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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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4 de enero de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para comenzar este particular viaje a través del cine queríamos compartir con todos vosotros una importante efeméride del día 2 de octubre. Se considera el día internacional por la no violencia, en conmemoración al cumpleaños de una figura que levantó la voz para narrar los horrores de la violencia y la opresión de unos seres humanos sobre otros en la India colonial del siglo pasado, Mahatma (alma grande en hindi) Gandhi.

Os presentamos así la recomendación de hacer un alto en el día de hoy y disfrutar de la película ganadora de 8 premios Oscar protagonizada por Ben Kingsley, con cameos interesantes como el de Daniel Day-Lewis, que retrata la historia de este personaje a modo biográfico, permitiéndonos acercar un poco más tanto a la figura política como al hombre.

Nacido en el seno de una familia adinerada de la India británica tuvo la oportunidad de formarse en Londres desde joven, completando los estudios en Derecho. Fue en su viaje a Sudáfrica donde sintió en su piel la discriminación por tener un origen, un color de piel y una religión diferente, lo que le movió a comprometerse contra el “odio racial” iniciando un camino como activista político que terminaría convirtiéndole en pieza clave en la política independentista de la India a mediados del s. XX.

A través de este personaje histórico, podemos hacer un repaso a la Historia colonial británica, transportándonos a una época no muy pasada donde se sembraba el germen de problemas actuales como las tensiones entre hindús y musulmanes en el subcontinente indio, o las disfunciones políticas en países que tienen su independencia desde hace menos de 100 años. En este contexto, Gandhi fue un hombre que miró desde una perspectiva humana esos problemas entre personas, cuestionándose su legitimidad y haciendo reflexionar a sus convecinos sobre la realidad y la atrocidad de sus actos de reivindicación. Desde la altura moral y espiritual que alcanzó, intento usar su autoridad para parar la muerte y el odio que se estableció entre la población autóctona frente al poder británico y sus estructuras y en segundo lugar entre hermanos, entre hindús y musulmanes.



Usando la India como trasfondo de esta película, se consigue una fotografía muy colorida y realista que retrata los contrastes entre riqueza y extrema pobreza y la diversidad natural del entorno. Ronnie Taylor y Billy Williams, directores de fotografía, realizan una gran labor ofreciéndonos imágenes que bien podrían pertenecer a cuadros de la época victoriana.

Tampoco podemos dejar de destacar la labor del John Briley en el guión. Durante toda la película nos invita a reflexionar sobre la reivindicación política gandhiana mediante grandes frases que se convierten en resumidas lecciones morales sobre el trato que los seres humanos nos damos los unos a los otros. Ni tampoco podría pasar por alto la labor de Lord Richard Attenborough en dirección, el cual puede que os suene por su dirección en otras películas como la británica “Chaplin” (1992) o por su papel en “Jurassic Park” (1993) como el doctor John Hammond (hombre prolífico como Troy McClure ;)).

Por último, hay que aplaudir el profundo cambio que Ben Kingsley va sufriendo, retratando la vida austera y de ayuno como acción política que llevó el personaje, a parte del profundo parecido físico que ambos guardan.

¿Y vosotros qué opináis? ¿Qué otros aspectos destacaríais? A nosotros, que aunque conocíamos al personaje no habíamos tenido la oportunidad de conocerle en profundidad, nos dio mucho que pensar sobre la violencia y el horror del odio, ¿os ha hecho reflexionar su mensaje?

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/02/datatextmce-internal/
4 de enero de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El día 5 de octubre se conmemora el Día Mundial de los Docentes y la primera película en la que todos pensamos por su trama y por su reparto fue “El Club de los Poetas Muertos” (1989), con el reciente fallecimiento de Robin Williams ninguno quería perder la oportunidad de dedicarle, ya pasado el shock inicial de la noticia, un momento en nuestra agenda.

Esta película dirigida por Peter Weir, encargado de la dirección de otros títulos como “Master and Commanders: The Far Side of the World” (2003) o “The Truman Show” (1998), aborda una temática que a nadie deja indiferente: la educación de los jóvenes. Trata el tema desde un punto de partida que invita al debate: educar para la vida o para el trabajo.

