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Críticas 3.472
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
31 de diciembre de 2013
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos hechos históricos inspiraron la novela, “Lord Jim”, que el escritor, Joseph Conrad (Jósef Teodor Konrad Korzeniowski) (1857-1924), publicara primero en la revista Blackwood, entre octubre de 1899 y noviembre de 1900. El primero, fue el incidente del barco de bandera británica, S.S. Jedah, en 1880, el cual llevaba a bordo a cerca de un millar de musulmanes que iban de peregrinación hacia La Meca, cuando, de repente, un fuerte huracán averió el barco y el agua empezó a penetrar por un costado… Espoleado por el aterrado primer oficial, el capitán Joseph Clark, comenzó a llenarse de pánico y a presagiar que se avendría un seguro naufragio, y entonces abandonó la nave junto a su esposa, algunos mandos medios y unos pocos pasajeros, en un bote salvavidas… dejando a los cientos de pasajeros a merced de su destino. Pero, por fortuna, la nave fue rescatada, poco tiempo después, con sus ocupantes a salvo, y la deshonra alcanzó al capitán, luego de padecer un tremendo escándalo.

El segundo suceso se refiere muy libremente a, James Brooke (y de aquí pudo surgir el nombre Jim), un aventurero inglés nacido en La India, quien se hizo al poder en Sarawak, y convertido en el primer rajá blanco, estableció un Estado independiente en la isla de Borneo.

La conjunción de estos hechos, sirvió para que, Conrad, hiciese ese magnífico estudio del heroísmo y el miedo, la fragilidad y el arrojo, y sobre el terrible peso que adquiere la vida cuando resulta marcada por el deshonor. A su turno, la cinematografía no tardaría en interesarse por semejante portento de novela y ya, en 1925 y en versión muda, el director Victor Fleming (“Lo que el viento se llevó”), haría una primera versión para la pantalla grande conservando el título original: "Lord Jim".

Cuarenta años después es, Richard Brooks, uno de los más notables adaptadores de obras literarias que ha dado el cine (“The Brothers Karamazov”, “Cat on a hot tin roof”, “Elmer Gantry”…), quien se ocupará de nuevo de la ya inmortal obra de Conrad… y el resultado, es un filme de profundos significados, de rotundas reflexiones, y con un incesante afán de correrle el velo a las emociones humanas, resultando imposible no sentirse tocado, y quizás muy sensibilizado, por lo que sucede en esta magnífica historia.

Los diálogos no desperdician palabra, y puede oler un poco a que los personajes centrales Jim, el profesor Stein, la chica revolucionaria (Jewel, en el libro), y hasta el rapaz capitán Brown, hablen muy a lo Conrad, pero, la sustancia de cada frase prodiga entendimiento, y por momentos, la esencia humana pareciera verse con absoluta transparencia.

Ya es bien sabido que, por lo general, la adaptación de una novela al cine, implica obligados, necesarios o particulares cambios, de acuerdo con las posibilidades, intereses y/o pretensiones del director, y en esto, <<LORD JIM>> no ha sido la excepción. Pero, lo logrado por Brooks, conserva de nuevo lo esencial de la novela, y lo que más importa –al menos para nosotros-, que es la profundización en la psicología de los personajes, queda aquí tan bien preservada que, creo que, de Lord Jim, terminamos sabiendo tanto o más de lo que él mismo sabe acerca de su propia vida.

El resultado final, es una obra cinematográfica indispensable para todo el que tenga la sensatez de comprender que, el mejor conocimiento es el que uno puede obtener acerca de sí mismo.

