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Críticas ordenadas por utilidad
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5,8
55.928
5
1 de julio de 2011
1 de julio de 2011
38 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años Todd Phillips nos sorprendió con Resacón en las Vegas. A mí me gustó y me reí bastante. Mucha gente opina lo mismo. Como fue un éxito, la productora no se lo pensó dos veces a la hora de hacer una secuela. Ya sabemos de sobra como va esto.
No tenía grandes expectativas cuando fui a ver esta segunda parte. Para nada me esperaba algo mejor a Resacón en las Vegas, pero sí una película decente. Más o menos, ha cumplido.
No está del todo mal, es entretenida. El principal problema es su parecido respecto a la primera parte. Claro, siendo una secuela, lo lógico es que mantenga las características del film original. Sin embargo, más que mantenerlas, lo que hace es copiar escenas y gags de Resacón en las Vegas. Lo que antes era una carcajada ahora es una sonrisilla. El film deja una continua sensación de Deja vu, estás viendo lo mismo pero cambiando el escenario y algún que otro detalle (en vez de haber un tigre, hay un mono, en lugar de perder al prometido, pierden al hermano de la prometida). La imaginación de los guionistas escasea bastante, y hacen que Resacón 2 sea una película poco sorprendente.
Sobretodo al principio, se abusa demasiado del personaje de Zach Galifianakis. No me ha terminado de convencer. Sí, es gracioso, pero no hay que darle tanto protagonismo. Afortunadamente tanto él como Resacón 2 van de menos a más, el film, a pesar de su poca originalidad, no se hace pesado, entretiene y te ríes. Y al igual que en Resacón en las Vegas, hay que ver los créditos finales.
Parece más un remake que una secuela, teniendo la anterior película, Resacón 2 es un film un tanto prescindible. Pero bueno, no vas a pasar un mal rato.
No tenía grandes expectativas cuando fui a ver esta segunda parte. Para nada me esperaba algo mejor a Resacón en las Vegas, pero sí una película decente. Más o menos, ha cumplido.
No está del todo mal, es entretenida. El principal problema es su parecido respecto a la primera parte. Claro, siendo una secuela, lo lógico es que mantenga las características del film original. Sin embargo, más que mantenerlas, lo que hace es copiar escenas y gags de Resacón en las Vegas. Lo que antes era una carcajada ahora es una sonrisilla. El film deja una continua sensación de Deja vu, estás viendo lo mismo pero cambiando el escenario y algún que otro detalle (en vez de haber un tigre, hay un mono, en lugar de perder al prometido, pierden al hermano de la prometida). La imaginación de los guionistas escasea bastante, y hacen que Resacón 2 sea una película poco sorprendente.
Sobretodo al principio, se abusa demasiado del personaje de Zach Galifianakis. No me ha terminado de convencer. Sí, es gracioso, pero no hay que darle tanto protagonismo. Afortunadamente tanto él como Resacón 2 van de menos a más, el film, a pesar de su poca originalidad, no se hace pesado, entretiene y te ríes. Y al igual que en Resacón en las Vegas, hay que ver los créditos finales.
Parece más un remake que una secuela, teniendo la anterior película, Resacón 2 es un film un tanto prescindible. Pero bueno, no vas a pasar un mal rato.

6,2
86.035
5
20 de abril de 2012
20 de abril de 2012
41 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Explicar el éxito de "Los Juegos del Hambre" no me resulta sencillo, más que nada, porque no lo entiendo demasiado bien. Se podía esperar que tuviese buenos números en taquilla, pero no que fuesen tan excelentes. No comprendo de donde han salido tantos fans ni tampoco por qué ha gustado -en general- a la crítica. El caso es que la trilogía de libros escrita por Suzanne Collins ha encantado a los lectores adolescentes y ahora conquista la gran pantalla. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia respecto a las adaptaciones de otros bestsellers? Básicamente -y lo que más llama la atención- es su trasfondo de ciencia ficción, que sustituye a lo típico de estas producciones ("Harry Potter", "Crepúsculo"), la fantasía.
