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Críticas 60
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
24 de diciembre de 2023 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Te hablan de problemas, tú les propones soluciones.
(Mirando las ruedas)

Mi admirado John llevaba cinco años retirado de los ruedos. Había dejado malos hábitos atrás y quiso ser para su hijo Sean la madre que nunca tuvo y el padre que nunca fue con Julian. Double Fantasy rompía el silencio. Es tan bueno este álbum que resiste hasta el incordio de varios experimentos de la artista vanguardista que era Yoko, por suerte uno de ellos es memorable, algo se le tenía que haber pegado de su marido. Entre todas las joyas que contiene este disco yo me quedaría con Watching the Wheels (Mirando las ruedas), en ella intenta justificar su alejamiento de los focos, defender su vida de hombre anónimo aunque las limusinas le esperaran en la calle.

La gente te dice que estás colgado por hacer lo que haces. Seguro que no eres feliz ahora que no entras en el juego, cuando les dices que te encuentras bien mirando sombras en la pared, sorprendidos te dicen que no puede ser cierto, ya no estás en la cresta de la ola y estás tirando tu vida por la borda. Como en la memorable I'm only sleeping (Solo estoy durmiendo) te llaman vago, tú les contestas que muy bien, ya no quieres seguir el rollo, no quieres llevar el carrusel nunca más, lo miras y dejas que se vaya.

Lennon podría haber dicho algo así: Los hombres que no tuvimos una madre llega a parecer que nos enamoramos de todas las mujeres, pero solo hay una que cubra, con su halo protectory su manto permisivo, algunas de las carencias afectivas que arrastramos. Es ella, indefectiblemente la que planea en cada frase de amor y quien nos perdona lo que no tiene perdón ¿Quién era esa amante anónima que le llevó a escribir "En mi vida" diciéndole que cada vez la amará más ? John era un monstruo asustado, un muchacho que nunca se acostumbró al baño de multitudes, ni al éxito que le alejaba del rock'n'Roll prístino y arrabalero que tanto quería, todo el mundo quería coger su mano para triunfar en América, pero el escenario no lo permitía. El marino errante y descastado que fue su padre hizo que se viera indefenso con las mujeres a las que tanto deseaba, no deduzco que su fin de semana barcelonés con Brian Epstein deje una huella inequívoca de bisexualidad .

Lennon y McCartney firmaron un buen ramillete de obras maestras y como decía Paul con el paso del tiempo con esa flema inglesa de quien ha sido nombrado Sir, solo hubo polémica de autoría en tres o cuatro canciones.

Lo malo es que entre ellas están, nada y nada menos que "En mi vida" y Eleanor Rigby, las dos en la tabla alta entre las mejores canciones de todos los tiempos. Cuando escucho las explicaciones y los argumentos me decanto con cierta claridad por creer que In my life, la más emblemática entre las canciones de John, lleva en el puente música de McCartney (además de los sonidos de clavicordio de George Martin en la parte final) y Eleanor Rigby lleva ideas, la contemplación de una lápida solitaria y, quizás, algún verso de Lennon. En fin, pienso que cada uno de ellos lleva razón en sus reivindicaciones sin acabar de tenerla. Se influyeron mucho y bien, soy de los que piensan que ni siquiera el mejor Lennon, sin duda el beatle con una más brillante carrera en solitario, alcanzó la excelencia de aquellos años.

In my life es una de esas canciones que exceden en mucho lo que se pretendía, a través de un intimismo minimalista nos llena de nostalgia de su ciudad, que puede ser la de cualquiera que lleve el halo del rumor portuario, y nos hace pensar en los amigos, en los lugares que quedan y en los que se fueron para siempre y en el amor verdadero que se cruza muy pocas veces en la vida.
FEnrique
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia de amor de John Lennon y Brian Epstein: 12 días inolvidables en Barcelona y una noche de intimidad
El mánager conocido como el “quinto Beatle” era abiertamente homosexual y siempre estuvo fascinado con John. Ambos se fueron juntos de vacaciones a la capital catalana alimentando los rumores de una relación de pareja ¿Qué fue lo que sucedió en aquel viaje?
Por
Uriel Monterrubio
The Beatles: I'm Only Sleeping (Vídeo musical)
Vídeo musicalAnimación
Reino Unido2022
7,0
145
Animación, Voz: The Beatles
10
13 de junio de 2023 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Te hablan de problemas, tú les propones soluciones.

https://www.youtube.com/watch?v=5XwXliCK19Y

Mi admirado John llevaba cinco años retirado de los ruedos. Había dejado malos hábitos atrás y quiso ser para su hijo Sean la madre que nunca tuvo y el padre que nunca fue con Julian. Double Fantasy rompía el silencio. Es tan bueno este álbum que resiste hasta el incordio de varios experimentos de la artista vanguardista que era Yoko, por suerte uno de ellos es memorable, algo se le tenía que haber pegado de su marido. Entre todas las joyas que contiene este disco yo me quedaría con Watching the Wheels (Mirando las ruedas), en ella intenta justificar su alejamiento de los focos, defender su vida de hombre anónimo aunque las limusinas le esperaran en la calle.

