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Man vs Snake: The Long and Twisted Tale of Nibbler
Man vs Snake: The Long and Twisted Tale of Nibbler
Documental

6,3
251
8
19 de mayo de 2017
19 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El salivazo proyectado a mayor distancia, el runner más veloz calzando botas de esquí, la mujer con el mayor número de perforaciones en la oreja…, todos ellos son récords curiosos, pero sin sabor a hazaña ni reconocimiento popular. ManVsSnake comienza su historia apreciándose como un integrante más de este pintoresco grupo, un nuevo récord “chorra” para la colección. Sin embargo según se avanza en la trama uno comienza a sentirse un poco fan, la implicación con él protagonista crece, y se le termina por admirar. Sufriendo, apoyando y valorando el reto que se propone.
Sirva un Nokia 3310 para explicar la gesta pretendida, ese móvil que todo el mundo tuvo y donde además de idear abreviaturas con las que llenar un sms, se jugaba, y mucho, a ‘La serpiente’. Si por aquel entonces uno ya alardeaba por conseguir mantener con vida a este reptil unos pocos minutos, la idea de enfrentarse a la versión primigenia de este juego durante más de 35 horas ininterrumpidas y superar el billón de puntos como se pretende, es de una fortaleza mental inabarcable. Pero no es sólo la lucha del hombre contra la máquina, como en todo ejemplo de superación el verdadero monstruo esta en uno mismo, y en este caso no sólo el presente, si no que el “final boss" a superar es su propio yo del pasado.
El adulto contra el niño, el espíritu de mejora, el estilo de vida americano donde cualquiera puede convertirse en leyenda y su vida, una gran historia. La batalla entre Tim McVey y Nibbler (nombre del juego original) tiene todos los elementos de una obra épica: tiene un objetivo antológico que lograr, un rival que batir, un malo excéntrico, un guía espiritual, la fuerza del amor, momentos de flaqueza y grandeza, y una estructura ideada por sus directores Andrew Seklir y Tim Kinzy de ritmo equilibrado donde el rigor por narrar unos hechos esta tan presente como la vocación por entretener.
Sirva un Nokia 3310 para explicar la gesta pretendida, ese móvil que todo el mundo tuvo y donde además de idear abreviaturas con las que llenar un sms, se jugaba, y mucho, a ‘La serpiente’. Si por aquel entonces uno ya alardeaba por conseguir mantener con vida a este reptil unos pocos minutos, la idea de enfrentarse a la versión primigenia de este juego durante más de 35 horas ininterrumpidas y superar el billón de puntos como se pretende, es de una fortaleza mental inabarcable. Pero no es sólo la lucha del hombre contra la máquina, como en todo ejemplo de superación el verdadero monstruo esta en uno mismo, y en este caso no sólo el presente, si no que el “final boss" a superar es su propio yo del pasado.
El adulto contra el niño, el espíritu de mejora, el estilo de vida americano donde cualquiera puede convertirse en leyenda y su vida, una gran historia. La batalla entre Tim McVey y Nibbler (nombre del juego original) tiene todos los elementos de una obra épica: tiene un objetivo antológico que lograr, un rival que batir, un malo excéntrico, un guía espiritual, la fuerza del amor, momentos de flaqueza y grandeza, y una estructura ideada por sus directores Andrew Seklir y Tim Kinzy de ritmo equilibrado donde el rigor por narrar unos hechos esta tan presente como la vocación por entretener.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cabe espacio incluso para, de soslayo, evidenciar esa doble moral americana donde la ética suele aparecer únicamente cuando conviene. Me refiero a ese récord conseguido por Enrico Zanetti en Italia y que nunca fue reconocido hasta haber sido sobrepasado. ManVsSnake es un documental cuyo logro puede comenzar pareciendo irrisorio pero que, una vez acabado, se aprecia como una gesta dificilísima. Ameno e interesante, todos mis respetos para su protagonista. Trofeo nivel ultra platino.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
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7
16 de mayo de 2017
16 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me fascinan las secuencias de créditos iniciales, pequeños fragmentos de cine con un lenguaje propio, desatado, dotado para la experimentación. Y en ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 2’ son sublimes. No sólo se integran de forma original en el interior de una inmensa secuencia de acción, si no que durante el desarrollo de esta, nos cuentan a la perfección que es lo que se va a presenciar durante las, eso si demasiado largas, más de dos horas de duración.
