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Críticas ordenadas por utilidad
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7
3 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, que “El día de la bestia” es una de las excepciones que confirman la regla. Así que… ¡Al loro!
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Después de cautivar a muchos con su genuina y atípica pero, para mí, algo fallida ópera prima “Acción mutante”, Álex de la Iglesia sigue por el camino de lo osado y extravagante con “El día de la bestia”. Y… ¿qué le sale? Pues le sale una ida de olla asombrosamente perspicaz, punzante y arrebatadora. No es de extrañar que esta producción se convirtiera automáticamente en una película de culto, ya que el talento del señor “de la Iglesia” a la hora de dirigir se hace patente escena tras escena. Claro, siempre amparado por una fotografía, puesta en escena y música heavy (que no death) brillantes.
Qué decir de unos de los guiones (y diálogos por extensión) más sensacionales que recuerdo en el cine español. El cabroncete de Álex y su amigo Jorge Guerricaechevarria están francamente grandes. Qué gustazo ver una comedia satírica en la que no se deja títere con cabeza (casi a la altura de las mejores cintas de los Monty Python), poniendo a parir a las altas esferas eclesiásticas (irónico el apellido del director… jejejeje), a una juventud cuyo único fin en la vida parecen ser el sexo y las drogas, al abuso de las televisiones para/con los espectadores, a los grupos ultra-violentos que creen que zurrando y destrozando van a conseguir algo en su triste vida, etc etc etc.
Si a esto le añadimos unos personajes tan carismáticos como divertidos, fielmente interpretados por un Álex de Angulo y Santiago Segura (para mí su mejor actuación a la par con la de su “Torrente”) incontestables, el resultado final es muy, pero que muy recomendable.
Así pues, absténganse arcaicos del séptimo arte y católicos apostólicos romanos cerrados de mente. Los demás, véanla y disfruten de esta bestial película.
“Joeeee, el programa de la semana pasada, ése sí que fue fuerte… Iba de una tía que la habían violao extraterrestres. ¿No lo vio?… Bueno, pues luego entrevistaron a la tía y ¡tenía una pinta guaaarra! Vamos, seguro que había sido ella la que había ido provocando. Descarao.”
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Después de cautivar a muchos con su genuina y atípica pero, para mí, algo fallida ópera prima “Acción mutante”, Álex de la Iglesia sigue por el camino de lo osado y extravagante con “El día de la bestia”. Y… ¿qué le sale? Pues le sale una ida de olla asombrosamente perspicaz, punzante y arrebatadora. No es de extrañar que esta producción se convirtiera automáticamente en una película de culto, ya que el talento del señor “de la Iglesia” a la hora de dirigir se hace patente escena tras escena. Claro, siempre amparado por una fotografía, puesta en escena y música heavy (que no death) brillantes.
Qué decir de unos de los guiones (y diálogos por extensión) más sensacionales que recuerdo en el cine español. El cabroncete de Álex y su amigo Jorge Guerricaechevarria están francamente grandes. Qué gustazo ver una comedia satírica en la que no se deja títere con cabeza (casi a la altura de las mejores cintas de los Monty Python), poniendo a parir a las altas esferas eclesiásticas (irónico el apellido del director… jejejeje), a una juventud cuyo único fin en la vida parecen ser el sexo y las drogas, al abuso de las televisiones para/con los espectadores, a los grupos ultra-violentos que creen que zurrando y destrozando van a conseguir algo en su triste vida, etc etc etc.
Si a esto le añadimos unos personajes tan carismáticos como divertidos, fielmente interpretados por un Álex de Angulo y Santiago Segura (para mí su mejor actuación a la par con la de su “Torrente”) incontestables, el resultado final es muy, pero que muy recomendable.
Así pues, absténganse arcaicos del séptimo arte y católicos apostólicos romanos cerrados de mente. Los demás, véanla y disfruten de esta bestial película.
“Joeeee, el programa de la semana pasada, ése sí que fue fuerte… Iba de una tía que la habían violao extraterrestres. ¿No lo vio?… Bueno, pues luego entrevistaron a la tía y ¡tenía una pinta guaaarra! Vamos, seguro que había sido ella la que había ido provocando. Descarao.”
