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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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25 de marzo de 2021 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Midsommar es una película de horror que convierte lo insólito en cotidiano. Se cuece a fuego lento para acabar en un incendio, después de una sucesión de imágenes construidas bajo un prisma diferente donde no se muestra al espectador lo obvio, lo que está ocurriendo, mientras construye un escenario donde todo puede pasar.

Crea una constante sensación de peligro en un mar de calma cuyas aguas se vuelven a veces turbulentas y teñidas de sangre. Mientras tanto, entre impacto e impacto, nada. Tranquilidad, medianoche soleada cerca del fin del mundo. La naturaleza en todo su esplendor. Gente vestida de blanco repitiendo rituales sin prisa, donde nadie se sienta hasta que llega el momento preciso y nadie come hasta que empieza a hacerlo quien tiene que empezar.

Ari Aster construye su holocausto caníbal desde una perspectiva totalmente opuesta. No se trata de los occidentales que se encuentran con una comunidad salvaje que se rebela contra el estado sino de una comunidad de gente culta, nacida en Suecia, summum de la civilización occidental, donde los asesinos no odian ni pretenden dar una lección al turista del primer mundo, sólo siguen un sencillo ritual que tiene todo el sentido en su interior.

Sólo es un oso. Sólo son drogas que te hacen perder el sentido de la realidad. El coito como un ritual aceptado y escoltado por toda una comunidad que mira y participa de manera activa. Pequeños toques de numinosos que nos indican que lo que está pasando es cierto, nada más que lo que tiene que pasar, la naturaleza sigue su curso. Y el suicidio como ritual familiar. La vida y la muerte supeditadas a un ritual macabro. La vida y la muerte supeditadas a un ritual macabro. Sacrificio que se entrega al sol de la medianoche.

No hay porno de torturas ni escenas no aptas para estómagos sensibles. Porque estamos ante un director que sabe que estamos de vuelta de todo, hemos podido ver cualquier asquerosidad violenta o sexual en pantalla. Yo todavía no, pero empiezan a surgir las generaciones que se han criado en Internet, una herramienta que desincentiva nuestra imaginación. Todo lo contrario que esta película en la que una casi eterna luz del día esconde terribles secretos que sólo podemos recrear en nuestra mente porque nunca sabremos lo que ha pasado exactamente.

Lo mejor: Florence Pugh.
Lo peor: La forma en que se plantea la relación entre la pareja protagonistas.

https://gauzarraroak.es/midsommar-ari-aster/
5 de septiembre de 2024 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película de esas que pensé en su momento que sería interesante verla, por eso la apunté en esa lista infinita que todos tenemos de películas que querríamos ver algún día. No me coincidió hasta ayer y, aunque no esperaba algo grande, lo cierto es que meh.

Una oportunidad perdida. Tenía buenos ingredientes: ETA, terrorismo de estado, conflicto político, torturas y juicios. Cuenta con buenos actores, muchos de ellos de la cantera, destacando Unax Ugalde, lo que tiene mérito porque su papel está deficientemente escrito.

La película es como un café descafeinado de sobre corto con leche desnatada. En ella hay multitud de elementos que podrían hacernos sentir rabia, poner en duda nuestras convicciones o emocionarnos. Pero nada de eso ocurre porque la película se compone de una cierta cantidad de escenas concatenadas en un montaje decente en el que el deseo de equidistancia puede más que la utilización de la música o la creación de verdaderos momentos de tensión.

Los personajes, ya lo he dicho antes, han sido cortados de una pieza: unos son los buenos, otros los malos y otros los que pasaban por ahí. El elefante está en la habitación pero nadie ha querido fijarse en él. Hasta el punto de que después de ver la película apenas sabes quienes eran Lasa o Zabala o la importancia que puede tener que un Galindo que tenía condecoraciones hasta en los calcetines anduviera metido en la guerra sucia. ¿De dónde salieron las órdenes?

Hay un personaje que dice que el problema en Euskadi es que no se habla de política. Cierto, la película no lo hace en ningún momento. Si usted quiere conocer algo más sobre el conflicto vasco, sobre el efecto que pudieron tener los atentados en las familias de ambos bandos, sobre quienes eran los verdugos y las víctimas o, de saber algo sobre el protagonista y su visión del mundo, se jode. Porque lo que no se quiere decir, no se puede decir. O algo así.
27 de julio de 2024 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un matrimonio decide pasar una tardía linda de miel en una localidad de la costa, suponemos que del Mediterráneo. Asqueados del ambiente bullicioso y agobiante de las zonas turísticas, él propone ir a una pequeña isla en la que estuvo cuando era niño. Pero cuando llegan a la isla, para su sorpresa, allí todos los habitantes son niños. Y no parecen ser hospitalarios, más bien lo contrario.

Brillante película de Narciso Ibáñez Serrador, un hombre del renacimiento, creador indispensable en el mundo del cine y la televisión en España.

Ya había apuntado buenas maneras con una película anterior: La residencia (1968). Fue también pieza fundamental en la serie "Historias para no dormir". Serie de antología, adelantada a su tiempo en la que nos deslumbró con capítulos como El televisor y La promesa.