Una maravilla de escena. Original, dinámica e intensa demostrando qué, en la acción, como en el cine de terror o en la sexualidad, a veces menos es más. El lomo se lo parten en segundo plano a ritmo de “Mr. Blue Sky” mientras Baby Groot se lo baila en primer término. Se pone en la diana para que los más escamados arrojen sus dardos ya desde el principio. Se trata en realidad de un recurso narrativo inteligente puesto que, detrás del “muñeco”, se esconde el tema central de la película. Todos protegen al pequeño Groot con tanto ímpetu como el que ponen en vencer a la monstruosa criatura a la que se enfrentan, es más débil y lo defienden con uñas y dientes, como una familia. Familia, acción, música y especialmente humor, una presentación perfecta, honesta con lo que esta por venir, un inicio sublime.
El humor es una constante que funciona de forma desigual, cuando no provoca la risotada es posible llegar a sentir momentos de vergüenza ajena siendo, no obstante, la sonrisa “simpaticona” la reacción más presente durante la mayoría de los innumerables gags. Es ‘Guardianes de la Galaxia Vol.2’ una comedia con fondo superheroico y no una película de superhéroes con una tendencia a lo cómico. Hay una grandísima diferencia y, una virtud o defecto en ello según sea el espectador más o menos afín al arquetipo Marvel.
Las imágenes están al servicio de la diversión y no de la espectacularidad. No hay una actitud dada al dramatismo, no hay una tensión por salvar el mundo, simplemente esta panda juega a matar - Rocket lo dice casi literal en una de las escenas -. El desarrollo de las batallas se vive a través de los personajes - sus emociones, reacciones y ocurrencias - y no del asombro pirotécnico o las coreografías de lucha. Es un punto de vista distinto, divertido y entretenido. Por contra, alejarse tanto del tono más serio le resta epicidad, lo que unido al exceso de metraje provoca importantes bajadas de ritmo que terminan por lastrar el conjunto.
Una maravilla de escena. Original, dinámica e intensa demostrando qué, en la acción, como en el cine de terror o en la sexualidad, a veces menos es más. El lomo se lo parten en segundo plano a ritmo de “Mr. Blue Sky” mientras Baby Groot se lo baila en primer término. Se pone en la diana para que los más escamados arrojen sus dardos ya desde el principio. Se trata en realidad de un recurso narrativo inteligente puesto que, detrás del “muñeco”, se esconde el tema central de la película. Todos protegen al pequeño Groot con tanto ímpetu como el que ponen en vencer a la monstruosa criatura a la que se enfrentan, es más débil y lo defienden con uñas y dientes, como una familia. Familia, acción, música y especialmente humor, una presentación perfecta, honesta con lo que esta por venir, un inicio sublime.
El humor es una constante que funciona de forma desigual, cuando no provoca la risotada es posible llegar a sentir momentos de vergüenza ajena siendo, no obstante, la sonrisa “simpaticona” la reacción más presente durante la mayoría de los innumerables gags. Es ‘Guardianes de la Galaxia Vol.2’ una comedia con fondo superheroico y no una película de superhéroes con una tendencia a lo cómico. Hay una grandísima diferencia y, una virtud o defecto en ello según sea el espectador más o menos afín al arquetipo Marvel.
Las imágenes están al servicio de la diversión y no de la espectacularidad. No hay una actitud dada al dramatismo, no hay una tensión por salvar el mundo, simplemente esta panda juega a matar - Rocket lo dice casi literal en una de las escenas -. El desarrollo de las batallas se vive a través de los personajes - sus emociones, reacciones y ocurrencias - y no del asombro pirotécnico o las coreografías de lucha. Es un punto de vista distinto, divertido y entretenido. Por contra, alejarse tanto del tono más serio le resta epicidad, lo que unido al exceso de metraje provoca importantes bajadas de ritmo que terminan por lastrar el conjunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
James Gunn demuestra personalidad al sacar un villano adecuado para la historia que pretende contar. Se sale de la línea marcada esquivando la tentación de continuar con Thanos o derivados, renunciando a establecer una sensación de continuidad dentro del universo marvelita, y con ello, arriesgando el favor que ya hubiera tenido por decreto de una parte del público. Valiente. Su película trata de la familia y su devoción esta en sus, personajes. Kurt Russell es el villano en cuestión, un hombre del espacio que huele a chamusquina desde el principio y cuyos intereses, paradójicamente, son la esencia de lo mundano. En sus apariciones esta el motor que hace avanzar la trama, pero, sin embargo, su mayor misión es la de servir como vehículo para profundizar en Peter Quill, o debería decir Chris Patt ¿no son ya la misma persona?.