"Los Juegos del Hambre" ofrece un planteamiento interesante: se ambienta en un futuro distópico, donde Estados Unidos ha pasado a ser Panem, una región dividida en 12 distritos dirigidos por el Capitolio. Cada año, para recordar su victoria en la guerra y su poder sobre el resto de distritos, el Capitolio organiza una competición llamada Los Juegos del Hambre. Consiste en reunir a un chico y a una chica de cada distrito de entre 12 y 18 años en una arena para que se enfrenten a muerte. Solo puede quedar uno. Esta macabra competición es el entretenimiento principal de los ciudadanos del Capitolio, una sociedad rica y acomodada que contrasta con la pobreza de la mayoría de los distritos.
No obstante, quienes busquen un buen relato de ciencia ficción se van a llevar una decepción. La película no profundiza en los temas que plantea y hay opciones mejores para ver críticas sociales y políticas. Es cierto que ofrece una mayor profundidad que otras adaptaciones de bestsellers pero no nos engañemos, su público siguen siendo los adolescentes. Por ello, opta por la simpleza y se centra en la acción y el romance.
La parte romántica no es muy convincente y parece que es más relleno que otra cosa. Un elemento básico para atraer a los más jóvenes y nada más. Por lo menos, no tiene demasiado peso en la historia, de hecho, en el libro se le daba más importancia de la que debería tener. De todos modos, ni el libro ni la película son "Crepúsculo".
Sobre la acción y los aspectos técnicos, dejan mucho que desear. La cámara no para de moverse, todo resulta demasiado confuso y es difícil apreciar un mísero detalle. Este defecto está relacionado con la censura, pues hay muy poca sangre y apenas se muestran las muertes debido a los constantes movimientos de la realización. Luego, la película deja la sensación de estar poco cuidada. No destacan ni la fotografía ni la banda sonora. Tampoco los efectos especiales. El abuso de primeros planos impide apreciar los escenarios y los momentos cumbres de la trama podrían estar mejor dirigidos. Su presupuesto no es tan alto como otras grandes producciones pero no me parece una excusa suficiente.
(Sigo en el spoiler por falta de espacio, no destripo nada)
"Los Juegos del Hambre" ofrece un planteamiento interesante: se ambienta en un futuro distópico, donde Estados Unidos ha pasado a ser Panem, una región dividida en 12 distritos dirigidos por el Capitolio. Cada año, para recordar su victoria en la guerra y su poder sobre el resto de distritos, el Capitolio organiza una competición llamada Los Juegos del Hambre. Consiste en reunir a un chico y a una chica de cada distrito de entre 12 y 18 años en una arena para que se enfrenten a muerte. Solo puede quedar uno. Esta macabra competición es el entretenimiento principal de los ciudadanos del Capitolio, una sociedad rica y acomodada que contrasta con la pobreza de la mayoría de los distritos.
No obstante, quienes busquen un buen relato de ciencia ficción se van a llevar una decepción. La película no profundiza en los temas que plantea y hay opciones mejores para ver críticas sociales y políticas. Es cierto que ofrece una mayor profundidad que otras adaptaciones de bestsellers pero no nos engañemos, su público siguen siendo los adolescentes. Por ello, opta por la simpleza y se centra en la acción y el romance.
La parte romántica no es muy convincente y parece que es más relleno que otra cosa. Un elemento básico para atraer a los más jóvenes y nada más. Por lo menos, no tiene demasiado peso en la historia, de hecho, en el libro se le daba más importancia de la que debería tener. De todos modos, ni el libro ni la película son "Crepúsculo".
Sobre la acción y los aspectos técnicos, dejan mucho que desear. La cámara no para de moverse, todo resulta demasiado confuso y es difícil apreciar un mísero detalle. Este defecto está relacionado con la censura, pues hay muy poca sangre y apenas se muestran las muertes debido a los constantes movimientos de la realización. Luego, la película deja la sensación de estar poco cuidada. No destacan ni la fotografía ni la banda sonora. Tampoco los efectos especiales. El abuso de primeros planos impide apreciar los escenarios y los momentos cumbres de la trama podrían estar mejor dirigidos. Su presupuesto no es tan alto como otras grandes producciones pero no me parece una excusa suficiente.