La gente te dice que estás colgado por hacer lo que haces. Seguro que no eres feliz ahora que no entras en el juego, cuando les dices que te encuentras bien mirando sombras en la pared, sorprendidos te dicen que no puede ser cierto, ya no estás en la cresta de la ola y estás tirando tu vida por la borda. Como en la memorable I'm only sleeping (Solo estoy durmiendo) te llaman vago, tú les contestas que muy bien, ya no quieres seguir el rollo, no quieres llevar el carrusel nunca más, lo miras y dejas que se vaya.

Lennon podría haber dicho algo así: Los hombres que no tuvimos una madre llega a parecer que nos enamoramos de todas las mujeres, pero solo hay una que cubra, con su halo protectory su manto permisivo, algunas de las carencias afectivas que arrastramos. Es ella, indefectiblemente la que planea en cada frase de amor y quien nos perdona lo que no tiene perdón ¿Quién era esa amante anónima que le llevó a escribir "En mi vida" diciéndole que cada vez la amará más ? John era un monstruo asustado, un muchacho que nunca se acostumbró al baño de multitudes, ni al éxito que le alejaba del rock'n'Roll prístino y arrabalero que tanto quería, todo el mundo quería coger su mano para triunfar en América, pero el escenario no lo permitía. El marino errante y descastado que fue su padre hizo que se viera indefenso con las mujeres a las que tanto deseaba, no deduzco que su fin de semana barcelonés con Brian Epstein deje una huella inequívoca de bisexualidad .

Lennon y McCartney firmaron un buen ramillete de obras maestras y como decía Paul con el paso del tiempo con esa flema inglesa de quien ha sido nombrado Sir, solo hubo polémica de autoría en tres o cuatro canciones.

Lo malo es que entre ellas están, nada y nada menos que "En mi vida" y Eleanor Rigby, las dos en la tabla alta entre las mejores canciones de todos los tiempos. Cuando escucho las explicaciones y los argumentos me decanto con cierta claridad por creer que In my life, la más emblemática entre las canciones de John, lleva en el puente música de McCartney (además de los sonidos de clavicordio de George Martin en la parte final) y Eleanor Rigby lleva ideas, la contemplación de una lápida solitaria y, quizás, algún verso de Lennon. En fin, pienso que cada uno de ellos lleva razón en sus reivindicaciones sin acabar de tenerla. Se influyeron mucho y bien, soy de los que piensan que ni siquiera el mejor Lennon, sin duda el beatle con una más brillante carrera en solitario, alcanzó la excelencia de aquellos años.

In my life es una de esas canciones que exceden en mucho lo que se pretendía, a través de un intimismo minimalista nos llena de nostalgia de su ciudad, que puede ser la de cualquiera que lleve el halo del rumor portuario, y nos hace pensar en los amigos, en los lugares que quedan y en los que se fueron para siempre y en el amor verdadero que se cruza muy pocas veces en la vida.
13 de junio de 2023 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La obra, con libreto de Tim Rice, fue presentada como doble L.P. y su éxito inmediato, propició su conversión en pieza teatral, cosechando un clamoroso éxito en los escenarios de Broadway y Londres, donde se estuvo representando durante varios años, dando lugar a numerosas giras y llegando a alcanzar más de 3.000 representaciones".

Maximillian

Creo que es maravillosa la música de un jovencito y genial Lloyd-Weber, mejor aún el libreto de Tim Rice, sencillamente sublime, hurgando en el futuro de las raíces de los clásicos que se aferran en las hechuras de un manierismo concertado más cercano al gusto de los sacerdotes que rehúyen , así es como se supera, a veces, la ortodoxia, así vemos a Cristo en "El Pasmo de Sicilia", bello, a pesar de todo, en su tormento.

Hay cuatro obras maestras perdurables del pop-rock; El cielo en mi mente, Getsemaní, El Sueño de Pilatos y La Oración del Huerto.