Los enemigos digamos secundarios - esos que parecen sacados de un anuncio de Freixenet -, por la forma en la que se ven involucrados manifiestan de nuevo la poca seriedad que quiere transmitir esta cinta, y, además, son otra clara referencia familiar. Creados artificialmente, no son más que cascarones fríos, sin alma, mecánicos. Inefectivos. La otra relación estrictamente familiar se produce entre Gamora (Zoe Saldana) y Nébula (Karen Gillan) y es una de las tramas más desaprovechadas, tratada de forma tosca, como la propia interpretación de la segunda. En el polo opuesto, pura adrenalina, se encontraría Yondu (Michael Rooker). Su historia cuenta con un arco argumental completo y es la que más ofrece en todos los sentidos: emotividad, acción, flipe, personalidad.
La música “ochentera" tiene el mismo peso que en la primera parte, se utiliza quizás de forma más autoconsciente para enfatizar su protagonismo pero no llega a saturar, no se convierte en un recurso “tramposo” sólo por contar con temas quizás no tan reconocidos y si, sigue siendo un elemento característico - y molón - de la saga. Otra de las críticas más comentadas es lo blanda y ñoña que pudiera ser esta segunda parte en comparación con la primera, cuando diría que se ha de ser muy ñoño para considerar a la primera una película gamberra. Es un aspecto subjetivo, claro esta, y lo que hace inequívocamente es situar a ‘Guardianes de la Galaxia Vol.2’ en esa lista de películas controvertidas. Tiene cosas muy buenas y muy malas, yo bailo en parte con ella, al menos más que con la primera.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Los enemigos digamos secundarios - esos que parecen sacados de un anuncio de Freixenet -, por la forma en la que se ven involucrados manifiestan de nuevo la poca seriedad que quiere transmitir esta cinta, y, además, son otra clara referencia familiar. Creados artificialmente, no son más que cascarones fríos, sin alma, mecánicos. Inefectivos. La otra relación estrictamente familiar se produce entre Gamora (Zoe Saldana) y Nébula (Karen Gillan) y es una de las tramas más desaprovechadas, tratada de forma tosca, como la propia interpretación de la segunda. En el polo opuesto, pura adrenalina, se encontraría Yondu (Michael Rooker). Su historia cuenta con un arco argumental completo y es la que más ofrece en todos los sentidos: emotividad, acción, flipe, personalidad.
La música “ochentera" tiene el mismo peso que en la primera parte, se utiliza quizás de forma más autoconsciente para enfatizar su protagonismo pero no llega a saturar, no se convierte en un recurso “tramposo” sólo por contar con temas quizás no tan reconocidos y si, sigue siendo un elemento característico - y molón - de la saga. Otra de las críticas más comentadas es lo blanda y ñoña que pudiera ser esta segunda parte en comparación con la primera, cuando diría que se ha de ser muy ñoño para considerar a la primera una película gamberra. Es un aspecto subjetivo, claro esta, y lo que hace inequívocamente es situar a ‘Guardianes de la Galaxia Vol.2’ en esa lista de películas controvertidas. Tiene cosas muy buenas y muy malas, yo bailo en parte con ella, al menos más que con la primera.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

8,0
113.413
9
30 de agosto de 2015
30 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Intocable’ fue un éxito brutal en el año 2011 convirtiéndose en la película de habla no inglesa más vista de la historia con más de 51 millones de espectadores en todo el mundo y más de 400 millones de recaudación mundial. Una historia por encima de todo de amistad y positividad con mucho humor y algunas gotas de drama que no hacen más que potenciar todas esas ganas de vivir que trata de insuflar la película. Pero…, ¿acaso fue perfecta?.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vista con el ojo crítico afilado salen a relucir ciertas debilidades, innegables. Las subtramas que surgen alrededor de los dos protagonistas son en exceso livianas, previsibles y solventadas de un plumazo sin darles casi la menor importancia. Veamos por ejemplo lo relacionado con el tráfico de drogas como se solventa en apenas quince segundos con una conversación que nunca llegamos a escuchar. La indisciplinada hija del protagonista se endereza - o eso nos dan a entender - tras una retahíla exabrupta que Phillipe la suelta repitiendo las palabras que Driss le dicta. Este último vende un cuadro por una buena cantidad pese a ser la primera vez que se pone ante un lienzo. La música se utiliza de forma constante para generar sensaciones y sentimientos, lo que suele ser un recurso facilón. Etc, etc. Todo esto existe y es imposible de negar ante alguien que, dado al análisis fragmentario excluido del contexto, quiera sacarlo a relucir. Pero…, ¿acaso es relevante?.