Robin Williams interpreta el papel de John Keating, un profesor que empieza a impartir clases en una academia elitista sólo para chicos de Estados Unidos. Con esa fuerza y energía características de aquellos movidos por su vocación, Keating intenta enseñar a un grupo de chicos cuyas vidas desde temprana edad están enfocadas a un gran futuro laboral, a pensar por sí mismos, a cuestionarse lo establecido, retándoles a seguir a su corazón por encima de esas grandes metas.

“Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.”

-John Keating.

Estos pensamientos, vistos como revolucionarios en su contexto de rigidez institucional, acaban por calar hondo en sus jóvenes mentes, llevando a Neil Perry (Robert S. Leonard, el cual será muy familiar para los seguidores de la serie de EEUU “House”) a retomar una vieja costumbre que Keating, ex alumno del centro, tenía cuando era joven. Esa costumbre, lejos de dañar a nadie, abría sus mentes y les animaba a ser algo más que profesionales de exquisita formación, así se vuelve a reunir el Club de los Poetas Muertos, lugar de reunión para recitar a grandes clásicos y compartir la belleza de la poesía.

De la mano de los estimulantes nuevos métodos de Keating y el desarrollo de las reuniones del club, algo empieza a crecer dentro de ellos, el joven Todd Andersen (Ethan Hawke) va saliendo de su caparazón de timidez y miedo, y Neil, aún sin el apoyo de su padre, da el paso de acercarse al mundo del teatro para cumplir su sueño de ser actor. Como si de una obra de Shakespeare se tratara, los hechos van llevando a la catástrofe.

El debate está abierto en muchos sentidos, ¿en qué deben formarse nuestros jóvenes, en ser personas o en ser técnicos bien preparados? ¿Cómo padre, has de dejar que tu hijo crezca y el mismo elija o has de guiarlo en el camino que “más le conviene”?

“Que tú estás aquí, que existe la vida y la identidad, que prosigue el poderoso drama y tú puedes contribuir con un verso.”

-John Keating

La actuación de Robbin Williams es de las que llega hondo, es fácil sentirse identificado con esos jóvenes y soñar con tener un profesor como él, alguien que apueste por ti y se interese por enseñarte cómo usar tu libre pensamiento. Para nuestro gusto, es una de sus interpretaciones para la posteridad, ya que aunque nunca haya sido en realidad nuestro profesor, siempre será nuestro

“Oh capitán, mi capitán”. Descanse en paz.

Las interpretaciones de los alumnos, sobre todo la de Neil Perry, emocionan al espectador, no es complicado encontrarnos con personas sometidas a su misma presión. Quizás su tragedia debería hacernos pensar un poco más en hasta qué punto un padre sabe lo que le conviene a su hijo. Tal y como dice Keating, las ciencias y la técnica dignifican al ser humano, pero la belleza, lo que le da sentido a la vida son la poesía y sus grandes temas como el romanticismo o la reflexión vital. Buscar el bienestar económico de un hijo o de aquellos a los que quieres no es un hecho deshonroso, no me malinterpreten, pero ¿hasta qué punto el coste de prescindir de una parte de nosotros mismos es peor que una vida humilde?

Ha sido un placer dedicar esta tarde de domingo a volver a ver un clásico que forma parte de nuestra infancia, y sobre todo poder reunir todos los pensamientos que evoca y compartirlos aquí con vosotros. Dejamos muchos interrogantes y debates abiertos, porque queremos saber vuestra opinión, ver qué es lo que a vosotros os ha tocado “la fibra sensible”, qué aspectos compartís con nosotros y cuáles no.dead poets society

“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (…). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.”

-John Keating.

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/05/las-ideas-y-las-palabras-pueden-cambiar-el-mundo-el-club-de-los-poetas-muertos/
4 de enero de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película que hoy os hemos recomendado fue estrenada en EEUU hace 75 años (1939), y para los grandes seguidores del cine clásico no parece mala fecha para ver una de las películas del gran director Ernst Lubitsch, con Billy Wilder tras el guión (entre otros). Por si eso no os bastará, la interpretación corre a cargo de nada más y nada menos que Greta Garbo, contando con Melvyn Douglas como co-protagonista.

