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8,5
193.774
10
20 de agosto de 2012
20 de agosto de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya se ha dicho todo, y se ha dicho mucho mejor de lo que yo puedo escribir.
Pero, como colofón a lo que he disfrutado, no puedo dejar de decir lo bueno que es esto. Es increíble. Todo.
La sencillez, la alegría, el sacrificio, la actitud. La actitud amigos, la actitud. Hay quién dice que la película es un timo, porque no es real, porque ningunea de alguna forma el sufrimiento de aquellos hechos, facilona...ya.
Hablamos mi mujer y yo cuanto había de Guido en Benigni, y de Benigni en Guido, posiblemente más de lo que parece. Me pareció todo tan real que casi se podía tocar, tan cercano que casi parecía que hablaba de mi familia. Esa historia parte de alguien que quiere contar cómo vive. Esas escenas son la recreación de lo que alguien quisiera hacer si se viera así, son los sueños de vivir de forma extraordinaria.
Pero bueno hablamos solo de una peli, ¿no?. Eso es fácil porque no es la vida de Benigni. Total este hombre solo ha sido capaz de hacer una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos - sino la mejor - con un seductor feo y desgarbado que ha convertido en un príncipe azul. Ha logrado llevar a plenitud total aquello de que "lo que importa es el interior" hasta el punto de que deja a los Clooney y Gere de otras pelis, como adversarios sin ninguna posibilidad, y que deja en evidencia a los maridos de casi todo el mundo, a poco que se tenga algo de sensibilidad.
Ha creado un manual de como ser padre que encandila a los adultos, un manual por el que el cine familiar de Disney hubiera vendido a Mickey Mouse como alimento para ofidios. Sin niños perfectos, monísimos, institutos super molones, casas enormes y papas barbacoeros.
Es verdad, es difícil pensar que la peli pudiera ser real, pero tengo la osadía de pensar que si. Que esa actitud es posible, y que es la misma que ha llevado a Benigni a crear la vida es bella.
Pero, como colofón a lo que he disfrutado, no puedo dejar de decir lo bueno que es esto. Es increíble. Todo.
La sencillez, la alegría, el sacrificio, la actitud. La actitud amigos, la actitud. Hay quién dice que la película es un timo, porque no es real, porque ningunea de alguna forma el sufrimiento de aquellos hechos, facilona...ya.
Hablamos mi mujer y yo cuanto había de Guido en Benigni, y de Benigni en Guido, posiblemente más de lo que parece. Me pareció todo tan real que casi se podía tocar, tan cercano que casi parecía que hablaba de mi familia. Esa historia parte de alguien que quiere contar cómo vive. Esas escenas son la recreación de lo que alguien quisiera hacer si se viera así, son los sueños de vivir de forma extraordinaria.
Pero bueno hablamos solo de una peli, ¿no?. Eso es fácil porque no es la vida de Benigni. Total este hombre solo ha sido capaz de hacer una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos - sino la mejor - con un seductor feo y desgarbado que ha convertido en un príncipe azul. Ha logrado llevar a plenitud total aquello de que "lo que importa es el interior" hasta el punto de que deja a los Clooney y Gere de otras pelis, como adversarios sin ninguna posibilidad, y que deja en evidencia a los maridos de casi todo el mundo, a poco que se tenga algo de sensibilidad.
Ha creado un manual de como ser padre que encandila a los adultos, un manual por el que el cine familiar de Disney hubiera vendido a Mickey Mouse como alimento para ofidios. Sin niños perfectos, monísimos, institutos super molones, casas enormes y papas barbacoeros.
Es verdad, es difícil pensar que la peli pudiera ser real, pero tengo la osadía de pensar que si. Que esa actitud es posible, y que es la misma que ha llevado a Benigni a crear la vida es bella.
3
10 de abril de 2012
10 de abril de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son las mejores. Duras, leñosas..con aroma profundo. También tengo de cacahuete... espectaculares, crujientes.
Y qué decir de mis mondas de naranja, de tono ácido y afrutado. No olviden las carnosas peladuras de patata, hmmm, una pura exquisitez.
Ahora que os he abierto el apetito, diré que lo que he visto aquí y en la peli es exactamente esto: cáscaras, eso si fenomenalmente vendidas.
Además se dice sin ningún tipo de ambages: si buscas algún tipo de estructura argumental seria, olvídate, porque la historia real es solo una excusa. Aquí de lo que se trata es hacer un cómic animado, es recrear dinámicamente unas imágenes estáticas. Se vende una estética.
Ahora llega la pregunta crítica: ¿Es que acaso es eso mejor?, ¿es simplemente honesto?
