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Críticas 1.477
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
6
2 de noviembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido filme de ciencia-ficción con alma de serie B que cuenta con dos buenos reclamos: la belleza de la canadiense Natasha Henstridge, y el diseño de la criatura alienígena por parte de H.R. Giger, el excéntrico creador del xenomorfo más famoso del cine del “Alien: el octavo pasajero” (1979) de Ridley Scott.

El filme tiene su base o “explicación lógica” (con muchas comillas) en el mensaje que el radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) emitió en 1974 en dirección al cúmulo globular M13. Aunque ese mensaje debería tardar en llegar unos 25.000 años a su destino, en la película es captado antes de tiempo y enviada la respuesta con algo más: una entidad alienígena que se mezcla con el ADN humano y toma forma de una niña que va creciendo a pasos agigantados.

Donaldson plantea la película como una persecución, en la que un escogido grupo de expertos, dirigidos por Ben Kingsley, deberán dar caza a la “niña de las estrellas” antes de que le dé por reproducirse con algún espécimen humano, algo nada difícil teniendo en cuenta que la niña es muy joven de edad, pero tiene el rostro y el cuerpo de la Henstridge.

Su desarrollo convencional y predecible no impide que el filme resulte entretenido, si bien tiene ciertos atisbos de falsa originalidad y reclamos tan rimbombantes como “la mejor película desde Alien”. Donaldson, director resultón con títulos taquilleros y alguno que otro interesante (“Un pueblo llamado Dante’s Peak”, 1995, “Trece días”, 2000), consigue imprimir al relato un ritmo acertado, siendo las mejores escenas las de la rubia-alienígena suelta por la ciudad y buscando un machote que le eche un polvo galáctico con las mismas intenciones que una mantis religiosa.

El éxito de “Species” llevaría a la realización de otras tres películas más, de calidad notoriamente inferior, con Natasha Henstridge repitiendo papel sólo en la segunda parte.

Recomendable.
26 de agosto de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante muestra del cine de serie B de los ochenta, género que en esa década se alimentó a base de “remakes” y homenajes de películas de los cincuenta y que ofreció pocas novedades destacadas, como esta “Trans-Gen”.

El filme de Carpenter y Obrow retoma la figura del “mad-doctor” para presentar a una mujer, Amanda (Kim Hunter), que advierte a su hijo John (David Allen Brooks) que destruya un extraño trabajo que ella ha estado realizando en el laboratorio de su casa. John ignora lo que es e investigará la casa para encontrarse con algo horripilante que pondrá en peligro su vida y la de los que lo acompañan, entre ellos el guapo rostro ochentero de Amanda Pays.

De desarrollo lineal y con un ritmo acertado, “Trans-Gen” consigue atrapar al espectador gracias a sus buenos efectos especiales, con ese encanto artesano de antes que requería más trabajo y conseguía asustar mucho más que muchos monstruos digitales de ahora. El empeño puesto en este aspecto es loable, ya que el filme ofrece unas secuencias verdaderamente inquietantes para gran satisfacción de los fans del género.

Si bien empieza como una película de suspense cualquiera, la cinta va alcanzando interés conforme se van sucediendo los acontecimientos dentro de la casa, como si de una casa encantada se tratase, alcanzando un clímax de verdadero espectáculo.

En el reparto, nada destacable salvo la agradable presencia de Amanda Pays, y un pequeño-malvado papel para Rod Steiger, actorazo inolvidable que muchos recordarán de “El calor de la noche” (1967) o de su gran papel en “Jesús de Nazareth” (1977) como Poncio Pilato.

Recomendable.
26 de mayo de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resultona serie B basada en un relato del prolífico Stephen King, repleta de cameos y sustos felinos varios.

Se trata de una familia, madre e hijo, que viven incestuosamente y esconden un horrible secreto: son “sonámbulos”, una antigua raza de seres que se alimentan, cual vampiros, de la sangre de sus víctimas. El jovencito, Brian Krause, no duda en ligarse a Mädchen Amick para merendársela, y no precisamente en el sentido que a más de uno le gustaría…

El filme se desarrolla de forma parecida a otros relatos de Stephen King hechos para la televisión, medio en el que Mick Garris es todo un referente. Nos encontramos, pues, con una narración sencilla, muy lineal y con pocas sorpresas de mención, aparte de los cameos de figuras del fantástico y el terror como el propio Stephen King, los directores Joe Dante, John Landis y Tobe Hooper, y el actor Mark “Skywalker” Hamill.