(Sigo en el spoiler por falta de espacio, no destripo nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se ha comentado que Jennifer Lawrence peca de blandeza. Yo lo veo como un acierto, pues la protagonista -Katniss- es un personaje demasiado inocente. Los secundarios flojean, casi todos provocan indiferencia en lugar de empatía. En cuanto al guión, el desarrollo de la trama no está mal pero hay ciertos sucesos que resultan algo forzados. Lo bueno es que, al igual que la novela, engancha y entretiene.
"Los Juegos del Hambre" es una película más simple de lo que parece, descafeinada y poco cuidada. Está limitada por ir dirigida a un público juvenil, un defecto que se acentúa al ser un film sci-fi. A los que se han leído los libros, no se la recomiendo mucho (a no ser que sean muy fans), pues el salto al cine no aporta nada y los aspectos visuales y sonoros (principal diferencia con el formato libro) no son destacables. Se puede ver como curiosidad pero yo no pagaría por ella. Para el resto, una película entretenida (aunque podría durar un poco menos), sin más, que a pesar de sus defectos, no es mala opción para pasar el rato.
"Los Juegos del Hambre" es una película más simple de lo que parece, descafeinada y poco cuidada. Está limitada por ir dirigida a un público juvenil, un defecto que se acentúa al ser un film sci-fi. A los que se han leído los libros, no se la recomiendo mucho (a no ser que sean muy fans), pues el salto al cine no aporta nada y los aspectos visuales y sonoros (principal diferencia con el formato libro) no son destacables. Se puede ver como curiosidad pero yo no pagaría por ella. Para el resto, una película entretenida (aunque podría durar un poco menos), sin más, que a pesar de sus defectos, no es mala opción para pasar el rato.
1
5 de marzo de 2014
5 de marzo de 2014
50 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la pasada edición de los Goya, el cortometraje Cuerdas, de Pedro Solís, se alzó con el galardón a mejor corto de animación. Poco tardó en publicarse en webs como You Tube o Dailymotion, convirtiéndose rápidamente en viral. Un exitazo gracias a su temática y a su emotividad, capaz de sacarle la lágrima a cualquiera.
Es bonito y da pena, por lo tanto, es un cortometraje excelente. Nos ha jodido. Cuerdas tiene como protagonista a un niño que sufre parálisis cerebral. ¿Cómo no va a dar pena? Me encanta emocionarme con el cine, pero si hay algo que defiendo a capada y espada, es que yo no lloro gratis. Me ha parecido un cortometraje repulsivo y horroroso. No se trata de falta de empatía, lo que muestra Pedro Solís es tan gratuito que al final roza la caricatura.
Oscar Gold, el mítico gag de American Dad, narraba la historia de un niño judío, en la Polonia de 1939, que padece síndrome de down y su perro se muere de cáncer. Las ansias por hacer la película más triste del mundo consiguen precisamente el efecto contrario. Al final, Oscar Gold se convierte en una historia ridícula. Mención especial para la escena del hospital:
-Con gran pesar debo decirles que su hijo es retrasado mental.
-Oh, ¿qué significa eso doctor?
-Significa… que nunca será no retrasado.
La obviedad, esa pesadilla tan terrorífica… Por si no fuese suficiente con la presentación de Cuerdas (eh niños, mirad vuestro nuevo compañero, es una persona muy especial), el señor Solís se encarga de recordarnos qué significa un niño con parálisis cerebral: no puede moverse, tampoco hablar. Gracias, no me había dado cuenta. Si no me llegas a decir que el niño judío retrasado nunca va a ser no retrasado, no lo sabría. ¡Qué emotivo! ¡Qué triste! Pero por si el cortometraje aún no nos había tocado la fibra sensible, el guión nos regala una última perla, cargándose al desdichado personaje. Lo que viene siendo el perro con cáncer de Oscar Gold. Es precisamente en este punto final donde Cuerdas oscila entre el ridículo y el llanto del espectador. Yo me decanto por lo primero.