3
6 de septiembre de 2012
6 de septiembre de 2012
29 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tú, Sergio, tú que me hiciste disfrutar como un niño con esos insólitos primeros planos y ese lacónico, agudo y hermético Clint Eastwood en la genial ‘Por un puñado de dólares’. Tú que me dejaste embobado con esa musiquilla de reloj que anunciaba uno de los duelos más perdurables que ha dado el séptimo arte en la siempre interesante ‘La muerte tenía un precio’. Tú que ratificaste el Spaghetti western con esa reflexión sobre la bondad y la maldad, sobre la exigua diferencia entre ellas, en la notable ‘El bueno, el feo y el malo’. Tú que nos hiciste ver el sinsentido de la revolución y nos entregaste esa visión tan pura de la amistad y de la traición, que serviría como puente de tu obra posterior, en la infravalorada e imperfecta (aunque no por ello deja de ser sensacional) ‘¡Agáchate, maldito!’. Y tú que alcanzaste la cima con la compleja, maravillosa e irrepetible ‘Érase una vez en América’. Tú, Sergio, ¿cómo pudiste engendrar semejante tostón?
No lo sé, no me lo explico. Y lo peor es que parece ser que estoy en ese escaso grupo de personas que se hartan de esos innecesarios estiramientos de planos y prolongaciones de escenas que acaban por aburrir a las monjas, a las ovejas, a las cabras, a los columpios y hasta al malo de Luchino Visconti. El grupo mayoritario afirma que es lo mejor del italiano, que es una obra maestra, que los actores molan, que la Cardinale (¡actuando!) está cojonuda, que Bronson es diez veces Clint (ya le gustaría…), que cocer venganzas a retrovelocidad es divertido, que Henry fonda con barba tiene más sex-appeal… ¡Venga, hombre! ¡Seamos serios! Esta película no merece ni un puñado de reconocimiento.
Un tres por el cuarto de hora tan espléndido del inicio, por su banda sonora y por un par de diálogos más que ingeniosos. Y va que chuta.
No lo sé, no me lo explico. Y lo peor es que parece ser que estoy en ese escaso grupo de personas que se hartan de esos innecesarios estiramientos de planos y prolongaciones de escenas que acaban por aburrir a las monjas, a las ovejas, a las cabras, a los columpios y hasta al malo de Luchino Visconti. El grupo mayoritario afirma que es lo mejor del italiano, que es una obra maestra, que los actores molan, que la Cardinale (¡actuando!) está cojonuda, que Bronson es diez veces Clint (ya le gustaría…), que cocer venganzas a retrovelocidad es divertido, que Henry fonda con barba tiene más sex-appeal… ¡Venga, hombre! ¡Seamos serios! Esta película no merece ni un puñado de reconocimiento.
Un tres por el cuarto de hora tan espléndido del inicio, por su banda sonora y por un par de diálogos más que ingeniosos. Y va que chuta.

8,3
113.144
10
3 de julio de 2012
3 de julio de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi teléfono sonó. Ipso-facto me levanté, de mala gana. No llegué a cogerlo, aunque tampoco me preocupó. Mi cuerpo volvió a tenderse en el sofá. El DVD rogaba su puesta en marcha. Yo, como ciudadano de bien, hice caso a sus plegarias. No sabía (pobre de mí) hasta que punto acababa de encerrarme en el manicomio del séptimo arte. Pasaron los minutos. Se sucedieron las escenas, las miradas, las risas, las crueldades. El teléfono sonó otra vez. Lo escuché, claro. No le hice ni puto caso. Estaba empezando a odiar a la “enfermerita”. Seguí riendo. Injurié a Forman por esos angustiosos primeros planos; por ese cine que sin palabras, te lo decía todo; por ese cine que con palabras, te dejaba sin ellas. Me enamoré de Candy. Envidié al joven y loco rubiales por “robármela”. Maldije al bueno (¡Sí, sí, al bueno!) de McMurphy por no cargarse a esa ruin doctora. Y al negro por ayudarla. Gocé como nunca por un cristal roto. Y quise ser libre. Quise ser “el jefe”.
Mi teléfono volvió a sonar; y no era rojo; y me dieron ganas de volar; y no precisamente a Moscú…
“-¿Ha oído usted alguna vez el refrán “piedra que corre no cría moho”?
-Seh.
-¿Qué significa para usted?
-Ehmmm… eh… algo así como “no laves la ropa sucia en público”.
-No comprendo qué quiere decir.
-Soy más listo que él, ¿verdad?”
