Ésta es una película bella. Evidentemente no por su duro argumento, no por la realidad que denuncia, sino por las imágenes con que lo hace y que consiguen transmitir la serenidad necesaria para salir de cine con un buen sabor de boca... pese a todo. Como creo que ya ha dicho alguien, antes que yo, en esta misma página, la utilización de los colores es magistral.

Estamos tan acostumbrados a ver películas narradas con lenguaje norteamericano (sin necesidad de que hayan sido rodadas o producidas en Norteamérica), que siempre es de agradecer el encontrar en la pantalla una historia diferente... Como en toda buena película (u obra literaria), el espectador se encontrará ante dos historias: por un lado la que cuenta el argumento (la islamización radical de un joven adolescente y, en buena medida, de parte de su aldea), y por otra la que transcurre a niveles más profundos: el descubrimiento del duro pasado de la protagonista que, dicho sea de paso, nos ayudará a descubrir aspectos no tan conocidos del pasado de Pakistán, que ni es tan lejano, ni tan distante, ni tan ajeno a como pudiéramos suponer.

Esta es una de esas películas que gustan, sin necesidad de entusiasmar. Está bien pero resulta muy evidente que está hecha ex profeso para gustar. Es una película que no sorprende y en la que todo lo que ocurre es de esperar (parece lógico, puesto que está basada en algo que ocurrió de verdad; pero a veces incluso lo que se sabe cómo fue, nos sorprende según nos lo cuenten), y luego tanto la descripción de los personajes como la ambientación me han parecido un poco simples.
Eduard Fernández mágnifico, como siempre; pero, en general, todo el reparto es digno de aplauso.
Vamos, que merece la pena... solo que esperaba más.

Después de que se le entregara el Goya a la mejor película europea del 2005, volví a recordarla... No es, ciertamente, la película de Woody Allen que más me ha gustado, pero la verdad es que, cuando la vi por primera vez, comenté que en ella estaba el genuino Woody Allen y que, por lo tanto, sería una película que gustaría a quienes nos gusta ese director y que aburriría a quienes no han disfrutado nunca de sus películas.

Cuánto más cine hayas visto, más te gustará esta película porque, a lo largo de la misma, el director hace un homenaje a las grandes películas de siempre: amor, aventuras, intriga, música, erotismo... Y no sólo en cuanto a argumentos, sino también en la manera de fotografiar, iluminar o enfocar las imágenes... Por momentos el espectador se sumerge en una aventura de piratas en el mar Caribe, en noches exóticas en jardines que bien pudieran estar en África o la India, en sensuales burdeles de Asia o Francia, en un musical norteamericano de los años cincuenta (ropa, coches, rock y heladería incluidos)... Y así un largo etcétera.

Hay quien se queja de lo flojo del argumento, de lo mal definido de sus personajes o de que Cuba no es Cuba en esta película... pero con un argumento o unos personajes más elaborados, hubiera sido imposible este delicioso paseo que, en menos de dos horas, te permite evocar tantas películas hermosas...

Esta es una película para disfrutar con los ojos, para dejarse llenar de imágenes y colores.