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5,2
2.631
4
16 de marzo de 2025
16 de marzo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
A pesar de haber leído las críticas previas, decidí darle una oportunidad. Venía de haber estado unas semanas sumergida en los documentales sobre el caso de West Memphis, y tenía curiosidad por ver cómo se trataba esta historia en el cine.
Reese y Colin cumplen con sus papeles de manera profesional, como era de esperar, pero sus actuaciones se sienten limitadas y sus personajes parecen atrapados por un guion que no profundiza lo suficiente en sus motivaciones ni en su desarrollo. Esto hace que, a pesar de contar con un elenco talentoso, la película no logre enganchar.
La trama, aunque aborda una temática interesante y tan impactante de estos hechos reales ocurridos en un pueblo de Arkansas, carece de la tensión y el impacto emocional que uno espera de una historia tan compleja. A lo largo de la película, se percibe que la película se limita a contar los hechos sin profundizar en las complejidades del caso o en las emociones de los personajes involucrados. Esto convierte la experiencia en algo plano y poco conmovedor.
En cuanto al papel de Colin Firth, me parece innecesario. Si no me equivoco, interpreta a un personaje ficticio, y su presencia no aporta nada significativo a la narrativa. En mi opinión, habría sido más interesante que interpretara a un personaje real relacionado con el caso, lo que quizás habría dado algo más de chispa y relevancia a la película. O tal vez no... Quién sabe.
He leído que muchos la comparan con un telefilm de fin de semana, y no puedo evitar estar de acuerdo. Sin embargo, lo que realmente me molesta es que, aunque la comparación sea válida, le falta fuerza. He visto telefilms de Antena 3 mucho mejores.
En resumen, Condenados no es una película que recomendaría, pero sí los documentales sobre el caso, si te interesa el True Crime y tienes la fortaleza emocional para enfrentarlo.
Lo que podría haber sido... Una verdadera pena.
Reese y Colin cumplen con sus papeles de manera profesional, como era de esperar, pero sus actuaciones se sienten limitadas y sus personajes parecen atrapados por un guion que no profundiza lo suficiente en sus motivaciones ni en su desarrollo. Esto hace que, a pesar de contar con un elenco talentoso, la película no logre enganchar.
La trama, aunque aborda una temática interesante y tan impactante de estos hechos reales ocurridos en un pueblo de Arkansas, carece de la tensión y el impacto emocional que uno espera de una historia tan compleja. A lo largo de la película, se percibe que la película se limita a contar los hechos sin profundizar en las complejidades del caso o en las emociones de los personajes involucrados. Esto convierte la experiencia en algo plano y poco conmovedor.
En cuanto al papel de Colin Firth, me parece innecesario. Si no me equivoco, interpreta a un personaje ficticio, y su presencia no aporta nada significativo a la narrativa. En mi opinión, habría sido más interesante que interpretara a un personaje real relacionado con el caso, lo que quizás habría dado algo más de chispa y relevancia a la película. O tal vez no... Quién sabe.
He leído que muchos la comparan con un telefilm de fin de semana, y no puedo evitar estar de acuerdo. Sin embargo, lo que realmente me molesta es que, aunque la comparación sea válida, le falta fuerza. He visto telefilms de Antena 3 mucho mejores.
En resumen, Condenados no es una película que recomendaría, pero sí los documentales sobre el caso, si te interesa el True Crime y tienes la fortaleza emocional para enfrentarlo.
Lo que podría haber sido... Una verdadera pena.

7,4
46.254
10
16 de marzo de 2025
16 de marzo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Qué decir de Antes del Amanecer que no se haya dicho ya. Cuando pienso en esta película, me llega un sentimiento tan evocador, tan lleno de calma, que me cuesta describirlo con palabras.
Vi esta película una noche de enero de 2006, sin tener ni idea de lo que me esperaba. Estaba atravesando un momento complicado, y tenía varias películas pendientes que me había recomendado un amigo. Entre ellas, me sugirió esta en particular, y aunque no lo sabía en ese momento, jamás imaginé el impacto que tendría en mí.