Esta peculiar comedia toma como escenario París en el período de entreguerras, mostrando la dicotomía capitalismo-comunismo presente en esa época, y aunque tratado desde el punto de vista de una percepción capitalista, no llega a demonizar a esta otra realidad, aunque si la dibuja con recelo y caricaturizandola para mostrar la miseria y la falta de opulencia de esta nueva sociedad soviética frente a los lujos y los derroches de la aristocracia parisina. En este contexto, tres trabajadores soviéticos son enviados a la Ciudad del Sena con la misión de vender una joyas (como otros grupos están haciendo en otros países con las riquezas rusas) para obtener dinero para dirigir la economía planificada soviética, estos tres personajes son socialistas poco convencidos que quedarán obnubilados por los lujos de las clases altas del capitalismo, tal es su flaqueza que desde Rusia, el Comisario Razinin (Bela Lugosi recién salido de su ataúd ;)) decide mandar a la camarada Ninotchka (Greta Garbo), mujer de firmes convicciones comunistas que se nos presenta como una mujer inusual para su época, profesional, inflexible y sin otros deseos que el mejor devenir de su patria y sus camaradas.

“- ¿Y cómo está Moscú?

- Muy bien, los juicios en masa han constituido todo un éxito. Quedarán menos rusos pero serán mejores.”

- Ninotchka y León.

Estas aparentemente inamovibles convicciones de la protagonista se verán afectadas por la entrada en acción de León (Melvyn Douglas), un aristócrata parisino que también irá impregnándose de la ideología de la joven rusa. Ambos, en contra de cualquier pronóstico, irán acercándose formando una bonita historia de amor entre “enemigos”.

Históricamente, esta película nos ayuda a dibujar un paisaje geopolítico de la época mediante los grandes prejuicios e ideales sociales, en este sentido se nos abren nuevas posibilidades, se nos antoja interesante poder presentaros una evolución en el cine de Hollywood del comunismo, y dibujar su panorama completo en función de la necesidad del mundo capitalista de la ayuda de la gran potencia que fue la URSS.

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/06/rusia-tiene-las-ideas-pero-no-el-clima-ninotchka/
4 de enero de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay grandes clásicos del cine que a modo de retrato costumbrista nos muestran historias enclavadas en contextos muy particulares con mensajes que buscan llamar a la cordura, con la perspectiva del tiempo muchas de estas narraciones pueden sentirse anacrónicas, pero de otras aún hoy podemos sacar conclusiones que nos ayuden a superar recelos y prejuicios que lo único que consiguen es no dejarnos avanzar y crecer como personas.

En este sentido, “Matar a un Ruiseñor” (1962) se convierte en un perfecto ejemplo de un fiel retrato costumbrista que bajo el ojo analítico del tiempo nos muestra los prejuicios, el odio y las barreras sociales que instruían el comportamiento de la sociedad norteamericana en la década de los 30. Quizás el simple hecho de que hoy en día sintamos tanta distancia con respecto a esta sociedad retratada en la película sea el mayor galardón que hombres comprometidos con la igualdad entre las personas como Luther King puedan recibir, aunque por norma general (desgraciadamente) sea un premio póstumo.

Una vez dicho esto, ahondemos en la película. “Matar a un Ruiseñor” (1962) dirigida por Robert Mulligan y protagonizada por Gregory Peck y Brock Peters, se concibe como la adaptación cinematográfica de una novela de igual nombre escrito por Harper Lee, que recibió el premio Pulitzer el año anterior al estreno de la película. No sólo es un título obligatorio por su contenido, si no que nos encontramos ante una de las cien mejores películas estadounidenses de este último siglo (puesto nº 25 de la lista creada por la AFI), así que ya podéis coger la lista y dar por visto, con nosotros, uno de los grandes títulos del cine.

La historia arranca en una pequeña ciudad norteamericana, donde dos hermanos (Scout y Jem) viven con su padre, el abogado más respetado de la zona (Atticus). Esta diferenciación inicial no es casualidad, para nuestro gusto es una de las claves de la película, esa doble visión, la del adulto y la inocente de los niños, completa esta crítica social desarmando de argumento alguno el odio racial.matar-a-un-ruiseñor-gregory-peck-imagen

Será cuando Atticus tome la defensa ante el tribunal de un humilde campesino negro acusado de violar a una mujer blanca, cuando la historia comience, invitando tanto a los personajes como al telespectador a ser partes de la discriminación a la que Tom Robinson se ve sometido por el hecho de ser negro. Los niños, ocupados de vigilar en sus aventuras de infancia a un peculiar vecino de la zona que se convertirá en su particular “hombre del saco”, irán aportando su semilla a la crítica de la injusticia que se está cometiendo contra un hombre, mediante el desconocimiento de las estrictas y absurdas reglas sociales que en aquella época dividían al país; y esto mismo, les hará crecer, dejándonos ver durante el desarrollo de la película, la cual retrata tres años en la vida de nuestros protagonistas, cómo van formándose superando muchos de estos prejuicios.

