje narrativo, el trabajo de orfebrería puede devenir en una maraña de planteamientos donde se diluye lo que pudiera ser la verdadera historia de esta película. Al final la historia deja una serie de dudas respecto a la situación real de la protagonista. Pero, realmente no es tan importante, pues desde el principio el director y guionista nos deja claro que está eviscerando la ficción. Aquí la ficción es mucho más importante que la verosimilitud. Eso puede desconcertar a algunos espectadores.

MOLA: La oportunidad de ver una historia acaecida en Estonia, durante la URSS.
El florete, como símbolo de un arma que ha dejado de ser un arma, pero con el que se puede luchar. (Contra un oponente, o contra una legión)
La actuación del actor que encarna al director del instituto.

MENOS MOLA: Cierto olorcillo a telefilm.
Cierto olorcillo a clichés.
Al final, de Estonia, vemos una estación de tren, el Interior de un gimnasio y poco más.

MOLA: La estructura narrativa.
Bonitos planos secuencia.
La escena del taxista que lleva a tres jóvenes de fiesta, un oasis dentro de la monotonía del discurso del film.
Algunos momentos chocantes que te hacen vivirlos como si fuera en directo.

MENOS MOLA: La reiteración del mensaje, construido de una forma un tanto pueril, como la redacción de un buen alumno, pero aún inmaduro para comprender la profundidad de lo que nos rodea.

MOLA: Bueno, es una película dirigida por Fritz Lang, y eso de por sí ya mola. Se nota sobre en la mayoría de escenas, allá donde el guión se puede quedar corto o previsible, el maestro Lang sabe construir escenas más o menos absorbentes. Menos los supuestos momentos cómicos, que personalmente creo que patinan un poco, excepto por la luminosa aparición en escena de Marilyn Monroe.
La idea que se me pasaba por la cabeza todo el rato mientras veía la película. ¿Es el personaje de Bárbara Stanwyck una sirena de mar? Pero una auténtica, no una educolrada. Es decir, una sirena que cuya naturaleza es comerse a los hombres tras hechizarlos... Al final y al cabo, uno de los personajes sale cada día a pescar, y otro en su día era llamado el Martín Pescador de la zona.


MENOS MOLA: La historia en sí es un tanto floja y previsible. Seguramente encorsetada por el código Hays. Al final uno tiene la sensación que todo en esta película podría habernos llevado más lejos.
Algún personaje, irritante y seguramente prescindible.

MOLA: Que proponga una historia futurista interesante, donde sí, hay mucha sangre, pero sangre más "real" que en otras películas de acción camufladas de ciencia-ficción.
Que el hijo (director), elija al hijo de la protagonista para meterse en su cerebro.
Recursos psicodélicos, pinceladas de vídeo arte que se alejan de recursos manidos.
Le he puesto un 6 que está camino del 7.

MENOS MOLA: No terminan de verse las verdaderas motivaciones de la protagonista.
Toda la pasta que se gastaron haciendo sangre falsa realista ha lastrado otros aspectos como escenarios, vestuario, incluso me atrevería a decir peluquería.