En clave de comedia con un increscendo agridulce, como no podía ser de otro modo tratándose de la ex Yugoslavia.
El gran problema de la serie radica en plantear un monotema con un argumento líneal.
No logra arrancar en ningún momento, ni cuando acaba.

Ni siquiera el descubrimiento paulatino de los personajes y su pasado suscita interés pues todo está lastrado por una insustancialidad tediosa de una serie creada sin ingenio, con nulo interés temático.
Esta bañada toda con una nostalgia ingenua que no logra emocionar.

El ritmo es cansino, sin intensidad y acabar de ver la mini serie roza lo heroico.
La fotografía es realista, sin complicaciones como todo en esta plana historia.

Lo mejor es la interpretación de Rene Bitorajac, su personaje crea simpatía desde el inicio, esa ingenuidad mezclada con un optimismo pegadizo, son un pobre balance para 6 capítulos.
P.D
Me motiva y enorgullece que votéis negativo, antes de escribir este truño de reseña, vi las gloriosas y altísimas notas de filmin, lo cuál me confirmo en mi opinión, si no os gusta, escribir una, votadores de ñordas.