Nos encontramos con uno de esos casos donde se construye la casa por el tejado, donde primero se busca la lágrima fácil y después se forma la historia y los personajes. Las intenciones se palpan desde el primer minuto, la sutilidad y el poder sugestivo del lenguaje cinematográfico desaparecen por completo para dar paso a sonrojantes escenas donde solo falta un subtítulo que diga “AQUÍ DEBES LLORAR”. No voy a hablar de aspectos técnicos, como el doblaje amateur y su pobre calidad. No es necesariamente un obstáculo para contar una buena historia o un mensaje interesante. Además, no todos cuentan con los presupuestos astronómicos de Pixar.
Se suele decir que ser tan lacrimógeno no es necesariamente malo. Una comedia tiene como objetivo hacerte reír, un drama lo inverso, ¿no? No obstante, ¿es lo mismo el llanto que la risa? Para nada. Llorar es, evidentemente, desagradable. Eso no significa que cualquier drama mínimamente crudo deba ser evitado, pero por lo menos, uno espera obtener un mensaje de concienciación, reflexiones, escenas que te dejen picueto. O una historia y unos personajes menos pobres que los de Cuerdas. 10 minutos no dan para mucho, pero tampoco para tan poco. Parece que el tema de la discapacidad solo se puede mostrar mediante destinos fatales y lamentaciones. Su utilidad no va más allá de sacar la lágrima fácil de forma banal y olvidable.
Es bonito y da pena, por lo tanto, es un cortometraje excelente. Nos ha jodido. Cuerdas tiene como protagonista a un niño que sufre parálisis cerebral. ¿Cómo no va a dar pena? Me encanta emocionarme con el cine, pero si hay algo que defiendo a capada y espada, es que yo no lloro gratis. Me ha parecido un cortometraje repulsivo y horroroso. No se trata de falta de empatía, lo que muestra Pedro Solís es tan gratuito que al final roza la caricatura.
Oscar Gold, el mítico gag de American Dad, narraba la historia de un niño judío, en la Polonia de 1939, que padece síndrome de down y su perro se muere de cáncer. Las ansias por hacer la película más triste del mundo consiguen precisamente el efecto contrario. Al final, Oscar Gold se convierte en una historia ridícula. Mención especial para la escena del hospital:
-Con gran pesar debo decirles que su hijo es retrasado mental.
-Oh, ¿qué significa eso doctor?
-Significa… que nunca será no retrasado.
La obviedad, esa pesadilla tan terrorífica… Por si no fuese suficiente con la presentación de Cuerdas (eh niños, mirad vuestro nuevo compañero, es una persona muy especial), el señor Solís se encarga de recordarnos qué significa un niño con parálisis cerebral: no puede moverse, tampoco hablar. Gracias, no me había dado cuenta. Si no me llegas a decir que el niño judío retrasado nunca va a ser no retrasado, no lo sabría. ¡Qué emotivo! ¡Qué triste! Pero por si el cortometraje aún no nos había tocado la fibra sensible, el guión nos regala una última perla, cargándose al desdichado personaje. Lo que viene siendo el perro con cáncer de Oscar Gold. Es precisamente en este punto final donde Cuerdas oscila entre el ridículo y el llanto del espectador. Yo me decanto por lo primero.
Nos encontramos con uno de esos casos donde se construye la casa por el tejado, donde primero se busca la lágrima fácil y después se forma la historia y los personajes. Las intenciones se palpan desde el primer minuto, la sutilidad y el poder sugestivo del lenguaje cinematográfico desaparecen por completo para dar paso a sonrojantes escenas donde solo falta un subtítulo que diga “AQUÍ DEBES LLORAR”. No voy a hablar de aspectos técnicos, como el doblaje amateur y su pobre calidad. No es necesariamente un obstáculo para contar una buena historia o un mensaje interesante. Además, no todos cuentan con los presupuestos astronómicos de Pixar.
