Más que una película es una excusa para sacar a la luz las escenas más chabacanas que se pasaron por las mentes calenturientas del director y del guionista. Muestra una sociedad juvenil que, en mi opinión, insulta a los que somos más que un puñado de hormonas en busca de sexo. No profundiza en ningún personaje, el guión es pobre de ideas y los actores, salvo algunas gratas excepciones, están a la altura de la película. Gracias a bodrios como este, el cine español tiene esa fama. Pero en España, ademas de enseñar cuerpos desnudos, sabemos hacer cine de calidad, como ha quedado demostrado a lo largo de toda la historia, desde 'El Verdugo' a 'Mar Adentro', desde Buñuel a Pedro Almodóvar, pero, desde luego, sin pasar por 'Slam'.

A partir de un suceso que podemos calificar de insignificante, Abbas Kiarostami crea una película preciosa. El protagonista nos da una lección de solidaridad y compañerismo que dificilmente se puede pasar por alto. Una película imprescindible para todo cinéfilo.

Una magnífica película cuyo único defecto es la propaganda política por la cual fue concebida. En todos los demás aspectos es una obra de arte. Su magnífica fotografía hace que cada fotograma sea, por sí solo, una pequeña maravilla. Es difícil apartar los ojos de la pantalla durante los setenta minutos que dura y quedará para siempre en el recuerdo algunos de sus momentos, destacando entre ellos la fuerza que tiene la escena de la escalera de Odessa.

Ridícula película con intenciones moralizantes. Aún no me explico como Nicole Kidman, una de las mejores actrices del panorama actual, accedió a trabajar en este bodrio. No hay nada que se salve. No se puede clasificar siquiera dentro de un género: ni es de terror, ni una comedia, ni un drama. Si no tienes nada mejor que hacer, duerme una siesta, pero no te sientes a verla.

Tapas, ganadora del 8º Festival de Málaga de cine español, es una película en la que se entrelazan varias historias con bastante maestría. Sus grandes virtudes son el paso de la comedia al drama de una manera suave, sin estridencias y unos personajes cercanos que evolucionan a lo largo de la película de manera muy natural. Los actores están impresionantes, destacando el papel de Alberto Jo Lee, actor debutante que interpreta el papel de cocinero chino y el de Elvira Mínguez. Un año más, en el Festival de Málaga triunfa una película de calidad.