¿Existió Cristo? No lo sé y si fue así seguro que no era Dios, este no tiene siquiera que ser antropomorfo o tener sexo, ni ser blanco. Pero es el hombre más importante de la cultura Occidental y tenía luz y convencimiento para creerlo. Pero su última pregunta en la cruz nos deja a las claras que se dio cuenta de que era un hombre solo.

Pilate's Dream

Soñé que me encontraba
con un galileo,
un hombre asombroso.

Tenía esa mirada que
rara vez encuentras,
era un tipo turbador y perseguido,
le pedí en la cruz de los ladrones
que había forjado,
que contara qué había pasado
¿Cómo empezó todo?

Volví a preguntarle, no dijo palabra.
y como la estancia estaba llena
de iracundos ciegos,
volví a preguntarle,
no dijo palabra.
como si no hubiera escuchado
ni comprendido.

Hombres salvajes y enojados
Parecían odiar a este hombre.
por ser El Profeta,
cayeron sobre él y desaparecieron
Cayeron sobre él, y se esfumaron
de nuevo. Gritando Barrabás.

Entonces vi millones de hombres
llorando por el galileo,
y luego escuché mi nombre
dejando en mi corazón la culpa.

Autores de la canción: Tim Rice / Andrew Lloyd Webber.
Versión española - Francisco Enrique León)
12 de junio de 2023 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
I died a hundred times,
You go back to her
And I go back to black.
(Amy Winehouse)

En un límpido embate de vodka destilado
me sumerjo en la tarde que muere en la bahía,
sufro porque no puedo anhelar unos ojos
y no tiembla mi cuerpo como una estrella errante.

Se me ha ido el amor, y ya no sé llamarlo
¿en qué calle estará
el ansia desmedida de besos de tus noches?
¿a qué puerta sin llave caminará tu olvido,
tu larga ausencia herida por no seguir tu paso,
tu ineludible imagen de muñeca asustada?

Roto por el silencio tu colchón de verdades
alienta los reflejos de un pasaje rendido
al mundo de los otros que no sabe acunarte
ni escuchar la palabra que presagia tu muerte
en la orilla sangrante del laurel del vencido
que agoniza en el miedo a la vida que pasa.

Tu canción de cristal en los escaparates
busca una nueva luz que abrace lo perdido,
tu palabra en la alcoba de la sentencia mustia
vuelve a la pesadumbre de los días sin huella
y a las flores que gritan en el rimmel corrido.

Se me ha perdido el arte y no encuentro la senda
para volver atrás, atrás cuando pensaba
que había sentido en ti una verdad profunda,
profunda y transparente que ignoraban los otros,
que latía en tus élitros proclives al abismo,
que rompía el contorno y mi pecho anhelaba.

Que era suficiente pensar en tu destello
para cruzar los puentes rotos y desolados
que cada día hablaban del mundo y los azares,
del mar de la derrota que batía en mi rostro,
de la leyenda herida, del amor que dejaste
atravesando calles y no encuentra el recuerdo
de la ninfa frustrada en un sueño que duele,
de la voz que gemía
en un soul encubierto, marchito, amortajado

*¿Black = luto? según el contexto del video oficial traducirlo como luto sería lo más indicado, la relación con el vídeo oficial en el cual, se ve un funeral, tiene relación directa con la traducción "volver al luto".

(@Bastidoon)
23 de mayo de 2023 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mis héroes son perdedores porque están derrotados por anticipado, lo que constituye uno de los elementos primordiales de la verdadera tragedia. Se han acomodado desde hace mucho tiempo a la muerte y a la derrota; en consecuencia, no les queda nada que perder”.
(Sam Peckinpah)

Insisto en la pasión de Peckinpah que asalta
el último desierto
con un lirismo amargo y una tibia sonrisa,
de Fassbinder viviendo la angustia de un esquema
de tu letra temblando sobre un pájaro herido.

El director americano habla de su tragedia. Estaba seguro de que no podía derrotar a las productoras, hubiera hecho bien de haberse trasladado a Europa con más convicción y tiempo, como lo hiciera Orson Welles. Aquí el sentimiento de culpa posibilitaba que le diéramos rienda suelta a los americanos, incluso en España eran venerados, aunque no se les comprendiera (Campanadas a medianoche). Puede que no haya un realizador más poético que Peckinpah, excepto el Ford de "Los buscadores" y "El hombre que mató a Liberty Valance". Arrancó poesía hasta de la violencia que le era tan querida como una manifestación innata de la desesperación, de vivir acorralado por las sombras insostenibles de los recuerdos. Hay una poesía terrible que es, con derecho propio, una obra de arte y otra, amable, alejada de la realidad, que no lo es y está lejos de representar la lucha que desencadena en la tragedia de vivir sabiendo que morimos. Peckinpah, como buen poeta de nuestro tiempo, se quedó entre el western clásico y el moderno, se quedó sin saber adónde ir, como un artista alienado, bañado en alcohol, que no pertenece al mundo que le ha tocado vivir. Decía que era medio indio, no ha podido confirmarse del todo este punto, pero era una buena forma de alinearse con quienes todo lo perdieron.