En primer lugar, si va a vapulear el hecho histórico, y a deformarlo a placer, es mejor no nombrarlo. Nadie te obliga. No vale la típica excusa de que si el cómic, de que si la intención es no seguir con fidelidad la historia, de bla, bla bla, como si así quedara justificado no la siempre lícita adaptación cinematográfica, sino la distorsión brutal que se ofrece aquí. Y esto empieza desde el mismo cómic.
Si quieres hacer otro "Conan", te curras su universo, no lo disfrazas con un hecho histórico para atraer la atención de tanta gente que de otro modo no vería en "300" más que otra historia de espadas - si ya nos conocemos todos, y el toque parahistórico vende, vaya si vende-.
Porque, en serio, como mola presentar la historia como a nosotros nos gusta. A ver quién es el guapo que no reconoce que el cómic y la peli perderían muchos enteros si en vez de espartanos, Leonidas y Jerjes. Fueran estertinos, Lonideo y Pergas. Pero bueno da igual, porque lo que nos interesa es mostrar la estética más potente que podamos y el rollo espartano ayuda bastante.
Y es en ese punto donde nos caemos de bruces. Porque se renuncia, se pierde la fe en la espectacularidad del argumento. Se claudica ante una imagen, que se venera como victoriosa, y se desprecia la fuerza de una historia sólida, y la rotundidad de un buen diálogo.
Y son son enemigos. Pero claro, es que el tema no se queda solo ahí. Es que lo que interesa es hacer una exhibición a unos seres humanos que no son humanos. Me pareció obsceno el culto a todo tipo de obsesiones que tenemos aquí al lado entre todos nosotros: al cuerpo, a la agresividad, al vencer machacando, a la superficialidad...por eso la historia real molesta, aquí y en el cómic.
Honestidad. Hay géneros que podrán o no gustar, pelis que caen o no en gracia, pero en este caso, me he sentido como si me comprara un pantalón abidas y zapatillas mike con tonos chillones y fuera presumiendo que son mejores que las originales.
Y qué decir de mis mondas de naranja, de tono ácido y afrutado. No olviden las carnosas peladuras de patata, hmmm, una pura exquisitez.
Ahora que os he abierto el apetito, diré que lo que he visto aquí y en la peli es exactamente esto: cáscaras, eso si fenomenalmente vendidas.
Además se dice sin ningún tipo de ambages: si buscas algún tipo de estructura argumental seria, olvídate, porque la historia real es solo una excusa. Aquí de lo que se trata es hacer un cómic animado, es recrear dinámicamente unas imágenes estáticas. Se vende una estética.
Ahora llega la pregunta crítica: ¿Es que acaso es eso mejor?, ¿es simplemente honesto?
En primer lugar, si va a vapulear el hecho histórico, y a deformarlo a placer, es mejor no nombrarlo. Nadie te obliga. No vale la típica excusa de que si el cómic, de que si la intención es no seguir con fidelidad la historia, de bla, bla bla, como si así quedara justificado no la siempre lícita adaptación cinematográfica, sino la distorsión brutal que se ofrece aquí. Y esto empieza desde el mismo cómic.
Si quieres hacer otro "Conan", te curras su universo, no lo disfrazas con un hecho histórico para atraer la atención de tanta gente que de otro modo no vería en "300" más que otra historia de espadas - si ya nos conocemos todos, y el toque parahistórico vende, vaya si vende-.
Porque, en serio, como mola presentar la historia como a nosotros nos gusta. A ver quién es el guapo que no reconoce que el cómic y la peli perderían muchos enteros si en vez de espartanos, Leonidas y Jerjes. Fueran estertinos, Lonideo y Pergas. Pero bueno da igual, porque lo que nos interesa es mostrar la estética más potente que podamos y el rollo espartano ayuda bastante.
Y es en ese punto donde nos caemos de bruces. Porque se renuncia, se pierde la fe en la espectacularidad del argumento. Se claudica ante una imagen, que se venera como victoriosa, y se desprecia la fuerza de una historia sólida, y la rotundidad de un buen diálogo.
Y son son enemigos. Pero claro, es que el tema no se queda solo ahí. Es que lo que interesa es hacer una exhibición a unos seres humanos que no son humanos. Me pareció obsceno el culto a todo tipo de obsesiones que tenemos aquí al lado entre todos nosotros: al cuerpo, a la agresividad, al vencer machacando, a la superficialidad...por eso la historia real molesta, aquí y en el cómic.
Honestidad. Hay géneros que podrán o no gustar, pelis que caen o no en gracia, pero en este caso, me he sentido como si me comprara un pantalón abidas y zapatillas mike con tonos chillones y fuera presumiendo que son mejores que las originales.

