Eom Jeong-hwa, la protagonista de esta historia es una afamada cantante, bailarina y actriz sur coreana que hace un tiempo superó un complicado cáncer de tiroides, por ello creo que transmite tanto en este K-drama médico-familiar.
Tiene todos los ingredientes para gustar, pues cuenta la historia de una familia casi perfecta, que se ve vapuleada por la enfermedad y el deterioro de la misma. Todo ello aderezado con un afán de superación, un humor controlado y unos giros muy inteligentes.
No enamorarse de la docrora Cha y no sufrir con ella es prácticamente imposible.
Otro de los datos a tener en cuenta es la evolución de cada uno de los personajes a lo largo de los 16 capítulos.
Los guiónistas supieron mezclar la justa medida de melodrama, empatía, stress y realidad, por lo cual será casi imposible no soltar alguna lágrima.
Desde mi punto de vista lleva un claro mensaje implícito; que la familia es lo más importante. Pero no por ello has de dejar de soñar y que nunca es tarde para reinventarse a si mismo.

Estamos ante una serie con cierto precedente, aunque compararla con Mulan es tener mala leche.
He leido alguna que otra reseña donde también hacen alusión al 1,63 de la actriz protagonista y su falta de masculinidad, de lo cual difiero.
Muy señores míos, pocas actrices de 1,76 encontraremos en corea, además, Park Eun-bin encanja a la perfección en el papel y transmite tan solo con la mirada la rudeza fingida y la sensualidad adecuada para abordar el papel, hasta el punto que cuando se la ve vestida de mujer se hace hasta raro.
El hecho de que un hombre, en la época de la dinastía Josuan, se enamore de alguien que cree un hombre o una mujer de otra que cree un varón para mi fue un plus.
Con unos escenarios fascinantes y unos vestuarios muy cuidados, la química entre la mayoría de los actores unido a un estudiado guión repleto de flashback, hacen de esta serie una joya merecedora de un notable.
En cambio hay dos pequeños puntos que no me colmaron de alegría ; a pesar de ese final repleto de acción se me hizo triste ver el destino de Lee Hyun y considero que como a otras series coreanas le sobra metraje a los capítulos.

Comencé a ver esta serie en principio por ese complemento que es la metereología que casi actúa como uno más del elenco.
Pero en verdad la principal culpable de su visionado fue, Park Min-young, a la que conocí en la serie "Qué le ocurre a la secretaria kim". Esta es una actriz menuda y bella, con la capacidad de transmitir a través de un halo de frialdad el cual, cuando consigue romper, ya te tiene atrapado.
En lo que respecta a la serie, cada capítulo te va acercando más a la complejidad del clima en Corea así como a las vidas familiares y amorosas del equipo élite 2.
Es curioso como sus guionistas consiguieron acercar los fenómenos meteorológicos a la trama hasta el punto de que estos pasan a ser la base de cada uno de ellos y llegar a fusionarse con las emociones de todos.
Más allá de todo esto, lo que te enseña esta serie es a medir la distancia óptima entre dos personas; dependiendo de ella obtendrás un resultado u otro.
Como a toda buena serie coreana, no le faltan puntos de humor, drama y locura.

Lo principal para que esta serie te parezca buena es creer en la magia y estar abierto a que en el momento menos pensado sea posible ponerte a cantar tus dramas y anhelos.
A ratos es lenta, pero ello se compensa con unos grandes momentos visuales y repletos de ternura.
Es una serie que abarca la transición desde la pubertad a la edad adulta.
Otro de los temas que aborda es el de los estratos sociales y el bullying.
Es un fiel reflejo de lo machista que a día de hoy es la sociedad coreana, donde este radica no solo en la imposición de los varones si no en la sumisión de la mujer.
Es una serie con un mensaje implícito: si te caes, puedes volver a levantarte y lucir tus medias agujereadas o prescindir de ellas.

Si mi cuenta es esta web dependiera de los votos positivos, seguidores o consejos que tomas de mi persona, así como de lo que ello me proporcionara económicamente, ya me habrían expulsado hace tiempo. Eso mismo es un poco la trama de esta película, popularidad por las redes. Un mero y simpático remake de "Alguien como ella", película de 1999, adaptado a a la actualidad. Como su antecesora resulta flotilla y para pasar una tarde de domingo en que no haya nada más importante que hacer.