GENIAL
Mi teléfono volvió a sonar; y no era rojo; y me dieron ganas de volar; y no precisamente a Moscú…
“-¿Ha oído usted alguna vez el refrán “piedra que corre no cría moho”?
-Seh.
-¿Qué significa para usted?
-Ehmmm… eh… algo así como “no laves la ropa sucia en público”.
-No comprendo qué quiere decir.
-Soy más listo que él, ¿verdad?”
GENIAL
20 de marzo de 2013
20 de marzo de 2013
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, por fin he visto una de mis cuentas pendientes, una de las leyendas del cine que pedía a gritos su visionado, ‘El Acorazado Potemkin’. Y maldita la hora. Ha sido una decepción absoluta y, lo que es peor, considerablemente aburrida.
No es que el cine mudo sea santo de mi devoción, pero ante obras de incuestionable valía, como las que nos regalaba el inolvidable Charles Chaplin o las más recientes ‘The Artist’ o ‘Blancanieves’, uno no puede por más que rendirse a la magia de éste. Y claro, cuentan que ‘El acorazado Potemkin’ fue un hito en este tipo de arte, que marcó las leyes del montaje y reinventó la manera de dirigir. Vale, eso no lo puedo negar. Aunque he decir que no todos sus recursos me parecen adecuados, también debo reconocer que técnicamente el film de Eisenstein es más que bueno, de una calidad asombrosa y creatividad indudable. Pero es que los métodos que utiliza sólo sirven para desconectar al respetable de una historia que ya de por sí, por su contexto bélico y discutible (para algunos) maniqueísmo, no era nada fácil de contar.
Porque al fin y al cabo, ¿no es el cine algo más que recursos técnicos? Entiendo que la infinidad de ideas (los travellings de la escalera, las imágenes embaucadoras, el abuso del primer y medio plano, así como el uso puntual del picado, la utilización del pueblo como protagonista de la hazaña, otros cuantos procedimientos que, seguramente, mi mente ha pasado por alto y, sobre todo, el bizarro montaje de la cinta, intentando crear esa continua sensación de desasosiego) puedan haber marcado un antes y un después en el transcurrir del séptimo arte. Sin embargo, no me parece que todas estas decisiones favorezcan a la narración. Especialmente, ese dinámico montaje que no deja un momento de respiro. Creo que el mismo sólo sirve para enfriar todo este enredo revolucionario. Y al final la sensación de hartura e indiferencia por lo que ocurre es la que se impone. Y te acaba dando igual el contenido. Y eso siempre es una mala noticia.
Puede, por qué no, que mi disgusto se deba casi exclusivamente al desconocimiento de numerosas técnicas cinematográficas. Pero cuando el componente audio-visual no beneficia al conjunto y por separado no cautiva (como si lo haría años más tarde el de ‘La naranja mecánica’, por ejemplo) yo creo que es que algo falla. Sólo acabar planteando una cuestión: ¿De verdad alguien en su sano juicio piensa que el espectador ajeno a lo puramente técnico disfrutará de ‘El acorazado Potemkin’?
Pues eso.
No es que el cine mudo sea santo de mi devoción, pero ante obras de incuestionable valía, como las que nos regalaba el inolvidable Charles Chaplin o las más recientes ‘The Artist’ o ‘Blancanieves’, uno no puede por más que rendirse a la magia de éste. Y claro, cuentan que ‘El acorazado Potemkin’ fue un hito en este tipo de arte, que marcó las leyes del montaje y reinventó la manera de dirigir. Vale, eso no lo puedo negar. Aunque he decir que no todos sus recursos me parecen adecuados, también debo reconocer que técnicamente el film de Eisenstein es más que bueno, de una calidad asombrosa y creatividad indudable. Pero es que los métodos que utiliza sólo sirven para desconectar al respetable de una historia que ya de por sí, por su contexto bélico y discutible (para algunos) maniqueísmo, no era nada fácil de contar.