Si uno se enfrenta a ‘Intocable’ desprovisto de papel y boli, lo cierto es que en ningún momento la narrativa te invita a levantar la ceja, todo se integra de una manera suave y creíble, y la suspensión de incredulidad se realiza de forma automática, sin ser uno consciente de ello. Las presuntas debilidades se diluyen bajo el foco principal y reaparecen como lo que realmente son, un complemento al servicio de la historia y de la progresión dramática, una herramienta que contribuye a dar matices y ritmo. Pero…, ¿y eso como?.
Igual que no es lo mismo una pelota vieja que una vieja en pelotas, nada tiene que ver una banda sonora que grita pidiendo emoción o alegría - ‘Lo imposible’ -, a una que hace eso mismo sin pedir permiso. Aplicado al cine de terror no es equivalente un susto acústico cuando uno se lo ve a venir, a cuando te pilla por la espalda, y el recurso utilizado es el mismo, sin embargo no se percibe igual. La música en ‘Intocable’ funciona. Ludovico Einaudi - brillantísimo compositor - suena de fondo y te lleva en volandas, los imprescindibles de la música clásica y Earth Wind and Fire suenan como parte de los personajes y te enchufan energía. Pero…, ¿lo del cuadro que?.
Es insólito y poco creíble que alguien sin conocimiento ninguno realice un trabajo profesional y lo coloque en el mercado a buen precio. Sin embargo, lo que en otras manos se hubiera engrandecido hasta provocar el vómito por edulcorante - podría “salvar” a su familia, exponer en el museo Reina Sofia, enseñar a los niños del barrio las virtudes del arte, y mil etcéteras más que se os ocurran -, aquí no es más que una pincelada rápida y justa que inspira valentía, atrevimiento, y las ganas de comerse el mundo que nunca deberíamos perder. Es más, si afinamos el ojo analítico lo que se descubre en esta subtrama es una crítica evidente a lo superficial y especulativo que puede ser la industria del arte cuando, el motivo de compra, no es el propio valor artístico del cuadro en si, si no su presumible valor económico y social en el futuro - Phillipe engaña al comprador diciendo que el artista pronto expondrá en Berlín, Londres y su caché subirá como la espuma -. Pero…
Sin peros. ‘Intocable’ es una comedia sobresaliente, ligera, entretenida e inspiradora. Sus presuntas debilidades se integran a la perfección con lo narrado haciendo imperceptibles sus potenciales errores. Quedando más que justificada su razón de ser, principalmente la de contribuir al avance de la historia e intensificar ese continuo buen rollo, ese optimismo contagioso, ese humor insolente incluso, esas grandísimas interpretaciones (Omar Sy y Francois Cluzet), ese tono amable, natural y honesto, ese éxito más que merecido. Pero… ¿acaso hay alguien al que no le guste?.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Si uno se enfrenta a ‘Intocable’ desprovisto de papel y boli, lo cierto es que en ningún momento la narrativa te invita a levantar la ceja, todo se integra de una manera suave y creíble, y la suspensión de incredulidad se realiza de forma automática, sin ser uno consciente de ello. Las presuntas debilidades se diluyen bajo el foco principal y reaparecen como lo que realmente son, un complemento al servicio de la historia y de la progresión dramática, una herramienta que contribuye a dar matices y ritmo. Pero…, ¿y eso como?.
Igual que no es lo mismo una pelota vieja que una vieja en pelotas, nada tiene que ver una banda sonora que grita pidiendo emoción o alegría - ‘Lo imposible’ -, a una que hace eso mismo sin pedir permiso. Aplicado al cine de terror no es equivalente un susto acústico cuando uno se lo ve a venir, a cuando te pilla por la espalda, y el recurso utilizado es el mismo, sin embargo no se percibe igual. La música en ‘Intocable’ funciona. Ludovico Einaudi - brillantísimo compositor - suena de fondo y te lleva en volandas, los imprescindibles de la música clásica y Earth Wind and Fire suenan como parte de los personajes y te enchufan energía. Pero…, ¿lo del cuadro que?.
