La sinopsis parecía interesante, pero a la hora de la verdad me resultó muy aburrida... lo único que me hizo verla entera fue la curiosidad por saber si el final arrojaría algo de luz sobre el misterioso argumento que se trata desde el principio; no les voy a recomendar que no la vean, pero personalmente aconsejo que si se deciden a verla y no les satisface a los pocos minutos, lo mejor es no insistir y dejarla a mitad.

La película se aleja de los convencionales sustos intentando ofrecer terror psicológico, pero largas escenas con una cámara persiguiendo a los dos únicos protagonistas es lo único que se encontrarán... todo ello amenizado con unos diálogos escuetos donde lo más complejo que se dice es "corre" y "espérame aquí".

O sea, que si repetimos esas frases cada diez minutos, después de un par de carreras por una inmensa casa, tendremos esta película.

Un par de jóvenes americanos se encuentran por Europa en busca de diversión y sexo; eso es un posible resumen de la primera mitad de la película, al más puro estilo de "Eurotrip", pero transformando todo lo que aquella tenía de comedia en un intento de realidad: se nos da a entender que cualquiera que vaya al este de Europa conseguirá todas las mujeres que quiera.

En ese tiempo conocemos a los protagonistas, que ayudados por las malas interpretaciones deambulan sin pena ni gloria: por lo menos a mí no me importa mucho lo que les pueda pasar, tanto me da que los torturen o que se cepillen a toda Eslovaquia pillando alguna enfermedad venérea de paso.

En ese momento empieza la otra mitad de la película, donde se deja paso al sadismo, la tortura y el gore, pero echo de menos algo de inteligencia en el guión: no hay ni sombra de la intriga que tenía "Saw", por ejemplo.

O sea, que me ha parecido una película bastante mala, narrada con poca convicción y de la que no se podría haber sacado mucho más. Sólo recomendada a fanáticos de la sangre.

El guión, que gira en torno a una surrealista fraternidad de un campus, es bastante absurdo, poco creíble e incluso monótono y predecible: muchas escenas rozan lo ridículo e innecesario.

No está a la altura de otras comedias sobre la vida universitaria, pero globalmente es entretenidilla gracias a una serie de gags que arrancan alguna carcajada. Típica película que gana puntos si la ves en compañía.

Con un cierto aire de documental se nos presenta una película que nos cuenta las dificultades que padece un inmigrante de Senegal que llega a España huyendo de la miseria de su país.

El tema es muy actual, y quizás por eso la película se queda algo anticuada: es de 1990, y por esas fechas la llegada de sin papeles a España todavía no había alcanzado una cifra alarmante. Creo que si fuese algo más nueva se habría enfocado de una forma algo distinta y más real... pero para tener más de quince años es digna de considerar por su espíritu de crítica y mentalización sobre un problema que, efectivamente, no había hecho más que empezar.

Los aspectos que menos me gustaron fueron los del principio de la película: la llegada, la ausencia de explicación de cómo consigue su primer trabajo, lo que pasa en la discoteca cuando aún no conoce el idioma... ese tipo de detalles son los que la alejan de ser más creíble, pero hay que admitir que otros aspectos como el rechazo social, el interés que tiene por trabajar honradamente y la dificultad de tratar con la burocracia están mejor trabajados.

Podría haber sido mejor, pero por lo menos entretiene y hace reflexionar sobre un problema actual muy delicado y de difícil solución.

Tierna, bonita, sensible, humana, nostálgica, cautivadora… una película hecha para emocionar, con un guión sencillo, pero que versa sobre la vida misma.

La historia que se cuenta es sencilla, pero muy profunda: a lo largo del paseo por la memoria del protagonista nos vamos impregando de su infancia, de sus recuerdos, de los acontecimientos que le impactaron... en este recorrido se nos regalan momentos de gran cine, de la mano de personajes con mucha personalidad y algunos diálogos muy buenos.

Por último, destacar una banda sonora apropiada y delicada, una impresionante actuación de Philippe Noiret como Alfredo, y, sobre todo, una exquisita fotografía que nos transporta al apacible pueblo italiano...