Se suele decir que ser tan lacrimógeno no es necesariamente malo. Una comedia tiene como objetivo hacerte reír, un drama lo inverso, ¿no? No obstante, ¿es lo mismo el llanto que la risa? Para nada. Llorar es, evidentemente, desagradable. Eso no significa que cualquier drama mínimamente crudo deba ser evitado, pero por lo menos, uno espera obtener un mensaje de concienciación, reflexiones, escenas que te dejen picueto. O una historia y unos personajes menos pobres que los de Cuerdas. 10 minutos no dan para mucho, pero tampoco para tan poco. Parece que el tema de la discapacidad solo se puede mostrar mediante destinos fatales y lamentaciones. Su utilidad no va más allá de sacar la lágrima fácil de forma banal y olvidable.
6
4 de diciembre de 2011
4 de diciembre de 2011
28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrew Niccol no puede presumir de tener una filmografía larga, pero sí de haber demostrado talento. Su primera película como director, "Gattaca", está entre mis favoritas. "El señor de la guerra" me gustó y "Simone" la tengo pendiente. Aparte de escribir el guión de sus propias obras, también escribió el de "El show de Truman", otra gran película. Con estos antecedentes, "In Time" prometía mucho.
En esta nueva historia, Niccol nos plantea una sociedad donde el tiempo es la moneda de cambio. Cuando se llega a los 25 años, se activa un reloj biológico que dura un año. Eso es lo que te queda de vida. El tiempo se convierte, por tanto, es lo más valioso. En el trabajo, la gente cobra tiempo, no dinero. Los bienes se compran con tiempo (un viaje en autobús, 1 hora; un coche de lujo, 50 años). Además, físicamente no envejeces. Todo el mundo aparenta 25 años.
Al igual que sucede hoy en día, no todos viven en las mismas condiciones. Los pobres se encuentran en guetos. Viven al día, tienen que apañárselas para conseguir tiempo suficiente para continuar viviendo. Duermen poco, lo hacen todo deprisa, pues no tienen tiempo que perder. Por otro lado, los ricos viven en zonas horarias, a las que se puede acceder únicamente si tienes mucho tiempo. Allí, se toman la vida con calma. No les hace falta mirar su reloj, tienen tiempo de sobra, pueden vivir eternamente.
El protagonista, Will Salas (Timberlake), vive en un gueto con su madre (Olivia Wilde). Viven al límite, conscientes de que, debido a su pobreza, cualquier pérdida de tiempo puede acabar con sus vidas. Son testigos de la tremenda injusticia causada por la diferencia de las clases sociales, el tema que más critica la película. Si los ricos tienen mucho tiempo no es por casualidad, lo han sacado de otras personas y por tanto, mucha gente ha muerto o es pobre para que unos pocos sean inmortales. Lo mismo que sucede ahora, solo que es el dinero en lugar del tiempo lo que causa la pobreza de unos y la riqueza de otros.
La aventura de Will que se desarrolla a lo largo del film consiste en colarse en el territorio de los ricos para robarles sus bienes (es decir, su tiempo) y repartirlo entre los pobres, a lo Robin Hood. No podía faltar, por supuesto, la chica (Amanda Seyfried). Hija de un pez gordo, aburrida de la monótona vida de los "inmortales", acompaña y ayuda al protagonista. Con ver el cartel de "In Time" ya sabemos de que va esto...
(Sigo en el spoiler por falta de espacio, no destripo nada)
En esta nueva historia, Niccol nos plantea una sociedad donde el tiempo es la moneda de cambio. Cuando se llega a los 25 años, se activa un reloj biológico que dura un año. Eso es lo que te queda de vida. El tiempo se convierte, por tanto, es lo más valioso. En el trabajo, la gente cobra tiempo, no dinero. Los bienes se compran con tiempo (un viaje en autobús, 1 hora; un coche de lujo, 50 años). Además, físicamente no envejeces. Todo el mundo aparenta 25 años.