Claro que hay una nostalgia mórbida, una honda y solemne melancolía. Peckinpah prefiere matar a Cable Hogue en el punto más alto de su triunfo, y no hacerle pasar por la angustia de seguir en un mundo que no puede comprender y que nunca le pertenecerá. Parece decirnos que, a partir de ahí, Cable, un hombre fundamentalmente bueno, capaz de perdonar como lo haría un cristiano convencido e iluminado, constata que es pasado, que quizás todos seamos pasado sin saberlo ni aceptarlo, quizás por eso la mayoría sobrevivimos sonriendo a las cornadas que, con un retorno eterno por la persistencia obstinada de la estupidez, nos ofrece, con un caramelo envenenado de vulgaridad, una modernidad retrógrada.

No puedo dejar de sentirme atraído por la belleza crepuscular de los vencidos, todos ellos parecían vivir sus últimos años con la sensación de que su tren había pasado y apenas había dejado su rumor. Me cuentan que Peckinpah, ante el infortunio había visitado el desierto mientras llovía y no podía rodar; invitó a todo el equipo de "La balada de Cable Hogue" a pagarle las copas. No debió tener en cuenta que entre ellos estaba Jason Robards, acabó pagando una cifra respetable. De todas formas fue el rodaje más placentero que tuvo en su vida, aunque la productora, como siempre, ejerciera su presión insoportable y mostrara el rostro destructivo de la censura comercial. Sus ojos, tal vez, fueron alegrados por la belleza carismática y sensual de Stella Stevens, mal aprovechada en general por Hollywood (solo la recuerdo en El profesor chiflado, la mejor película de Jerry Lewis), y por el hecho de contar con secundarios que eran auténticos perdedores que no tenían que disimular mucho para amoldarse a lo que él les pedía que hicieran.

Pekinpah sabía, aunque ignoro si conocía a Brel, que la vida no hace regalos, no se encontraba con ganas de ofrecernos un final feliz para su personaje más poético y lírico, el director americano sufría de insomnio cada vez que soñaba con las productoras y sus tijeras. Pero agradeció hasta la muerte que se le cruzara en el camino un actor excepcional, Jason Robards, para que hiciera de lo que hemos retenido en el recuerdo de sí mismo, de lo que a él le hubiera gustado ser. Robards no fue una estrella cinematográfica, pero dejó su huella en joyas como esta y en "El largo camino del crepúsculo hacia la noche". Los más frívolos lo recuerdan como aquel que se casó con la viuda de Bogart; la Bacall necesitaba hombres íntegros dominados por el alcohol y los gemidos de su conciencia.

Peckinpah trataba el desierto como si hablara de sí mismo, el desierto dejaba de serlo y el Oeste ya no existía; era un sucedáneo que, en su deriva desencantada podía mostrarnos una huella artística perdurable, pero no era lo que él, atómicamente, buscaba. Él no podría nunca luchar contra una industria prosaica y dominada por los intereses económicos. El apóstol de la violencia quizás luchaba por poner al día a los héroes ambiguos y amargados de Ford y toda su poesía. Lo consiguió plenamente a pesar de la implacable censura comercial, ahí quedan, para demostrarlo," Duelo en la Alta sierra" y "Grupo salvaje".

El poeta que he tomado de referencia en este poema, Sam Peckinpah, se casó cinco veces, era alcohólico y cocainómano, ya sabemos que pocas drogas atacan tanto la bondad como el alcohol y la cocaína. En el rodaje de su película maldita, Mayor Dundee, desquició al galán de Hollywood del momento, Charlton Heston, con sus reproches y sus gritos, este desenvainó el sable y furioso se fue hacia él que estaba en la grúa planeando. Nunca pudo digerir el montaje que hizo la productora de esta película. Mankiewicz recurrió a una melancólica y tensa calma cuando mutilaron a su Cleopatra, una hora y media de rodaje, que él creía valioso, fue arrojado a la papelera.


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