Porque al fin y al cabo, ¿no es el cine algo más que recursos técnicos? Entiendo que la infinidad de ideas (los travellings de la escalera, las imágenes embaucadoras, el abuso del primer y medio plano, así como el uso puntual del picado, la utilización del pueblo como protagonista de la hazaña, otros cuantos procedimientos que, seguramente, mi mente ha pasado por alto y, sobre todo, el bizarro montaje de la cinta, intentando crear esa continua sensación de desasosiego) puedan haber marcado un antes y un después en el transcurrir del séptimo arte. Sin embargo, no me parece que todas estas decisiones favorezcan a la narración. Especialmente, ese dinámico montaje que no deja un momento de respiro. Creo que el mismo sólo sirve para enfriar todo este enredo revolucionario. Y al final la sensación de hartura e indiferencia por lo que ocurre es la que se impone. Y te acaba dando igual el contenido. Y eso siempre es una mala noticia.
Puede, por qué no, que mi disgusto se deba casi exclusivamente al desconocimiento de numerosas técnicas cinematográficas. Pero cuando el componente audio-visual no beneficia al conjunto y por separado no cautiva (como si lo haría años más tarde el de ‘La naranja mecánica’, por ejemplo) yo creo que es que algo falla. Sólo acabar planteando una cuestión: ¿De verdad alguien en su sano juicio piensa que el espectador ajeno a lo puramente técnico disfrutará de ‘El acorazado Potemkin’?
Pues eso.
Miniserie

8,3
2.615
6
12 de octubre de 2014
12 de octubre de 2014
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
DECÁLOGO 1 (“Amarás a Dios sobre todas las cosas”) --> Un enjuto vagabundo observa la tragedia. Un padre estancado en la ciencia y una tía sometida por la fe. Ambos serán derrotados por sus ideales. Entre medias, un niño que parece entender que el equilibrio entre ambas ideologías es la solución.
Kieslowski domina el tempo y la estética para transmitir su profundo mensaje. Para un servidor, la mejor película del Decálogo. 7/10
DECÁLOGO 2 (“No tomarás el nombre de Dios en vano”) --> Un dilema moral. Una mujer, inconscientemente, no sabe si desear un fallecimiento. Un médico parece mentir para salvar una vida, pero… ¿está pecando por ello? ¿Acaso no está más que justificada esa mentira si es por evitar una muerte? Parece lógico afirmar que es un motivo indiscutible. Mientras tanto una abeja se aferra a la vida como si del marido de ella se tratase.
Aunque las cuestiones que plantea el director polaco dan para reflexionar largo y tendido, lo cierto es que la película aburre por momentos, desconectando al respetable a pesar de la corta duración del film. 4/10
DECÁLOGO 3 (“Santificarás las fiestas”) -->Un alma solitaria busca en su ex-amante compañía en unas fechas de adhesión familiar. Para ello miente de forma canalla buscando la piedad de ese viejo amor, que accederá ocultando la “escapada” a sus seres queridos. Finalmente, en un escenario desierto (la estación de tren), cada cual sigue el camino que le marca el destino, después de una noche enemiga de celebraciones.
Posiblemente la peor de la decena de films que forman el ‘Decálogo’. Carente de interés dramático y, seguramente, vacía de enseñanza. 3/10
DECÁLOGO 4 (“Honrarás a tu padre y a tu madre”) --> El deseo innato del ser humano. El incesto sobrevuela toda la película. Padre e hija parecen luchar contra el mismo, pero en el subconsciente algo parecer indicar que la relación va más allá de lo paterno-filial. Dos seres absolutamente humanos que no pueden vivir el uno sin el otro, a pesar de que la fijación sexual entre ambos parece desaparecer para siempre.
Gran caracterización de los personajes y diálogos brillantes los que ofrece Kieslowski. Una película tremendamente interesante, con un desarrollo de los acontecimientos brillante por momentos. A pesar de su evidente distancia, hay situaciones que me recuerdan a ‘Solo contra todos’ de Gaspar Noé. 6/10
DECÁLOGO 5 (“No matarás”) --> El crimen como consecuencia de una serie de acontecimientos remotos. Un ser marcado por un terrorífico pasado de imprudencia y mala suerte. La pena de muerte entendida como problema más que como solución.
Kieslowski ofrece una visión del crimen y el castigo que tiene mucha fuerza, pero que quizás se podía haber sacado más jugo de la idea. Visualmente en la línea de las otras 9, aunque el amarillo ocre que caracteriza a esta 5ª parte es totalmente innecesario. 6/10
DECÁLOGO 6 (“No cometerás actos impuros”) --> Un joven voyeur, cuidado por una mujer excesivamente controladora, observa a su adulta vecina desde la ventana. Dice estar enamorado de ella, pero lo que vemos se asemeja más a la obsesión que al amor. La sexy mujer parece acceder al perverso juego del chico, pero la inusual relación con la misma le tortura constantemente.