7,3
20.432
8
21 de marzo de 2012
21 de marzo de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es, sin duda, una de las frikadas más grandes que recuerdo haber visto. Curiosamente, es ese nivel de rareza particular lo que hace que la peli te tenga enganchado, porque es terriblemente complicado poder imaginar siquiera que es lo próximo que va a ocurrir en la trama.
Por otra parte, en bastantes momentos resulta un poco inquietante observar que la extravagante idea de que los bomberos del futuro se dediquen a quemar libros, en realidad tiene un cierto reflejo en la sociedad de hoy.
Hace tiempo que observo que la mayoría de la gente, en el tren, en el metro, en el bus, está atenta a su cacharro electrónico particular, y solo unos pocos siguen con su libro de toda la vida. Hace tiempo que yo mismo, cuando quiero buscar o leer algo, no cojo un libro, leo de una pantalla. En cierto modo, cuando en la peli el tipo se pone a abrir libros y a leer de ellos, me entró una especie de morriña, como si fuera algo del pasado. En cierto modo me sentí identificado con él, redescubriendo su entusiasmo por abrir páginas y leer, lo debo reconocer.
Hay otros detalles – como la pantalla mural – que hacen pensar. Es cierto que el final es una de las cimas indiscutibles del frikismo cinematográfico, y que alguna cosilla más canta, como no podía ser de otro modo, pero creo que está muy injustamente olvidada.
Hay que tener redaños para hacer esto, y hay que tener talento para hacerlo bien.
Por otra parte, en bastantes momentos resulta un poco inquietante observar que la extravagante idea de que los bomberos del futuro se dediquen a quemar libros, en realidad tiene un cierto reflejo en la sociedad de hoy.
Hace tiempo que observo que la mayoría de la gente, en el tren, en el metro, en el bus, está atenta a su cacharro electrónico particular, y solo unos pocos siguen con su libro de toda la vida. Hace tiempo que yo mismo, cuando quiero buscar o leer algo, no cojo un libro, leo de una pantalla. En cierto modo, cuando en la peli el tipo se pone a abrir libros y a leer de ellos, me entró una especie de morriña, como si fuera algo del pasado. En cierto modo me sentí identificado con él, redescubriendo su entusiasmo por abrir páginas y leer, lo debo reconocer.
Hay otros detalles – como la pantalla mural – que hacen pensar. Es cierto que el final es una de las cimas indiscutibles del frikismo cinematográfico, y que alguna cosilla más canta, como no podía ser de otro modo, pero creo que está muy injustamente olvidada.
Hay que tener redaños para hacer esto, y hay que tener talento para hacerlo bien.
1
24 de mayo de 2024
24 de mayo de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver Stalker, me animo a ver esta. Stalker ya es una peli "distinta", pero esta es absolutamente destroyer. Bestial. Brutal. No aguantas 10 minutos sin caer a plomo en el sofá en un estado de inconsciencia narcoléptica.
Es la única peli que tengo sin calificar. Un 1 porque me obligan.
Para gastar bromas pesadas, echar alguien de casa, etc...
Es la única peli que tengo sin calificar. Un 1 porque me obligan.
Para gastar bromas pesadas, echar alguien de casa, etc...
Miniserie

7,0
5.150
6
10 de mayo de 2019
10 de mayo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo sigo esperando una adaptación seria de los evangelios. Parece mentira, pero el hecho histórico más determinante para la historia de la humanidad, solo merece versiones personalistas e irreales, que se empeñan en no ceñirse a los hechos, en los que se basan solo de manera parcial - en el mejor de los casos -.
No es tan difícil de comprender. Cuando alguien hace una película centrada en un hecho histórico o un personaje en particular, cuando el interés de la película se basa en transmitir al espectador unos hechos concretos con lenguaje cinematográfico, lo primero que se pide es fidelidad a lo que se cuenta.
Colón llegó a América en octubre. Napoleón nació en Córcega. Alarico saquea Roma en el 410 y era ciudadano romano. Aristóteles era el maestro de Alejandro Magno. Datos históricos que nos han llegado por las fuentes de cada época. Si veo una película dónde Colón llega a América en mayo con un solo navío, donde Napoleón se cría en la Bretaña y su abuelo es inglés, donde Alarico va disfrazado de Conan sin saber latín o donde Platón instruye a Alejandro, pues, hombre, no parece que vaya a encontrar muchas razones para el entusiasmo y el alborozo.
Pues con la Biblia, y los evangelios en particular, ocurre algo similar. Textos complejos fuera del alcance del que se quiere asomar a ellos con espíritu "fast food". Textos riquísimos que ofrecen una cantidad de matices y de historias para cientos de películas, pero que, desgraciadamente, en esta sociedad que sabe de tantas cosas y no tiene ni idea - y poco le importa - de historia antigua ni mucho menos de religión, se desprecian como simples cuentos aburridos.