* Frase en el epitafio de Joseph Conrad, escrita por Edmund Spenser.
9 de septiembre de 2011
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acto I: “RENZO Y LUCIANA”. Una pareja de jóvenes obreros decide casarse con la esperanza de que saldrán adelante, pese a las pocas comodidades de que disfrutan ahora. Deben vivir con la numerosa familia de ella, ver hondamente limitada su privacidad, esperar ¡quién sabe cuánto tiempo! a que puedan hacerse a su propio espacio, y de ñapa, aguantar el acoso del contable de la empresa quien pretende ligar con la chica. Otro sentido retrato que logra Mario Monicelli, sobre la vida de los explotados, donde la mujer demuestra el carácter y la dignidad que deben imponerse por encima de las mayores necesidades o deseos personales. * * * * * * *

Acto II: “LAS TENTACIONES DEL DR. ANTONIO”. Con este título, inspirado en el famoso cuadro surrealista de Max Ernst, Federico Fellini vuelve a una de las cosas que más le agradaba: Poner en su sitio la falsa moral y la hipocresía que, cual río eterno, ronda por los alrededores de su linda casa en Roma. Con una perfecta actuación de Peppino de Filippo como el nuevo Tartufo, el filme se regodea castigando a este pobre moralista a quien, como siempre ocurre, la negación diaria y extrema de cualquier deseo pecaminoso, se le convierte en una obsesión irreprimible cuando, una gran valla invitando a tomar más leche, es instalada frente a su ventana con la voluptuosa imagen, plagada de apetitosas carnes de Anita Ekberg, mirándolo fijamente. Con efectivos y divertidos efectos surreales, Fellini deja a Nazzarello como Moliére a su Tartufo: Deseando como nadie lo que tanto ha negado, porque las leyes de la vida funcionan indefectiblemente. Y una de ellas dice: Aquello de lo que tanto repugnas lo atraerás irremisiblemente. * * * * * * * *

Acto III: “EL TRABAJO”. Escándalo, prostitución, matrimonio en crisis y esposa que decide cobrarse con creces los devaneos de su marido, es lo que utiliza Luchino Visconti para acercarnos, una vez más, a las inmensas y frías mansiones de la aristocracía y dejar plasmada su decadencia. Romy Schneider acierta en su papel como la condesa que “no va más”… a menos que le permitan hacer el trabajo con el que podrá resarcirse. * * * * * *

Acto IV: “LA RIFA”. Con un nuevo guión del notable Cesare Zavattini, el director Vittorio de Sica, realiza una divertida comedia de costumbres ambientada en la Nápoles pueblerina donde alguien comienza a vender boletos para una rifa muy especial: Acostarse con la más despampanante chica del pueblo, representada nada menos que por Sophia Loren en plena madurez de sus mórbidas carnes. Cálida, conmovedora y con ese encanto natural que solía relucir en el cine del que fuera uno de los grandes del neorrealismo. * * * * * * *
29 de noviembre de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Varias veces me han preguntado: ¿Por qué una persona nace o se vuelve discapacitada?... Después de trabajar, varios años, con discapacitados físicos (parapléjicos, cuadripléjicos, invidentes…) y luego con personas con discapacidad cognitiva (síndrome de down, retraso mental…), llegué a una conclusión que me resulta muy clara: Un ser humano nace discapacitado cuando el proceso que debe vivir en esta vida hace necesario que carezca de ciertos órganos y, por la misma razón, puede perderlos en algún momento de su vida. Esto sucede porque ya no necesita lo que “pierde”, y su nueva condición, sólo pretende ayudarlo a encaminarse hacia su proceso evolutivo. Para unos será más fácil, para otros un poco más difícil, pero para todos siempre se pretende el crecimiento espiritual.

Por esto, lo primero que debe tenerse en cuenta en cualquier tipo de discapacidad, es que se debe aprender a vivir con ella. Lamentarse es no entender. Vivir ansiando lo que otros poseen o lo que se era antes, es desconocer que la vida no castiga sino que predispone las condiciones necesarias e imperativas para que podamos avanzar. El universo se mantiene en constante evolución, y así continuará, con nosotros o contra nosotros. Avanzas o te empujan para que avances, pero nada puede detenerse. Tu elección está entre ver lo que te sucede como una magnífica oportunidad o asumirlo como un castigo, merecido o "inmerecido", que habrá de dolerte cuando así lo entiendes. El verdadero sabio sólo espera aquello que al final sucede... porque lo que sucede es perfecto.