Ciertamente, uno de los capítulos más bellos del Decálogo. Con reminiscencias de ‘La ventana indiscreta’ de Hitchcock, Kieslowski nos ofrece una historia de amor frustrado y de personalidad marcada por la educación que aterra y maravilla por partes iguales. 6/10
DECÁLOGO 7 (“No robarás”) --> Una mujer que hace las veces de madre con la nieta de una hija a la que rechaza. Un hombre sometido a los mandatos de esta mujer. En definitiva, el robo de lo más importante: el derecho a la maternidad. Una maternidad (TRES para ser exactos) que se esfuma en la lejanía de las vías del tren.
Brillante la idea de la que parte Kieslowski. La mala de la película (nunca mejor dicho) no es tan mala como parece, al igual que la buena no es tan buena como parece. Al final ambas salen perdiendo; ninguna tendrá la ansiada maternidad. 6/10
DECÁLOGO 8 (“No dirás falso testimonio ni mentirás”) --> Dos personas nuevamente marcadas por el pasado, por el exterminio judío concretamente. Una no olvida y la otra busca el indulto personal por lo sucedido en aquella época. Pero por más que ambas intentan enderezar su vida, los hechos pasados no lo permiten. Como si de un cuadro, que por más que intente ponerse derecho siempre acaba inclinándose, se tratase.
Quizás la historia de todas las que cuenta el polaco que menos me interesa. No acabo de entender lo que Kieslowski expresa. En muchos momentos la indiferencia impera. 3/10
DECÁLOGO 9 (“No consentirás pensamientos ni deseos impuros”) --> Un hombre derrumbado por su impotencia se deja llevar por los celos. La eterna cuestión de si el amor es posible sin el sexo se hace presente. Un amante enamorado, sin quererlo, está a punto de causar la tragedia.
Una historia interesante pero que no acaba de arrancar. Tiene momentos de brillantez, pero en general encuentro un producto algo vacío. 5/10
DECÁLOGO 10 (“No codiciarás los bienes ajenos”) --> Dos hermanos heredan una más que valiosa colección de sellos de su padre ¿Es más importante el dinero o mantener la pasión por lo que su padre hacía? Quién sabe. Lo que sí está claro es que la felicidad invade a ambos en un excelente final. L a codicia no ha podido con el amor fraternal.
La película más “ligera” de las diez en cuanto al tono y la atmósfera de la misma, aunque ni mucho menos en el mensaje. Recomendable ver cómo termina Kieslowski el Decálogo, con una reflexión acerca del poder del dinero. 5/10
Kieslowski domina el tempo y la estética para transmitir su profundo mensaje. Para un servidor, la mejor película del Decálogo. 7/10
DECÁLOGO 2 (“No tomarás el nombre de Dios en vano”) --> Un dilema moral. Una mujer, inconscientemente, no sabe si desear un fallecimiento. Un médico parece mentir para salvar una vida, pero… ¿está pecando por ello? ¿Acaso no está más que justificada esa mentira si es por evitar una muerte? Parece lógico afirmar que es un motivo indiscutible. Mientras tanto una abeja se aferra a la vida como si del marido de ella se tratase.
Aunque las cuestiones que plantea el director polaco dan para reflexionar largo y tendido, lo cierto es que la película aburre por momentos, desconectando al respetable a pesar de la corta duración del film. 4/10
DECÁLOGO 3 (“Santificarás las fiestas”) -->Un alma solitaria busca en su ex-amante compañía en unas fechas de adhesión familiar. Para ello miente de forma canalla buscando la piedad de ese viejo amor, que accederá ocultando la “escapada” a sus seres queridos. Finalmente, en un escenario desierto (la estación de tren), cada cual sigue el camino que le marca el destino, después de una noche enemiga de celebraciones.
Posiblemente la peor de la decena de films que forman el ‘Decálogo’. Carente de interés dramático y, seguramente, vacía de enseñanza. 3/10
DECÁLOGO 4 (“Honrarás a tu padre y a tu madre”) --> El deseo innato del ser humano. El incesto sobrevuela toda la película. Padre e hija parecen luchar contra el mismo, pero en el subconsciente algo parecer indicar que la relación va más allá de lo paterno-filial. Dos seres absolutamente humanos que no pueden vivir el uno sin el otro, a pesar de que la fijación sexual entre ambos parece desaparecer para siempre.
