En "Alien, el octavo pasajero" nos encontramos por primera vez con un ser misterioso y letal, y esto unido a la atmósfera tétrica y claustrofóbica elevaron la película a la altura de un gran clásico.
Sin embargo, en ocasiones me resultó más lenta que esta primera secuela, donde la historia transcurre con más ritmo y dinamismo: es esta acción lo que me hace preferirla a la original.

Ahora se nos muestra a los aliens como seres realmente peligrosos, pero no tan invulnerables como en la primera entrega. Además, podemos ver con más nitidez a las criaturas, de la mano de unos efectos especiales que aún hoy en día resultan muy llamativos. Los escenarios también son de lujo.

La actuación de Sigourney Weaver es muy buena, muy merecedora de la nominación al Óscar que al final no le dieron. Lance Henriksen también hace una buena actuación en la "piel" del androide Bishop.

En definitiva, se trata de una más que digna secuela, con una historia interesante y bien trabajada, que mantiene la tensión en muchos momentos.
Las escenas finales son impresionantes.

Teniendo en cuenta que el libro de Stephen King en el que se basa es muy extenso, esta producción ajusta de forma aceptable los principales aspectos de la historia, aunque también deja fuera bastantes detalles importantes. Los que hayan leído el libro se encontrarán con que le falta algo, pero aún así la adaptación es aceptable: se puede entender y no deja muchas lagunas.

La película es muy larga, por lo que fue preparada para televisión. Para muchos de los que la vieron en su infancia supuso un antes y un después: a los niños la figura del payaso realmente les daba miedo (una figura tan entrañable como puede resultar un payaso se convierte en algo realmente hostil), y hay escenas sobrecogedoras que están muy bien hechas. Sin embargo, tiene otras partes en las que cae en el aburrimiento, y además hay algunos efectos especiales que dejan un poco que desear.

Muchos de los que la vieron de pequeños tienen en esta obra un referente en el género del terror, pero quizás vista hoy en día, especialmente por un público adulto, no asusta mucho, aunque globalmente es entretenida.

Otra película más de intriga y acción sobre el robo a un banco... la verdad es que este tema se ha explotado hasta la saciedad pero siempre se encuentra algo sobre lo que se pueda escribir un guión.

Para ser un tema tan trillado, la verdad es que encuentro muy inteligente el "plan oculto": no resulta predecible, y es fácil compartir la desorientación que siente el negociador. Sin embargo, la película tiene bastantes "americanadas", y me dio por pensar cómo serán en realidad en Estados Unidos los atracos a los bancos, y si la reacción policial es tal como se muestra en estas películas.

En cuanto a la banda sonora, decir que el tema inicial con ese tono moruno está guapo, aunque no me pegaba mucho con la película. Las actuaciones son correctas, pero no me gustaron mucho los personajes: todos eran unos chulos que proyectaban siempre la imagen de "soy el puto amo, y soy yo el que lo tiene todo bajo control".

La base de la película es un buzón que permite mandar cartas entre dos personas, conectando el presente con el futuro. A partir de esta interesante idea surge una película en la que al principio los protagonistas y el espectador desconfían, como es lógico, de la veracidad de lo que les está ocurriendo.

Seguidamente se le añaden más elementos al argumento, creando partes con algo de intriga y mucho romanticismo: es una historia de amor en dos realidades temporales diferentes (toda la parte del enamoramiento es muy bonita y original), pero aunque sea fantasía no se cuidan algunos detalles sobre el hecho de estar en dos tiempos distintos, ocurriendo cosas que se escapan a la lógica.

La película tiene varios elementos que la han hecho merecedora del "Óscar a la mejor película 2007", y el buen recibimiento que tuvo por parte de la crítica supongo que se deberá a su buena fotografía, dirección elegante y a un reparto muy solvente.

Hay escenas que me han gustado mucho, sobre todo aquellas en las que el "oscarizado" Javier Bardem (cuya mirada transmitía lo desiquilibrado de su extraño personaje) hacía gala de su implacable locura.

Sin embargo, estas buenas escenas me han quedado eclipsadas por otras que me parecían demasiado largas e incluso innecesarias. El principio se me hizo un poco pesado, y tampoco me han aportado mucho los monólogos inicial ni del final.

El guión huye de explicar algunas cosas, y en otras ocasiones pretende dejar aspectos a la interpretación del espectador... pero para mi gusto quedan demasiadas lagunas en algunos momentos que requerían una explicación.