Belinda McDonald, es una joven de este talante. Sordomuda desde que tenía un año de edad, vive con su comprensivo padre y su temperamental, pero, muy accesible tía Maggie, a quienes ayuda en los quehaceres demostrando que puede valerse en las más diversas tareas. Belinda, se muestra conforme con su vida, pero está dispuesta a aprender cuando, a su casa, llega el nuevo médico de la isla, el Dr. Robert Richardson, quien siente que la chica puede avanzar mucho en su proceso comunicativo con sólo darle un punto en que apoyarse. Lo que sigue, es un ejemplo de compromiso con la vida; el ejercicio de una profesión con verdadero altruismo; y una maternidad coherente con el deber ser, ejercida contra todas las limitaciones.

El director, Jean Negulesco, quien, valoró esta película más que cualquiera otra de las que hizo, agradecía sinceramente a, Errol Flynn, no haberlo aceptado para que lo dirigiera en, “The New Adventures of Don Juan”, pues, a cambio, la productora Warner Bros. le ofreció esta magnífica oportunidad que, para él, fue su mayor éxito profesional.

<<BELINDA>>, es un filme que respira humanidad de principio a fin, pues, en él se exalta el noble ejercicio de una profesión de capa caída en los más recientes tiempos. Pero quizás, lo más admirable en ella es la dignidad y la entereza que demuestra la joven discapacitada para sobreponerse a su condición sin renegar de las cosas, en apariencia lamentables, que ocurren en su vida.

¡Imprescindible!
12 de febrero de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ryerks, Rusia, 1870. Fyodor Karamazov, es padre de cuatro hijos varones y como cierto personaje del escritor Jorge Amado, también él piensa que: "Uno no puede acostarse con todas las mujeres del mundo… pero ¡vale la pena intentarlo!". Su hijo, Dmitri, es un teniente del ejército zarista, vividor y bohemio. De él está enamorada, Katya, una agraciada y aburguesada mujer que cree, ilusamente, que todo en la vida se consigue con dinero. Alexi, es un monje, conciliador y querido por todos, especialmente por Dmitri y su padre. Ivan, es periodista, escéptico y blasfemo, pero, en el fondo, alberga una creencia en Dios que, de repente saldrá a flote. Smerdjakov, es el hijo ilegítimo, enfermo de epilepsia y muy duramente tratado por su progenitor quien, por estos motivos le odia, y como otras personas, desea su muerte.

La dramática tragedia que habrá de avenirse, ha sido soberbiamente recreada por ese brillante intérprete de los grandes escritores, como fue el director, Richard Brooks, autor de filmes tan bien horneados como: "The Last Hunt", “The Cat on a Hot Tin Roof”, “In Cold Blood”, y otros tantos.

La adaptación cinematográfica de la eterna novela de Fiódor Dostoyevski, publicada en 1880, en la cual el autor retoma hechos autobiográficos y conocidos por él, tiene gusto a delineamiento perfecto de unas figuras humanas que tienen trazada su aleccionadora presencia por toda la eternidad.

Hay imponentes ejemplos del accionar humano, como la escena entre el capitán retirado y su pequeño hijo, cuando éste lo conmina a hacer valer su código de honor para enfrentar a Dmitri, quien, particularmente, resulta ser el personaje más estructurado, dotado de positivos matices y de valores ocultos que, de repente, sorprenderán a todos.

Yul Brynner, da cuenta aquí de su fuerte personalidad y de su gran carácter interpretativo, cuando afronta, como Dmitri, el intenso juicio acusado de parricidio; y, Maria Schell, adorna con su dulce presencia al personaje de Grushenka, una muchacha ávida de libertad, cuya ternura y encantos desean por igual, el padre Karamázov y el altivo Dmitri. Valga mencionar, a manera de anécdota, que este personaje fue muy anhelado por la legendaria actriz, Marilyn Monroe... pero, nunca se le concedió.