Gran caracterización de los personajes y diálogos brillantes los que ofrece Kieslowski. Una película tremendamente interesante, con un desarrollo de los acontecimientos brillante por momentos. A pesar de su evidente distancia, hay situaciones que me recuerdan a ‘Solo contra todos’ de Gaspar Noé. 6/10
DECÁLOGO 5 (“No matarás”) --> El crimen como consecuencia de una serie de acontecimientos remotos. Un ser marcado por un terrorífico pasado de imprudencia y mala suerte. La pena de muerte entendida como problema más que como solución.
Kieslowski ofrece una visión del crimen y el castigo que tiene mucha fuerza, pero que quizás se podía haber sacado más jugo de la idea. Visualmente en la línea de las otras 9, aunque el amarillo ocre que caracteriza a esta 5ª parte es totalmente innecesario. 6/10
DECÁLOGO 6 (“No cometerás actos impuros”) --> Un joven voyeur, cuidado por una mujer excesivamente controladora, observa a su adulta vecina desde la ventana. Dice estar enamorado de ella, pero lo que vemos se asemeja más a la obsesión que al amor. La sexy mujer parece acceder al perverso juego del chico, pero la inusual relación con la misma le tortura constantemente.
Ciertamente, uno de los capítulos más bellos del Decálogo. Con reminiscencias de ‘La ventana indiscreta’ de Hitchcock, Kieslowski nos ofrece una historia de amor frustrado y de personalidad marcada por la educación que aterra y maravilla por partes iguales. 6/10
DECÁLOGO 7 (“No robarás”) --> Una mujer que hace las veces de madre con la nieta de una hija a la que rechaza. Un hombre sometido a los mandatos de esta mujer. En definitiva, el robo de lo más importante: el derecho a la maternidad. Una maternidad (TRES para ser exactos) que se esfuma en la lejanía de las vías del tren.
Brillante la idea de la que parte Kieslowski. La mala de la película (nunca mejor dicho) no es tan mala como parece, al igual que la buena no es tan buena como parece. Al final ambas salen perdiendo; ninguna tendrá la ansiada maternidad. 6/10
DECÁLOGO 8 (“No dirás falso testimonio ni mentirás”) --> Dos personas nuevamente marcadas por el pasado, por el exterminio judío concretamente. Una no olvida y la otra busca el indulto personal por lo sucedido en aquella época. Pero por más que ambas intentan enderezar su vida, los hechos pasados no lo permiten. Como si de un cuadro, que por más que intente ponerse derecho siempre acaba inclinándose, se tratase.
Quizás la historia de todas las que cuenta el polaco que menos me interesa. No acabo de entender lo que Kieslowski expresa. En muchos momentos la indiferencia impera. 3/10
DECÁLOGO 9 (“No consentirás pensamientos ni deseos impuros”) --> Un hombre derrumbado por su impotencia se deja llevar por los celos. La eterna cuestión de si el amor es posible sin el sexo se hace presente. Un amante enamorado, sin quererlo, está a punto de causar la tragedia.
Una historia interesante pero que no acaba de arrancar. Tiene momentos de brillantez, pero en general encuentro un producto algo vacío. 5/10
DECÁLOGO 10 (“No codiciarás los bienes ajenos”) --> Dos hermanos heredan una más que valiosa colección de sellos de su padre ¿Es más importante el dinero o mantener la pasión por lo que su padre hacía? Quién sabe. Lo que sí está claro es que la felicidad invade a ambos en un excelente final. L a codicia no ha podido con el amor fraternal.
La película más “ligera” de las diez en cuanto al tono y la atmósfera de la misma, aunque ni mucho menos en el mensaje. Recomendable ver cómo termina Kieslowski el Decálogo, con una reflexión acerca del poder del dinero. 5/10
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
EN DEFINITIVA, una serie de películas que cualquier amante del cine y de la psicología debería ver, a pesar de que yo, personalmente, no considero 'El decálogo' ninguna obra maestra. Es cierto que la media daría poco más de un cinco, pero el conjunto de las 10 películas, relacionadas muchas de ellas entre sí, hacen una combinación más enriquecedora que por separado, así que considero justo ponerle un 6 a la obra de Kieslowski.
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