Es insólito y poco creíble que alguien sin conocimiento ninguno realice un trabajo profesional y lo coloque en el mercado a buen precio. Sin embargo, lo que en otras manos se hubiera engrandecido hasta provocar el vómito por edulcorante - podría “salvar” a su familia, exponer en el museo Reina Sofia, enseñar a los niños del barrio las virtudes del arte, y mil etcéteras más que se os ocurran -, aquí no es más que una pincelada rápida y justa que inspira valentía, atrevimiento, y las ganas de comerse el mundo que nunca deberíamos perder. Es más, si afinamos el ojo analítico lo que se descubre en esta subtrama es una crítica evidente a lo superficial y especulativo que puede ser la industria del arte cuando, el motivo de compra, no es el propio valor artístico del cuadro en si, si no su presumible valor económico y social en el futuro - Phillipe engaña al comprador diciendo que el artista pronto expondrá en Berlín, Londres y su caché subirá como la espuma -. Pero…
Sin peros. ‘Intocable’ es una comedia sobresaliente, ligera, entretenida e inspiradora. Sus presuntas debilidades se integran a la perfección con lo narrado haciendo imperceptibles sus potenciales errores. Quedando más que justificada su razón de ser, principalmente la de contribuir al avance de la historia e intensificar ese continuo buen rollo, ese optimismo contagioso, ese humor insolente incluso, esas grandísimas interpretaciones (Omar Sy y Francois Cluzet), ese tono amable, natural y honesto, ese éxito más que merecido. Pero… ¿acaso hay alguien al que no le guste?.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

6,8
45.112
9
30 de junio de 2015
30 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda, si echarse un vicio forma parte de tu jerga habitual, la de aquí es tu cinta ideal. Si no, probablemente también. Nunca antes se ha transmitido tan satisfactoriamente la metodología que proponen los videojuegos al cine como en ‘Al filo del mañana’, tanto en lo que evocan como en sus herramientas para lograrlo. Un deseo por avanzar constante y la máxima de la jugabilidad, entendida como puro entretenimiento, son suficientes para justificar el visionado de esta historia bélica donde el protagonista tiene vidas ilimitadas, aunque su punto de guardado siempre sea el mismo.
Tamaña inmunidad transforman al susodicho en héroe a la fuerza, despojándole además de la cordura de cualquier mortal. Condición que da lugar a decisiones hilarantes de un fino humor negro, y al desarrollo de unas habilidades logradas - al igual que en la videoconsola - por medio del entrenamiento y la experiencia, ensayo y error. Una situación basada en la repetición que nunca se atisba como tal, no existe pereza alguna en recorrer el mismo camino gracias a la pericia de su director, y cada reinicio, se vive como algo dinámico, fresco y apetecible. Siempre hay ganas de pulsar en continuar, y llegados al territorio de lo nuevo, sentimos la misma incertidumbre que Tom Cruise y Emily Blunt.
Ellos son la única posibilidad de victoria ante la invasión alienígena, desarrollada inteligentemente lo justo para funcionar y no complicarse, y ellos son quienes llevan el conjunto aún más allá de la diversión y la espectacularidad. El desarrollo de sus personajes, por si mismos y como pareja, es notable, perfectamente creíble, y alejado de las fórmulas memorizadas, sabidas por todos. De cobarde a héroe, de mito a persona, y entre medias, una relación exponencial para él, inexistente para ella. Logrando los intérpretes un mayor número de registros al habitual en este tipo de producciones, donde el carisma puede ser suficiente.
Tamaña inmunidad transforman al susodicho en héroe a la fuerza, despojándole además de la cordura de cualquier mortal. Condición que da lugar a decisiones hilarantes de un fino humor negro, y al desarrollo de unas habilidades logradas - al igual que en la videoconsola - por medio del entrenamiento y la experiencia, ensayo y error. Una situación basada en la repetición que nunca se atisba como tal, no existe pereza alguna en recorrer el mismo camino gracias a la pericia de su director, y cada reinicio, se vive como algo dinámico, fresco y apetecible. Siempre hay ganas de pulsar en continuar, y llegados al territorio de lo nuevo, sentimos la misma incertidumbre que Tom Cruise y Emily Blunt.