Con una elegante y veraz recreación escenográfica, Brooks desplaza las situaciones de un clima denso a un evento cálido, donde la fortaleza de los hombres puede salir a flote para dar, cuando se precisa, lo mejor de ellos mismos; y sensibles simbologías, recrean claros rasgos de personalidad, como el cristal roto sobre el que vemos a Smerdiakov, cuando por su mente cruzan ideas perversas.

<<LOS HERMANOS KARAMÁZOV>>, constituye un libro, y una película, de enorme peso en la literatura y de imprescindible apreciación en el arte cinematográfico.
19 de junio de 2014
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Hilton (1900-1954) fue uno de los más valiosos reclutamientos que hiciera Hollywood en los años 1930… De origen inglés, Hilton se había formado en un colegio cristiano en Cambridge, y parece ser que desde allí surgió en él una búsqueda espiritual que, con los años, lo llevaría a alcanzar ese profundo entendimiento de la existencia que luce magníficamente plasmado en sus diversas y exitosas novelas. Varias de ellas han sido llevadas al cine, y cualquiera que las haya visto, puede dar fe de su gran sentido humano y de los maravillosos y encomiables personajes que circulan en cada una de ellas.

Adiós Mr. Chips, No estamos solos, Niebla en el pasado… y su más celebrada, Horizontes perdidos (1933), hacen parte de un valiosísimo legado literario que, además de varios otros guiones escritos (o co-escritos) directamente para el cine (“Camille”, “Mrs. Miniver”, que le merecería el premio Oscar, “Forever and a day”…) son cita obligada para cualquier lector o cinéfilo que anhele cosas de calidad y de profundos significados.

”HORIZONTES PERDIDOS”, ya había sido llevada magistralmente al cine por el director Frank Capra en 1937, y no resulta raro que, años después, los productores se interesaran por hacer una nueva versión de esta celebrada novela. La intención era hacer ahora un semi-musical, y el nuevo guión escrito por Larry Kramer (muy apegado al de Capra) se puso en manos del director Charles Jarrott, quien hizo lo mejor que pudo para repetir mucho de lo que ya hiciera el director italo-americano (pero sin su brillantez escénica ni su sensibilidad narrativa), y le dio su toque personal con unas coreografías de Hermes Pan (el eterno colaborador de Fred Astaire) y con unas canciones a las que favorecen sus agradables tonadas, pero que adolecen de verdadera sustancia en las letras.

Queda bien claro que no se trabajó con la intención de hacer algo decididamente original sino que primó el interés de repetir el gran clásico de Capra, con unos apartes musicales que se ajustaran a la nueva época y ofreciendo el cuento alegre y colorido que ahora prefieren las nuevas generaciones.

En las actuaciones. asignadas a reconocidos actores de los años 1970… apenas resalta, Peter Finch, en una sobria recreación de Richard Conway, el político y escritor que va a encontrarse con la realización de su más altos anhelos. Y Charles Boyer, en ese corto pero significativo rol de El Gran Lama que, en la versión de Capra, representara Sam Jaffe. De resto, y con puros afanes comerciales, se quiso tener a la recordada Ofelia del “Romeo y Julieta” de Zeffirelli, Olivia Hussey; a la “Hot lips” de “M*A*S*H*”, Sally Kellerman; a la célebre sueca asentada en Hollywood, Liv Ullman; y a Michael York, otro rescatado de “Romeo y Julieta”, que venía pasando por un buen momento.

Con todo, y aunque objetivamente hay que decir que no ha logrado Charles Jarrott una película brillante ni tampoco original, hechas bien las cuentas, prefiero este “HORIZONTES PERDIDOS” a muchos de esos filmes con un montón de chatarra (de esos que cuestan varios millones de dólares), pues éste sigue hablando de cosas trascendentales y aún contiene suficiente sustancia para motivar unas cuantas y muy valiosas reflexiones.

Concluyo con una frase que vale la pena recordar: “Cuando al fin los “fuertes” se hayan devorado entre ellos, entonces los mansos heredarán la tierra”.
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