Lo que hace especial a esta película no es una trama llena de giros o grandes gestos dramáticos, sino la autenticidad de sus diálogos y la química entre sus protagonistas. Jesse y Céline deambulan por las calles de Viena conversando sobre la vida, la muerte, el amor y el destino, con una frescura que se siente real. Cada intercambio de palabras construye una intimidad palpable, logrando que el espectador no solo los observe, sino que se sienta parte de su historia. Te dejas llevar de una manera tan natural, que, poco a poco te va dejando un poso de reflexión que perdura mucho después de haberla visto.
Es impresionante cómo Ethan Hawke y Julie Delpy logran transformar sus personajes en algo tan real y cercano. Su actuación es tan natural y verdadera que no solo los crees, sino que te sumerges en sus emociones. Es casi imposible no sentirte identificado con ellos, y la empatía fluye de forma inevitable mientras compartes con ellos cada momento de su breve pero profunda conexión, haciendo que la película se sienta como un reflejo auténtico.
Ojalá pudiéramos ser vistos con esa misma verdad, tal como Jesse mira a Celine. Es impresionante como con sólo la comunicación no verbal, dicen TANTO. Pocos actores me los creo tanto. Me hipnotiza cada pequeño y sutil gesto de ellos dos.
La dirección de Linklater se aleja de artificios para centrarse en la esencia de la conexión humana. Los planos largos, el uso de la luz natural y la espontaneidad de los diálogos generan una atmósfera casi documental, reforzando la idea de que estamos presenciando algo genuino y fugaz.
Uno de los grandes aciertos del filme es su desenlace. Sin caer en sentimentalismos exagerados, nos deja con una sensación de nostalgia y esperanza, recordándonos lo efímero pero trascendental que puede ser un encuentro en nuestras vidas.
Una de las mejores películas del siglo XX y de mi vida. Una película que si te va el cine de los noventa y te va este cine más lento donde "no pasa nada, pero pasa TODO" te la recomiendo de cabeza. Una película que me hace feliz cada vez que la veo.
Gracias, Linklater.
Vi esta película una noche de enero de 2006, sin tener ni idea de lo que me esperaba. Estaba atravesando un momento complicado, y tenía varias películas pendientes que me había recomendado un amigo. Entre ellas, me sugirió esta en particular, y aunque no lo sabía en ese momento, jamás imaginé el impacto que tendría en mí.
Lo que hace especial a esta película no es una trama llena de giros o grandes gestos dramáticos, sino la autenticidad de sus diálogos y la química entre sus protagonistas. Jesse y Céline deambulan por las calles de Viena conversando sobre la vida, la muerte, el amor y el destino, con una frescura que se siente real. Cada intercambio de palabras construye una intimidad palpable, logrando que el espectador no solo los observe, sino que se sienta parte de su historia. Te dejas llevar de una manera tan natural, que, poco a poco te va dejando un poso de reflexión que perdura mucho después de haberla visto.
Es impresionante cómo Ethan Hawke y Julie Delpy logran transformar sus personajes en algo tan real y cercano. Su actuación es tan natural y verdadera que no solo los crees, sino que te sumerges en sus emociones. Es casi imposible no sentirte identificado con ellos, y la empatía fluye de forma inevitable mientras compartes con ellos cada momento de su breve pero profunda conexión, haciendo que la película se sienta como un reflejo auténtico.
Ojalá pudiéramos ser vistos con esa misma verdad, tal como Jesse mira a Celine. Es impresionante como con sólo la comunicación no verbal, dicen TANTO. Pocos actores me los creo tanto. Me hipnotiza cada pequeño y sutil gesto de ellos dos.
La dirección de Linklater se aleja de artificios para centrarse en la esencia de la conexión humana. Los planos largos, el uso de la luz natural y la espontaneidad de los diálogos generan una atmósfera casi documental, reforzando la idea de que estamos presenciando algo genuino y fugaz.
Uno de los grandes aciertos del filme es su desenlace. Sin caer en sentimentalismos exagerados, nos deja con una sensación de nostalgia y esperanza, recordándonos lo efímero pero trascendental que puede ser un encuentro en nuestras vidas.
Una de las mejores películas del siglo XX y de mi vida. Una película que si te va el cine de los noventa y te va este cine más lento donde "no pasa nada, pero pasa TODO" te la recomiendo de cabeza. Una película que me hace feliz cada vez que la veo.
Gracias, Linklater.
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