Al igual que sucede hoy en día, no todos viven en las mismas condiciones. Los pobres se encuentran en guetos. Viven al día, tienen que apañárselas para conseguir tiempo suficiente para continuar viviendo. Duermen poco, lo hacen todo deprisa, pues no tienen tiempo que perder. Por otro lado, los ricos viven en zonas horarias, a las que se puede acceder únicamente si tienes mucho tiempo. Allí, se toman la vida con calma. No les hace falta mirar su reloj, tienen tiempo de sobra, pueden vivir eternamente.
El protagonista, Will Salas (Timberlake), vive en un gueto con su madre (Olivia Wilde). Viven al límite, conscientes de que, debido a su pobreza, cualquier pérdida de tiempo puede acabar con sus vidas. Son testigos de la tremenda injusticia causada por la diferencia de las clases sociales, el tema que más critica la película. Si los ricos tienen mucho tiempo no es por casualidad, lo han sacado de otras personas y por tanto, mucha gente ha muerto o es pobre para que unos pocos sean inmortales. Lo mismo que sucede ahora, solo que es el dinero en lugar del tiempo lo que causa la pobreza de unos y la riqueza de otros.
La aventura de Will que se desarrolla a lo largo del film consiste en colarse en el territorio de los ricos para robarles sus bienes (es decir, su tiempo) y repartirlo entre los pobres, a lo Robin Hood. No podía faltar, por supuesto, la chica (Amanda Seyfried). Hija de un pez gordo, aburrida de la monótona vida de los "inmortales", acompaña y ayuda al protagonista. Con ver el cartel de "In Time" ya sabemos de que va esto...
(Sigo en el spoiler por falta de espacio, no destripo nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y ahí está el principal error de la cinta. A pesar de plantear una idea original e interesante, con intenciones de crítica, a la hora de desarrollar la historia resulta demasiado convencional. Escenas demasiado previsibles, tópicos y frases estúpidas ("vivimos hasta que morimos", "¡soy jodidamente increíble!"). Si os esperáis una calidad similar a la de "Gattaca", os decepcionará bastante. A pesar de que haya pequeños intentos, olvidaos de la emotividad, Niccol no se marca grandes escenas comparables a las de su opera prima. La BSO, poco destacable, no lo arregla. Tampoco es que exija un trabajo tan excelente como el de Michael Nyman en "Gattaca". La diferencia más llamativa podría ser las escenas de acción, pero no son nada del otro mundo y su dirección no sorprende.
Luego, dependiendo de lo tiquismiqui que sea cada uno, se pueden encontrar más fallos. Para mí, el más gordo, es la vida en el gueto. El film muestra que transferir tiempo a otra gente es bastante sencillo. Robarlo también. Sin embargo, solo hay un grupito de 4-5 personas que va por ahí robando a los demás. ¿Por qué el resto de la gente es tan civilizada? Están constantemente escasos de tiempo, viviendo de forma apurada. Su vida depende del poco tiempo que tienen. Deberían estar muy desesperados. Lo lógico es que reine el caos. Pero no, parece que hay demasiadas buenas personas, lo cual resta mucha credibilidad.
El reparto no está mal. Tirándome a la piscina, porque la ha visto doblada, diría que en general los actores cumplen (Timberlake ya demostró en "La red social" que sabe actuar). No se les puede exigir mucho la verdad. Teniendo en cuenta el guión, meter a mucha chica guapa es la mejor opción independientemente de su calidad como actrices.
En fin, la idea está bastante bien, pero la película termina siendo demasiado convencional. Una pena, me esperaba más de Andrew Niccol. Comprendo los palos que se ha llevado, tenía muy buena pinta, aunque yo no iba con las expectativas muy altas. Por lo menos, es bastante entretenida. Y si vamos a tener que tragarnos historias como ésta, se agradece que tengan un planteamiento original e interesante, aunque no lo aprovechen.
Luego, dependiendo de lo tiquismiqui que sea cada uno, se pueden encontrar más fallos. Para mí, el más gordo, es la vida en el gueto. El film muestra que transferir tiempo a otra gente es bastante sencillo. Robarlo también. Sin embargo, solo hay un grupito de 4-5 personas que va por ahí robando a los demás. ¿Por qué el resto de la gente es tan civilizada? Están constantemente escasos de tiempo, viviendo de forma apurada. Su vida depende del poco tiempo que tienen. Deberían estar muy desesperados. Lo lógico es que reine el caos. Pero no, parece que hay demasiadas buenas personas, lo cual resta mucha credibilidad.