La película que aquí comentamos es una historia oscura y macabra que acontece en lugares luminosos e incluso paradisíacos. Mantiene la tensión de forma brillante. Aludiendo, quizá, al miedo a la paternidad y maternidad que será inminente para ambos protagonistas.

En definitiva: una historia tensa a la que no le falta ni sobra ningún plano. Una rara avis, en principio en el cine español de la época. Eso en teoría, porque nos invita a rascar un género no tan conocido en el cine español que nos ha proporcionado joyas como las mencionada La residencia, La cabina o No profanar el sueño de los muertos.

Disponible en España con suscripción a FlixOlé.
3 de abril de 2023 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Upgrade es un ejemplo perfecto de lo que es una efectiva serie B protagonizada por Logan Marshall Green, del que más que su parecido a Tom Hardy o sus colaboraciones en películas de grandes estudios como Spider Man o Prometheus, destacaría su capacidad para expresar muchos con un poco, un pequeño gesto, una pequeña mirada, que queda patente en otras producciones más bien modestas o independientes como The Invitation de Theodore Shapiro o la extraordinaria miniserie Quarry.

Partiendo de una escenografía que recuerda un poco a una Blade Runner revisitada y un argumento que podría haber salido de alguna película de los 80, es decir, una arquetípica historia de venganza mezclada con la adaptación del cuerpo humano a la tecnología cibernética que bebe de clásicos como eXistenZ de David Cronenberg, la ya mencionada Blade Runner de Ridley Scott y en parte un ciberpunk clásico inspirado en el anime japonés.

De este caldo surge una película ni extraordinaria ni excesivamente original, predecible en muchos de sus tramos, que cumple más que sobradamente en su tarea de entretener con originales escenas de acción que cabalga con soltura entre la comedia, el thiller y el drama.

Es digno de elogio señalar que el director y guionista Leigh Whannell consiga hacer todo esto con un montaje muy ágil que, sin rodeos, consigue crear un universo propio, aprovechando muy bien sus referencias, para no tener que hacer digresiones innecesarias que puedan distraer al espectador de aquello que nos trata de hacer llegar que es una disfrutable película de acción futurista que nos introduce con facilidad en su trama y sus personajes en una duración de poco más de hora y media lo que la convierte en una rara avis en un momento en que las carteleras están repletas de películas que pasan con facilidad los 150 minutos.
25 de marzo de 2021 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno espera más de una película producida por Sam Raimi que últimamente parece un tanto despistado. Veremos si se redime en la nueva película del Dr. Strange

Tras la cámara está Alexandre Ajá, un director con talento en el plano visual pero totalmente incompetente a la hora de contar una historia. Obtuvo fama con la película Alta Tensión perteneciente a la corriente denominada Nuevo Extremismo Francés, compuesto de películas difíciles de ver por su crudeza y del que yo sólo destacaría al cineasta Gaspar Noé y alguna otra película suelta cuyos directores no fueron capaces de volver a dar en el blanco.

Está interpretada por Barry Pepper, secundario de películas de la talla de Salvar al soldado Ryan, La milla verde o La última noche (donde llega a eclipsar a actores de la talla de Edward Norton y Philip Seymour Hoffman), que no pasa por sus mejores momentos y Kaya Scodelario, una joven promesa, actriz bastante competente que, por otra parte no acaba de levantar el vuelo.

La historia no tiene mucho que contar y se nota. Dos personajes se encuentran atrapados en el sótano de una casa, durante un temporal, donde también hay un caimán que los considera un menú más que aceptable para la cena de esa noche.

Hay que decir que la película empieza bien con algunos buenos sustos y golpes de efecto. No debes verla si te preocupa un vacío en la credibilidad, porque no es creíble en absoluto. Los protagonistas son mordidos varias veces por los caimanes y, sí, gritan un poco en el momento, pero después no se les nota mucho: siguen andando tranquilamente e incluso se permiten pelear con ellos a puñetazos o encerrar a uno de esos bichos de 500 kilos en la mampara de una bañera.

No obstante, pasado el momento inicial, los guionistas y el director se quedan sin ideas y la historia deambula entre las conversaciones padre e hija acerca de su problemática relación y algunos golpes de efecto. Los caimanes se van multiplicando a su alrededor y se suceden las escenas de relleno con personajes, más extras que secundarios, que aparecen como por arte de magia y cuyo único cometido es ser espectacularmente devorados.

¡Ah! También hay un perro por ahí que no debe ser considerado un manjar por los reptiles, ya que se pasea tranquilamente sin que uno sólo de ellos se acerque a él. Puede ser que, al estar tan sucio, lo confundan con una piedra grande.

Se trata, en fin, más que de un film de serie B de un telefilme vitaminado de esos que tanto gustan a las cadenas de streaming, ya que les permite seguir dando una sensación de novedad entre los pocos estrenos verdaderamente interesantes que ofrecen.

https://gauzarraroak.es/infierno-bajo-el-agua-alexandre-aja/
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