Y así se aprecian en las películas. La mayoría de las películas bíblicas son aburridas. Salvo alguna excepción, no transmiten ni un ápice de la profundidad de la historia original. Son películas planas. En Jesús de Nazaret, Zefirelli pudo haber filmado una obra maestra, pero no pudo o no quiso:
1- El elenco actoral encaja a la perfección, especialmente en sus figuras principales. Con las localizaciones ocurre lo mismo.
2- Se le permitió extender el metraje de una manera inusual. Lo que muchos lo ven como un obstáculo, a mi me parece una oportunidad única para plasmar los evangelios con los detalles necesarios.
3- Aunque la serie empieza bien, ceñida a la historia, enseguida se le empiezan a ver las interpretaciones de su director y las modas narrativas de su tiempo. Empiezan a ser evidentes los típicos clichés de los personajes, y así, a mitad de la serie el número de licencias que se toma el guión convierte el trabajo en una cosa ligeramente por encima del montón, con algunos momentos puntuales acertados.
Quizás a muy pocos les importe que se mezclen lugares y situaciones, que, a pesar del metraje, omitan sucesos notorios, y, que, sin embargo, metan otras historias totalmente inventadas, con diálogos insulsos que rompen el ritmo narrativo.
Quizá a muy pocos les importe que el encuentro con Mateo sea una patraña, que Judas sea traductor y que San Juan sea un hombre de 30 años. A mí, si me importa. Quizás a muchos les sea indiferente que los detalles escritos, las frases milenarias solo aparezcan con fidelidad de vez en cuando. Yo esperaba la excelencia.
El guión ya estaba hecho. No era tan difícil.
No es tan difícil de comprender. Cuando alguien hace una película centrada en un hecho histórico o un personaje en particular, cuando el interés de la película se basa en transmitir al espectador unos hechos concretos con lenguaje cinematográfico, lo primero que se pide es fidelidad a lo que se cuenta.
Colón llegó a América en octubre. Napoleón nació en Córcega. Alarico saquea Roma en el 410 y era ciudadano romano. Aristóteles era el maestro de Alejandro Magno. Datos históricos que nos han llegado por las fuentes de cada época. Si veo una película dónde Colón llega a América en mayo con un solo navío, donde Napoleón se cría en la Bretaña y su abuelo es inglés, donde Alarico va disfrazado de Conan sin saber latín o donde Platón instruye a Alejandro, pues, hombre, no parece que vaya a encontrar muchas razones para el entusiasmo y el alborozo.
Pues con la Biblia, y los evangelios en particular, ocurre algo similar. Textos complejos fuera del alcance del que se quiere asomar a ellos con espíritu "fast food". Textos riquísimos que ofrecen una cantidad de matices y de historias para cientos de películas, pero que, desgraciadamente, en esta sociedad que sabe de tantas cosas y no tiene ni idea - y poco le importa - de historia antigua ni mucho menos de religión, se desprecian como simples cuentos aburridos.
Y así se aprecian en las películas. La mayoría de las películas bíblicas son aburridas. Salvo alguna excepción, no transmiten ni un ápice de la profundidad de la historia original. Son películas planas. En Jesús de Nazaret, Zefirelli pudo haber filmado una obra maestra, pero no pudo o no quiso:
1- El elenco actoral encaja a la perfección, especialmente en sus figuras principales. Con las localizaciones ocurre lo mismo.
2- Se le permitió extender el metraje de una manera inusual. Lo que muchos lo ven como un obstáculo, a mi me parece una oportunidad única para plasmar los evangelios con los detalles necesarios.
3- Aunque la serie empieza bien, ceñida a la historia, enseguida se le empiezan a ver las interpretaciones de su director y las modas narrativas de su tiempo. Empiezan a ser evidentes los típicos clichés de los personajes, y así, a mitad de la serie el número de licencias que se toma el guión convierte el trabajo en una cosa ligeramente por encima del montón, con algunos momentos puntuales acertados.
Quizás a muy pocos les importe que se mezclen lugares y situaciones, que, a pesar del metraje, omitan sucesos notorios, y, que, sin embargo, metan otras historias totalmente inventadas, con diálogos insulsos que rompen el ritmo narrativo.
Quizá a muy pocos les importe que el encuentro con Mateo sea una patraña, que Judas sea traductor y que San Juan sea un hombre de 30 años. A mí, si me importa. Quizás a muchos les sea indiferente que los detalles escritos, las frases milenarias solo aparezcan con fidelidad de vez en cuando. Yo esperaba la excelencia.
El guión ya estaba hecho. No era tan difícil.
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