Ellos son la única posibilidad de victoria ante la invasión alienígena, desarrollada inteligentemente lo justo para funcionar y no complicarse, y ellos son quienes llevan el conjunto aún más allá de la diversión y la espectacularidad. El desarrollo de sus personajes, por si mismos y como pareja, es notable, perfectamente creíble, y alejado de las fórmulas memorizadas, sabidas por todos. De cobarde a héroe, de mito a persona, y entre medias, una relación exponencial para él, inexistente para ella. Logrando los intérpretes un mayor número de registros al habitual en este tipo de producciones, donde el carisma puede ser suficiente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ritmo, profundidad y una acción que desde su primera muestra - alucinante el primer salto a tierra - aboga por combinar de forma soberbia lo frenético con la claridad - escenas impresionantes sin llegar nunca a marear ni desconcertar -. Doug Liman - ‘El caso Bourne’, 2002 - es capaz además de hacer gala de una concisión llena de contenido por medio de las elipsis, absolutamente memorables. Y no solo es plausible su puesta en escena, el combo ejecutado para acoplar ciencia ficción, comedia, acción, romance y cine bélico es nivel experto, y por si fuera poco, hay varias lecturas adicionales que subyacen bajo el texto principal.
Véase por ejemplo la crítica a la maquinaria y propaganda militar implícita en el traje de combate, capaz de hacer creer a cualquiera poder ser un super soldado como “el ángel de Verdún” - referencia a la I guerra mundial -. O la secuencia que une pasado, presente y futuro en un bar durante ese momento de “pause”. Necesario ante la frustración de vivir un bucle de muerte insuperable en una batalla que, referencia a la II guerra mundial, alude al desembarco de Normandía.
El jefe final espera y la tensión aumenta cuando en su desenlace conocemos que no hay más puntos de guardado, es el todo o nada, y no defrauda. Acaba aquí la historia, en el agua, el "happy ending" no es más que una concesión romántica tópica que no va acorde con la relación que los personajes han desarrollado a lo largo de la película. Por lo que, ante esta diferencia entre lo narrado y la puntilla desacorde de la última escena, lo incongruente y prescindible que resulta, lo mejor es olvidarla.
‘Al filo del mañana’ es una película completísima, adaptación de la novela del japonés Hiroshi Sakurazaka ‘All You Need Is Kill’, y que si bien no tiene el aura de lo novedoso, si tiene en su ejecución grandísimas dosis de inventiva. Añadan a todo lo escrito un Tom Cruise mereciendo esa categoría de gran actor que ostenta, y una Emily Blunt soberbia en un personaje icónico - que lleve por arma una espada que es una hélice de helicóptero es muy top - y tendrán una película que si bien no es sobresaliente por esos errores más llamativos que dañinos, prácticamente lo es.
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Véase por ejemplo la crítica a la maquinaria y propaganda militar implícita en el traje de combate, capaz de hacer creer a cualquiera poder ser un super soldado como “el ángel de Verdún” - referencia a la I guerra mundial -. O la secuencia que une pasado, presente y futuro en un bar durante ese momento de “pause”. Necesario ante la frustración de vivir un bucle de muerte insuperable en una batalla que, referencia a la II guerra mundial, alude al desembarco de Normandía.
El jefe final espera y la tensión aumenta cuando en su desenlace conocemos que no hay más puntos de guardado, es el todo o nada, y no defrauda. Acaba aquí la historia, en el agua, el "happy ending" no es más que una concesión romántica tópica que no va acorde con la relación que los personajes han desarrollado a lo largo de la película. Por lo que, ante esta diferencia entre lo narrado y la puntilla desacorde de la última escena, lo incongruente y prescindible que resulta, lo mejor es olvidarla.
‘Al filo del mañana’ es una película completísima, adaptación de la novela del japonés Hiroshi Sakurazaka ‘All You Need Is Kill’, y que si bien no tiene el aura de lo novedoso, si tiene en su ejecución grandísimas dosis de inventiva. Añadan a todo lo escrito un Tom Cruise mereciendo esa categoría de gran actor que ostenta, y una Emily Blunt soberbia en un personaje icónico - que lleve por arma una espada que es una hélice de helicóptero es muy top - y tendrán una película que si bien no es sobresaliente por esos errores más llamativos que dañinos, prácticamente lo es.
