La maternidad, la autoridad y los niños son los ejes que vertebran esta película cuyo argumento es sencillísimo: un niña quiere tener hijos, pero sus padres se lo prohíben, así que escapa de su casa y acaba en un hogar de acogida para niños deformes, inválidos e indeseados. De estructura palindrómica la película no tiene nada. Vamos, que este palíndromo es como aquel cuchillo sin hoja al cual le faltaba el mango... Es falso que un palíndromo termine del modo en que comienza. Más bien es lo contrario: un palíndromo termina al revés de como comienza; para que termine igual que como comienza hay que leerlo al revés (tomemos por caso "aviva": empieza con "av" y termina con "va", que es "av" invertido). Es decir, la identidad se logra mediante la oposición. En la frase: "uno siempre es el mismo a lo largo de toda su vida" no hay oposición por ningún lado, todo es identidad mantenida. Así pues, el título está bastante mal elegido y pienso que sólo puede responder a algún impulso pedante o autocomplaciente (cosa que a todos nos puede pasar).

No os perdáis la escena del nonato en el vertedero para abortos, y la del muñeco empalado que encuentra el pedófilo en el cubo de la basura. A muchos puede que estas escenas alarmen; y curiosamente suelen ser los mismos que presencian despreocupadamente las noticias que hacen referencia a clínicas clandestinas para el aborto...

La más aburrida de las cintas de Hitchcock, después de "Atrapa a un ladrón". Desde los horrorosos títulos de crédito hasta la ridícula aparición de la monja en la escena final, la película avanza entre bostezo y bostezo, si exceptuamos el momento tramposo en que se nos desvela el nudo del argumento.

Película que pasará a la historia por una de las más machistas frases que Hitchcock pone en boca de Novak dirigiéndose a Stewart: "Si me quieres, yo te obedeceré".

Película conformista, vulgar y que pasará al olvido tanto por su argumento como por su puesta en escena.

Película absolutamente prescindible. Una burla para con el espectador. Nunca 77 minutos se me hicieron tan largos.

Desde el comienzo hortera con el primer plano de la pareja protagonista haciendo carantoñas, pasando por todo un desarrollo argumental tan simple como mal contado, y terminando con un previsible final, esta película supone todo una decepción para el amante del cine negro de una época que dio a luz innúmeras obras maestras. La película se mueve entre situaciones y diálogos forzados, actuaciones poco creíbles, escenas de acción sin pizca de emoción y momentos pseudorrománticos que causan vergüenza ajena. Una pérdida de tiempo que, además, pone de muy mala leche.