El reparto no está mal. Tirándome a la piscina, porque la ha visto doblada, diría que en general los actores cumplen (Timberlake ya demostró en "La red social" que sabe actuar). No se les puede exigir mucho la verdad. Teniendo en cuenta el guión, meter a mucha chica guapa es la mejor opción independientemente de su calidad como actrices.
En fin, la idea está bastante bien, pero la película termina siendo demasiado convencional. Una pena, me esperaba más de Andrew Niccol. Comprendo los palos que se ha llevado, tenía muy buena pinta, aunque yo no iba con las expectativas muy altas. Por lo menos, es bastante entretenida. Y si vamos a tener que tragarnos historias como ésta, se agradece que tengan un planteamiento original e interesante, aunque no lo aprovechen.

5,1
17.176
4
29 de abril de 2011
29 de abril de 2011
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del rodaje de "Cisne Negro" de Aronofsky, Natalie quería tomarse un descanso, o dicho con otras palabras, rodar una comedia romántica. No es un genero que me guste mucho, pero supuse que sería interesante verla en un papel fuera de lo habitual. El problema viene cuando el chico es Ashton Kutcher, que mata casi todo el interés en ver "Sin compromiso". Un actor estancado en los mismos personajes de siempre y encima para mal.
A pesar de eso, me aventuré a verla. La película trata sobre dos conocidos que coinciden varias veces y un día acaban liándose. Empiezan una relación de "follamigos", sexo sin compromiso. A partir de ahí, es cuestión de tiempo que uno de los dos quiera una relación más seria.
Todos los tópicos que te puedas imaginar aparecen en "Sin compromiso". No tiene nada para sobresalir por encima de otras malas comedias románticas. Ni las situaciones, ni la banda sonora, ni los personajes, nada. Es una película muy plana y que vas a olvidar enseguida.
Natalia está aquí lejos de sus mejores interpretaciones pero tampoco lo hace mal, de hecho, se merienda por completo a Kutcher (sí, ya sé que eso es bastante fácil, hay un perro que sale en un par de escenas que actúa mucho mejor que él). Y claro, ver su cara bonita es muy agradable. Aparte de eso, lo único destacable es que la primera hora no se hace pesada, sin llegar a ser buena, se deja ver.
La poca imaginación de la guionista se nota bastante. La receta de las comedias románticas se agotó hace tiempo y sin embargo año tras año vemos un buen número de películas iguales, sin personalidad, sin complicaciones, sin compromiso a hacer una película mínimamente decente.
A pesar de eso, me aventuré a verla. La película trata sobre dos conocidos que coinciden varias veces y un día acaban liándose. Empiezan una relación de "follamigos", sexo sin compromiso. A partir de ahí, es cuestión de tiempo que uno de los dos quiera una relación más seria.
Todos los tópicos que te puedas imaginar aparecen en "Sin compromiso". No tiene nada para sobresalir por encima de otras malas comedias románticas. Ni las situaciones, ni la banda sonora, ni los personajes, nada. Es una película muy plana y que vas a olvidar enseguida.
Natalia está aquí lejos de sus mejores interpretaciones pero tampoco lo hace mal, de hecho, se merienda por completo a Kutcher (sí, ya sé que eso es bastante fácil, hay un perro que sale en un par de escenas que actúa mucho mejor que él). Y claro, ver su cara bonita es muy agradable. Aparte de eso, lo único destacable es que la primera hora no se hace pesada, sin llegar a ser buena, se deja ver.
La poca imaginación de la guionista se nota bastante. La receta de las comedias románticas se agotó hace tiempo y sin embargo año tras año vemos un buen número de películas iguales, sin personalidad, sin complicaciones, sin compromiso a hacer una película mínimamente decente.
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