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7,1
7.769
7
10 de junio de 2014
10 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El hombre ha nacido libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado”. Cita escrita por J.J Rousseau en el siglo VIII, época histórica compartida por este drama cortesano estructurado en torno a tres grandes personajes atados y bien atados. Atados y encadenados por un sistema clasista - el monárquico - ya retrógrado por aquel entonces y que, basado en el totalitarismo, el vil aferro al poder, y la privación de libertades va a crear un contexto palaciego de intrigas y difícil pervivir. Atados y bien atados por un guión - en el que figura Lars Von Trier - donde no se deja títere con cabeza, ya sea implícita o explícitamente hablando.
Nadie es sano ni carece de culpa en un texto que acertadamente rehuye del maniqueísmo. Refiriendo a la figura de un pueblo víctima pero tan burdo como para alienarse en favor de lo que se le infunde, un consejo de estado gobernante sellado, corrupto y continuista, un rey de trapo nacido en título pero no en alma para dirigir, una reina educada en el protocolo que despierta, y un médico ilustrado esperanzador y con aire a nuevo, peligroso por tanto.
Como suele ser habitual en el “subgénero” la producción es impecable y su duración extensa, aunque bien llevada. Sus 137 minutos se siguen con atención - especialmente desde la llegada a palacio del médico - siendo atribuible gran parte del mérito para quien dirige, Nikolaj Arcel, buen conductor, claro y conciso de un material complejo y vasto. Técnicamente mencionar la fotografía de Rasmus Videbæk que en su iluminación transita entre lo natural para asuntos de palacio y lo opaco para lo referido al vulgo.
Hay hueco para el drama, la reivindicación y el amor en esta historia representada en pantalla por tres grandes interpretaciones como son la de Mikkel Boe Følsgaard - Christian VII - por quien sentir antipatía, compasión e incluso afecto, Alicia Vikander - Caroline Mathilde - sufrida y ardiente con verosimilitud, y un ya reputado Mads Mikkelsen - Johann Friedrich Struensee - en constante evolución para con su personaje. Ideales, amor y fidelidad a tres bandas en una historia que no es innovadora pero se ve con gran interés.
‘Un asunto real’ es un filme visualmente trabajado, nada perezoso, con un trio protagonista espléndido y centrado en un pasaje de la historia danesa - no se con que grado de fidelidad - de grandes atenciones presentes y responsabilidad perenne. Una batalla nada cómoda entre la casta y sus no afiliados, lo conservador frente a lo innovador, lo continuista o la igualdad. Soplan vientos de cambio.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Nadie es sano ni carece de culpa en un texto que acertadamente rehuye del maniqueísmo. Refiriendo a la figura de un pueblo víctima pero tan burdo como para alienarse en favor de lo que se le infunde, un consejo de estado gobernante sellado, corrupto y continuista, un rey de trapo nacido en título pero no en alma para dirigir, una reina educada en el protocolo que despierta, y un médico ilustrado esperanzador y con aire a nuevo, peligroso por tanto.
Como suele ser habitual en el “subgénero” la producción es impecable y su duración extensa, aunque bien llevada. Sus 137 minutos se siguen con atención - especialmente desde la llegada a palacio del médico - siendo atribuible gran parte del mérito para quien dirige, Nikolaj Arcel, buen conductor, claro y conciso de un material complejo y vasto. Técnicamente mencionar la fotografía de Rasmus Videbæk que en su iluminación transita entre lo natural para asuntos de palacio y lo opaco para lo referido al vulgo.
Hay hueco para el drama, la reivindicación y el amor en esta historia representada en pantalla por tres grandes interpretaciones como son la de Mikkel Boe Følsgaard - Christian VII - por quien sentir antipatía, compasión e incluso afecto, Alicia Vikander - Caroline Mathilde - sufrida y ardiente con verosimilitud, y un ya reputado Mads Mikkelsen - Johann Friedrich Struensee - en constante evolución para con su personaje. Ideales, amor y fidelidad a tres bandas en una historia que no es innovadora pero se ve con gran interés.
‘Un asunto real’ es un filme visualmente trabajado, nada perezoso, con un trio protagonista espléndido y centrado en un pasaje de la historia danesa - no se con que grado de fidelidad - de grandes atenciones presentes y responsabilidad perenne. Una batalla nada cómoda entre la casta y sus no afiliados, lo conservador frente a lo innovador, lo continuista o la igualdad. Soplan vientos de cambio.
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