Como preludio infantil al cine de acción norteamericano, los cómics de superhéroes de la Marvel siempre sirvieron para justificar la actuación de los diferentes gobiernos estadounidenses, tanto dentro como fuera de su propio territorio. Al igual que en el cine de acción, muchos de sus villanos de los tiempos de la Guerra Fría tendían al nazismo o al comunismo, y en tiempos más recientes -y cada vez más a menudo- se los convertía en trasuntos o reminiscencias de simples terroristas. Todo ello, eso sí, desde una perspectiva bastante edulcorada y más bien demócrata -no de demócratas de verdad, claro: me refiero a demócrata de próximo al Partido Demócrata-, y a menudo vendido como si lo único que hiciese la editorial fuera "inspirarse" en hechos del mundo real para dar mayor verismo a sus productos.

Y el caso es, en fin, que por lo que puede verse en los dos primeros episodios de esta serie, la Marvel y la industria audiovisual, esto es -imagino-, la Secretaría de Estado Estadounidense, están volviendo a hacerlo con un nuevo Enemigo que, esta vez, me ha hecho sonreír de verdad y muy, muy complacido: dicho Enemigo son los Antisistema -hacktivistas en el primer episodio, ecologistas en el segundo-, y viendo el guión salta a la vista que esta gente no tiene ni la más remota idea de cómo tratarnos, es decir, de cómo hacer que a la gente le caigamos mal. ¿Se atreverán a convertir el Flower Power en un grupo de supervillanos? ¿Quién lo lideraría? ¿YerbaMan? xDDD

En fin. Al margen de estas observaciones, que tenía que hacer, creo que para quien le gusten las series de puro entretenimiento esta serie puede ser muy recomendable: la relación entre los personajes fluye bien, los efectos especiales prometen mucho, y la producción, en general, es de las mejores y más opulentas que he visto.

Lo único que he visto, afortunadamente, es la primera temporada. Pero, en fin, ahí va mi crítica:

La temporada se divide claramente en dos mitades: la primera mitad la dedican al plan "A" de los terroristas y, cuando este falla, los malos ponen en marcha el plan "B", que es el que nos conduce al final.

Si bien la primera mitad es ejemplar, y presenta una trama y un desarrollo sólidos, sin fisuras, sin efectismos y sin sorpresas, en la segunda mitad, de pronto y sin explicación ninguna, empiezan todos los giros absurdos, las "sorpresas" cutres y las cagadas que tan gratificantemente habían estado ausentes en la primera parte. Y como son un montón, y evidentes a más no poder, de verdad que me cuesta entender cómo es posible que esta serie haya cosechado tantos ochos, nueves y dieces como veo por aquí.

Resumiendo, después de tan magnífica primera mitad la segunda me pareció, pura y simplemente, una tomadura de pelo.

Me hacen mucha gracia las críticas y malas calificaciones que le han caído a esta película y en esta página.

Me hace mucha gracia que los españoles se quejen tanto, muy indignados, porque la comisaría española que sale al principio de la película "parece mexicana"... cuando esa visión de las comisarías mexicanas proviene, precisamente, de películas gringas como esta. ¿A qué viene, pues, darle tanto crédito al tópico?

También me hace mucha gracia que los españoles, herido su orgullo torero, se pongan tan puristas y tan pejigueros con la imagen de España que da una película gringa, cuando ellos hacen exactamente lo mismo elevando a la categoría de "serie de éxito" una bazofia como "Águila Roja", que desde el punto de vista histórico o cultural no tiene ni pies ni cabeza. Máxime, además, cuando la imagen de España que se da en "La fría luz del día" no es ni especialmente mala, ni especialmente incorrecta. No más de la que se da de cualquier ciudad, incluyendo las norteamericanas, en cualquier película de acción.

Personalmente, creo que en esta película no hay nada particularmente ofensivo, ni tan escandalosamente incorrecto, como dan a entender las críticas que he leído. Y eso que soy de Madrid, ojo, y me doy perfecta cuenta de que los "recorridos" por la ciudad que se marca el protagonista no tienen el menor sentido; casi todas las localizaciones se corresponden con lugares conocidísimos de la ciudad y es muy fácil verlo. Sin embargo, me doy con un canto en los dientes con que, por una vez, no se asocie a España ni con los toros, ni con el flamenco, ni con el fundamentalismo católico, ni con el machismo latinlover de don Juan Tenorio... Incluso, fíjense lo que les digo, aunque todo ello se sustituya por el Fabrik, por mucha grima que me provoque el Fabrik. Al menos, el Fabrik es una cosa moderna...

En cuanto al filme en sí... pues sí. La nota que le he puesto es exagerada, y lo es por provocar. Pero, en cualquier caso, la cinta no es tan mala; una película de acción del montón, entretenida, y punto.

La actuación de Henry Cavill, no obstante, sí me ha gustado mucho, y el personaje de Sigurney Weaver me ha parecido potente y de lo más original...

Tras haber leído algunas de las críticas profesionales, y asumiendo que alguien más lo hará y puede que después lea esta, creo procedente apuntar que "Somos gente honrada" no tiene nada de comedia. Ni la primera mitad del metraje, ni los primeros diez minutos, ni nada. Como peli no está mal, pero es netamente dramática.

Dicho esto... en fin... pues otra cinta española más, con su sencillez de medios, sus aciertos y sus errores; ni de las mejores, ni de las peores. Lo que sí que es cierto es que Miguel de Lira está excelso...

Sinceramente, yo no entiendo muy bien de qué se queja tanto la gente al decir que, como adaptación del libro, "El juego de Ender" es mala. Yo del libro solo recuerdo el final, que fue lo único que me sorprendió -algo-, pero lo que sí recuerdo es la sensación de profundo aburrimiento ante su trama y ante su contenido cienciaficticio. Pues bien, el caso es que, a mí, esta película me ha producido exactamente la misma sensación -vacío absoluto, nada de intriga, y todo más simple que el asa de un cubo-, y exactamente por las mismas razones.

De modo que, insisto: no entiendo por qué a alguien a quien le gustó ese truño de libro debería no gustarle este truño de peli...