Parece que algunos se llevan las manos a la cabeza por el hecho de ser un "fascista" el que se ve obligado a esconderse en el monte, pero no deja de ser una realidad al principio de la guerra y en aquellos lugares donde el bando republicano era bastante superior en número. Muchos no tuvieron tanta suerte y fueron ejecutados. A ver si aprendemos ya que la guerra civil fue un enfrentamiento entre "hermanos" y no hay buenos ni malos, en todo caso estúpidos.
Se agradece por cierto que no todo se deje a la imaginación en el tema extraterrestre, al poder ver lo que es un besugo al final de la película. También me gustó el detalle de la comida del otro mundo, que no tengo claro de donde salió en un primer momento.

Todo los foreros se han centrado en el tema del espacio, en la relación padre e hija, en el amor que trasciende todo, etcétera. He de decir que respecto a ese tema me posiciono al lado de los que han puesto una nota más bien baja. Yo no le daría más de un cuatro o un cinco a la película, donde se nota la autocensura del blockbuster hollywoodiense, donde nadie importante muere y el amor triunfa al final como en una película de Disney.
Pero hete aquí que el principio me dejó chafado, tanto, que inmediatamente después de ver la película busqué cómo funciona el ciclo del nitrógeno en la Tierra, su abundancia en la atmósfera, su equilibrio con el oxígeno. El tema me dejó preocupado de verdad. ¿En un mundo donde lo único que se cultivara fuese el maíz moriríamos asfixiados por el exceso de nitrógeno en la atmósfera? Por lo que he podido leer, creo que no sería verdad, pero esto no sería sino un fallo técnico más del guión.
Me da igual ese error. Vamos a suponer que es verdad. ¿A nadie más le angustiaba ver un mundo habitado sólo por dos especies, el hombre y el maíz? ¿Alguien vio algún perro, gato, pájaro? No recuerdo si ni siquiera salía un mísero árbol. Nada, sólo hombre y maíz… y polvo. De hecho, un personaje comentó que estaba harto de comer palomitas y que echaba de menos comerse un buen perrito.
¿A nadie más le perturbó la escena en la que capturan al dron indio? Y pensaréis, que qué tenía de raro esa escena. ¿Recordáis el lago? Sí, un bonito lago rodeado de pradera, y nada más. No había nada de vida alrededor de ese lago, ni peces, ni árboles, ni nada. Nunca antes una escena bella me había angustiado tanto.
Y no acabo aquí. ¿Nadie más se dio cuenta del mensaje subliminal que nos han colado? Irónicamente, en un mundo sin ejércitos, en un mundo donde los líderes parecen haberse puesto de acuerdo para eliminar todo gasto superfluo para que así toda la población tenga un pedazo de pan que llevarse a la boca, ese mundo idílico para cualquiera de izquierdas, para cualquier ONG, ese mismo mundo nos da la patada y nos mata. Terrorífico, ¿no?
Y lo mejor es que Nolan consigue plasmar todo este horror de la forma más sutil, más cuidada, pero a su vez impactante. Y no, no es casualidad todo lo que he expuesto. La falta de animales, la escena del lago, maíz y más maíz, todo cuidado hasta el más mínimo detalle para que caigamos en esa angustia, para que estemos deseando abandonar el planeta. Y eso que el punto de partida es erróneo, como ya he dicho: el maíz no nos matará. Y por otro lado, si los científicos son capaces de crear esas mega-nave espaciales, ¿no pueden enfrentarse a un simple problema de plagas? Si los políticos han eliminado los ejércitos, ¿no pueden ponerse de acuerdo para reducir la natalidad y hacer el planeta más habitable?
Pero me da igual, acepto ballena, porque Nolan tenía muy claro cómo transmitir esa angustia, ese horror, esa ansiedad derivada del fin del mundo con imágenes de bellos campos, esplendorosos cielos, y tranquilos y pacíficos paisajes. Realmente, el mérito de Nolan está en esa parte del film. La otra, la del espacio y los otros mundos es para consumo comercial puro y duro y no pasará a la historia. Quizás la incial tampoco, pero os aseguro que se me quedará grabada en la retina por mucho tiempo. Por eso subo la nota de la película al 7, y si se hubiese mantenido en esa línea, hubiera tenido un 10, pero ese final, ¡qué malo es ese final!

Si os ha sorprendido y gustado el tema de tener una visión completa de la dimensión del tiempo, como le pasa a la protagonista, leeros el libro de Vonnegut, donde la disfrutaréis y entenderéis mucho más.