La película pasa del romance estudiantil a un terror de estructura típicamente convencional, a lo King (por algo él es también el guionista), profundizando lo justo en los personajes para no perder el ritmo. De todas formas, no hay mucho donde profundizar en un par de chupasangres cuyo único objetivo en la vida es succionar, aunque es interesante el hecho de que esas criaturas les tengan especial temor a los gatos, jugando un poco con el misterio que siempre han encerrado estos animales a lo largo de la Historia.

Poco más se puede añadir de este entretenido filme del que se podía haber aprovechado mucho más, como siempre sucede en estos casos.
6 de mayo de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran empresa a la que se embarcó Peter Jackson a la hora de adaptar a la gran pantalla la obra magna de Tolkien no fue la primera. Ya lo intentó Ralph Bakshi, especialista en cintas de animación donde se mezclan dibujos con imágenes reales, en esta producción de la que adapta tan sólo los dos primeros libros de “El señor de los anillos”, dejando la película inconclusa, pero aún así, ofreciendo una obra de gran interés, y siendo una gran influencia para la futura y extraordinaria trilogía de Jackson.

Lo primero que llama la atención es la calidad de la animación tradicional, con movimientos fluidos y casi humanos, que convergen a la perfección cuando se añaden escenas reales gracias a la técnica del rotoscopio, de la que Bakshi fue un verdadero pionero. Lo segundo, lo bien estructurada que está y, sobre todo, lo bien que Bakshi ha sabido trasladar el espíritu épico y aventurero de la fantasía de Tolkien, logrando momentos muy conseguidos y arrebatadores y dotando al filme en su conjunto de un necesario toque oscuro no adecuado para niños.

Quizás la película peca de ser demasiado presurosa; avanza muy rápido para intentar abarcar lo más esencial de los libros y deja, sobre todo en el concerniente al desarrollo de “Las dos torres”, también inacabado, un cierto vacío que podría haber llenado una conclusión con “El retorno del rey” para hacer del filme de Bakshi una auténtica obra maestra. La United Artist se negó a dar la financiación necesaria para continuar con la trilogía basándose en que la obra era demasiado oscura, a pesar del gran éxito de taquilla que cosechó.

Destaca el buen trabajo hecho a la hora de caracterizar a los personajes, tanto la sencillez de los Hobbits como personajes esenciales como Aragorn y Gandalf, cuya encarnación animada fue debida a John Hurt y Chistopher Guard, sin olvidarnos de los aterradores Nazgul, de los cuales Peter Jackson tomó buena nota cuando los trasladó al “live action” 23 años después. Los diseños de decorados y la evocadora música de Leonard Rosenman también ayudan a ofrecer un atisbo de luz a una pequeña parte de la fértil imaginación de Tolkien y su Tierra Media, que tanta influencia ha tenido tanto en el cine como en la literatura.

Muy recomendable.
22 de febrero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante muestra del cine catastrofista que se impuso en las salas comerciales de los setenta. Aunque no es una película norteamericana, su estructura es similar.

El filme lo dirige George Pan Cosmatos, director de poco bagaje especializado en vistosas cintas de acción durante los ochenta. "El puente de Casandra" es, posiblemente, su obra más notable, ya que cohesiona de manera eficiente tanto la acción como el thriller, utilizando para ello un elenco de lujo aunque con desigual aprovechamiento. El filme se desarrolla en un tren, por lo que su fotografía y escenografía están muy limitadas, pero Cosmatos logra imprimir ritmo y tensión al relato, llegando a rematar la faena de forma realmente espectacular.

Lamentablemente, la cinta sufre de cierta monotonía de forma, característica que se acrecenta debido a su duración. Presenta una dirección tan constante que no permite variaciones en encuadres ni en situaciones lo que, unido a lo ya comentado de su limitada fotografía, no hace más que reducir la indudable calidad que tiene la propuesta.

En cuanto al reparto, nombres como Sophia Loren, Ava Gardner, John Phillip Law y Martin Sheen están totalmente desaprovechados, haciendo de mero reclamo como solía ser habitual en el subgénero de catástrofes. La verdadera estrella es Richard Harris, al que se le carga todo el peso de la acción, muy por encima de un correcto Burt Lancaster en su papel de militar sin escrúpulos.

Interesante.
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