De los personajes mucho hay que decir, de entre este exquisito reparto vale la pena subrayar, por distintas razones a estos actores:

En primer lugar, otorgarle la ovación que se merece la actuación del gran Gregory Peck, que os sonará de otros títulos como “Vacaciones en Roma” (1953) o “La Profecía” (1976), Atticus se muestra como un hombre en evolución con una gran profundidad psicológica. Como hecho curioso, quizás os gustará saber que para prepararse el papel recurrió a la persona que inspiró al personaje, entablando una gran amistad.

De otro lado, nos encontramos con el pequeño “Boo” Radley, interpretado por el conocido Robert Duvall (saga “El Padrino” entre una lista interminable de títulos), el cual es un joven huraño que ha pasado toda su vida recluido en la casa de sus padres, este entrañable personaje muestra en su propia piel ese pudor al qué dirán, que va a marcar su vida y la de sus padres. Para convertirse en este peculiar joven, Robert Duvall pasó seis meses huyendo de la luz del sol incluso llegando a teñir su pelo para alcanzar un tono casi albino, para completar este perfil misterioso que tanto ocupara los pensamientos de los jóvenes Finch.

A parte de los personajes, habría que destacar otros elementos como el rodaje, el cual estuvo dividido en varias localizaciones: Monroeville en el estado de Alabama, la cual fue preparada para emular las condiciones que se le suponen a los años treinta del siglo pasado, decorados y escenografías por las que la película obtuvo el Oscar (1963); los estudios de la Universal Pictures (Hollywood, CA) para las escenas del juicio; Pasadena y Hollywood (CA).

Además de ese galardón, recibió el reconocimiento en los Globos de Oro, en el Festival de Cannes, el WGA, el de la Academia de Cine Italiano, y en los Oscar, donde consiguió la estatuilla, a parte de la ya mencionada, por la actuación de Gregory Peck, por la música de Elmer Bernstein y por promover el entendimiento internacional. Todos ellos se otorgaron en el 1963.

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/14/matar-a-un-ruisenor-1962/
4 de enero de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de hoy nos sirve para dedicarle una tarde de cine a Ang Lee (su director) y desearle un feliz cumpleaños, y es que el director de cine taiwainés hace 60 años que nació. Desde su estilo propio, revolucionó el cine taiwanés (acabando con la línea del realismo trágico) introduciendo obras con un gran mensaje usando tonos cómicos.

“La vida de Pi” (2012) nos cuenta una historia basada en la novela del mismo nombre obra del autor canadiense Yann Martel, historia que mezclando tintes trascendentales y religiosos consigue una peculiar película de aventuras sobre el joven Pi (Suraj Sharma), personaje perdido en sus reflexiones, que se verá atrapado en un bote en medio del océano con un Tigre de Bengala, tras un naufragio, durante 227 días.

A la película hay que reconocerle su gran labor en cuanto a fotografía, ya desde primera hora nos ofrece un espectáculo visual de alto nivel, imágenes muy brillantes e impactantes llenas de efectos visuales que acompañan a esta trascendental historia sobre la existencia. Tendiendo en algún momento a una trama, quizás, demasiado lenta, las dos escenas magistrales de la película (en su final) lo acaban arreglando todo.

La obra de Ang Lee se hizo notar en el panorama cinematográfico, recibió muchos elogios desde la crítica y el público, lo que la llevó a recibir el reconocimiento del cine norteamericano (nacionalidad de la película) a través de 4 premios Oscar a mejor director para nuestro homenajeado, a mejor banda sonora (que no tiene desperdicio, completando esta experiencia para los dos sentidos), fotografía y efectos visuales.

De nuestros dos protagonistas, hay que comentar que la relación de convivencia y coexistencia entre Pi y Richard Parker (el tigre) le da respaldo al mensaje de la película, mereciendo los dos un gran aplauso ya que ninguno de los dos era actor profesional antes de comenzar el rodaje de “La vida de Pi”.

Cinemasticas, haz hueco en tu calendario.

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/24/la-vida-de-pi-2012/
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